Para este viernes, últimos coletazos de las fiestas de Pascua, he seleccionado una ruta, entre el paseo urbano y la caminata por la sierra, que me ha parecido, cuando menos, interesante.
Me he dirigido hasta la población valenciana de Adzaneta de Albaida para comenzar un recorrido por sus calles y rincones, su ruta de los Lavaderos y alguno de los senderos de la ladera noroeste de la Sierra del Benicadell (entre los términos de Albaida y Adzaneta).
Adzaneta de Albaida (Adzeneta d’Albaida, en valenciano) es una localidad y municipio situado en la parte centro-sur de la comarca del Valle de Albaida, en las estribaciones de la Sierra del Benicadell, en la provincia de Valencia.
Aunque en el término municipal se han encontrado yacimientos de la Edad del Bronce, ibéricos y romanos el origen del actual núcleo de población es una alquería de origen árabe documentada en el Llibre del Repartiment de Valencia donde figura como: «Açenet» palabra bereber que corresponde con el nombre de una tribu de la zona de Cabilia en Argelia. Dependería, con otras alquerías de la zona del cauce alto del río Albaida (algunas ya desaparecidas que han dado nombre a algunas partidas del término municipal como «Betilla») del distrito de Albaida. Fue conquistada por las tropas de Jaime I como el resto de la zona por rendirse el «alcaid» a cambio de mantener las rentas de unos molinos de época musulmana que aún se conservan situados en la Acequia del Puerto, entre Adzaneta y el Castillo Viejo de Albaida (en término municipal de Albaida), tal y como figura en el Llibre del Repartiment. Estas tierras pasaron a la propiedad de Jaume de Milán, primer conde de Albaida, en 1477. Desde entonces perteneció al marquesado de Albaida, como fue denominado desde 1604, hasta que en 1787 fue declarada baronía independiente.
Comienzo dejando el auto en la Calle Bélgida, llego hasta la avenida de Palomar y sigo, hacia el sur, pasando por el Lavadero Municipal (punto 0 de la Ruta dels Llavadors). Caminando por la calle de las Ánimas y el paseo de la Acequia del Puerto continúa este recorrido por los lavaderos de Adzaneta.
Continúo ahora accediendo a la Plaza del Calvario para llegar hasta la Ermita del Santísimo Cristo de la Fe.
Salgo de la localidad por la calle de Adzaneta del Maestrat y la calle Pastors.
Tomo la senda en ascenso que me lleva por entre un par de canteras hasta llegar, por estrecha vereda, a la fuente de San Luis Beltrán.
En una próxima bifurcación, tomo una angosta vereda, a mano derecha, que me acerca hasta los Alcavons del Torrente y al Molí de d’Alt; algo que resulta prácticamente imposible, ya que la trocha junto a la acequia está repleta de vegetación y maleza y tengo que dar marcha atrás y acceder al molino por otra alternativa.
En el retroceso llego hasta un camino que me lleva, con las piernas llenas de arañazos, a la CV-6170
Continúo, por asfalto, en dirección sur, hasta llegar al Molí de Dalt y a la Casa Molino Martínez.
Después, por una senda cubierta de maleza y zarzas, llego al enrejado de las ruinas del Convento Monasterio de Santa Ana. Me cuelo por un hueco en la valla y… casi salgo de entre las ruinas, jejeje.
Por fin (debo confesar que me ha costado lo suyo) salgo al camino. Ahora, hacia el sur, entre campos de cultivo, me encuentro con una acequia que va en paralelo al cauce del río, sigo el canal hasta llegar al punto, bajo la autovía, que llaman el Nacimiento del Puerto de Albaida.
Sigo bajo la autovía hasta llegar a otro sendero, a mano izquierda que me llevará, esta vez con más comodidad, hasta las ruinas de la casa de los trabajadores del monasterio y a la CV-6170
Siguiendo la carretera me dirijo hasta la entrada del pueblo.
Entro en Adzaneta por la CV-615, la avenida de Albaida y la calle Alicante para llegar, en la calle de la Virgen de los Desamparados, a la Fuente de los 21 chorros.
Retrocedo, tomo la calle de San Roc, la del Bot y la plaza de la Iglesia, donde se encuentra la Real Parroquia de San Juan Bautista.
Ya sólo queda, por la calle de San Antonio, incorporarme a la de la Virgen de los Desamparados, pasar por delante del Ayuntamiento y, nuevamente, por el Lavadero Municipal llegar al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Distancia: 9 kilómetros (+/-)
Desnivel: 160 metros
Dificultad: Fácil
Recomendable: Por supuesto. Es una caminata bastante sencilla que combina lo urbano con un paseo por los campos del alrededor, todo ello lleno de historia y lugares de mucho interés.