Hoy le digo adiós a un 2024 que ha sido muy heterogéneo, que ha tenido muchas luces y algunas sombras.
Un año con 103 días de actividad senderista y alrededor de 1000 kilómetros recorridos por pueblos y ciudades de cuatro comunidades autónomas (Andalucía, Extremadura, Castilla la Mancha y Región de Murcia), aparte de la propia, la Comunidad Valenciana.
Las espinas de este 2024 (en cuanto a desplazamientos me refiero) han sido los dos proyectos internacionales que se han visto truncados, por diferentes motivos, un primer viaje a Chile/Argentina y un segundo a Portugal (Lisboa/Azores). El primero aún está pendiente y con deseos y, espero, con muchas posibilidades en este 2025.
También han habido de otro tipo, a nivel personal, pero prefiero no rememorarlas, que se queden enterradas en un pozo del 2024.
Muchos de los recorridos (60% aprox.) los he realizado en soledad y los otros (40% +/-) con compañeros y amigos; todos ellos han dejado momentos insuperables e imágenes en la retina imborrables.
Algunas de esas instantáneas las acompaño en esta entrada, fotografías efectuadas durante estos 12 meses.
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Ahora ya sólo me queda agradecer a todos aquellos que en su momento me han acompañado en el periplo de este año y desear a todos los que lean estas líneas un 2025 lleno de grandes aventuras, salud y felicidad.
Me he levantado muy temprano, ha amanecido con una niebla, una humedad y un frío de cojones (4º). He desayunado en la finca rural, eso sí… desayuno europeo!!! E inmediatamente me he despedido de los anfitriones y he salido de allí como alma que lleva el diablo. 😉
Hoy el día lo voy a dedicar, con calma, sin prisa alguna, a visitar el Monumento Natural Monte Arabí.
Este paraje se encuentra a unos a unos 20 kilómetros de Yecla, ya casi haciendo frontera con la comunidad de Castilla-La Mancha.
El camino se hace cómodo, la carretera, aunque con mucha niebla, apenas si tiene tráfico y a eso de las 9:00 ya me encontraba aparcando el auto cerca de la Casa del Guarda.
No es la primera vez que visito este enclave y nunca encontré al guarda, es más siempre había pensado que era algo ‘imaginario’ pero… esta vez sí había una persona guardando el lugar…
Comienzo a caminar y, antes de llegar al edificio, tomo un desvío que conduce a la Cueva del Tesoro.
Sigo el sendero, hacia el oeste, con el fin de continuar subiendo la sierra y llegar a la cumbre, al vértice geodésico. Hay, en el trayecto, un cartel de prohibido que otras veces he obviado pero en esta ocasión el guarda, que parece que estaba al acecho, viene y me dice que no se puede acceder por cuestiones de temporada de apareamiento de las aves del entorno.
Yecla me está dejando muy desanimado, no se puede acceder al yacimiento árabe, no se puede visitar el vértice del cerro del castillo, tengo un alojamiento horroroso y ahora está prohibido subir el monte… Muy decepcionante!!!
Bueno, tengo que cambiar el plan y realizar la caminata por los lugares que están abiertos al público.
Vuelvo hasta la Casa del Guarda, acompañado por él, me cuenta que hay un grupo de yeclanos que están por los alrededores de la Cueva Horadada haciendo un reportaje.
Yo me dirijo también hacia allí, paso por la ladera sur del cerro Arabilejo, donde, en su parte más alta se encuentran los restos de un yacimiento de la Edad del Bronce.
En el camino, a mano derecha, me paro a observar una importante zona de petroglifos y cazoletas.
Continúo hacia el noreste/norte y hago un desvío, por la izquierda, para acceder a una ladera con multitud de formaciones rocosas, entre ellas la famosa Roca Corazón.
Sigo, hacia el norte, y me encuentro ante un mirador de la llanura yeclana con las sierras de Lacera, la de Oliva, la del Cuchillo, la Magdalena, etc… en el horizonte; un horizonte aún algo neblinoso.
Una pasarela metálica me lleva, en descenso, hasta el espacio vallado de los Cantos de la Visera y al camino de la Cueva Horadada.
Los Cantos de la Visera son dos abrigos con pinturas rupestres ubicados en el nordeste de la Región de Murcia. Descubiertos en 1912, ambos abrigos, separados por una quincena de metros, se encuentran en unos peñascos caídos del farallón oriental del monte Arabí.
Las pinturas son de estilo naturalista del arte levantino, 7.000 años antes del presente. El sitio es Patrimonio de la Humanidad desde el año 1998 bajo la denominación Arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica.
El abrigo de Cantos de la Visera I representa 40 figuras de fauna: ciervos, équidos, cápridos y bóvidos. El color empleado con más frecuencia es el tono rojizo.
El abrigo de Cantos de la Visera II muestra unas sesenta figuras entre las que predominan el ser humano así como bóvidos y ciervos. Además, en el centro del panel aparecen figuras del más reciente estilo esquemático parcialmente superpuestas con algunas figuras del estilo anterior; entre otras una grulla en danza, ciervos, antropomorfos así como líneas serpentiformes y puntiformes en forma de red. El color utilizado es el tono rojizo.
La Cueva de la Horadada es una enorme oquedad producida por el efecto erosivo del agua durante el transcurso del tiempo. Recibe su nombre por el gran hueco que encontramos en su parte superior.
Allí encuentro al grupo de yeclanos que están haciendo un vídeo navideño para publicitar su bodega. Gente, casi con toda seguridad, personal directivo de esa empresa.
Un rato charlando con ellos y… dejo este enclave para regresar, por el mismo camino que la ida, hasta el lugar donde se encuentra el auto.
Una vez llego, como alguna cosa que había comprado en Mercadona en día anterior, sentado cómodamente en un banco cercano al parking y… ahora ya sí, regreso a Alicante.
Dejo Jumilla, después del desayuno, y me encamino a Yecla, la segunda población de la Comarca del Altiplano.
A ver qué me espera en esta otra ciudad murciana. Por lo pronto la mañana es mucho más fría que los días anteriores, muy nubosa y con una niebla espesa.
Al llegar a Yecla aparco el coche en la calle San Fernando, en el parking de la piscina cubierta municipal. Desde este punto inicio una ruta por las sendas de los Castillarejos.
Comienzo a caminar dando un gran rodeo al inmenso campo de tiro de la población, una grandísima extensión de terreno, vallado y con multitud de carteles de aviso y prohibición.
Tomo la senda que asciende a la cumbre de Castillarejos. Después de un rato, no mucho, la verdad, que el día está fresquillo, tomo el camino de regreso, deshago mis pasos hasta un cruce de sendas (una de las muchas que hay en estos cerros).
Después de 1’5 kilómetros rodeando la sierra, en dirección norte, llego hasta la carretera , paso al otro lado y, por pista primero, por asfalto después, tomo la subida al Cerro del Castillo.
Un ascenso algo toca huevos, todo hay que decirlo, pero al llegar me esperan algunos puntos de interés de esta caminata (eso creo).
El Santuario de la Virgen del Castillo, el Yacimiento Árabe de Hins Yakka y el vértice geodésico.
Bueno, después de la subida toca pelotas… Vas al mar y no tiene agua!!!… Sólo se puede visitar el santuario de la Virgen, los otros dos puntos (para mi, los más interesantes) no está permitido el acceso debido a unas obras de remodelación y de reforma que se están efectuando (además, el vértice se encuentra dentro del espacio del yacimiento).
Vuelvo sobre mis pasos, bajo esa carretera asfaltada que subí minutos antes y, en un desvío, a mano izquierda, entro en un espacio/parque/zona recreativa, llena de pasarelas y miradores que conectan ese cerro con la ciudad, convirtiendo esa ladera norte del cerro en un lugar con mucho encanto que llaman Senda Azul Yecla Valora.
Después de un gran paseo por ese parque, comienzo el regreso al auto. Llego hasta los alrededores del cementerio municipal y pocos metros después al parking de la piscina cubierta y al coche.
Aún es pronto para hacer el check-in en el alojamiento que he reservado, así que decido buscar un restaurante para comer.
Recuerdo, de otras veces que he estado por la zona, el restaurante Sierra de Cazorla, junto a la carretera RM425, y me gustó su trato y sus comidas. Allí me dirijo y, tal y como lo recordaba, todo perfecto.
Ahora ya sí, tomo dirección al alojamiento, una casa rural a las afueras de Yecla (a 1’5 kms */-).
No queriendo entrar en muchos detalles, la finca, ya de entrada, me decepciona, hago el check-in y… en ese mismo momento, hablo con los dueños (dos holandeses súper simpáticos) y les digo que de las dos noches que tengo reservadas, sólo me quedaré una.
La habitación es muy pequeña, sin armario, sin un escritorio, sin televisor y (lo más imprescindible para mi) sin baño!!! Horrible!!! Sobre todo si lo comparo con la maravilla del hotel de Jumilla. Ahora sí tengo claro que sólo estaré una noche.
Apenas si deshago el equipaje, hago un cambio de ropa, algo de aseo, en un baño que está al otro lado de la casa, y salgo ‘pitando’ con el coche para dar una vuelta por la ciudad.
Dejo el coche en la calle Perales, junto a la Iglesia de San Francisco, y recorro las calles del centro…
Yecla está vacía, solitaria y fría… Paso por la Iglesia de San Roque, por la Ermita de Santa Bárbara, por la Iglesia Vieja de la Asunción del Salvador, el Arco de los Reyes Católicos, por la Plaza Mayor, el Ayuntamiento, la Iglesia Parroquial del Niño Jesús, Plaza de España, Basílica de la Purísima, Parque de la Constitución y a la calle Perales y al auto.
Antes de volver al alojamiento, paso por un Mercadona para hacer una compra, algo para cenar.
La verdad, el día en Yecla me ha decepcionado y la finca rural me parece la casa de los horrores.
Sólo tengo ganas de entrar en mi ‘habitación’, dormir y salir ‘pitando’, al día siguiente, de allí.
Hoy será, espero, algo más tranquilo que el día de ayer.
Salgo a desayunar a una cafetería cercana, vuelvo a la habitación y, después del aseo pertinente, me dirijo en coche por la carretera de Santa Ana hasta el parking del monasterio homónimo.
Está ubicado en el Palacio del Concejo, consta de tres plantas bien diferenciadas, dedicadas al Paleolítico-Edad del Hierro, al Mundo Ibérico y al Imperio Romano.
Una gran colección de piezas en cada una de sus plantas que merece la pena ser visitado.
Después, hago un recorrido por la ciudad, ya es de noche y Jumilla tiene otro encanto caminando por sus calles.
Para finalizar la jornada hago una parada en un bar, tomo un picoteo a modo de cena y me dirijo al alojamiento. Es la última noche en Jumilla y preparo mi equipaje para el día siguiente. Me espera Yecla y confío que me sorprenda tanto como esta ciudad.
La última semana de noviembre comienza y yo me dirijo al norte de la Región de Murcia para pasar unos días en dos poblaciones de la Comarca del Altiplano.
Salgo temprano de casa, después del desayuno, y a eso de las 9:00 ya me encuentro en la ciudad de Jumilla.
Dejo el coche frente a la entrada del hotel (Pío XII **) y como hasta la hora de hacer el check-in aún queda bastante tiempo, decido hacer un recorrido por sus calles.
Tomo la avenida de Yecla, que coincide con un tramo de la GR251, y, hacia el sur, por la calle Cánovas del Castillo, plaza de la Glorieta, calle Pasos, calle Valencia y avenida de la Libertad, llego hasta la avenida del Casón, donde se encuentra este monumento funerario homónimo.
El Casón es un sepulcro familiar de reducidas dimensiones perteneciente al siglo V (tardorromano) y en 1931 fue declarado Monumento Nacional. Está considerado como la mejor edificación en su especie conservada en España y una de las mejores del mundo.
Continúo hacia el sur y en una rotonda, a la salida de la ciudad, se encuentra la ermita de San Agustín, una edificación del siglo XVI que alberga la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, patrona de Jumilla.
Vuelvo a entrar a la ciudad, ahora hacia el norte, por la avenida Ronda de Poniente.
Paso muy cerca de la chimenea Aurelios, resto de una antigua fábrica de licores.
Entro, por el oeste, recorriendo las calles hasta llegar a la parroquia Mayor de Santiago por una de sus fachadas laterales (espero poder verla con más detenimiento en un próximo recorrido). Ahora tomo la cuesta del Cura y la calle Santa María, paso por la iglesia de Santa María del Arrabal.
Accedo por la calle Cantarerías al camino de los Molinos y llego, a través de él, al Charco del Zorro.
Este es un humedal, al oeste del cerro del Castillo, de gran valor paisajístico, un lugar entre una extensa arboleda ideal para pasar el tiempo disfrutando de la fauna y la flora.
Deshago mis pasos y, por el camino del cementerio, a muy pocos metros y a mano derecha, se inicia una sinuosa y zigzagueante subida al Castillo, por su ladera oeste, que me lleva hasta esta importante fortaleza.
El cerro ha sido testigo, a través de los siglos, del paso de muchas culturas. Desde la Edad de Bronce, los íberos en la Edad de Hierro, los romanos, los árabes, etc… Todos dejaron su impronta sobre el monte.
Pero el castillo como tal se levantó en 1461 por el marqués de Villena, tal y como se conoce en la actualidad.
Dejo el cerro, no sin antes hacer las ya típicas fotos en el vértice geodésico que allí se encuentra.
Desciendo ahora por la ladera noreste, por la pista llamada ‘camino del castillo’.
Accedo a la ciudad por la avenida de Yecla y, un par de kilómetros después, llego al hotel.
Tras hacer el check-in, como cerca del alojamiento en un restaurante ecuatoriano, vuelvo a mi habitación, un rato de descanso y… salgo para continuar con una caminata vespertina.
Esta vez me dirijo en coche hasta la carretera de Santa Ana.
Hago una parada para observar los restos de la Villa Romana de los Cipreses.
Después, cerca de la urbanización El Roalico dejo el coche en un claro de la carretera e inicio una pequeña caminata. En ascenso por el monte hasta llegar al Yacimiento Arqueológico Íbero de Coimbra del Barranco Ancho.
Este complejo corresponde a los siglos IV-II a.C. e incluye los restos de un poblado, un santuario y tres necrópolis.
Una vez concluida esta interesantísima visita vuelvo sobre mis pasos hasta llegar al lugar donde he dejado el auto y… regreso a Jumilla.
Tiempo en el hotel para una ducha, un cambio de ropa y… dar una paseo por el centro de la ciudad y sus zonas comerciales , algo de picoteo en un bar, a modo de cena, y vuelta al hotel para descansar hasta el día siguiente.
Lo que, en un primer momento, iba a ser un viaje largo (de unos 36 días +/-) se ha convertido, por circunstancias excepcionales, en una ‘aventura’ algo más corta.
20-09-2024 ALCÁZAR DE SAN JUAN (CIUDAD REAL)
Salgo de Alicante, a primera hora de la mañana, para dirigirme en tren a Alcázar de San Juan (Ciudad Real), haciendo ‘escala’ durante unas horas en Albacete.
Llego a Alcázar a eso de las 15:00 horas, me instalo en el hotel que tengo reservado y me dirijo a un restaurante chino cercano para comer algo.
Vuelvo al alojamiento, unas horas de relax y salgo para realizar una pequeña caminata que me llevará, por la parte norte de la población, hasta el molino El Doncel.
Regreso a la localidad, entrando en ella, por el parque Picasso y el pabellón polideportivo, hasta llegar al singular silo, con graffitis sobre el Quijote.
Ahora regreso al hotel por el parque Cervantes, las calles Dulcineay Solidaridad, y pasando por la parroquia de San Rafael Arcángel.
Ya en la habitación, algo ligero para cenar y… hasta el día siguiente, en el que tengo pensadas algunas caminatas por la zona.
21-09-2024 ALCÁZAR DE SAN JUAN (CIUDAD REAL)
A eso de las 7:30 salgo del hotel para desayunar en una churrería cercana; unas porras con un chocolate caliente le dan a la jornada un buen aporte de energía.
Vuelvo a la habitación, tiempo de aseo y preparo la mochila para comenzar la caminata mañanera.
Atravieso la población de norte a sur, pasando por la plaza del Arenal, la iglesia de Santa Quiteria, la plaza de España, la plaza de Cervantes y el parque de El Porvenir para dirigirme, por el camino Real de Murcia, hasta el cerro donde se encuentran los Molinos de Viento de Alcázar de San Juan.
Aquí, en lo alto, rodeado de una inmensa llanura manchega, se encuentran estos cuatro ‘gigantes’.
Rocinante, Fierabrás, Dulcinea y Barcelona presiden majestuosos esta colina.
También se encuentra en este lugar el vértice geodésico San Antón (729 msnm).
Comienzo el regreso, ahora me dirijo a la localidad por la carretera CM-4133, evitando caminos embarrados debido a la lluvia que está cayendo.
Entro en Alcázar por la zona de El Porvenir, paso por la iglesia parroquial de Santa María la Mayor y el Torreón del Gran Prior y me encamino al hotel.
Como en un restaurante cercano, duermo un poco de siesta y… vuelvo a preparar la mochila para una salida por la tarde.
En esta ocasión mi objetivo es dar un gran paseo por el Parque Alces, que se encuentra en la zona oeste de la localidad, junto a la plaza de toros de Alcázar; un espacio verde, importantísimo pulmón de esta ciudad.
Hace una tarde realmente espectacular, a diferencia de la mañana que ha tenido sus nubes y su lluvia.
Regreso al hotel, algo de aseo, algo de cena, un poco de tele y… listo para comenzar el día siguiente.
22 y 23-09-2024 ALCÁZAR DE SAN JUAN (CR) – MÉRIDA (BADAJOZ)
22-09-2024
No he tenido una buena noche. Por lo visto la lluvia que me pilló en la caminata hacia los molinos ha hecho mella y hoy he amanecido algo griposo.
Salgo, sobre las 7:30, a desayunar a la churrería y vuelvo después para prepararme, con calma, a realizar una caminata/paseo por las calles de Alcázar.
Al salir le comento a la chavala de recepción que, si lo desean, aprovechen para hacer la limpieza de la habitación… ‘No me encuentro muy allá y creo que volveré pronto’.
Hace un día estupendo, una mañana de domingo muy luminosa.
Cuando llevo algo más de un kilómetro, en el cruce de las calles Dulcinea con Arroyo Mina, en un paso de cebra, me da un mareo, pierdo el equilibrio y me pego una ostia, todo lo largo que soy y con todo mi peso, en el asfalto. Ojo, no pierdo en ningún momento el conocimiento pero el tortazo me deja lleno de golpes, arañazos y la cadera derecha dolorida.
No hay casi nadie en la calle, tan sólo dos hombres acuden corriendo y me ayudan a levantarme.
Me preguntan si me encuentro bien y yo, algo avergonzado, les digo que estoy resentido por el golpe pero que me encuentro bien, aunque algo aturdido.
Uno de ellos, Luis, no está muy conforme con mi respuesta y prefiere quedarse conmigo mientras el otro se marcha.
Después de unos minutos a mi lado, sentados en un banco, me dice que vive muy cerca y me ofrece su casa para estar más cómodo y relajado. Yo, confieso que me da mucho apuro pero accedo y vamos juntos hasta su domicilio. Me presenta a su hijo, que está desayunando, bajamos hasta el sótano de la vivienda, donde tiene el garaje y un amplio taller, charlamos tranquilamente de un montón de asuntos y me regala un bastón de senderismo. Vamos, que se porta conmigo de maravilla. Un cielo de tío!!!
Le digo que voy a volver al hotel, que no está lejos y que no voy a hacer ningún paseo por el pueblo.
Luis no se queda muy tranquilo pero yo salgo de su casa e inicio el regreso al alojamiento, ayudándome con el bastón que me ha regalado.
No llevaba caminados más que unos 200 ó 300 metros cuando, en otro paso de cebra, vuelvo a marearme y vuelvo a darme una ‘piña’ terrible; esta vez me pego un golpetazo en las costillas, me araño la cara y me hago nuevos hematomas.
Ahora la calle estaba más concurrida, me ayudan varias personas, me llevan hasta un banco, llaman al 112 y piden una ambulancia.
Llega primero la policía, me hacen un pequeño test para comprobar que me encuentro ‘bien’ y, a los pocos minutos, viene la ambulancia que me lleva hasta el Hospital de La Mancha Centro.
Ingreso en Urgencias.
Me hacen un montón de pruebas, me toman la tensión, me curan las magulladuras, me ponen una vía con suero, me hacen dos radiografías, dos electros, analizan mi sangre, mi orina y mis heces.
Me efectúan dos Tomografías Axiales Computerizadas (TAC) para descartar daños internos.
Me tienen varias horas en observación hasta que, después de un último análisis de sangre, determinan que lo único que me pasa es que tengo COVID y algo alta la glucosa.
23-09-2024
Finalmente, a eso de las 2:00 del lunes, día 23, me dan el alta.
Tomo un taxi y me dirijo al hotel; estoy exhausto, hambriento y tremendamente dolorido.
Este mismo día tengo un billete de tren, a eso de las 15:35, para viajar hasta Mérida.
Mal duermo unas pocas horas, necesito comer algo, salgo de la habitación cojeando y voy a la churrería cercana a desayunar, vuelvo al hotel y sigo en la cama intentando dormir, entre dolores y molestias.
A mediodía preparo la maleta, la dejo en recepción, me dirijo al restaurante chino que está a pocos metros, como algo y vuelvo al hotel, pido un taxi que me lleva a la estación de ferrocarril.
Espero, sentado en un banco, la llegada de mi tren.
No voy a entrar en detalles pero… el trayecto hasta Mérida han sido las cerca de seis horas más dolorosas, complicadas, vergonzosas y escatológicas que nadie se pueda imaginar.
Para finalizar, me tienen que ayudar a bajar del tren y me tienen que ayudar a llevar el equipaje hasta el hotel.
Cuando, por fin, llego a la habitación… caigo prácticamente muerto en la cama.
Dios, mañana será otro día!!!
24-09-2024 MÉRIDA (BADAJOZ-EXTREMADURA)
Comienzo el día como recién salido de una enorme pesadilla, me cuesta un mundo levantarme de la cama y estoy tan molesto que me duele hasta respirar.
Hago de tripas corazón y salgo de la habitación para ir a desayunar al bar Córdoba, un lugar cercano al hotel; necesito reponer fuerzas, llevo casi un día completo sin comer nada.
Voy, después, a una farmacia y ortopedia para comprarme un bastón, ya que camino con dificultad debido al dolor de la cadera y las costillas.
Vuelvo al hotel y descanso tumbado hasta la hora de la comida. En el restaurante Ararat, también cercano al hotel, tomo el menú del día y vuelvo a la habitación.
A primera hora de la tarde recibo el mensaje ‘Estamos en recepción’ que me mandan Pedro y Reme.
Ellos, que estaba previsto que se encontraran conmigo el día 25, y debido a mi accidente, han adelantado la llegada a Mérida y ya están en el hotel.
Se instalan en su habitación y, más tarde, salimos juntos a dar un paseo por la ciudad, callejeando y tomando un refresco en la terraza de AdeArco, junto al Arco de Trajano, reservando una mesa para la cena del día siguiente.
Visitamos el Templo de Diana y el Pórtico del Foro, cenamos en un chino cerca del alojamiento y nos retiramos a nuestras habitaciones hasta el día siguiente.
25-09-2024 MÉRIDA (BADAJOZ-EXTREMADURA)
Comenzamos el día, después de desayunar en el bar Córdoba, desde la avenida Felipe Corchero (lugar donde hemos aparcado el vehículo) y caminando por el Parque del Acueducto, pasamos por entre los arcos del Acueducto de los Milagros y nos dirigimos hacia el Puente Romano de la Puerta.
Continuamos por el parque siguiendo el curso del Río Albarregas hasta llegar al Río Guadiana y su mirador homónimo, desde donde se puede ver su azud y el embalse de Montijo.
En dirección sureste, por el parque de la Isla del Puente de Hierro, nos dirigimos hasta el Área Arqueológica de Morería, pasando por el Molino de Pancaliente y el Parque del Paseo de Roma.
Una interesantísima visita a los restos arqueológicos de la Morería para, a continuación, seguir por el Puente de Lusitania hacia la otra margen del Guadiana, contemplando las hermosas vistas que ofrecen sus márgenes.
Estamos ahora en la orilla derecha del río, en el parque que lleva el nombre del característico monumento que en él se encuentra, Las Siete Sillas.
El camino nos lleva hasta el Puente Romano de Mérida y, por él, llegamos a la misma entrada de La Alcazaba.
A la salida de esta importante fortificación musulmana, y muy cerca del edificio de la Presidencia de Extremadura, hacemos una parada para comer en el mesón El Lebrel.
Después, pasando por la Plaza de España, la Concatedral de Santa María la Mayor y la iglesia de Santa Clara, llegamos, callejeando, hasta el hotel para dormir una siesta y poder seguir a media tarde con otro recorrido por la ciudad.
Después de un descanso en el alojamiento y antes de la cena de hoy, que se prevé especial, realizamos una pequeña caminata para visitar otros lugares de interés.
Nos dirigimos, hacia el oeste, por la avenida de Extremadura y la avenida de Juan Carlos I hasta la entrada del Circo Romano, otra de las importantes obras que posee esta tremenda ciudad, Patrimonio de la Humanidad.
Salimos del recinto y nos dirigimos, por el oeste/norte, al parque del Acueducto, donde se encuentran la ruinas de una de las muchísimas Termas Romanas que se extienden por Mérida, además del Acueducto de San Lázaro.
Pasamos por entre los arcos de esta grandiosa obra arquitectónica y nos dirigimos hacia el hotel, pasando por otras ruinas, esta vez se trata del Xenodoquio, un antiguo albergue y hospital de origen visigodo.
Llegamos ahora hasta el restaurante AdeArco (ya habíamos hecho la reserva el día anterior) para celebrar mi 67 cumpleaños.
Lugar elegante, comida de calidad y una inmejorable compañía para celebrar, a pesar de las magulladuras y las molestias, un día especial.
Gracias, amigos, por compartir.
Después, terminada la cena, nos dirigimos al hotel. Ha sido una jornada muy completa y, debo confesar, estoy bastante cansado.
Al día siguiente aún nos quedan muchas cosas que ver.
26-09-2024 MÉRIDA (BADAJOZ-EXTREMADURA)
Comienza la jornada con un buen desayuno en el bar Córdoba.
Seguidamente nos dirigimos, por la avenida de Extremadura, hacia otras dos termas de la ciudad, pasando por el parque de los Enamorados, el obelisco de Santa Eulalia, la calle de Santa Lucía, la de López Puigcervé y la de Reyes Huertas, donde se encuentran las Termas Romanas de la Nieve.
Ahora, caminamos por la calle Mariano José de Larra, llegamos a la calle Portezuelas donde están las Termas de Portezuelas.
Giramos por la calle José Ramón Mélida hasta llegar a la puerta de entrada del Museo Nacional de Arte Romano, que se encuentra desde hace unos días y hasta comienzos del 2025, cerrado por reforma y ampliación.
A pocos metros del museo, en la plaza de Margarita Xirgú, tenemos la entrada a dos de las obras ‘estrella’ de Mérida, el Anfiteatro y el Teatro.
Dos piezas, sin desmerecer a las otras, fundamentales en la visita a esta ciudad que… parece que si tropiezas y caes, te pegas de cara con una columna romana 😉
El teatro, que aún tenía restos del suelo del escenario y vallas de protección, hacía muy pocos días que había terminado su temporada de espectáculos.
Salimos del recinto y, por la hora y la posibilidad de lluvia, buscamos algún restaurante para comer.
Encontramos en la calle Sagasta un local donde compartimos unas ricas tapas y raciones, con vino y cerveza.
Nos dirigimos después a la plaza de Margarita Xirgú para entrar en el espacio arquitectónico de la Casa Romana del Anfiteatro, un lugar especialmente bellísimo, una mansión señorial en la que destacan sus suelos y sus mosaicos.
Volvemos al hotel para descansar y dormir una siesta.
A media tarde entramos en la cripta de la Basílica de Santa Eulalia Virgen y Mártir, patrona de Mérida.
Diferentes restos de las culturas que han pasado por la ciudad… visigodos, romanos, árabes, cristianos, etc…
Después de esta visita, callejeamos por la ciudad, tomamos una copa en una terraza de la plaza de la Constitución y cenamos de tapeo en el restaurante La Carbonería.
Volvemos al hotel, también ha sido un día bastante completo y al día siguiente nos espera Cáceres.
27-09-2024 CÁCERES (EXTREMADURA)
A primera hora de la mañana, dejamos Mérida, después del desayuno, para dirigirnos a Cáceres.
Antes de entrar en la ciudad, nos desviamos hacia el oeste, hasta la población de Malpartida de Cáceres para realizar una pequeña caminata (de las muchas que se pueden hacer) dentro del…
Monumento Natural Los Barruecos.
Los Barruecos es un paraje declarado monumento natural por la Junta de Extremadura en febrero de 1996, una figura legal que garantiza la protección de este espacio con el objetivo de preservarlo para las generaciones futuras. Para justificar la aplicación de este régimen de protección en este entorno se esgrimieron numerosas razones de gran peso, en relación con la importancia de la geología, la fauna y la flora de la zona, así como de los restos arqueológicos que atestiguan una continuada presencia humana en la región.
Un recorrido por el llamado ‘camino de los sentidos’, un espacio adaptado para personas con discapacidad, en el que podemos encontrar tumbas antropomorfas, curiosas formaciones rocosas (la tortuga, el tiburón, la gárgola, la seta, la horca, etc…), así como pinturas y grabados rupestres.
Todo ello alrededor de las lagunas ‘Charco de Frasco Díaz’, ‘Charco del Barrueco de Arriba’ y ‘Charco del Barrueco de Abajo’.
Después de la caminata Reme y Pedro visitaron el museo Vostell de Malpartida, mientras yo les esperé tomando una cerveza en la cafetería del museo.
Terminamos la visita a este magnífico espacio natural, tomamos el auto y nos dirigimos a la ciudad.
Plaza Mayor, Foro de los Balbos, Torre de la Yerba, Arco de la Estrella, Ermita de la Paz, Torre de Bujaco, Palacio de Moctezuma, Torre de los Púlpitos, Palacio Episcopal…
Concatedral de Santa María, Palacio de Mayoralgo, Palacio de los Golfines de Abajo, Plaza de San Jorge, Arco del Cristo, Torre del Río, Ermita de San Antonio, Torre de los Pozos, Torre de los Aljibes…
En la Plaza de las Veletas hacemos una parada para tomar un refresco y cenar, en el restaurante Alma del Sabor.
Tras ello, callejeando, volvimos a la Plaza Mayor y al apartamento. Tiempo de descansar, que ha sido un día bastante intenso y la jornada de mañana… promete.
28-09-2024 CÁCERES (EXTREMADURA)
Desayunamos en el apartamento y salimos, nuevamente, a recorrer el impresionante casco antiguo.
Nos apuntamos a un recorrido guiado por los diferentes palacios, templos y monumentos del centro histórico (algunos ya los habíamos visto el día anterior)…
El edificio de Turismo Provincia de Cáceres, sus jardines con su higuera centenaria, la Torre de Carvajal, el monumento a San Pedro de Alcántara, Casa de los Becerra, Iglesia de San Francisco Javier, Palacio de los Cáceres Ovando, Callejón del Gallo, Museo de Cáceres (con su exposición de arqueología y su aljibe), Plaza de San Mateo, Palacio de los Golfines de Arriba,…
Terminamos la interesante visita guiada en la Plaza Mayor con una degustación de productos típicos extremeños… Seguidamente, volvemos al alojamiento, una ducha rápida, un cambio de ropa y… nos espera una comida en uno de los restaurantes más top de la comunidad (yo diría de España, incluso).
Teníamos hecha la reserva al Restaurante Atrio ( 3 estrellas Michelin) desde hacía bastantes días; era algo que, yo personalmente, no me iba a perder por muchas heridas, golpes y porrazos que me diera.
Entramos en el local a la hora estipulada, nos recibió un empleado (supongo que un sumiller) que, antes de acomodarnos, nos hizo un recorrido por la bodega del restaurante. Fabuloso!!!
Llegamos hasta el comedor, perfectamente atendidos por un sumiller, un jefe de mesa y varios auxiliares y camareros, para comenzar a disfrutar el menú degustación.
Toño Pérez y José Polo, los chefs y propietarios del local, han recreado una sinfonía, una gran y maravillosa representación culinaria que, con el cochino como eje principal, te eleva los sentidos a niveles estratosféricos.
Los dos propietarios se han paseado por las mesas, conversando con los clientes, compartiendo momentos con la gente y ofreciendo su imagen más simpática y natural.
Nosotros hemos conseguido tener una charla distendida con Toño, que se ha hecho una foto y me ha regalado un autógrafo muy cariñoso.
Los últimos platos (algunos postres) y los cafés, los hemos disfrutado en el bonito jardín que tiene el local, después de hacernos una foto con la jefa de cocina.
Terminamos la comida allá en la media tarde y volvemos al apartamento para descansar.
Después de la siesta, Pedro y Reme han decidido realizar una salida nocturna guiada por el Centro Histórico y ver otra cara de la ciudad (Calle de los Huesos, Casa del Sol, Casa del Mono, etc…).
Yo opto por quedarme en el alojamiento (sigo estando bastante dolorido) y prefiero ver tele y descansar.
29-09-2024 TRUJILLO (CÁCERES-EXTREMADURA)
Desayunamos en el apartamento de Cáceres y, con bastante tranquilidad, nos dirigimos hasta la población de Trujillo, donde hemos reservado una casa, para una noche, en esta fabulosa localidad.
Hasta la hora de hacer el check-in en el alojamiento, dejamos aparcado el coche en la misma calle de la casa y… salimos a dar una vuelta por las calles del municipio.
Nos dirigimos hasta la Plaza Mayor donde nos sentamos en una de sus terrazas para tomar unos cafés (y unos churros 🙂 )
En la plaza y sus alrededores se encuentra la figura ecuestre de Francisco Pizarro, la Iglesia de San Martín de Tours, el Palacio de los Carvajal Vargas, el Corral del Rey, el Palacio de los Orellana Toledo, el Palacio de Justicia, la Casa de los Chávez Cárdenas, etc…
Subimos por la calle Cuesta de la Sangre, en dirección al castillo, pasando por la Iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo, Torre Ballesteros, Casa-Fuerte de Luis de Chaves, etc… Llegamos hasta la Alcazaba-Castillo de Trujillo.
Desde su plaza central subimos hasta sus ocho torres, donde, en una de ellas, se encuentra el vértice geodésico de la población (Trujillo, 601msnm).
Visitamos también sus aljibes o depósitos de agua.
Salimos de la Alcazaba, deshacemos lo andado hasta ella, visitamos la Casa Museo Pizarro, pasamos por la Iglesia de Santa María la Mayor y el Convento de las Madres Jerónimas.
Hacemos una parada para comer en el restaurante Mirador de las Monjas y regresamos hasta el alojamiento, hacemos el check-in y, después de instalarnos, dormimos una siesta.
Reme y Pedro han decidido, a media tarde, hacer una visita guiada por Trujillo, yo, en cambio, prefiero quedarme en la casa; las camas de los últimos días no han hecho más que aumentar las molestias de cadera y el dolor de costillas (a pesar de salir sonriente en las fotos).
A la mañana siguiente, bien temprano y después del desayuno… volvemos a Alicante.
30-09-2024 REGRESO A CASA
Desde Trujillo por la A58, Autovía de Extremadura, nos dirigimos en dirección Madrid, nos desviamos hacia Toledo, hacia Alcázar de San Juan, Albacete y… por fin, Alicante.
Sábado, día 11 de junio da comienzo esta aventura.
Reme, Pedro y yo partimos desde la estación de tren de Alicante, a primera hora de la mañana, en dirección a Madrid. Nuestra intención es la de pasar unas horas en la capital, tiempo de calor máximo e insoportable, para dirigirnos al aeropuerto de Barajas-Adolfo Suarez y, en la medianoche, tomar el vuelo de Icelandair que nos llevará a Islandia para comenzar el recorrido por este maravilloso país/isla.
Domingo, 12 de junio.
Llegamos, con más de una hora de retraso y casi la pérdida de mi mochila, al aeropuerto internacional Leif Eriksson de Keflavík. Allí nos espera William, el muchacho que nos va a acercar al primero de los alojamientos.
Sobre las 08:30, hora local, llega Javi, nuestro guía, al hotel, nos hace la presentación del resto de los miembros del grupo, nos muestra el plan para ese día y nos ponemos en marcha.
Emi, Edu, María, Nuria y Ferrand son los componentes catalanes de este conjunto de viajeros.
Después del desayuno y las presentaciones, subimos nuestros equipajes a la furgoneta y, junto a Javi, nos ponemos en camino hacia los primeros puntos de interés de este viaje.
Llegamos, hacia el sur, a espectaculares acantilados desde los que podemos observar grandes colonias de aves marinas, como los charranes árticos, las lavanderas y los frailecillos (aunque aquí, de momento, no los encontramos).
Ahora nos vamos hasta Þingvellir, un lugar de extrema importancia en este país.
Þingvellir (Thingvellir) es un enclave histórico y parque nacional de Islandia situado al este de Reikiavik. Es famoso por albergar el Alþing (Althing), el lugar donde se reunía el parlamento islandés desde el s. X hasta el s. XVIII. Allí también se encuentran la iglesia de Þingvellir y unas antiguas ruinas construidas en piedra. El parque está situado en un valle escarpado formado por la separación de dos placas tectónicas, con acantilados rocosos y fisuras, como la falla de Almannagjá.
Hacemos un recorrido por entre los distintos senderos del parque, entre las dos placas, la euroasiática y la norteamericana.
Tenemos la posibilidad, en este primer día, de observar no sólo charranes árticos y lavanderas, también gansos, cisnes, zarapitos, eider común, lagópodos, etc…
En este primer circuito, el llamado ‘Círculo de Oro’, visitamos ahora el archiconocido Geysir.
El Geysir, también conocido como El Gran Geysir, es el géiser más antiguamente conocido y uno de los ejemplos más impresionantes de este fenómeno en todo el mundo. Está situado en el valle Haukadalur, ubicado en la colina Laugarfjall.
A unos diez kilómetros de este imponente espectáculo llegamos hasta Gullfoss (Cascada dorada), una de las cataratas más impresionantes de Islandia, es uno de los monumentos naturales más visitados del país. A ello contribuyen dos elementos. El primero su belleza y grandiosidad. Se trata de una cascada creada por la ruptura de las placas que crean el paisaje islandés. Un inmenso bloque de roca roto y quebrado ha dado origen al salto de agua al desplazarse. La falla ha sido horadada y ampliada a través de las eras por el río Hvítá que significa río blanco.
Nos dirigimos por el noroeste hacia el siguiente alojamiento, muy próximo a la Península de Snaefellsnes, donde pasaremos las dos siguientes noches.
Lunes, 13 de junio.
Después de un descanso reparador y un buen desayuno, comenzamos el recorrido por esta península, lugar de especial riqueza, donde se encuentra el volcán homónimo (el que sirvió de inspiración a Julio Verne para su novela ‘Viaje al centro de la Tierra’), varios glaciares, hermosas playas y la posibilidad de avistar distintas especies de aves.
El día de hoy es muy frío (4º, sensación térmica de -3º) y lluvioso. Ya en el anterior me resfrié y ahora ya he terminado por caer enfermo.
Absolutamente debilitado y sin aliento, tengo que hacer de tripas corazón y seguir el ritmo que marca el grupo. En ocasiones la coordinación de los pies se hace dificultosa y me encuentro sin fuerzas. Algo que me pone de muy mala leche, la verdad.
Nos acompañan las colonias de charranes, zarapitos, agachadizas, etc… De momento, ningún rastro del frailecillo, o puffin, y avistamiento lejano de alguna que otra foca.
Aunque yo no estoy mucho por la labor, procuro sacar mi mejor sonrisa para las fotos.
Termina la jornada y volvemos al mismo alojamiento que la noche anterior.
Ducha, ropa seca, cena ligera y a la cama para reponerse para el día siguiente.
Martes, 14 de junio.
Este es el día que dejamos los apartamentos y nos encaminamos hacia el norte de la península, a la Kirkjufell Mountain.
Hermosas vistas en un día bastante despejado y temperatura agradable.
Llegamos hasta el puerto de Stykkishólmsbær, pequeña ciudad y municipio de Islandia que se encuentra en la zona central de la región de Vesturland, en el condado de Snæfellsnes.
Aquí, antes de tomar el ferry que nos lleve a los fiordos del oeste, realizamos una pequeña caminata por Súgandisey Island Lighthouse.
Ahora el ferry nos lleva hasta Flatey que es la isla más grande de un archipiélago de unas cuarenta islas grandes e islotes situados en Breiðafjörður en la parte noroeste de Islandia. Flatey y sus islas circundantes fueron creadas según se cree a partir de un gran glaciar durante la era de hielo.
El ferry continua su trayectoria hasta las tierras de los fiordos del oeste.
Nos dirigimos ahora hasta Látrabjarg, un cabo formado por altos acantilados que albergan a millones de aves marinas. Látrabjarg está situado en el extremo noroeste del país, en la península de Westfjords, que es perteneciente a la misma región de Vestfirðir, municipio de Vesturbyggö.
Este es el lugar donde habita la mayor colonia de frailecillos.
Por fin, el esquivo pájaro, se muestra ante nosotros en todo su esplendor.
Una buena caminata por los acantilados para observar estas simpáticas aves que son uno de los símbolos de Islandia.
Termina esta jornada dirigiéndonos a nuestro próximo albergue.
Aseo, cena y descanso hasta el día siguiente.
Miércoles, 15 de junio.
Hoy recorremos diferentes puntos de los fiordos del oeste.
Llegamos hasta Dynjandifoss, una cascada situada en el fiordo Arnarfjörður de la región de Vestfirðir, al noroeste del país. También se le conoce como Fjallfoss (cascada de montaña).
Está compuesta por una serie de siete saltos y tiene una altura total de 100 metros, por cerca de 30 de largo en la parte más alta, y de 60 en la base. En verano vierte entre 2 y 8 metros cúbicos por segundo, mientras que en inverno el caudal se divide por la mitad.
Almuerzo en la zona recreativa, en la base de la cascada.
Llegada al albergue, en la península de Broddanes, lugar de cría de multitud de aves.
Las fotos muestran una de las cenas que realizamos en el alojamiento.
Y sí, he dicho cena. Una de todas las que hemos hecho bajo la luz del día; aquí, en estos meses, no deja de haber luz toda la jornada.
Jueves, 16 de junio.
Dejamos la península de los fiordos del oeste y entramos de lleno en el norte del país.
Nos dirigimos hasta las playas de Hvítserkur, en la costa este de la península de Vatnsnes, en Norðurland Vestra.
Lugar donde se pueden observar grandes grupos de focas, aunque en esta ocasión sólo pudimos ver alguna en la lejanía.
También son abundantes las colonias de gaviotas, charranes, fulmares, eider, etc…
Destaca sobre muchas cosas la gran roca basáltica que preside la playa. El farallón cuenta con dos arcos en su base que le dan la apariencia de un dragón bebiendo agua.
El nombre de Hvítserkur (camisa blanca, en islandés) se debe al color del guano depositado por las aves.
Vamos ahora hasta los alrededores de Blonduós, concretamente a Hrútey í Blöndu (Hrútey Island in Blanda River), una reserva natural que se encuentra dentro del río Blanda.
Lugar perfecto para almorzar y observar aves. Encontramos algunos nidos (posiblemente abandonados) de gansos.
Continuamos nuestro camino y, a eso de la media tarde, llegamos a Akureyri.
Ocupamos las habitaciones del alojamiento y el grupo tenía el resto del día sin actividades.
Yo decidí descansar mientras Pedro, Reme y la familia catalana se dedicaron a callejear por la ciudad.
En la ‘noche’ habíamos quedado para cenar, junto al guía, Javi, en un restaurante de la zona.
Viernes, 17 de junio.
Desayunamos más temprano que de costumbre.
La actividad que se presenta requiere madrugar un poco.
Nos dirigimos hasta el pequeño pueblo de Hauganes, en el centro de Eyjafjörður, el fiordo más largo de la Islandia septentrional.
Aquí tomamos un barco para realizar el llamado ‘Safari de avistamiento de ballenas’
Hoy el mar está bastante calmado y tenemos la suerte de poder ver algunos ejemplares emergiendo del fondo para respirar. Por los alrededores de la isla de Hrisey encontramos varias ballenas jorobadas.
Una de ellas, y este es el momento más emocionante para mi, pasa a menos de un metro del barco, justo a mi lado, con toda su majestuosidad, como recreándose en su movimiento y como sabiendo que me va a hipnotizar con su baile.
Dejamos la costa y nos acercamos hasta otro de los puntos de interés de la jornada, el lago Myvant y su famosa Godafoss, la cascada de los dioses.
El día se ha puesto realmente feo, con un fuerte viento y muy lluvioso, pero el espectáculo de la catarata es realmente alucinante.
Dentro de la región de Myvant, nos dirigimos hasta Krafla, la caldera volcánica de más de 10 kilómetros de diámetro y con una larga zona de fisuras de hasta 90 kilómetros.
Unas fotos en uno de los más conocidos cráteres de la zona, el llamado Viti.
Un largo paseo por entre los campos de lava y sus fumarolas en Leirhnjukur.Todo ello bajo una lluvia que nos ha calado hasta los huesos.
Sábado, 18 de junio.
Después de la noche en el albergue, nuestro día gira en torno al lago Myvant, entorno esencial para la observación de aves.
Antes, nos acercamos para contemplar la cascada de Dettifoss, la más caudalosa de toda Europa.
Es realmente alucinante escuchar el rugido de sus aguas y la fuerza de su caída.
Ahora ya sí, nos vamos a la zona del gran lago Myvant, dejamos el transporte cerca del Sigurgeir’s Bird Museum y damos paseos por sus alrededores, en un día que está resultando mucho mejor que el anterior.
El entorno del lago es lugar de numerosas anátidas que en este mes se encuentran en plena época de cría. Se pueden observar grupos de Ánade azulón, Archibebe común, Bisbita pratense, Charrán ártico, Cisne cantor, Esmerejón, Gaviotas, Lavanderas, Págalos, etc…
La situación geográfica de Mývatn lo convierte en una intersección de especies propias de Norteamérica, del Ártico y Europa.
Caminamos por la zona de los Skútustaðagígar, que son unos pseudocráteres, realmente no son respiraderos volcánicos productores de magma, sino que se formaron por explosiones de gas cuando la lava hirviendo fluyó sobre las superficies frías y húmedas hace unos 2.300 años.
Otro de los hermosos paseos por los alrededores del lago es la de la reserva natural de Hofdi.
Entre una vegetación espesa, con el lago como telón de fondo y el canto y trinar de los pájaros como banda musical, éste ha sido uno de los paseos más hermosos.
Ahora nos dirigimos hacia la zona de Dimmuborgir, un área de enormes campos de lava que está compuesta de varias cavernas y formaciones rocosas, los restos de actividad volcánica son quizá recuerdos de una antigua ciudadela derrumbada.
Lugar que se ha prestado a alimentar numerosas leyendas de trolls y seres del inframundo.
Finalmente llegamos al interior de una de las cuevas de este recorrido, la que tiene en su interior una laguna de agua termal y formó parte de una de las escena más tórridas de ‘Juego de Tronos’.
Domingo, 19 de junio.
Después del desayuno, dejamos el albergue y nos dirigimos a la zona geotérmica de Hverir.
Un gran paseo por este entorno de otro planeta, entre grandes fumarolas de gases sulfúricos y sus grandes pozas de lodo hirviendo.
Una mañana bastante despejada, aunque fría, en la que esta actividad, que estaba prevista para el día anterior, la hemos podido disfrutar hoy.
Tomamos la R1, en dirección a los fiordos del este, y en un cierto punto nos desviamos por la F907 para llegar a Möðrudalur.
Una parada en esta pequeña y singular localidad, perteneciente a los desiertos interiores de la isla, confluencia de caminos para cruzarla transversalmente y lugar de posibles avistamientos del ansar piquicorto.
Continuamos nuestra ruta y nos adentramos de lleno en los fiordos del este.
Llegamos, después de bastantes kilómetros en la furgoneta, a la población costera de Djúpivogur, en la región de Austurland, lugar de interés histórico, conocido puerto y populares museos.
Ya por la tarde, camino del nuevo albergue, pasamos por la playa de arenas negras de Fauskasandur, admirando sus formaciones rocosas, sus colonias de aves y alguna que otra foca.
Ahora nos dirigimos hasta Nature Reserve Beach, un impresionante mirador donde disfrutar de la fuerza del mar.
Llegamos a la población de Höfn donde tenemos nuestro siguiente hospedaje.
Lunes, 20 de junio.
Höfn está ya muy cerca del Parque Nacional Vatnajökull, y hasta sus inmediaciones nos dirigimos en este día, concretamente hasta la gran laguna de icebergs, Jökullsárlón.
Realmente ésta es una de las joyas de la corona, en cuanto a atracción turística, que tiene ese país.
El poderío visual que tiene esta inmensa laguna, surcada por multitud de icebergs, es de una belleza que te parte en dos.
Jökulsárlón es el lago más profundo de Islandia, con una profundidad máxima de 248 metros y su superfifie mide 18 km2.
Los icebergs que tiene están compuestos por hielo de más de 1000 años de antigüedad.
La laguna comenzó a formarse en 1934, cuando el glaciar Breidamerkurjökull empezó a retroceder y ha cuadrupicado su tamaño desde principios de los años 70
Los icebergs que se desprenden del glaciar y caen en la laguna se derriten lentamente y van a la deriva hacia el mar, donde son pulidos por las olas del Atlántico Norte antes de ser arrastrados a la orilla en la playa de color negro azabache llamada Breiðamerkursandur.
Esta extensión negra de arena está, por lo tanto, siempre cubierta de esculturas de hielo compactas y translúcidas que brillan al sol como los diamantes. Es por eso que Breiðamerkursandur es apodada la Playa Diamante.
Nos dirigimos ahora en dirección oeste hacia otra de las lenguas glaciares de este Vatnajökull.
Estamos en Fjallsárlón, uno de los lagos glaciares en el extremo sur del gran Vatnajökull. Fjallsjökull, que forma parte del glaciar más grande, llega hasta el agua del lago y algunos icebergs se desplazan por su superficie.
Esta zona, junto con las praderas que lo rodean, me parece, sin ninguna duda, unos de los lugares más hermosos de la tierra.
Nos vamos, después de esta maravillosa experiencia, hasta el área recreativa de Skaftafell, donde almorzamos en uno de sus bancos.
Luego, desde el centro de visitantes del lugar, iniciamos una caminata senderista hacia las cascadas que se encuentran en el recorrido.
Primeramente nos encontramos con el salto de agua de Hundafoss.
Seguimos en ascenso para llegar hasta la cascada estrella de este sendero, Svartifoss. Un gran salto de agua de más de 20 metros en el centro de una espectacular pared de piedra basáltica de formas hexagonales.
Nos dirigimos, por senda de desvío, atravesando la montaña, en dirección oeste, hacia el gran mirador del glaciar Skatafell, otra hermosa lengua del Vatnajökull.
Llegamos al albergue. Esta es la última noche en el recorrido por la isla, antes de regresar a Reikiavik.
Martes, 21 de junio.
Comenzamos el día visitando un magnífico cañón, Fjaðrárgljúfur.
Este camino por el desfiladero, horadado sinuosa y profundamente por el río, desde hace más de 2 millones de años, está rematado por la cascada Mögáfoss.
Nos dirigimos ahora a la población de Vik, en el extremo sur del país.
Estamos concretamente en la Black Sand Beach, en una mañana que se ha estropeado con la lluvia, y donde los acantilados basálticos en los que rompen las olas son el atractivo principal, Eso, las columnas que se levantan en el mar y la fuerza del mar.
Nos acercamos ahora a la península de Dyrhólaey, pintoresco brazo de tierra con un faro, magníficas vistas de Kirkjufjara y Endless Black Beach, un faro y un gran arco de roca volcánica en el mar.
A pesar del mal tiempo que nos ha tocado, el lugar es de una belleza sublime.
Esto ya va llegando a su fin.
Seguimos por la R1 en dirección oeste, hasta llegar a Skógafoss, que es una de las cascadas más grandes del país con 25 metros de ancho y 60 de alto. Debido a la cantidad de espuma que produce constantemente, un arcoíris simple o doble es normalmente visible en los días soleados (algo que hoy resulta imposible)
A 30 kilómetros en coche nos encontramos con otra de las grandes cataratas del sur del país, Seljalandsfoss.
El río Seljalandsá, el ‘río líquido’, cae cerca de 60 metros en lo que en otros tiempos era una escollera sobre el océano (que en la actualidad se encuentra a varios kilómetros) y que hoy marca el límite entre las Tierras Altas y el resto del país. Es posible subir la cuesta de la cascada y contemplar el panorama desde el punto en que el agua se lanza al vacío.
Tan sólo a unos cientos de metros de este salto de agua, se encuentra otro, no menos espectacular.
Gljufrafoss, es una pequeña cascada situada al norte de Seljalandsfoss. La catarata está parcialmente cubiertas por un peñasco, y cuenta con un sendero ventoso y unas escaleras de madera que permiten ascender más o menos hasta la mitad, desde donde se puede apreciar el panorama.
Después de unas cuantas horas de furgoneta, llegamos a Reikiavik, nos instalamos en el hospedaje y, después de aseo y pequeño descanso, tenemos la cena por nuestra cuenta.
En esta ocasión también vamos a compartirla con todos los compañeros, incluyendo, cómo no, a Javi, nuestro estupendo guía.
Aquí ya nos despedimos de él.
Naturalmente, hay que decirlo, ha sido un gran compañero de viaje, un trabajador incansable y, por supuesto, el gran experto en aves de esta aventura. Gracias por todo, Javi.
Miércoles, 22, y jueves, 23 de junio.
Hoy, y hasta la media tarde, tenemos tiempo para nosotros, sin prisa.
Pedro, Reme y yo, nos hemos levantado bastante tarde, nos hemos ido a desayunar con calma y hemos vuelto al hotel para ultimar nuestro equipaje.
A eso de las 11:00 lo hemos depositado en una habitación/consigna del hospedaje y nos hemos ido a recorrer la ciudad.
Sin prisa, la verdad. Paseos por la zona comercial, algo de shopping, comida en un vietnamita, copas en un irish pub, etc…
A la hora acordada, hemos vuelto al hotel, nos hemos encontrado con los compañeros catalanes (Emi, Edu, María, Nuria y Ferrand), nos ha recogido William, el muchacho que nos esperó en el aeropuerto el primer día y hemos llegado a la base aérea con tiempo suficiente.
Keflavik-Barcelona, con algo de retraso pero correcto.
En Barcelona yo me despido de todos, cada uno se irá a su casa por medios distintos.
Yo espero algunas horas y tomo el avión que me lleva a Alicante. Llego a las 11:00 del día 23 de junio.
Valoración: 5*****
Recomendable: Cómo puede alguien decir que un viaje a uno de los destinos más bellos del mundo no es recomendable? Por supuesto. Ha sido una experiencia única e irrepetible.
Gracias a todos, a Javi, a Emi, a Edu, a María, a Nuria, a Ferrand y a Pedro y Reme por haber compartido esta aventura.
Sin pegarme un gran madrugón, pero sin pausa, ultimo mi equipaje y abandono el apartamento.
Me dirijo en coche hasta la entrada de Antequera, donde vuelvo a un desayuno que me ha gustado, café con leche y mollete tostado, con aceite y tomate.
Antes de salir de la ciudad, me queda un último punto de interés por visitar, el Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera.
Dejo el coche a la entrada del recinto. Un lugar que, debido a la pandemia, está rodeado de unas medidas de seguridad y aforo especiales.
Un recorrido absolutamente señalizado, te dirige por camino, primeramente, al monumento llamado ‘El observatorio del caminante’.
Lugar presidido por la escultura que le da nombre, obra del año 2005 del artista Miguel García, es un gran espacio abierto a la vega antequerana desde donde se pueden contemplar la Peña y el Cerro de Marimacho, así como la relación espacial de los túmulos con estos elementos.
El itinerario te conduce al primero de los dólmenes, el Dolmen de Viera, llamado también Cueva de los Hermanos Viera o Cueva Chica.
Tiene aproximadamente 4.500 años y fue descubierto en 1903 por los hermanos Viera, aunque está documentado su conocimiento, al menos, desde el siglo XVI.
Puede considerarse un sepulcro de corredor que estaría formado por un largo pasillo, segmentado por dos tramos, al final del cual se dispone una cámara de planta cuadrangular, a la que se accede a través de una puerta perforada, en la que eran depositados los cadáveres y sus ajuares.
En el sepulcro de Viera se recuperaron algunos artefactos que pudieron haber sido parte de los ajuares allí depositados. Concretamente, un cuenco de cerámica, un vaso de piedra, un punzón de cobre, varias hojas y pequeñas herramientas realizadas en sílex (taladros y raspadores) y varias hachas en piedra pulimentada.
El recorrido lleva al segundo de los túmulos y al otro dolmen, el Dolmen de Menga, también llamado Cueva de Menga.
Este dolmen es una de las cumbres de la arquitectura adintelada en la Prehistoria europea. Y no sólo por su monumentalidad, a la ingente cantidad de mano de obra comprometida en su construcción o al peso descomunal de las losas que lo componen. Por encima de todo la grandiosidad de Menga radica precisamente en eso, en su carácter arquitectónico, en la creación de un espacio interno realmente asombroso que difícilmente encuentra parangón en otros casos del Megalitismo europeo. No se puede olvidar que más de la mitad de las referencias a dólmenes que se hicieron en Europa en el siglo XIX aludían al dolmen de Menga. Se trata de una construcción que tiene más de 5.500 años.
Termino la visita pasando por el Centro Solar Michael Hoskin, una amplia plazoleta en la que se encuentra entre otras cosas este original reloj de sol. Con ello pongo fin a este espacio arqueológico de valor incalculable.
Los Dólmenes de Antequera, desde el año 2016, fueron considerados Patrimonio Mundial de la Unesco.
Ahora ya, vuelvo al coche y salgo de Antequera para volver a casa. Antes hago una parada en los pueblo de Purullena y Guadix. En el primero para visitar los puestos de cerámica y en el segundo para comer con tranquilidad y, después, retomar el camino de regreso.
Reflexión rápida de este viaje:
Antequera ciudad, me ha dejado estupefacto, es un lugar hermoso y lleno de pura historia.
El Torcal, es uno de los espacios naturales más alucinante. Me ha dejado sin palabras.
La ruta de las Arquillas, es un simpático y cómodo recorrido que tiene la cultura romana en su origen.
Accesos al Caminito del Rey, una excusa ideal para disfrutar de los tres embalses y el río Guadalhorce.
El Caminito del Rey, la plataforma más famosa que discurre por las paredes del río Guadalhorce.
Los Dólmenes de Antequera, la prehistoria presentada en bandeja de plata.
Por fin, ha llegado el momento!!! El día del Caminito del Rey. Estoy realmente emocionado. No quiero, por ello, desmerecer, en absoluto, las caminatas anteriores, pero esta llevo tanto tiempo deseando hacerla y es una ruta que hay que reservar con meses de antelación que… estoy en una nube!!!
También diré que, ante unas expectativas tan grandes, igual me llevo un chasco de cojones.
Madrugo, desayuno, dejo el hotel y me pongo en marcha, tomando el acceso corto, tal como hice el día anterior, hasta llegar al edificio de control y comienzo de la ruta.
La gente vamos llegando y agolpándonos en la entrada. Un poco, bastante, descontrol. Unos que llevan el ticket guiado, en inglés, otros con la entrada guiada, en español, algunos, es mi caso, que llevamos el billete sin guía y… sorpresa!!! bastante gente sin dicho documento y que espera adquirirlo en este momento. Yo alucino!!!
Después de este caótico primer encuentro con la ruta, algún que otro rifi-rafe con la gente acumulada y una organización, en este sentido, algo deficiente, comienza la caminata.
El Caminito del Rey es un senda aérea construida en las paredes del Desfiladero de los Gaitanes. Es un camino adosado al citado desfiladero con una longitud de 3 kilómetros que cuenta con largos tramos y con una anchura de apenas 1 metro. Se inicia en el término municipal de Ardales, atraviesa el de Antequera, y concluye en El Chorro (Álora).
Este camino está colgado en las paredes verticales del desfiladero y a una distancia media de 100 metros sobre el río.
Este sendero se construyó porque la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, propietaria del Salto del Gaitanejo y del Salto del Chorro, necesitaba un acceso entre ambos “saltos de agua“ para facilitar tanto el paso de los operarios de mantenimiento como el transporte de materiales y la vigilancia de los mismos.
Para inaugurar esta gran obra, el rey Alfonso XIII se desplazó en 1921 hasta el lugar en la presa del Conde del Guadalhorce cruzando para ello el camino previamente construido.
Fue a partir de este momento cuando las gentes comenzaron a denominar a aquel camino como «Caminito del Rey», nombre que se mantiene en la actualidad.
El paso del tiempo, el abandono y la falta de mantenimiento llevó a esta importante y singular obra a deteriorarse de tal manera que se hizo casi impracticable. De hecho, en algunos tramos del recorrido se puede comprobar que faltan barandillas y hay zonas en el pavimento que se han destruido y desaparecido, quedando a la vista sólo la viga de la base.
Precisamente, su peligrosidad y el hecho de ser una de las zonas de escalada más importantes de Europa contribuyó a incrementar su fama, lo que ocasionó que numerosos excursionistas se dirigieran a El Chorro motivados por recorrer el Caminito.
Esto propició numerosos accidentes (algunos mortales) a lo largo de los años y acrecentando así su leyenda negra.
A raíz de todo ello, la Junta de Andalucía, para evitar más desgracias decidió cerrar los accesos al camino, demoliendo su sección inicial a fin de evitar el paso de los visitantes.
Incluso se decretó la imposición de una multa de 6.000 euros al que circulara por el Caminito del Rey (saltándose los accesos cerrado o accediendo mediante escalada) o por los túneles del tren (zona por el que también se puede volver del Caminito y con peligrosidad evidente)
A partir de febrero 2014, la Diputación de Málaga inició el proceso de adjudicación de las obras de restauración completa del mismo. A finales de marzo de 2015 el Caminito se abrió al público.
Desde ese momento, y hasta la fecha, la multitud que se decide a hacer esta caminata es tal que se han puesto límite de entradas y las reservas son de meses.
En la zona del Desfiladero de los Gaitanes existen una veintena de cavidades, algunas de ellas colgadas varias decenas de metros por encima del curso del río, y cuya evolución se ha visto afectada por el progresivo encajamiento del río Guadalhorce, que ha ido profundizando el desfiladero en sucesivas etapas.
De entre las diversas unidades presentes se encuentran una formación de conglomerados y calcarenitas, sedimentos miocenos que presentan bellas estructuras sedimentarias, algunos restos fósiles de ballenas y también unas formaciones areniscas de tipo «taffoni» y que consisten en unos promontorios redondeados de arenisca en los que la erosión ha excavado una cueva o abrigo.
Entre unas cosas y otras el recorrido está llegando a su fin y discurro, después de pasar por el puente y el chorro, por la pista que me lleva hasta el edificio de control de salida de la ruta.
Allí se devuelve el casco que nos han facilitado a los participantes del trayecto y entro a la población de El Chorro para tomar el bus/lanzadera que me devuelve, por carretera, a la zona inicial de la ruta, muy cerca de donde se encuentra mi coche aparcado.
Ahora cojo el coche y voy nuevamente, sin parada alguna, a la población de Villanueva de la Concepción, donde tengo reservada otra noche en un apartamento (casualmente el mismo que tuve en días pasados).
Como algo de tapeo en un bar del pueblo, hago una pequeña compra en el super y vuelvo al hospedaje. Tarde tranquila, algo de tele y ya preparando el día siguiente.
Realmente estuve toda la noche rezando para que el día de hoy no amaneciese lluvioso.
Alguna nube, más o menos amenazante, pero nada como el día anterior. Esto ha hecho que mis planes para este miércoles se hayan mantenido intactos.
Dejo el apartamento, hoy me dirijo a otra zona de Málaga, y, antes de llegar a mi destino, hago una parada al oeste de la ciudad de Antequera, por donde están las urbanizaciones de Santa Catalina, Nueva Andalucía y Los Alminares, para realizar una caminata que llevo preparada en el gps, la de Las Arquillas.
Ruta de las Arquillas de Antequera.
Con una vista impresionante de La Alcazaba y la Peña de los Enamorados, al fondo, dejo el coche en el punto de salida de este recorrido que, espero, será sencillo, corto y agradable.
El Camino de las Arquillas es una antigua senda construida en época de los romanos.
Su finalidad era la de canalizar las aguas desde el paraje de la Magdalena hasta la misma ciudad de Antequera.
A lo largo de todo el recorrido se pueden contemplar las ‘Arquillas’ construcciones/depósito por las que discurría el agua que se llevaba a la ciudad.
La senda transcurre a media altura de la sierra y permite tener unas magníficas vistas de los campos de los alrededores.
Una caminata bastante cómoda que me lleva hasta el Convento de la Magdalena, una construcción que alberga además un lujoso hotel de 5 *****
Este es el punto final del recorrido, a partir de aquí se vuelve sobre mis pasos para llegar al punto de partida.
Dejamos atrás el Hotel/Convento con la sierra del Torcal a su espalda, la cara norte de esta serranía.
Llego hasta el coche, después de caminar unos 6’32 kilómetros, y me dirijo al oeste, a la zona de los tres embalses, donde me espera el hotel que tengo reservado.
Ruta de los accesos (largo y corto) del Caminito del Rey
Todo este viaje al norte de la provincia de Málaga lo he preparado entorno a la actividad que realizaré mañana, 16 de septiembre, y de la que tengo la reserva hecha desde hace tiempo, El Caminito del Rey.
Llego al hotel, en pleno paraje de los tres embalses, el Embalse del Conde de Guadalhorce, el Embalse del Guadalteba y el Embalse del Guadalhorce.
Me instalo en la habitación y busco un lugar para comer.
Después, ya que la ruta del Caminito está reservada para las 9:05 del día siguiente, para no ir justo de tiempo, voy a realizar un recorrido que comienza desde el hotel hasta la caseta de entrada al Caminito. Así, calculando el tiempo, podré ir con holgura.
Hay dos accesos posibles hasta la caseta de admisión. Voy a hacer el corto de ida y luego el largo para la vuelta.
Del hotel, andando por la carretera, se llega al acceso por un túnel a la pista que lleva a la entrada norte del Caminito.
Esta pista tiene unas panorámicas increíbles de las sierras de los alrededores y del río Guadalhorce.
Llego a la entrada norte y, aquí, tomo la pista de regreso por el llamado acceso largo, este discurre a un nivel más bajo, más cercano al río.
Es una pasada de bonito y el día, la verdad, acompaña, muy luminoso con muy buena temperatura.
Llego a otro de los túneles de entrada, este bastante más corto, y desde aquí hasta el hotel hay menos de un kilómetro.
Esta segunda ruta del día ha sido realmente hermosa, 5’03 kilómetros y un desnivel de 199 metros.
La tarde la destino al descanso y a preparar mi mente para la ruta de mañana.
Ha estado lloviendo durante toda la noche, bueno, ha estado diluviando.
Mis planes de ruta por el Torcal, según van pasando las horas, se van evaporando por minutos.
Ya llega un momento, a eso de las 10:30, que deja de llover y, aunque sigue muy nublado, me animo a coger el coche y dirigirme hasta la entrada del parque, aunque debo confesar, casi sin ninguna esperanza.
Llego al parking, un espacio ahora vacío, y, rodeado de una espesa niebla y una temperatura fría, me paso algunos minutos pensando qué hacer al respecto.
En este espacio natural hay muchas posibilidades de hacer senderos, o rutas, más o menos complicadas, a gusto del consumidor.
Yo llevo una caminata preparada en mi gps y, finalmente, viendo que empieza a despejar, me animo haciendo un pequeño recorrido por una senda que lleva hasta una formación llamada ‘El Tornillo’.
El terreno está fangoso y resbaladizo. Aún hay restos de neblina. No se oye ni un alma y además con esas formaciones rocosas tan inquietantes, tu mente puede jugarte una mala pasada y cagarte por la pata abajo, jejeje
Llego al ‘Tornillo’ y al cartel que te explica cómo se han formado estas singulares piezas rocosas.
Tomo un sendero que me lleva, por la carretera, hasta la zona de parking. Llego al coche y saco del maletero uno de mis bastones de senderismo. Viendo que el tiempo comienza lentamente a mejorar me animo a seguir por otro de los circuitos del paraje, que comienza justo donde se encuentra el Centro de Visitantes (por el momento vacío).
Un corto camino que me lleva al Mirador de las Ventanillas, aunque con la niebla no te ofrece ninguna vista.
Tomo ahora otro de los senderos que me lleva a la Hoya de la Burra y la explanada de las Catedrales.
He hecho bien en tomar el bastón, el camino tiene muchísimo barro y está muy resbaladizo.
Caminar por entre estás figuras fantasmagóricas, más solo que la una, es un poco de película de terror, la verdad.
Incluso hay momentos que la imaginación se te dispara y dices… ‘mira, un pene’ 😉
Me traen recuerdos de otras conocidas formaciones, como las Agujas de los Frailes de Quatretondeta, los Hoodoos de Utah o los alrededores de Montserrat en Barcelona.
Impresionantes gigantes de piedra que te rodean y te atemorizan.
Siguiendo el sendero llego a la plazoleta de las Cuatro Torres.
Algunos de estos fantasmas me llevan a recordar al gigante ‘come piedras’ de la Historia Interminable.
El camino igual te lleva a explanadas donde te rodean columnas de piedra como se estrecha y te engulle en una selva de vegetación jurásica.
Las rocas se acercan tanto a ti que parecen querer tu energía. Me tiene alucinado este paraje.
A esta altura del recorrido empiezo a encontrarme con algunas personas, no muchas, que hacen el sentido contrario.Esto me hace pensar que no estoy solo en este planeta roca.
Mirando la foto de abajo… No es el gigante ‘come piedras’ que he dicho antes?
Últimos tramos de este recorrido, el llamado ‘El Púlpito’ y ‘El Arce de Montpelier’
Se llega con bastante comodidad hasta el parking donde se encuentra el auto.
Originalmente la ruta que tenía preparada era de algo más de siete kilómetros. Esta variante ha tenido cerca de cinco. La dificultad ha sido sobre todo por lo mojadas que estaban las rocas y el barro en el camino.
Hay que destacar lo increíblemente hermoso que es este parque.
Me he dirigido a Villanueva de la Concepción, he comido de tapeo en un bar y, por la tarde, siesta y prepararme para el día siguiente… que también tendrá sus caminatas.
Este era uno de los viajes que tenía pendiente desde hace unos cuantos meses. Quería aprovechar que la pandemia y sus restricciones disminuyeran para poderlo realizar. Una visita por algunos lugares de interés al norte de la provincia de Málaga, concretamente por los alrededores de Antequera, así como una ruta urbana en la ciudad.
Este lunes, 13 de septiembre, a las 03:30 horas, he subido a mi coche con los bártulos necesarios y me he lanzado a las autovías A7, A91, A92N y A92 para, pasando por Murcia, Puerto Lumbreras, Vélez Rubio, Baza, Guadix, Granada, Loja y Archidona (entre otras muchas poblaciones) hasta llegar a la ciudad de Antequera.
Llego a primeras horas de la mañana y, aunque estoy cansado, me animo a realizar un tour por este maravilloso municipio andaluz.
Dejo el auto en uno de los parking que hay cerca de la Puerta de Granada. Subo la cuesta que me lleva al Mirador y a la Iglesia del Carmen. Me dirijo a la Puerta del Carmen y el Torreón de Asalto.
Voy hasta la Torre Torcida y la Puerta del Agua, retrocedo y, por la calle de la Niña de Antequera, llego al Mirador de la Niña, a la Ermita de la Virgen de la Esperanza y a la Puerta de Málaga.
Vuelvo hacia atrás y, por la calle Villa de Enmedio, accedo a la Real Colegiata de Santa María la Mayor, a la plaza mirador de Santa María y a las Termas Romanas de Santa María.
Por la calle del Colegio llego al Mirador de las Almenillas, al Arco de los Gigantes y a la Alcazaba de Antequera.
Bajo por la calle Rastro, donde se encuentra la Fuente del Toro, y por la cuesta Viento llego a la Iglesia de la Paz.
Cuesta de la Paz hacia abajo me paro en la Plaza de San Sebastián y frente a la Parroquia de San Sebastián, en una cafetería, me tomo un café con leche y un mollete de pan tostado con aceite y tomate; mi desayuno del día.
Es una locura la cantidad de edificios civiles señoriales, ermitas, conventos, iglesias, monasterios, etc… que tiene Antequera. Así como restos megalíticos y de cultura romana y árabe.
Sigo mi recorrido y llego, por callejuelas del centro, a la Iglesias de San Agustín, Nuestra Señora de Loreto y de la Encarnación.
En la plaza de Coso Viejo se encuentra el Convento de Santa Catalina de Siena.
Tomo la calle Calzadas, paso por la plaza de San Francisco, donde se encuentra el Mercado de Abastos de Antequera, sigo por la calle Santa Clara y tuerzo a la derecha en la calle San Pedro hasta llegar a la iglesia que lleva el mismo nombre.
Termino en la plaza de Santiago, donde se encuentra la iglesia parroquial de Santiago Apóstol y el museo de Santa Eufemia, y por la calle Belén se accede al Convento de Santa Eufemia, a las Religiosas Clarisas y al Convento de Belén.
Desde aquí se llega a la Puerta de Granada (ahora en plena reforma) y a los jardines del Rey Juan Carlos I.
Ya muy próximo se encuentra el coche y concluye así este recorrido por Antequera, del que seguramente me han faltado un montón de lugares de interés. Es alucinante la riqueza de esta ciudad!!!
Una primera idea era la de alojarme en Antequera pero, pensando que al día siguiente iba a recorrer el Paraje Natural del Torcal, reservé un par de noches en un apartamento en la población de Villanueva de la Concepción, que se encuentra muy próxima a la entrada de este parque.
Hasta allí me dirijo, ocupo la habitación, como en un bar del centro, hago algo de compra en un super y vuelvo para descansar hasta el día siguiente.
Han sido muchos kilómetros en coche y, aunque han sido sencillos, cerca de 5 kilómetros pateando la histórica población de Antequera.