El 2022 se escapa, como el agua entre los dedos, y es la ocasión perfecta para repasar y hacer balance de las cosas que han sucedido durante este periplo.
365 días llenos de situaciones y experiencias de todo tipo. Momentos extraordinarios, especialmente buenos, compartidos o solitarios, de tranquilidad o desasosiego, inquietantes, tóxicos o execrables.
Todos, absolutamente todos, ya ahora, quedan archivados en la gran sala del pasado.
Lo negativo duerme automáticamente y queda semi oculto, entre sombras, muy al fondo de nuestra evocación.
Lo positivo permanece en el primer plano de la memoria, siempre listo para que su recuerdo traiga a nosotros una sonrisa, una risa y un sentimiento de felicidad.
Concretando en el tema que ocupa esta web, ha sido un año bastante productivo:
Aproximadamente unas 114 salidas, entre senderos, sierras, montañas o caminatas urbanas.
Màs de 1.110 kilómetros andados.
Dos países y cuatro comunidades autónomas visitadas.
A todas esas personas, amigos y conocidos, que han compartido caminatas y senderos, a los que están y a los que han pasado por mi vida, les quiero agradecer el hecho de compartir la experiencia y el amor a la naturaleza conmigo.
Nos viene ahora el 2023. Un lienzo en blanco que deseo pintar con grandes aventuras. Un nuevo año en el que tengo puestas muchas ilusiones y proyectos.
Es muy posible que ésta sea la última caminata del 2022.
Para este día he elegido, por asuntos personales, una caminata algo más corta de lo habitual.
Jesús y yo (hoy no nos han acompañado Pedro y Reme), nos hemos dirigido hasta la población de Ibi, desde la que hemos comenzado nuestra ruta por la cara sur del Parque Natural del Carrascal de la Font Roja, Sierra del Menejador.
Comenzamos ascendiendo de manera brutal por la senda rocosa que circula en paralelo al Barranc dels Cirers (PR-CV26)y el Barranc de les Rabosses.
Durante el primer kilómetro y medio la subida es poderosa y las vistas de la Foia de Castalla son realmente acojonantes, después continúa algo más suave y entre pinos, lo que la hace muy agradable.
Esta senda nos va a llevar directos al Mas de Foiaderetes, una antigua masía que se encuentra en un cruce de caminos muy frecuentado por todo tipo de caminantes y deportistas.
Aquí hacemos una pequeña pausa para beber y comer alguna fruta.
Seguimos, desde este punto, en dirección norte, por la PR-CV26, la que nos llevaría hasta el Mas de Tetuán, a la cima del Menejador o al Santuario de la Font Roja.
Pero, a unos 300 metros y a mano izquierda, salimos de esta pista para incorporarnos a una vereda/trocha que nos conducirá en descenso, por entre torrenteras y quebradas, al Barranc de la Camarera.
Este itinerario nos acerca hasta una pista forestal que circula entre el Morret del Barber y el Cabeç de la Camarera.
Encontramos ahora, a nuestro paso, algunos campos de cultivo, principalmente de olivos.
Pasamos cerca del Mas de Santa María y el barranco homónimo para acceder a la vía pecuaria (PR-CV127) y entrar de lleno al Barranco de los Molinos.
Llegamos al Molí de Petuta, a la Zona Recreativa del barranco y al Racó d’Almarra.
La senda nos lleva a las paredes llamadas ‘La Trompa de l’Elefant’ y a la fuente con su mismo nombre.
También se presentan ante nosotros los molinos de La Peña, de La Tía Roseta y de La Llapisera.
En este suave y agradable descenso del barranco, llegamos a la carretera CV-801.
Algo de asfalto y a un kilómetro (+/-) se encuentra nuestro auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Alguien lo puede dudar? Han sido unos 10 kilómetros, con un desnivel de unos 330 metros, en una mañana luminosa y muy agradable, tanto por la temperatura como por la compañía.
Último lunes del mes y del 2022, comienza la cuenta atrás para dar fin a este año. Un día, hoy, bastante luminoso, con algunas nubes y, según avanzaba la mañana, con una temperatura más de una primavera que de un invierno.
Para esta jornada, de caminata en solitario, he optado por una ruta de las emblemáticas de la provincia, la subida al Montcabrer desde las Casetes de Vilaplana.
Desde el grupo de viviendas de Vilaplana, donde he aparcado el coche, he comenzado este recorrido.
La ida y la vuelta se realiza prácticamente por mismo sitio, y todo ello es un tramo de la GR7, que discurre entre los términos de Alcoy y Cocentaina.
Un estrecha senda en ascenso, para comenzar y llegar al Collado d’en Sabata.
En el collado se encuentra un cruce de caminos; por la derecha al refugio de Folletes, al frente, derecha, al Pla de les Codolles y Penyes Monteses, al frente por la izquierda, al Barranc del Carrascalet y las distintas fuentes a su paso y la senda de la izquierda que lleva al Mas dels Capellans.
Tomo la senda del frente/derecha, la que lleva por el Pla de les Codolles a las Penyes Monteses.
Sigo en ascenso y se cruzan conmigo, en ambos sentidos, varios senderistas y runners; algo que me hace suponer que la cumbre debe estar a tope de gente.
Ya desde las Penyes Monteses se divisa el macizo rocoso del Montcabrer.
Un último esfuerzo hasta llegar al vértice geodésico (1390 msnm).
Me ha sorprendido no encontrarme demasiada aglomeración de gente; algo que agradezco, sinceramente.
Es habitual por estas fechas que se coloque algún Nacimiento junto a la cumbre, en esta ocasión hay tres portales, uno con la Sagrada Familia, un segundo con los Reyes de Oriente y el tercero con pastores y diferentes personajes… Todo un espectáculo en las alturas!!!
Las vistas desde esta hermosa atalaya son realmente imponentes.
Los embalses de Bellús y de Beniarrés, en los valles de Albaida (Valencia) y de Planes, muchas de las sierras del sur valenciano y gran parte de las poblaciones alicantinas de El Comtat, así como de L’Alcoiá, la Sierra del Menejador, la de la Almudaina, la Serrella y la propia Sierra de Mariola, que es donde se encuentra esta cima.
Ni que decir tiene que este lugar es uno de mis rincones favoritos.
Un rato de reposo y contemplación, unas cuantas fotillos (algo muy habitual en los vértices geodésicos) y comienzo el regreso.
Como ya he comentado, la ida y la vuelta se hace por las mismas pistas, caminos y sendas; lo que ha sido una subida, entre suave y brutal, se convierte ahora en descenso entre sencillo y ‘tocahuevos’.
A la llegada al cruce de caminos (Coll d’en Sabata) tomo la opción de la vereda que conduce al Mas dels Capellans.
Esta senda, entre vereda y trocha, conduce a una pista que pasa por el Mas en cuestión y continúa de forma cómoda hasta las Casetes de Vilaplana y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Sí, sin ninguna duda. Han sido unos 10 kilómetros, con un desnivel de 535 metros, en un día bastante extraño de calor y, al ser festivo en muchas poblaciones, algo más concurrido de lo normal.
Para darle la bienvenida al invierno, en este miércoles de diciembre, hemos elegido una caminata por la cara norte de la Sierra de Mariola, concretamente desde la población de Agres.
Desde este municipio hemos comenzado nuestra ruta, callejeando por el pueblo y disfrutando de sus fuentes y sus rincones.
FONT D’ENMIGESGLESIA DE SANT MIQUEL
Hemos dejado el auto cerca de la entrada de la pensión restaurante Mariola, en el carrer Sant Antoni, ya que, al terminar el recorrido, comeremos allí.
FONT DEL RAVAL (foto de una vecina)
Tomamos la subida por el carrer Major. llegamos a la Font d’Enmig y a la plaça d’Espanya, donde se encuentra el Ajuntament y l’Esglesia de Sant Miquel Arcángel.
Seguimos en ascenso por el carrer de l’Esglesia, el carrer Sant Caietá y el carrer Sants de la Pedra para llegar hasta la Font del Raval.
Ahora por el carrer de la Purísima llegamos al carrer del Convent y nos encaminamos hasta el Santuari de la Mare de Déu d’Agres.
SANTUARI DE LA MARE DE DÉU D’AGRES
Aquí tenemos otra de las fuentes de nuestro recorrido, la Font del Covent.
FONT DEL CONVENTSANTUARI (foto hecha por un ‘runner’)FONT
Hay otra pequeña fuente, muy cerca del la Cova del Convent.
En este punto, descendemos por las estrecha calles de Agres, para llegar ahora, por el carrer Verge d’Agost, a la Fonteta, un pequeño surtidor de agua en una zona abalconada con vistas al Barranc del Molí.
LA FONTETAVISTA DEL SANTUARI
Continuamos, en dirección al Camí de la Mola, y nos encontramos con el Llavador del pueblo, la Font de l’Assut y la Font del Molí.
FONT DE L’ASSUT (foto hecha por una muchacha)EL LLAVADOREL LLAVADORFONT DEL MOLÍCAMÍ DE LA MOLA
Ahora, ya sí, dejamos Agres a nuestras espaldas y caminamos, unos dos kilómetros, por pista (Camí de la Mola) para hacer una visita al Yacimiento de la Edad del Bronce de la Mola.
LA MOLA D’AGRES
Este asentamiento, que comenzó el la Edad del Cobre, tuvo su máximo esplendor y crecimiento en la Edad del Bronce, y los estudios y trabajos arqueológicos en esta zona dieron sus frutos con el hallazgo de diferentes piezas, utensilios, cerámicas, etc…
Después de esta visita, volvemos a la pista para tomar una senda que nos acerca a la Font de l’Alficosset.
CAMÍ DE LA FONT DE L’ALFICOSSET
Llegamos a esta magnífica fuente, con su balsa, al pie de unas enormes peñas, en la cara norte de la Sierra de Mariola.
BASSA DE L’ALFICOSSETFoto hecha por un amable senderistaFONT DE L’ALFICOSSET
Retrocedemos para regresar a la pista de nuevo. Ahora nos dirigimos, en importante descenso, hacia otra de las fuentes, la del Arriero, por la zona llamada de El Secanet.
Con esta diminuta fuente termina el recorrido por los campos de Agres.
FONT DE L’ARRIERO
Comenzamos el retorno al pueblo, este tramo es algo duro por tener que caminar, en ascenso a veces ‘tocahuevos’, sobre pista de cemento.
CAMINO DE REGRESO A AGRES
La entrada a Agres la realizamos por el carrer del Llavadoret, unas cuantas fotos en este pequeño lavadero, seguimos por el carrer del Mig, donde nos encontramos la última fuente de nuestra ruta, la Font de Barxeta (aunque hay alguna más por el pueblo).
Seguimos ahora hasta la pensión restaurante Mariola para comer y, al finalizar, tomar el auto y regresar a Alicante.
LLAVADORET D’AGRES
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente sí. Han sido unos 10 kilómetros, con un desnivel de 375 metro, un recorrido lleno de abundantes puntos de interés y una compañía de máximo lujo.
El poblado de la Mola es un yacimiento arqueológico que se encuentra localizado al este de la población de Agres, en la ladera norte de la sierra de Mariola.
El asentamiento se ubica a 791 msnm y se conoce desde principios del siglo xx gracias a los trabajos de diferentes autores asociados al Museu Arqueològic d’Alcoi y al Servei d’Investigació Prehistòrica.
Las excavaciones se iniciaron en 1978 y a partir de 1995 se procedió a realizar las excavaciones en mayor profundidad. Estos trabajos nos han permitido conocer que la Mola d’Agres se ocupó desde la Edad del Cobre hasta la actualidad, con algunos periodos de abandono.
El paisaje que rodeaba este poblado en época prehistórica, estaría dominado por un carrascal, donde vivirían las especies de fauna silvestre como los ciervos y corzos, de las cuales se han hallado restos en el yacimiento. Este tipo de fauna tenía menos importancia que la doméstica compuesta fundamentalmente por ovejas, cabras, bueyes y cerdos.
En la Edad del Bronce, se amplía el área del poblado. Las excavaciones de esta fase permiten conocer las estructuras del hábitat, con una cronología entre el 1800 a. e. c. y el 750 a. e. c., en las que se aprecian agujeros para los postes que sustentaban las techumbres. También se han documentado gran cantidad de restos materiales: cerámica, sílex, piedra pulida, hueso, marfil, bronce, etc… Las actividades principales en la Edad del Bronce tendrían un carácter agropecuario (agricultura de secano y ganadería). En cuanto al mundo funerario, se han localizado varias inhumaciones, entre las que podemos destacar la que corresponde a un individuo varón, joven, que fue enterrado con un ajuar compuesto entre otros elementos por un puñal de bronce.
La Mola se volvió a habitar durante el período del Bronce Final a la Primera Edad del Hierro. De este periodo se han encontrado cerámicas decoradas, una fíbula de codo de bronce y un peine y un mango de marfil.
El ocaso de la Mola d’Agres coincide con la llegada de los fenicios.
Después, no vuelve a ocuparse hasta época medieval (período andalusí, siglo XI).
La ruta elegida para este lunes de diciembre ha sido una caminata de las más conocidas e indispensables de la provincia de Alicante, un recorrido, de los muchos que tiene, por el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja.
Dejo aparcado el coche en el parking, junto al santuario, y comienzo mi recorrido pasando por la amplia zona recreativa que tiene este hermoso paraje.
Tomo la pista (GR7) que me lleva a la Cova Gelada y, poco después, a la explanada donde se encuentran la Carbonera, el Horno de Cal y el Mirador de la Mina.
Continúo, en suave ascenso, por esta pista que recorre la sierra, de noreste a suroeste, por su vertiente norte.
Llego ahora hasta otro de sus miradores, el llamado ‘de Pilatos’, algo más elevado que el anterior (1186 msnm), y desde el que se puede observar toda la Foia d’Alcoi, así como la Sierra de Mariola, entre otros puntos de interés.
Sigo por la GR7 y llego hasta el Mas de Tetuán y su Tejo Centenario.
El Mas de Tetuán es una masía del siglo XIX que constituye un excepcional ejemplo de la economía rural autosuficiente, habida cuenta que dispone de granja, establos, almazara, horno e incluso una ermita. Sin embargo, el deterioro de esta construcción en los últimos años ha sido galopante, dado que se han registrado diversos hundimientos tanto del tejado como de las plantas interiores, lo que amenaza con enviar al suelo toda la estructura. A día de hoy aún sigue pendiente de un urgente proceso de rehabilitación.
Dejo este paraje y, ahora, sigo mi ascenso por una estrecha senda que me lleva hasta el punto más elevado del recorrido de hoy.
Me encuentro a 1340 msnm en la llamada Teixereta, señalizada por un montón de rocas, una gran cruz, una veleta, un buzón y, en uno de sus huecos, un pequeño belén (vamos, que no le falta de ná!!!)
Ésta elevación junto al Menejador y su vértice (1358 msnm) son los dos picos más altos de esta sierra.
Ahora toca descender, también por vereda, para enlazar con la pista que sube hasta el Menejador (cima que hoy no visitaré; queda pendiente para otro momento).
La pista la tomo en sentido descendente, para regresar al punto de partida. Antes me encuentro con la Cava del Menejador, uno de los muchos pozos de nieve de esta sierra.
La pista me vuelve a dejar junto al Mas de Tetuán y, en este punto, sólo me queda tomar de nuevo la pista, la GR 7, en sentido descendente.
Después de 3 sencillos kilómetros de bajada, vuelvo a la zona recreativa de la Font Roja, a los alrededores del santuario y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: De todas, todas. Es una ruta que se puede hacer en cualquier estación del año, aunque la mejor, para disfrutar de la explosión de color, es el otoño. Yo tendría que haber hecho este recorrido hace unos 15/20 días pero… he llegado tarde; the winter is coming!!! Han sido unos 8’5 kilómetros (+/-) con un desnivel de unos 350 metros, en una mañana fresca y muy agradable.
Para este jueves de diciembre, Pedro, Reme, Jesús y yo, hemos realizado una caminata por una zona totalmente desconocida para nosotros.
Nos hemos dirigido al norte de la población de Crevillente y, por la carretera que pasa por El Forat de l’Estret, a la altura de Els Pontets hemos dejado el coche y hemos comenzado nuestra caminata.
Caminamos por esta pista, en paralelo a la Rambla del Castelar, y a unos 500 metros tomamos una pequeña vereda, a mano izquierda, que nos lleva, en ascenso, a la zona de La Calera.
Esta senda nos acerca, en un primer tramo, hasta un terreno con una casa (semi cueva) decorada de manera bastante curiosa (yo me atrevería a decir que naif)
Continuamos por esa vereda hasta llegar a un pequeño desvío, a la izquierda, una zona en la que podemos, aparte de contemplar las hermosas vistas, encontrar unas cuantas chozas con la técnica de la piedra seca.
La primera, de la que sólo podemos observar su redondo hueco de entrada, está cubierta por las ramas y raíces de un gran algarrobo, la siguiente, mucho más grande, visible y despejada, da paso a una zona de bajos muros, junto a una gran pared en la montaña, a modo de corrales para la guarda del ganado.
Sobre esta choza, en una vereda que continúa hacia el oeste, se encuentran otras dos chozas, una pegada a la otra.
Después de visitar estas construcciones, volvemos sobre nuestros pasos y nos incorporamos a la primera senda, ahora ascendiendo en dirección norte.
Al llegar a lo alto, aún tenemos los restos de otra choza, a ésta le falta la parte superior, el techo.
El camino nos conduce, ahora de bajada, a una pista que discurre en paralelo al Barranco de la Cata.
En un punto del recorrido seguimos las señales y bajamos hasta el mismo barranco.
En esta depresión podemos admirar las fantásticas formaciones que se reflejan en las rocas.
Caminamos por entre el cauce del barranco y la senda paralela, hasta llegar, con alguna pequeña trepada que otra, hasta el Pouet de la Mel.
Nos encontramos con este pequeño pozo de agua, de unos cuatros metros de profundidad, en el que aflora el líquido elemento que fluye por el subsuelo del barranco.
Dejamos esta rambla para, en ascenso, llegar a la pista (PR-CV 108) que nos conducirá al cruce, el que nos condujo al barranco y al Pouet.
Ahora, por la izquierda, accedemos a nuevas pistas, distintas PR’S, que nos llevan hasta el Yacimiento de la Penya Negra.
Dejamos otra choza, a mano derecha, y nos encontramos ahora con la pista de la Rambla del Castelar.
Nos adentramos por la cantera, donde los minerales tienen unas hermosas y curiosas formaciones.
Dejamos esta cantera, que ya se encuentra dentro del llamado ‘Yacimiento de la Penya Negra’ y seguimos por pista hasta llegar a las primeras muestras de las construcciones de la ciudad protohistórica de Herna.
Entre las moles de El Castelar y la Penya Negra se sitúa la ciudad fenicia de Herna, ocupada durante la protohistoria desde un momento avanzado del Bronce Final, entre los siglos IX y VIII a.C., hasta la Primera Edad del Hierro, o período orientalizante, situándose su momento final hacia mediados o el tercer cuarto del siglo VI a.C.
De la época íbera también se han encontrado muestras de su ocupación y posteriormente de la época romana.
Junto a La Fonteta y el Cabezo pequeño del Estaño, en Guardamar, y Los Saladares de Orihuela, Herna es la siguiente ciudad de la Ruta de los Fenicios de la provincia de Alicante.
Yo sigo el camino del inicio, y Pedro, Reme y Jesús toman un desvío, que les lleva también al auto pero por una senda distinta.
Al final nos encontramos en Els Pontets, junto al vehículo.
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Vamos, por supuesto!!! Ha sido una caminata que, según la ruta en Wikiloc, ha tenido casi 9 kilómetros (a nosotros nos han parecido más de 10) y con un desnivel que no ha pasado de 400 (también aquí nos hace dudar). Lo que sí que hay que reconocer es que ha sido una ruta muy entretenida, muy curiosa, muy bonita y con el regalo del descubrimiento de la ciudad Herna. la guinda del pastel.
Una caminata más para este lunes de diciembre. En esta ocasión, como la anterior, ha sido por una zona cercana a la ciudad; una salida corta y sencilla.
Me he dirigido hasta el parking del Club de Golf El Plantío, en el km 2’5 de la Vía Parque Alicante-Elche, donde he dejado el auto para iniciar un recorrido por la Sierra de Colmenares.
He iniciado mi ruta por la senda que recorre, por la umbría y en dirección noreste, la base de esta sierra hasta llegar al barranco de Agua Amarga.
Llegado a esta zona, comienza el ascenso por senda hasta la parte alta de la serranía.
Para nada es una subida complicada aunque hay un punto que precisa de una pequeña trepada, sin ninguna dificultad.
Se accede a la pista que conduce a los diferentes miradores que pueblan esta montaña.
El primero que encuentro a mi paso es el llamado ‘Dels Reiets’ y desde se contempla la ciudad de Alicante.
MIRADOR DELS REIETS
Sigo en ascenso y paso por delante de un depósito de agua, continúo la senda, llego a una primera bifurcación, tomo el ramal de la derecha…
Y este me conduce al siguiente mirador, el de ‘Fontcalent’.
MIRADOR DE FONTCALENT
Recibe este nombre por tener como vista principal la Sierra de Fontcalent, ésta es una alineación montañosa situada al oeste de la ciudad de Alicante. Su anchura es de un kilómetro y su longitud de tres. Tiene una altura de 446 metros, por lo que es la mayor altitud del municipio. En la sierra y en su entorno se encuentran diversas cuevas, como la de las Palomas, la de los Escondidos, la del Ocre o la del Humo, esta última con restos de ocupación de hasta tres mil años antes de Cristo.
Debe su nombre a un manantial de agua caliente que brota en una de sus fincas.
Vuelvo a la pista que me ha llevado al segundo mirador y deshago mis pasos hasta llegar al cruce.
Ahora tomo la senda de la derecha y, a unos 300 metros, llego al siguiente mirador, el de ‘Ciudad de la Luz’.
MIRADOR CIUDAD DE LA LUZ
La Ciudad de la Luz y la Ciudad del Cine, es un gran centro audiovisual de ocio, de 320 000 metros cuadrados, dedicado al mundo cinematográfico.
Este macro proyecto, ya desde sus inicios, ha tenido multitud de problemas a muchos niveles, estando en desuso las instalaciones cinematográficas debido a las prohibiciones y los obstáculos legales, administrativos, etc… calificándola como un auténtico despilfarro de dinero público.
Vuelvo a la pista que me ha llevado hasta este mirador, continúo ahora en dirección sur descendiendo, paso por una serie de campos de cultivo abandonados y accedo a otra de las pista de la zona (el camino de Colmenares).
Dentro del camino de Colmenares accedo a otra pista que asciende hasta llegar al cuarto de los miradores, el de ‘El Bacarot’.
MIRADOR EL BACAROT
Las teorías sobre el nombre de esta pequeña pedanía alicantina se remontan a sus orígenes íberos (Bagarot, que significa ‘lugar repleto de cereales para la criba’) o bien al árabe (Bakura, que se traduce como ‘fruta temprana’).
Sigo esa misma pista, hacia el oeste, y, entre algún ascenso y algún otro descenso, llego a los otros dos miradores de esta serranía, el de ‘Agua Amarga’ y el ‘Ilicitano’.
MIRADOR AGUA AMARGA
Desde el mirador de ‘Agua Amarga’ se puede contemplar el mar, la zona residencial de Urbanova y el polígono industrial y el saladar de Agua Amarga que son los puntos más meridionales del término municipal de Alicante.
Retrocedo en la misma pista para visitar el último de los miradores, éste es el único que se encuentra en el término municipal de Elche, el llamado ‘Ilicitano’ (por qué sera?, jejeje)
MIRADOR ILICITANO
Desde aquí se vislumbran, en el horizonte y en días despejados, las primeras construcciones de esta ciudad, así como el aeropuerto y algunas de sus pedanías, Torrellano, El Altet, etc…
Lo que hago en estos momentos es volver sobre mis pasos y retomar las mismas pistas que me llevaron hasta estos últimos tres miradores.
Regreso al punto inicial, el parking del Club de Golf, pasando nuevamente por el mirador de ‘El Bacarot’, por la pista que me llevó a él, por el camino de Colmenares y llegando al coche.
Regreso a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Vamos a ver, una cosa… No ha sido una gran ruta pero, como siempre digo, es recomendable, por supuesto. Antes que quedarse en casa, tumbado en el sofá, viendo tele… esto es súper recomendable. Han sido casi 8’5 kilómetros, con un desnivel de 175 metros, hechos con muuuchísima tranquilidad, sin ninguna prisa y disfrutando de la mañana.
Hoy, viernes, no me he querido calentar la cabeza; una caminata en solitario y sencilla.
Me he dirigido, como tantas otras veces, a las proximidades de ‘Les Casetes de Meleja’, en plena Sierra de Santa Pola, al norte de la población homónima, para realizar un recorrido por algunos de los muchos caminos que por ella se pueden efectuar.
Dejo el auto, aparcado junto al depósito de agua, y comienzo mi andadura por el llamado camino del faro, PR-CV 61, hasta el primer desvío, a mano izquierda, que me lleva a la Casa de la Pinada, por el camino que lleva el mismo nombre.
Llego hasta las ruinas de esta masía, una de las tantas que habían en esta sierra, dedicada a la explotación agrícola y ganadera. Hasta la mitad de siglo XX se utilizó como refugio de ovejas en los meses invernales, después el desuso y el abandono la relegó a ser sólo un triste vestigio de lo que fue.
Sigo mi trayectoria, en dirección norte, cruzo la carretera del faro y, por el otro lado, tomo la pista que conduce a las urbanizaciones de Gran Alacant y al Camí del Salt.
Este pequeño sendero, ahora hacia el oeste, me dirige hasta el Barranco del Salt.
De los muchos depresiones que existen en esta serranía, ésta es, casi con seguridad, la más importante, entre otras cosas, por su longitud.
La senda me lleva caminando en paralelo al barranco y después, en un punto determinado, tomo la pista, una de las tantas que hay en esta sierra, que me devuelve, en suave zigzagueo, a la carretera del faro.
Vuelvo a cruzar la carretera y, a pocos metros de la pista, tomo un nuevo camino, a mano izquierda, que llaman ‘La Senda del Conejo’.
Esta es una vereda que, durante 1’5 kilómetros, culebrea en paralelo a la carretera del faro, hasta finalizar en otra de las pistas de este monte, junto a las ruinas de la Casa de la Pinada.
Sigo la pista, nuevamente en paralelo a la carretera, y tomo otra, por la derecha que me hace llegar al Aljub del Tío Manyo.
En este punto hago un pequeño descanso para beber y tomar alguna fruta.
Continúo ahora hacia el sur para cruzar el camino del faro (nuevamente la PR-CV 61) y entrar de lleno en el Barranc Fondo y la Foia Roja.
Estos son los últimos 3 kilómetros de la ruta y regreso al punto de partida.
El paraje de la Foia Roja es un lugar repleto de eucaliptos, área de campos de cultivo (ahora abandonados) que tiene como característica principal el color rojo de sus tierras.
Una zona muy atractiva para el paseo.
Ahora sólo queda, siguiendo la senda marcada en el gps, volver a conectar con el camino del faro.
Caminar en dirección suroeste, hacia el pueblo de Santa Pola, llegar al depósito de aguas y al coche.
Fin de la caminata y regreso a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Por supuesto que sí. En esta jornada de cielo plomizo, han sido, entre unas cosas y otras, unos 11 kilómetros, con un insignificante desnivel y una temperatura que hace pensar que el invierno no va a llegar nunca.
Para este miércoles, semana de puentes interminable, Reme, Pedro, Jesús y yo, nos hemos acercado hasta las afueras de la población de Biar.
Concretamente al claro en la carretera que va al Mas de Fontalbres y a las antenas/vértice del Reconco, donde se encuentra un gran depósito contra incendios.
En este punto hemos iniciado una caminata por estas sierras, la de Biar y Onil.
Comenzamos el recorrido por la pista que lleva, entre otros muchos destinos, al Mas de Fontalbres (una masia/albergue juvenil en la que se desarrollan multitud de actividades).
Esta pista, además, coincide con la PR-CV 55 y el Camino de Santiago del Sureste (desde Benidorm/Ibi/Villena).
Desde nuestro comienzo, a 1’3 kilómetros, se encuentra la Fonteta de Soriano, una fuente que lleva agua en ocasiones muy puntuales pero que forma un rincón muy hermoso por su arboleda y su depósito.
Seguimos la pista (PR-CV), pasamos por la bifurcación que conduce al albergue y seguimos hasta encontrar, a mano derecha, el camino (Sendero Botánico) que conduce hasta la cima, las antenas y el vértice.
Nosotros seguimos por la misma pista hasta el segundo depósito contra incendios, pasaremos antes por el cruce a la font del Xorro y el del camino a Onil.
Unos 400 metros antes de llegar al depósito contra incendios, a unos 1111 msnm, hacemos una parada para comer algo y beber.
A la llegada al tanque de agua hay una bifurcación, a la derecha continúa la pista, la PR, y a la izquierda comienza una senda que lleva a una zona llamada el Forat Verd. Es esta segunda opción la que elegimos para seguir la ruta marcada.
Desde este punto del camino se pueden admirar las bellas panorámicas de los alrededores, sierras de Fontanella, de Beneixama, de Mariola, del Menejador, del Frare, etc… y poblaciones como Banyeres de Mariola, Biar, Villena, et…
En el kilómetro 6 de nuestro recorrido, el sendero se divide en tres ramales, nosotros tomamos el de la izquierda, el que nos conducirá de nuevo a la PR-CV 55 y al cruce que nos lleva a la font del Xorro.
Llegamos al paraje de la font del Xorro, un lugar frondoso y muy bello. Aquí hacemos una pequeña pausa, sobre todo para disfrutar de los sonidos del agua y del aire puro.
Continuamos ahora por una pequeña vereda que, siguiendo el cauce que marca el barranco de Fontalbres, nos lleva hasta una gran pista, que nos acercará hasta el Mas de Camarasa.
Llegamos hasta esta gran masía, con sus extensos campos de almendros y olivos.
Siguiendo esta pista, llegamos, nuevamente, a la PR-CV 55, y a la fonteta de Soriano.
En este punto sólo tenemos que desandar nuestros pasos, llegar al depósito contra incendios del principio, al auto y… volver a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda alguna, muy recomendable. Han sido unos 11 kilómetros, con un desnivel de unos 300 metros, hechos sin prisa pero sin grandes pausas y con unos compañeros de ruta perfectos.
En este primer día de diciembre, Pedro, Reme y yo, nos hemos acercado, a través de la autovía A7, la que pasa por el puerto de montaña de Albaida, a la Casa dels Guardes (Albergue Casa el Clau), en la Serra d’Agullent o Serra de Filosa, para iniciar una caminata que nos llevará a hacer un recorrido por esta sierra.
Comenzamos, en suave ascenso por pista, desde el área recreativa donde hemos dejado el auto para llegar al camino de la Font del Patge.
Esta senda también se llama camino del Alba, de la Font y de Beniarrés/Ontinyent; además conduce al Albergue Don Bosco.
Llegamos al paraje de la Fonteta del Patge y, aquí, hacemos una breve pausa.
Dejamos este bello rincón, hoy algo menos llamativo que en otras ocasiones, debido a la niebla que nos rodea y nos impide disfrutar de las magníficas vistas de los alrededores, y seguimos por la pista en ascenso, en dirección al camino viejo de Ontinyent a Agres.
Seguimos subiendo y nos acercamos a la niebla, que cada vez es más espesa.
Llega un punto, hemos alcanzado la parte alta de la sierra, en la llamada Foieta dels Carros, que no podemos disfrutar de las panorámicas; comenzamos nuestro paseo entre las nubes.
Entonces… ha llegado el momento de hacer el tonto, así de claro!!!
Oye, y parece que lo teníamos ensayado, eh!!!
Pues, no… nos sale de lo más natural, jajajaja
Llegamos ahora al Collado de Santa Ana y, en este lugar, tomamos la vereda que, en descenso, nos conduce a la senda de subida a la Cova Alta.
Llegados a esta bifurcación, decidimos no efectuar el ascenso a la Cova. Primeramente, la niebla nos va a impedir contemplar el paisaje, y en segundo lugar, ha comenzado a llover de manera persistente.
Seguimos descendiendo hasta llegar el camino de la Umbría, enlazar con la pista inicial y llegar hasta la Casa del Guarda Forestal y el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto que sí. Han sido unos 10 kilómetros, con un desnivel de 336 metros, hecho en un tiempo más que aceptable, en un día algo desapacible pero no desagradable y una compañía de lujo.
Hoy el día ha comenzado muy pronto, a eso de las 6:00 ya estaba yo preparado para dejar Mérida, maletas hechas y desayuno en la habitación a punto.
Me dirijo a la estación de Renfe y el mío es uno de los primeros trenes del día.
Viene de Badajoz, ha pasado por varias estaciones y apeaderos y sale, desde Mérida, las 7:50.
Tiene prevista su llegada a Ciudad Real a eso de las 11:30; y así ha sido.
Tomo un refresco en la cafetería de la estación, haciendo tiempo para ir al hotel ya que es demasiado pronto para hacer el check-in.
Sobre las 12:30 me animo y marcho al alojamiento, me hacen la entrada con bastante antelación, subo a mi cuarto, me cambio de ropa, preparo algo en la mochila pequeña y… me lanzo a improvisar una caminata por los alrededores.
He visto alguna caminata por Wikiloc que se desarrolla por la zona e intento seguirla con el móvil.
Frente al hotel, en el polígono industrial, hay un camino que, entre naves, lleva a un centro de ocio, un parque acuático llamado Playa Park.
Desde aquí, por pista de tierra, se accede a una carretera en la que hay un par de facultades universitarias y una pista llamada ‘Senda Verde de Moledores’.
Esta senda llega a un cruce que me conduce al camino de la Atalaya y al parque forestal homónimo.
Llego hasta el mismo y hago un pequeño recorrido por entre sus sendas rodeadas de arboleda.
Inicio ahora el regreso al punto de partida. En esta ocasión tomo un sendero que me lleva al camino del Arca y este conecta con la Senda Verde del principio de la ruta.
Ahora sólo tengo que seguir el mismo itinerario, pero en sentido contrario, hasta llegar a la misma puerta del hotel.
Han sido un total de 10 cómodos kilómetros, hechos en un muy buen tiempo.
Como en el restaurante del recinto hotelero y subo a mi habitación, ducha, cambio de ropa y relax, siesta, escribir un rato, ver televisión.
Apenas tengo ganas de cenar y me voy a la cama bastante temprano.
El siguiente es el día de regreso a Alicante.
26/11/2022
Sábado, 26 de noviembre
A pesar de tener que tomar el tren por la mañana, no hay demasiada prisa ya que la salida es a las 10:12.
Tengo tiempo de sobra para desayunar tranquilamente en la cafetería del hotel, ultimar el equipaje, tiempo suficiente para el aseo y… finalmente me dirijo a Renfe, tomo ese tren que en cuatro horas me lleva directo a casa.
Termina así todo este viaje por tierras manchegas y extremeñas, que bautizaré como ‘mini vacaciones otoñales’
Otra noche pasada por agua y la mañana se ha despertado cubierta y amenazante.
Los planes han estado cambiando estos días dependiendo totalmente del estado del tiempo. Algo que va a quedar pospuesto es acercarme a Badajoz y pasar el día en esa ciudad.
Después de desayunar he salido a dar una vuelta por Mérida; todavía quedan sitios por visitar.
Frente al hotel se encuentra el Humilladero de la Basílica de Sta. Eulalia.
Xenodoquio
Vuelvo a cruzar el paso subterráneo de las vías del tren para acceder al Xenodoquio.
Masona, obispo de la diócesis emeritense, a finales del siglo VI, en época visigoda, erigió este hospital para enfermos pobres y, sobre todo, para los numerosos peregrinos que de lugares lejanos, venían a venerar la tumba de la Mártir Eulalia. La fuerte vinculación de esta diócesis con Bizancio fue grande, pues algunos de sus obispos eran originarios de Grecia. No es de extrañar que este edificio se inspire en modelo del Mediterráneo oriental.
Cruzo el río Albegarras, llego a la avenía de Felipe Corchero y, ante mí, se encuentra el Acueducto de San Lázaro.
Acueducto de San Lázaro y Depósito de Rabo de Buey
Para abastecer a la ciudad de Mérida se construyeron varios embalses y se captaron y encauzaron manantiales hasta los acueductos correspondientes. A Mérida llegaban tres acueductos: el acueducto Rabo de Buey-San Lázaro, el de los Milagros y el de Cornalvo, que abastecían a los Castellum Aquae o depósitos de agua. Las aguas eran recogidas fundamentalmente de dos embalses, el de Proserpina y el de Cornalvo, aunque esta teoría esta en entredicho ya que los romanos solían captar agua de manantiales y no de agua embalsada o estancada, puesto que esta última era propensa a la aparición de enfermedades.
Los materiales principalmente empleados son ladrillos y bloques de granito. La dirección del acueducto es desde el norte y noroeste de Mérida, donde se sitúan los manantiales de Las Tomas, Valhondo y Casa Herrera de los que se surte, hasta la propia ciudad.
Uno de estos aportes, el conocido como de San Lázaro o “Rabo de Buey” (nombre que recibe por un depósito de agua situado sobre el cerro del mismo nombre).
En el siglo XVI se construyó un acueducto nuevo utilizando muchos de los sillares del antiguo.
En el parque de San Lázaro, junto al acueducto, se encuentran los restos de unas Termas Romanas.
Después de disfrutar de unas carreras de caballos, nada mejor que relajarse en unas termas.
Esta era la función de estas termas romanas que están situadas a los pies del Acueducto de San Lázaro, el encargado de abastecer de agua a las termas. Allí acudían los romanos más nobles a disfrutar de los beneficios de las aguas.
Estas termas fueron descubiertas en 2004 y están muy cerca del Circo Romano.
Según se cree, datan del siglo II y contaban con piscinas de agua caliente, fría y una sala de vapor. También había una especie de gimnasio para los atletas.
Me dirijo, por la avenida de juan Carlos I, a la entrada de otra de las joyas de esta ciudad.
Circo Romano de Mérida
Este antiguo recinto para carreras de carros fue construido por los romanos en la colonia romana de Augusta Emérita a principios del siglo I d. C., durante la época de Tiberio, pocas décadas después de la fundación de la ciudad. Erigido extramuros de la ciudad y con una planta ovalada de unos 440 m de longitud por 115 m de ancho, este circo fue uno de los más importantes de todo el Imperio Romano después del Circo Máximo de Roma.
Con la oficialización del cristianismo en el siglo IV d. C. comenzó el declive de los espectáculos en el circo, pero se cree que estuvo en uso hasta el siglo VI. Después de muchos siglos de abandono, del edificio se conservan las ruinas de sus cimientos, que dejan adivinar sus dimensiones, aunque es uno de los pocos recintos de este tipo que se pueden contemplar en toda su planta.
Desde 1993, el Circo es Patrimonio de la Humanidad según la Unesco como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.
El edificio aprovecha en parte una suave pendiente del terreno y el fácil acceso que le proporciona la cercana calzada que salía de la ciudad en dirección a Corduba y Toletum.
Por la magnitud de sus proporciones se levantó extramuros de la ciudad, a unos 400 metros de distancia del otro gran complejo de edificaciones para espectáculos de la colonia, el formado por el teatro y el anfiteatro.
Ahora regreso en dirección al hotel, pero antes hago una parada ante la cripta de Santa Eulalia para visitarla.
Cripta de Santa Eulalia
Eulalia de Mérida nació en esta ciudad aproximadamente en el año 292. Era hija del senador romano Liberio y tanto ella como toda su familia eran cristianos.
Cuando Eulalia cumplió los doce años apareció el decreto del emperador Diocleciano prohibiendo a los cristianos dar culto a Jesucristo y mandándoles adorar a los ídolos paganos. La niña sintió un gran disgusto por estas leyes y se propuso protestar ante los delegados del gobierno.
Viendo sus padres que la joven podía correr algún peligro si se atrevía a protestar contra la persecución de los gobernantes, se la llevaron a vivir al campo pero ella se vino de allá y llegó a la ciudad de Mérida, según la tradición, el 10 de diciembre del año 304.
Eulalia se presentó ante el gobernador Daciano y le protestó valientemente diciéndole que esas leyes que mandaban adorar ídolos y prohibían a Dios eran totalmente injustas y no podían ser obedecidas por los cristianos.
Daciano intentó que cambiara de opinión, la jovencita volvió a negarse y fue cruelmente torturada (ahorraré las terribles descripciones de su macabra muerte)
El poeta Prudencio cuenta que al morir la santa, la gente vio una blanquísima paloma que salió de su cuerpo que volaba hacia el cielo y éste se cubrió de nieve.
Las obras de acondicionamiento necesarias para el mantenimiento y mejora de la iglesia de Santa Eulalia, propiciaron, en el año 1990, la realización de excavaciones arqueológicas de su subsuelo. Los restos materiales aportados por dicha intervención son de gran interés y, a través de ellos, se ha podido conocer la evolución histórica de ese espacio, que se sintetiza en cuatro etapas: casas romanas, necrópolis cristiana (desde el siglo IV) en la que se construyó un mausoleo en memoria de la Mártir, basílica dedicada a Eulalia (s. V) y la iglesia actual (desde 1230 hasta el presente).
Dejo atrás la cripta, me paso por un supermercado cercano, hago algo de compra para cenar esta noche y desayunar al día siguiente regreso a Ciudad Real y mi tren sale muy temprano. Regreso al hotel para dejar lo comprado en el cuarto y vuelvo a la ciudad; aún quedan algunas cosas por ver.
Tomo la calle Almendralejo y me dirijo hasta la rotonda de César Augusto, cerca del río, y me propongo visitar la Área Arqueológica de la Morería.
Área Arqueológica de la Morería
La excavación del Área Arqueológica de Morería, con 12.000 metros cuadrados de extensión, ha aportado gran cantidad de datos referentes a la evolución urbanística e histórica de la ciudad. Su situación, junto al río Guadiana, y su proximidad al puente romano, han favorecido una ocupación persistente de esta zona en las sucesivas fases históricas: romana, visigoda, islámica, medieval cristiana, moderna y contemporánea.
Además de poder conocer la evolución de un barrio desde época romana hasta la actualidad, en este recinto se encuentra el centro de Interpretación de la Vía de la Plata. Así mismo, Morería es el paradigma de la convivencia de la ciudad antigua y la contemporánea.
Sobre la excavación y construido sobre micropilotes, se levanta el edificio de las Nuevas Consejerías, diseñado por Navarro Baldeweg, sirviendo de cubierta a los restos arqueológicos. Una solución integradora con elementos patrimoniales, antiguos y contemporáneos, de primer orden.
Me encamino al Puente de Lusitania para atravesar el Guadiana y entrar de lleno al otro lado del río, en los nuevos barrios de Mérida.
En este margen del Guadiana se encuentra el Parque de las Siete Sillas.
Las siete sillas es el nombre con el que los emeritenses identificaban los restos visibles del Teatro Romano antes de su excavación en el año 1910.
El Monumento de las Siete Sillas, son 7 monolitos de granito en los que reposan libros de bronce que representan el deseo de conocer y saber que llevó a la ciudad, a principios del siglo XX, a descubrir qué se escondía detrás de esas ‘sillas’.
El parque es una auténtica preciosidad. Hay que decir que Mérida es la segunda ciudad de España, después de Madrid, con más espacios verdes (1 millón de metros cuadrados)
Llego por senda hasta el Puente Romano, lo cruzo; vuelvo de nuevo a la vieja ciudad.
Me recibe la loba Capitolina, en una rotonda cercana a la Alcazaba.
Callejeo por el centro de Mérida, paso por la plaza de Santa María, por la Concatedral de Sta. María la Mayor, por la Plaza de España, de nuevo por el Arco de Trajano y, tomando la calle de Almendralejo, paro para comer en un restaurante y, después de ello, me vuelvo al hotel.
Al final ha sido un día muy completo, he caminado unos 11 kilómetros y me espera una buena ducha y un descanso reparador. Al día siguiente salgo muy pronto hacia tierras manchegas.
La noche pasada ha sido muy lluviosa y ha amanecido con el cielo totalmente cubierto y amenazante. Eso me ha preocupado bastante.
He salido del hotel muy temprano para desayunar y, hasta en esos mismos momentos, no he estado seguro de qué iba a hacer en esta jornada.
Vuelvo a mi habitación y, finalmente, me decido; voy a salir a caminar, voy ir a Proserpina.
Salgo bien abrigado.
El recorrido será el mismo de ida que de vuelta. Me dirijo por la calle Marquesa de Pinares hasta el Acueducto de los Milagros y el Puente Romano de la Puerta.
Después de un par de rotondas, me encamino por la avenida del Lago.
Aquí ya comienza el trazado de la Vía de la Plata, también corresponde a la GR30 y al Camino Mozárabe a Santiago.
El recorrido es muy sencillo, se anda en paralelo a la carretera, en un suave ascenso y en un carril muy bien señalizado.
Durante el trayecto hay un par de zonas de descanso, con una pequeña zona verde y bancos, así como algunas ventas, supongo que abiertas en época veraniega, ahora cerradas.
Embalse de Proserpina
De origen romano, se comenzó a construir en el siglo I a.C. y recoge las aguas tanto de las lluvias como las de los arroyos Las Adelfas y Las Pardillas.
El buen estado de conservación actual del embalse se debe a que, tras la caída del Imperio romano, además de su función de abastecimiento de Augusta Emerita a través del Acueducto de los Milagros, el lago artificial ha sido siempre una popular zona de baño y recreo, por lo que se continuó cuidando y modificando.
Durante siglos, el embalse era conocido como «Charca de la Albuera» o «Albuhera de Carija», (del árabe Albufera, laguna) , debido a su cercanía a la montaña de Carija. En el siglo XVIII fue descubierta una lápida en la que se invocaba a la diosa Ataecina-Proserpina, recibiendo desde entonces la actual nomenclatura.
CERRO DE CARIJA
Forma parte de la denominación Conjunto arqueológico de Mérida, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 por la Unesco.
Tengo que decir que a lo largo del recorrido, el cielo se ha mantenido respetuoso y no ha soltado ni una gota.
Al llegar al embalse hago un recorrido por entre los muros de origen romano que componen la presa y son interesantes las explicaciones de los paneles informativos.
El dique, que mide unos 428 m de longitud y 21 m de altura máxima, tiene forma de talud escalonado aguas arriba formado por sillares regulares de granito. En esta zona se adosan nueve contrafuertes de configuración escalonada. En la parte opuesta, el dique se refuerza con una gran espaldón de tierra. Durante unas obras de limpieza que empezaron en 1991 y para las cuales se desecó el embalse, se descubrió la base del dique y se comprobó que los contrafuertes tienen forma curva en su parte inferior. Se ha interpretado que puede tratarse de una primera presa de seis metros de altura, construida durante la fundación de la ciudad a finales del siglo I a. C. y que fue ampliada tiempo después, en el siglo II d. C. En la cara del dique que da aguas abajo existen dos torres de captación para regular las salidas de agua hacia la ciudad. El acueducto de los Milagros llevaba el líquido elemento hasta Augusta Emérita.
Al otro lado de las aguas se puede contemplar la hermosa urbanización que se ha desarrollado alrededor del embalse.
Comienzo ahora el regreso a Mérida. Como ya he comentado es por el mismo camino que en la ida.
Han sido en total cerca de 14 kilómetros de caminata y, finalmente, en una mañana espectacular.
A mi llegada a la ciudad, hago una parada para tomarme una cerveza con su tapa correspondiente, marcho al hotel para ducharme, cambiarme de ropa y salir a un restaurante cercano para darme un buen homenaje.
Regreso después al alojamiento para tumbarme la siesta.
Por la tarde, ahora sí llueve, salgo a dar una vuelta por Mérida, pasear por entre las tiendas y curiosear.
Ya por la noche, vuelvo a hotel a descansar hasta la próxima jornada.
Con el panorama de previsiones para los próximos días (22/11, cubierto y posible llovizna, 23/11 y 24/11, muy nuboso y grandes chubascos), cambio mis planes y voy a intentar visitar lo máximo que pueda en este día y en cuanto a los siguientes ya veré qué se puede hacer.
Me pego un buen madrugón, busco un lugar cercano para desayunar y regreso al hotel para preparar mi itinerario…
Comienzo visitando la Basílica de Santa Eulalia, patrona de la ciudad, y, después, por paso subterráneo, cruzo las vías del tren y me dirijo al Acueducto de los Milagros, por el parque del río Albarregas y el Puente Romano de la Puerta.
Comienza aquí un recorrido por los parques del Guadiana.
Camino por las sendas del parque de los Milagros, siguiendo el curso del río Albarregas, hasta llegar a su unión con el Guadiana, me dirijo al mirador del río, donde se encuentra el azud de Mérida y al fondo, en el horizonte, el embalse de Montijo.
Paseo por la Isla del Puente de Hierro, teniendo a mi frente la moderna estructura del de Lusitania.
Me encamino hacia el Puente Romano por el parque de la Isla.
Aquí tomo la pasarela que sube a este hermoso e histórico puente y que me lleva hasta la misma puerta de entrada a la Alcazaba de la ciudad.
Compro el billete de 16 € que da acceso, no sólo a la Alcazaba, sino también a la gran mayoría de los monumentos de la ciudad; sin restricciones ni caducidad. Fabuloso!!!
La Alcazaba de Mérida.
Es la más antigua fortificación musulmana de la península ibérica. Construida por Abderramán II en el año 835 d.C.
La fortificación consiste en un recinto cuadrado de 130 metros de lado capaz de albergar un buen número de tropas. En su interior hay un aljibe, que es una cisterna subterránea de agua filtrada desde el cercano río Guadiana a la que se accede por una doble escalera desde el piso bajo de una torre. Dentro destacan las pilastras reaprovechadas de algún edificio visigodo cuya decoración, en relieve, consta de columnas en sus laterales y motivos vegetales que forman círculos alrededor de racimos y palmetas en sus frentes.
A la Alcazaba se accedía desde el puente romano a través de un pequeño recinto fortificado denominado tradicionalmente «alcazarejo». Por esta gran barbacana se controlaba el paso de personas y mercancías a la ciudad de forma que el recinto militar principal quedaba totalmente independiente de la población civil. A este último se entra por una puerta flanqueada por dos torres sobre cuyo arco de herradura se conserva una de las inscripciones fundacionales.
El recinto ha sido catalizador de cuantos períodos históricos ha tenido la ciudad. Se conservan restos de una doble calzada, el decumanus maximus de la urbe, y los cimientos de la puerta romana que separaba la ciudad del puente. También se han hallado vestigios de la muralla de la fundación de Augusta Emerita (del siglo I a. C.) y restos de viviendas extramuros. Entre la muralla romana y la calzada paralela a ella se hallan restos de pequeñas dependencias, tal vez tabernas romanas. Entre las dos calzadas están los cimientos de una casa fechada en el siglo IV, con peristilo (patio porticado), termas y pavimento de mosaicos y placas de mármol.
Realmente sorprendido por la riqueza cultural y la cantidad de restos arqueológicos que aquí se encuentran, dejo este maravilloso recinto y continúo mi paseo, ahora, por la Plaza de España, donde se encuentra el ayuntamiento, y por algunas de las calles del centro.
En una de ellas localizo una tienda de bolsos. Compro una maleta, me dirijo al hotel para dejarla en mi habitación y seguir, después, con la ilusión de continuar descubriendo toda la Mérida romana que aún me queda por contemplar.
Por la avenida de Extremadura y por la calle de San Juan llego al parque de la rambla de Santa Eulalia, donde se encuentra el obelisco dedicado a la mártir.
Ahora por el parque de los Enamorados, la calle López Puigcerve y la de Reyes Huertas, llego hasta las Termas y Pozo de Nieve Romanas.
Por la calle Mariano José de Lara accedo a la calle de las Portezuelas, donde se encuentran las ruinas de otras Termas.
Me dirijo por la calle José Ramón Mélida a la puerta del Museo Nacional de Arte Romano.
Entrada gratuita.
Museo Nacional de Arte Romano
El emplazamiento actual fue inaugurado el 19 de septiembre de 1986 y es obra del arquitecto Rafael Moneo. Se trata de un centro investigador y difusor de la cultura romana donde, además de acoger los hallazgos arqueológicos de la antigua ciudad romana Augusta Emérita, se celebran congresos, coloquios, conferencias, cursos, exposiciones y otras muchas actividades de ámbito nacional e internacional.
Es uno de los edificios Patrimonio de la Humanidad de la Unesco como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.
Actualmente el museo alberga más de 36.000 piezas y mantiene una constante y cuidadosa programación cuatrimestral de actividades de muy diversos tipos y dirigidas a distintos públicos, entre las que destacan conferencias, seminarios, congresos, exposiciones, premios, talleres infantiles, excursiones, veladas musicales y poéticas, o las tradicionales visitas guiadas, además de un muy activo servicio de publicaciones, con su revista propia (Anas) y varias series temáticas.
Salgo del edificio absolutamente fascinado por todo lo que he podido ver (las instantáneas no reflejan ni un 5% de lo que hay dentro).
Y ahora me encuentro en la misma puerta de entrada a otras de las joyas de la ciudad; el Teatro y el Anfiteatro de Mérida.
Anfiteatro
La construcción del anfiteatro se planificó junto con la del teatro y se levantó muy poco después. Según se deduce de las inscripciones halladas en su interior, fue inaugurado en el año 8 a. C. Con esta obra se completaba el proyecto de dotar a la colonia Augusta Emérita, ya entonces capital de la provincia Lusitania, de una gran área pública para espectáculos, acorde con su categoría política y administrativa. Este edificio estaba destinado a las luchas entre gladiadores, entre fieras o entre hombres y fieras, las denominadas venatio, que junto a las carreras en el circo fueron las preferidas por el pueblo romano.
Tras su abandono, ligado a la oficialización del cristianismo en el siglo IV d. C., parte de su estructura se fue ocultando bajo tierra y la que quedó descubierta, sobre todo la summa cavea, sirvió como cantera de extracción de materiales para otras obras. Desde el siglo XVI algunos autores llamaron al edificio naumaquia con la creencia errónea de que era el lugar de celebración de simulacros de batallas navales, para lo que se basaban en la profundidad de su foso central y la proximidad de algunos tramos de acueducto. Las excavaciones a partir de 1919 subsanaron el error y le devolvieron su verdadera identidad.
Teatro
Este es un teatro histórico levantado por la Antigua Roma en la colonia Augusta Emérita. Su creación fue promovida por el cónsul Marco Vipsanio Agripa y, según una fecha inscrita en el propio teatro, su inauguración se produjo hacia los años 16-15 a. C.
«Príncipe entre los monumentos emeritenses», como lo denominó el arquitecto José Menéndez-Pidal, el teatro es Patrimonio de la Humanidad desde 1993 como parte del conjunto arqueológico de Mérida.
El teatro ha sufrido varias remodelaciones, la más importante durante el siglo I d. C., cuando se levantó el frente escénico actual, y otra en época de Constantino I, entre los años 333 y 337. El teatro fue abandonado en el siglo IV d. C. tras la oficialización en el Imperio romano de la religión cristiana, que consideraba inmorales las representaciones teatrales.
Demolido parcialmente y cubierto de tierra, durante siglos la única parte visible del edificio fueron las gradas superiores, bautizadas por los emeritenses como «Las Siete Sillas». Las excavaciones arqueológicas en el teatro comenzaron en 1910 y su reconstrucción parcial en 1962.
Desde 1933 alberga la celebración del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
Durante esta última visita lo que no estaba previsto ha sucedido; la lluvia, un suave calabobos, ha hecho acto de presencia.
A pesar de ello, yo sigo con el itinerario pensado. Ahora me dirijo, por entre calles, hacia el sur, hasta llegar a la Casa de Mitreo.
Casa de Mitreo
Vivienda situada fuera del antiguo recinto amurallado, junto al santuario mitráico del Cerro de San Albín, del que recibe su nombre. Su construcción data de fines del siglo I o principios del siglo II y tras sufrir diversas reformas es abandonada a finales del siglo IV.
Se organiza en planta en torno a dos peristilos y un atrio, aunque no se encuentran bien definidos los límites de la casa. A esta se accedía por el noroeste, donde se aprecia un corto pasillo que conduce a un atrio, lo que hace suponer que tuviera alguna relación con el santuario mitráico. El atrio está formado por un cuadrilátero que tiene en cada uno de sus ángulos columnas graníticas de estilo dórico-toscano, de las que se conserva una casi completa. Existen restos de decoración pictórica en el noroeste, a base de un zócalo con imitación de mármoles jaspeados en forma de rombos. A la derecha del atrio se conserva una estancia cuyo pavimento lo constituye un mosaico, conocido como «Mosaico cosmogónico». De la decoración poco se conserva.
Por medio de un pasillo se accede a un peristilo con estanque rectangular con cuatro columnas a cada lado. Las columnas se apoyan sobre una base estucada en rojo. Los espacios de los intercolumnios están cerrados a media altura por murete de ladrillo con abertura al norte y oeste. En las esquinas se conservan restos de pinturas. Abierta a este peristilo se encuentra otra estancia denominada «Habitación de las pinturas», techada para preservar sus zócalos decorados.
Por la derecha del peristilo anterior y por medio de un pasillo, se accede a un segundo peristilo, de mayores proporciones. El centro ocupa un jardín, rodeado por un canal de 50 cm de profundidad, revestido de terrazo, que, en su lado oeste, se ensancha en su parte inferior. Todo ello forma un conjunto rectangular con cinco columnas en los dos lados mayores y cuatro en los menores, y pavimento de mosaico. Alrededor de este peristilo se organizan una serie de estancias, entre ellas tres situadas al norte, con pavimentos de mosaico geométrico en blanco y negro, y paredes con pinturas. Al oeste se encuentra una cisterna con cubierta abovedada, de la que se conserva el arranque, que se alimentaba por medio de un canal que comunicaba con el peristilo. En el ala sur se prolonga el pasillo hasta dos habitaciones con pavimento de mosaico. Al este discurre un pasillo con diversas estancias. En el ángulo sureste se sitúan unas escaleras que conducen a dos habitaciones subterráneas con bóvedas y ventanas elevadas. Estas habitaciones y la escalera conservan restos del enlucido y de pinturas.
A la salida de esta magnífica vivienda paso por delante de la plaza de toros de Mérida (esta no es romana, jajaja) y me dirijo, bajo una lluvia cada vez más intensa, a otros de los puntos de interés del recorrido, el Pórtico del Foro, el Templo de Diana y el Arco de Trajano.
El Pórtico del Foro
Se trata de la esquina de un pórtico monumental que formaba parte del grandioso programa propagandístico del antiguo Foro Municipal de Augusta Emérita.
El Templo de Diana
Templo romano construido en el siglo I d. C. en la ciudad de Augusta Emerita, capital de la provincia romana de Lusitania. Se levantó en el foro municipal de la ciudad romana siguiendo la configuración habitual de los templos de la antigüedad clásica y es el único edificio religioso romano que ha perdurado en Mérida en un aceptable estado de conservación.
El Arco de Trajano
El conocido como Arco de Trajano es un arco monumental romano que recibe esta denominación debido a que en su momento se pensó que era un arco triunfal. El arco ha sido conocido tradicionalmente en la ciudad como «de Trajano», sin ningún fundamento que lo relacione con ese emperador. Desde el 13 de diciembre de 1912 está protegido como Bien de Interés Cultural y en 1993 la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.
Después de haber comido en un restaurante cercano al Templo de Diana, y viendo que la lluvia cada vez arrecia más, me decido a volver al hotel.
A mi paso aún puedo contemplar la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y los restos de la muralla romana y la torre de Albarrana.
Llego a mi habitación. Ha sido un día bastante completo (entre las dos caminatas hacen un total de casi 13 kilómetros) y no tengo muchas más ganas de nada. Una buena ducha, un rato tumbado descansando los pies, algo de tele, algo de escritura y posibles planes para el día siguiente (todo depende del clima).
La mañana ha amanecido cubierta. Yo no tengo hasta las 16:50 el tren a Mérida, así que me lo tomo con calma, recompongo y preparo el equipaje, salgo a desayunar (un café con leche y dos porras, que parecen dos postes de la luz), vuelvo a recepción del hotel y le comento mi situación al chaval del mostrador, un cordobés ‘mu’ saleroso… «Sin problema, puede usted dejar aquí las maletas, ir a dar una vuelta por la ciudad y, cuando crea conveniente, viene por ellas y puede continuar su viaje»…
Pues, dicho y hecho. Me lanzo a recorrer Ciudad Real, con la comodidad de llevar sólo lo necesario en los bolsillos.
Más o menos tengo claro qué sitios quiero visitar.
Callejeando por esta pequeña urbe que, al tener universidad, respira un aire especial, tiene multitud de espacios verdes, cuidados con mimo y se hace ameno el paseo.
Llego hasta el convento de la Inmaculada Concepción y al de las Hermanas de la Cruz, también a la iglesia de Santiago, con su Cruceiro y su Sacristía.
Me encamino al note hasta llegar a la Puerta de Toledo, estructura que formó parte de las murallas de la ciudad, de estilo gótico, con dos arcos, de herradura y ojival, en cada una de sus fachadas. Se atribuye su construcción durante el reinado de Alfonso X, el Sabio, y está considerado como Bien de Interés Cultural.
Me dirijo ahora, por avenidas, a los alrededores del cementerio municipal, un gran parque cuidado con mucho esmero.
Voy hacia el sur, paso por los aledaños de la plaza de toros, me acerco hasta el convento de las Carmelitas Descalzas, al convento de la Merced y, muy próxima, a la Catedral de Santa María del Prado.
Continúo deambulando por el centro y decido dirigirme a la estación, tomarme un refresco, hacerme la tarjeta dorada y regresar al hotel, comer en su restaurante, coger el equipaje, volver de nuevo a la central de Renfe y tomar el tren con destino Mérida.
Al subir a mi vagón se me rompe la maleta… Dios, menudo inconveniente!!!
Recorrido eterno hasta la capital extremeña. Llegada cerca de las 22:00 con el tiempo justo para ir al hotel, hacer el check-in, pedir algo de cena en la habitación, deshacer la maltrecha maleta, aseo personal y poco más.
Los últimos dos días han sido tan desastrosos que, hasta esta misma mañana, no tenía la certeza de poder realizar este viaje. He despertado y, casi de forma milagrosa, las principales aberturas de mi cuerpo habían dejado de eliminar restos biológicos (por momentos he llegado a pensar que debía tirarme directamente al contenedor marrón).
He tomado un taxi hacia la estación de Renfe de Alicante que me ha costado tanto como el billete a mi primer destino (grrr).
Cuatro horas de tren, parada en los principales pueblos y, a eso de las 14:20, he llegado a Ciudad Real (primer alto de estas mini vacaciones otoñales).
Llego al hotel (pensión/2**), hago el check-in, preparo/aligero la mochila, como en el restaurante de al lado (sopa y filete de emperador) y, a eso de las 15:30, salgo pitando para hacer una de las caminatas que llevo preparadas en mi gps. Nada del otro mundo, unos 11’33 kilómetros que, partiendo del mismo alojamiento, me ha llevado por entre algunos polígonos industriales, varias zonas residenciales y parcelas de cultivo hasta la ermita de San Isidro, que se encuentra en el parque forestal del mismo nombre, dentro del término municipal de Miguelturra.
Visita por el exterior del templo y fotos de rigor en el vértice geodésico que hay en la zona (San Isidro, 674 msnm)
Como no quiero que me sorprenda la noche, no hago ningún descanso y comienzo el regreso por el mismo itinerario que en la ida.
Llego al hotel relativamente pronto, no me apetece ni cenar y, después del aseo oportuno, me meto en la cama esperando el sueño… hasta el día siguiente.
Hoy, Pedro, Jesús, Reme y yo, nos hemos dirigido a la zona norte del Parque Natural de la Sierra de Mariola, macizo que comparten las provincias de Valencia y Alicante, importante pulmón del sur de la Comunidad.
Concretamente nos hemos acercado a la población de Agres y, en sus inmediaciones, al Área Recreativa del Refugio Racó de Zamorano, desde donde ha dado comienzo nuestra caminata, que nos ha llevado a visitar algunas de las cavas de nieve de esta sierra, así como otros puntos de interés de la misma.
Dejamos atrás el área recreativa y tomamos la pista forestal de la umbría que, con un importante ascenso, supone la mayor parte del desnivel de esta ruta.
En un punto del ascenso nos encontramos, a mano derecha, la Fonteta del tío Rufí.
Entre barrancos podemos deleitarnos con las magníficas vistas de Agres y de su Santuario de la Mare de Déu.
Seguimos subiendo y ante nosotros se muestran las sierras de Filosa y Benicadell, así como los valles de Agres y Albaida.
Llegando a los 1125 metros de altura, dejamos la pista forestal y nos incorporamos, a la izquierda, a la senda de la Teixera y pocos metros después, a la derecha, subimos por la senda de les Caves hasta llegar al Refugio del Montcabrer.
En esta última subida se encuentra la Cava del Teix, prácticamente inapreciable por la cantidad de vegetación y maleza que la rodea.
Hacemos una parada en los alrededores del refugio, en una pequeña zona de mesas y bancos de piedra, para beber y comer algo. Próximos también a otro de los pozos de nieve de esta sierra, la Cava de l’Habitació.
Terminamos el descanso y nos dirigimos, por pista, hasta la Cava Gran o Arquejada.
Este es, no creo equivocarme, el más bello pozo de nieve de la sierra.
Estuvo durante mucho tiempo cubierto por redes para su protección, esperando el momento de su rehabilitación y, por fin, se ha restaurado con mucho gusto y respeto.
Se puede visitar su interior gracias a las escaleras que conducen al fondo de la cava, donde también se puede contemplar de cerca el impresionante tejo que vive en su base.
Volvemos a la pista, en dirección oeste, para encontrarnos con un pequeño sendero que conduce a otro de los pozos, la Caveta del Buitre.
Unas fotos en este pequeño nevero y… seguimos nuestro itinerario.
La vereda nos lleva al Camí del Portell, ahora en suave descenso, y nos muestra otro nuevo pozo, esta vez es la Cava de Joan Despuig.
De este nevero, protegido por una valla de madera, tan sólo quedan la empedradas paredes de su depósito.
Seguimos por el ‘Camí del Portell’, conectamos con el del ‘Tros de Piuatxa al Tros de Pota’ y nos desviamos, a la izquierda, por una senda que sube a la Penya del Rellotge, pasando por la ‘Caseta d’Ignasi’.
Este sendero nos lleva directamente al siguiente y último pozo de nieve de nuestro recorrido, la Cava de Don Miguel.
La cava de Don Miguel se encuentra a 1.050 metros de altura y es de todas las que visitamos en esta caminata, la única que está en el término municipal de Bocairente, las demás pertenecen a Agres.
Su aspecto externo se caracteriza por los contrafuertes que fue necesario levantar para elevar la altitud del depósito.
Este impactante pozo de nieve fue construido a principios del siglo XVII y es uno de los pozos más imponentes de la sierra de Mariola, debido a su espectacular y robusta estructura.
Ahora ya sólo nos queda dejar esta grandiosa cava y regresar al punto de inicio.
Tomamos una vereda, en dirección norte, que nos lleva en descenso hasta la pista ‘Camí del Tros de Piuatxa al Tros de Pota’, que nos dejará en el punto de salida, el Área Recreativa Racó de Zamorano.
Llegada al coche y… regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Por supuesto. Totalmente recomendable. Han sido algo más de 11 kilómetros, con un desnivel de unos 510 metros, hechos a buena velocidad y con una compañía totalmente de 10
Hoy, mi salida en solitario ha comenzado en el municipio de Biar, concretamente en el paraje de la ermita de los Santos de la Piedra. Un lugar situado al norte de esta población, entre las faldas del castillo y el barranco del Derramador y la Solana de la Campaneta, en una atalaya en la que se sitúa este pequeño templo, del siglo XIII, dedicado a los primeros mártires del cristianismo, San Abdón y San Senén.
Aquí da comienzo la caminata de este luminoso lunes de noviembre.
Dejo atrás la ermita y me dirijo, hacia el norte, por senda, ascendiendo por las laderas de la Sierra de Fontanella.
Camino a media altura por esta parte de la sierra, en suave ascenso, entre abundantes pinares.
En mi recorrido puedo admirar los hermosos paisajes que me ofrecen las sierras de Biar, de Onil, del Reconco y del Fraile, así como la belleza del pueblo y su magnífico castillo.
Llego, sin ninguna dificultad, a la zona de la Cova Negra, un enorme abrigo natural abierto en la roca que se ha utilizado como corral y refugio de pastores.
Hago una breve pausa para beber y comer alguna fruta.
A continuación comienzo el regreso. Sigo en dirección este la senda que me conecta con la pista (PR-CV 35), no sin antes tener que hacer una vuelta extraña, campo a través, para evitar una zona de colmenas.
Accedo a la pista, PR-CV 35, y ahora el camino no tiene ninguna complicación.
A medida que voy acercándome al pueblo, van apareciendo a mi paso diversas fincas, como la Casa de Segura y la Casa de la Campaneta.
Dejo la PR-CV35 y sigo mi recorrido por el camino que lleva, entre otros destinos, al Área Recreativa Lomas de Jara.
Evito el cruce a la entrada de la zona recreativa y sigo la senda que, por entre algunas casas de campo, me conduce a la pista inicial, en la Solana de la Campaneta.
Desde aquí, el camino me volverá a llevar a la ermita de los Santos de la Piedra y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Totalmente recomendable. En un principio el recorrido iba a ser algo más extenso pero, todo hay que confesarlo, he encontrado a un senderista del pueblo y hemos estado charlando, compartiendo anécdotas y curiosidades de la zona y, sinceramente, se nos ha ido el santo al cielo… Así que he acortado el trayecto y lo que iban a ser 11 kilómetros han quedado en cerca de 8,5km, con un desnivel de unos 250m y todo ello hecho en un tiempo aceptable (sin contar la parada con el lugareño, que ha sido muy agradable).
Para este anunciado hosco jueves de noviembre, y con el fin de evitar una jornada especialmente inhóspita lejos de casa, he pensado en una caminata no demasiado complicada y bastante cercana; aunque finalmente no ha sido para tanto.
Reme, Pedro, Jesús y yo, nos hemos acercado hasta la Replana del Pino, en la carretera de Petrer a Castalla, para iniciar un recorrido por esta zona perteneciente al ‘Paisatge Protegit Serra del Maigmó i Serra del Sit’.
Desde la zona de aparcamiento, en la replana, nos hemos dirigido hasta el Collado del Portell, donde se encuentra el cruce de sendas, al Despeñador, al hotel de Catí y al Pou del Carrascalet.
Tomamos esta última; un acusado ascenso que nos lleva hasta este pozo de nieve.
Desde aquí, seguimos subiendo hasta el tope de esta sierra, la del Carrascalet, donde se encuentran diferentes elevaciones, el Alt del Carrascalet (1231m), el Cerro de la Perdigonada (1241m) y la Cúspide Alta, la de la instantánea (1245m)
Ahora descendemos por la pista de la vertiente sur de esta sierra hasta llegar a unos grandes campos de cultivo (principalmente de cereales).
En este punto tomamos una pequeña senda, a mano derecha, que nos conduce a la Cova de Mossén Francés, desde la que podemos observar los maravillosos paisajes que rodean el paraje de Catí.
Volvemos sobre nuestros pasos para incorporarnos a la pista inicial; seguimos en dirección sur.
Nos encontramos, primero, en suave descenso hasta terminar el camino de esta sierra y , después, nos integramos a otra pista (PR-CV 31) que asciende, aumentando poco a poco su dificultad, hasta llegar al Alt de Guisop.
En este punto estamos en plena Sierra del Maigmó, de la que destacan cuatro cumbres, la que lleva el nombre homónimo y en la que se encuentra el vértice geodésico (1296m), la llamada Maigmonet (1177m), el Alt de les Xemeneies (1176m),donde están las ‘Antenes d’en Pere Paiá’, y el Alt de Guisop (1249m), que es la cumbre que ha motivado esta caminata.
Aquí arriba, con las magníficas vistas de sierras emblemáticas alicantinas (del Sit, del Fraile, Despeñador, de Castalla, la Replana, Cabeçó d’Or, Peña Migjorn, etc…), hemos hecho una pequeña parada para beber y comer alguna fruta.
Dando una pequeña ojeada por los alrededores hemos encontrado, en un rincón, entre rocas, un Nacimiento, una muestra anticipada de las próximas fiestas.
Comenzamos ahora el regreso. Deshacemos la senda recorrida, volvemos por el camino PR-CV 31 en sentido contrario hasta un punto determinado, en el que decidimos tomar, a mano derecha, la vereda que nos lleva hasta Planisses.
En esta gran superficie, cubierta de campos de cultivo, principalmente de cereales, seguimos el sendero que nos lleva hasta las ruinas de las casas de Planisses.
Ahora sí que nos queda solamente seguir la pista y la senda que nos conducirá al final de nuestra caminata.
Dos kilómetros después, teniendo las paredes del Despeñador frente a nosotros, llegamos hasta la Replana del Pino y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por descontado, claro que sí. Esperábamos que el día nos trajera lluvias, rayos y truenos pero ha sido una mañana luminosa y espléndida. Una caminata de 10 kilómetros, con un desnivel de 400m (+/-), hecho todo en un buen tiempo y con una compañía de lujo.
Segunda caminata de este mes noviembre. También, en esta ocasión, la realizo en solitario y elijo un itinerario que me resulta bastante familiar. Comienza mi ruta a las afueras de la población de Planes de la Baronía, junto a la subida (vía crucis) a la Ermita del Santísimo Cristo. Desde este emplazamiento, el itinerario me llevará por algunos puntos de máximo interés.
Planes, pueblo con titulación señorial, se encuentra al norte de la provincia de Alicante, en la comarca del Comtat, en el valle que forman las sierras de la Almudaina, Xarpolar, Cantacuc y la Albureca. Se asienta a los pies de un castillo musulmán de los siglos XII y XIII que dominó el caudillo Al-Azraq hasta la conquista por parte del rey Jaime I
El auto queda aparcado junto a la subida, por el vía crucis, a la ermita del Santísimo Cristo.
Un fuerte ascenso hasta llegar al templo. Aquí hago una breve pausa para refrescarme y contemplar las hermosas vistas de los alrededores.
Desde esta atalaya destaca la hermosa panorámica del embalse de Beniarrés, que recoge las aguas del río Serpis y de todos los manantiales de los alrededores.
Ahora me dirijo, descendiendo por pista, a la parte noreste de este cerro, la zona de Sant Joan, de grandes campos de cultivo, principalmente de olivos, almendros y frutales, sobre todo cerezos.
Estos caminos me llevan, ahora de nuevo en ascenso, a carretera asfaltada, por la zona llamada de Benicapsell, cuajada de campos de cerezos.
Esta carretera enlaza con la CV 700 y, en sólo 200 metros, a mano izquierda, con el asfaltado Camí de la Vall de Gallinera.
Siguiendo este recorrido, que ya pertenece al llamado Barranco de la Encantada, llego, en algo más de 2 kilómetros, al Gorg del Salt, la poza más llamativa y hermosa de dicho barranco.
Está claro que el pasado verano ha sido verdaderamente duro y ahora el salto de agua que se aporta a esta gran poza es realmente pobre. Esperemos las ansiadas lluvias para poder contemplarlo en todo su esplendor.
De todas formas, el rincón es de una gran belleza.
Vuelvo con el itinerario marcado, dejo el Camí de la Vall de Gallinera y me adentro en el barranco, en dirección al Molino de la Encantada.
El sendero circula en paralelo a las aguas, que forman entre las paredes del barranco distintos tolls y gorgs (charcas y pozas).
Llego al Molí de la Encantada, una construcción de la que quedan sólo sus cuatro paredes.
Continúo el camino, ahora en ascenso, por la cara norte de la Sierra del Cantalar.
Esta es la zona de la umbría y, por ello, la vegetación es muy abundante.
Dejo el barranco propiamente dicho y enlazo con el llamado Camí de Tormos.
Este camino es una pista asfaltada, llena de campos de cerezos, que me conduce hasta la CV 711
Ya en esta carretera y a muy pocos metros después llego al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Alguien lo duda? Han sido unos 11 kilómetros, con un desnivel de 400 metros y hecho todo ello en un tiempo muy aceptable.
Después de finalizar octubre de una manera bastante incómoda y desagradable, hoy doy comienzo a las caminatas de noviembre con un recorrido en solitario, cercano y sencillo, por las sendas de la Sierra de Santa Pola.
Dejo el auto en un claro de la carretera que da entrada a la urbanización de las Casetes de Meleja, y, por pista (Camí del Far), donde también transcurre la PR-CV 61, comienzo mi marcha.
Dos kilómetros por pista, prácticamente en línea recta, hasta llegar a la senda, a mano derecha, que me lleva hasta el paraje de la Foia Roja.
Una grata sorpresa, encontrar en el camino un concertista de chelo.
Este sendero pasa por el barranco Fondo y conecta, por pequeñas veredas, con el Camí de la Torre.
Más o menos a 1’5 kilómetros llego a la Torre de les Escaletes, una de las 27 torres vigías de la costa alicantina que protegían de las incursiones piratas. Su fecha de construcción se desconoce pero una de sus primeras reformas fue en 1577.
Desde este punto se puede observar la isla de Tabarca pero hoy la bruma no lo permite.
Unas cuantas fotos con este magnífico torreón de fondo y continúo mi camino.
Deshago mis pasos y vuelvo a tomar el Camí de la Torre, en sentido contrario.
Llego hasta un desvío, a mano derecha, el bautizado como ‘senda de Roberto’, y sigo este recorrido que me llevará hasta el Camí del Far.
En un punto de la vereda se encuentra un monolito en memoria de Roberto, de ahí el nombre de esta senda.
El Camí del Far me dirige directamente al vértice geodésico, construido sobre un bunker de la Guerra Civil. En los alrededores hay bastantes vestigios de esos terribles años, plataformas de cañones, barracones, refugios, etc…
Una pequeña senda me lleva a la zona del mirador, la pasarela y el faro.
Una mañana realmente estupenda, con una temperatura ideal (el verano se resiste a marcharse) pero la neblina impide disfrutar de la isla de Tabarca y las vistas de la ciudad de Alicante y su bahía.
Ahora tomo la senda que va en paralelo a la carretera del faro, llego hasta los barracones militares y otras construcciones bélicas, tomo el camino en dirección a la PR-CV 61
Y aquí, en un cruce, me dirijo al Aljub del Manyo.
Llegado al aljibe me encamino, por sendas, a la Casa de la Pinada.
De esta construcción apenas si quedan restos.
Ahora la senda me lleva hasta el barranco de la Pinada, pasando antes por los restos de otra construcción.
Ya estoy en el último tramo de mi recorrido. Sólo queda remontar el barranco, seguir por senda hasta las Casetes de Meleja (aquí, como no tengo ni idea de la urbanización, tengo un pequeño despiste) y, por asfalto, llegar hasta el auto.
Regreso a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Absolutamente recomendable. Esta sierra me sorprende por la gran cantidad de recorridos que permite hacer. Han sido 13’50 kilómetros (+/-), con un desnivel de unos 150 metros y hecho todo en un tiempo más que aceptable.
Hoy, Reme, Pedro, Jesús y yo, nos hemos dirigido a la carretera CV-780, entre las poblaciones de Benifallim y Torremanzanas, en el kilómetro 17’8, a 1015 m.s.n.m. y en pleno puerto de montaña del primer municipio, hemos dejado el auto para iniciar un recorrido por estas sierras que, seguro, nos hará disfrutar de las magníficas vistas y de algunos puntos de interés de las mismas.
Ascendemos por el camino del Assagador del Port, un tramo de abundante vegetación, en plena umbría, donde podemos encontrar bastantes setas, a pesar de la sequía.
Al final del mismo llegamos al depósito de agua contra incendios y a la pista que conduce al canal de Rontonar rodeando la ladera sur de la sierra homónima.
Las vistas de las sierras del alrededor ofrecen unas panorámicas espectaculares.
Hemos hecho el camino bastante desperdigados.
Difícil ha sido salir todos juntos en las fotos pero… siempre se encuentra algún alma caritativa que se ofrece para sacarnos alguna instantánea.
Después del camino de la canal, que dejamos a mano derecha, una pequeña subida y llegamos al Pou de Neu de Rontonar.
Parada breve y seguimos, por senda, el ascenso.
Quedan los últimos esfuerzos, subimos por la Costera de la Mare de Déu y accedemos, por fin, al vértice geodésico, Plans, con sus 1330 metros sobre el nivel del mar.
Unos minutos para el descanso, el refresco y las fotos de rigor haciendo el tonto, que eso nos sale de maravilla… Comenzamos el regreso.
Ahora toca tomar la misma senda que nos condujo a la cima pero, evidentemente, descendiendo.
Esta es una sierra, la dels Plans, que nos ofrece una visión súper amplia de la gran mayoría de las montañas alicantinas. Podemos observar el Parque Natural de la Sierra de Mariola (con su cima del Montcabrer), la Sierra de Benicadell, Serra de Almudaina, la Serrella, Sierra de Aitana, Puig Campana, Serra Carbonera, Sierra de la Grana, Sierra del Cabeçó d’Or, el Migjorn, Sierra del Maigmó, Sierra de la Argueña, Sierra del Reconco, Sierra de Onil, etc… (entre otras muchas).
Poblaciones que también tenemos a nuestros pies… Alcoy, Ibi, Onil, Castalla, Jijona, Torremanzanas, Benifallim, Gorga, Millena, Balones, etc…
Volvemos, descendiendo, por la Costera de la Mare de Déu y llegamos, por senda, hasta el Pou de Neu de Rontonar.
Pasamos por delante del depósito de agua contra incendios y tomamos el camino del Assagador del Port, hasta llegar al puerto de montaña de Benifallim y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sí, claro… Alguien lo podría dudar? Han sido unos 8’5 kilómetros, con un desnivel de 321 metros, en un día de veroño total y maravilloso, y con una compañía de máximo lujo.
Para este lunes de finales de octubre, día de pleno ‘veroño’, he preparado dos caminatas en dos municipios diferentes, aunque bastante próximos entre sí.
La primera, a las afueras de Aguas de Busot (Aigües), y la segunda en la población de Busot (a 9 km de Aigües).
Dejo aparcado el coche en los alrededores del Balneario de Aigües, a un kilómetro del centro urbano, un edificio cercado y en ruinas, testigo de una intensa actividad en la zona, con una historia tan amplia como para dedicarle un profundo estudio.
Comienzo mi caminata, por sendas y pistas, dirigiéndome hacia el norte, por el Camí de la Bacorera.
Estoy rodeando el cerro Salmitre y el Cantal, dos elevaciones que pertenecen a la ladera sur de la Sierra del Cabeçó d’Or.
Llego ascendiendo, a través de estrecha vereda, a la umbría de la Bacorera, con unas vistas espléndidas de las inmediaciones y las sierras del alrededor.
La zona parece estar disfrutando de una segunda primavera. Repleto de flores y los madroños, que son abundantes en esta vertiente, ofrecen aún sus dulces frutos.
El ascenso me acerca hasta el collado de Salmitre.
La parte más alta de mi itinerario. Una breve pausa para beber y… comienza el descenso.
La bajada se hace, en muchas ocasiones, mucho más complicada que el ascenso, sobre todo cuando la senda es estrecha, abrupta y pedregosa.
Una pequeña vaguada da lugar a un pequeño camino (bastante complicado) que lleva hasta la Cova de les Dones.
Después de esto, sigue el descenso. Llego ahora al barranco de Cabiafic y, ahora en ligero ascenso, al Alt del Cantal.
Continúa el descenso hasta llegar a la pista, ya mucho más suave, que entre pinos me lleva hasta el lugar donde dejé el auto, al lado del edificio del balneario.
Tomo el vehículo y me dirijo hasta Busot para realizar el segundo itinerario.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente sí. Han sido cerca de 8 kilómetros (aunque en Wikiloc indique menos), con un desnivel de unos 350 metros y hecho todo en un tiempo más que aceptable. Decir también que todo el recorrido pertenece a la PR-CV 226/243
Llego a la población de Busot, aparco el coche en el carrer Sant Josep y comienzo esta pequeña caminata.
Mi intención es tan simple como la de llegar hasta el vértice geodésico, en plena sierra Galeres y, después, dar un paseo por el pueblo.
Por el carrer de les Coves llego, en ascenso, a la carretera CV-773, desde donde hay un buena vista del municipio, de su castillo y de la sierra del Cabeçó d’Or.
Ahora un zigzagueante camino me acerca hasta lo alto de la sierra y su vértice geodésico (Sierra de Busot, 396 msnm)
Las ya clásicas fotos en la cumbre y… comienzo la bajada.
Entro, por el carrer del Colladet y del Raval, al pueblo. Llego a la plaza del Ajuntament y aquí me tomo un refresco en un bar, relajadamente, que me parece estar más en agosto que en octubre.
Una pequeña vuelta por las calles de Busot y, viendo la hora que es, llego al auto y…
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Por supuesto. La intención principal era volver a visitar el vértice y hacer unas fotos en condiciones. Podría haberme entretenido más en el pueblo, ver su castillo y visitar el mirador del Monte Calvari, pero eso queda para otra ocasión. Han sido sólo 2 kilómetros y un desnivel de risa (64 metros).
Para este penúltimo jueves de octubre, Jesús, Reme, Pedro y yo, nos hemos dirigido al puerto de montaña de Albaida para efectuar una ruta, ya clásica en el repertorio de las caminatas; un recorrido por la umbría de la sierra del Benicadell.
Dejamos el auto en pleno puerto de montaña, en el parking que hay junto el barranco de Fontanars.
Es en este mismo punto donde comienza nuestro recorrido.
La senda, en suave ascenso nos conduce hasta la bifurcación en la que se encuentra la Font de Fontanars.
Ahora nos encaminamos, por la derecha, nuevamente en ascenso por estrecha vereda hasta llegar al Pou de Neu de Carcaixent.
El día ha comenzamos con una espesa niebla y un calor nada típico para estas fechas. A pesar de ello el pozo de nieve se nos presenta en toda su magnitud y belleza.
El camino nos lleva ahora, pocos metros después, a la Casa de Don Miguel (en ruinas) donde se encuentra el camino que conduce a la cima del Benicadell.
Nosotros tomamos la dirección contraria, en descenso hasta llegar cómodamente, por pista, a la Cava de Diego y el Corral homónimo.
En este descenso ha sido una pena no poder contemplar las hermosas vistas del valle de Albaida, aunque la niebla, por momentos, empezaba a despejarse.
En el lugar de esta cava y el corral se encuentra un cruce importante, que nos dirige, entre otros, a Adzaneta de Albaida, a Carrícola, al barranco de Fontanars y a la Font Freda.
Tomamos dirección a la Font Freda.
Nos encontramos primero con la cruz, homenaje a un joven que murió hace algunos años, y después llegamos al área recreativa de la Font Freda, donde hacemos una parada para comer y beber algo.
Comienza ahora, desde aquí, el sencillo regreso hasta el auto.
Volvemos sobre nuestros pasos, pasamos por la cruz y nos encontramos de nuevo en el cruce, donde están el corral y el pozo de Diego.
Nos dirigimos por la pista que, por el barranco de Fontanars, nos lleva, en suave descenso, hasta la bifurcación inicial.
Tan sólo 1’3 kilómetros después llegamos a la zona donde se encuentra nuestro coche.
Ahora debería decir… ‘Volvemos a Alicante’ pero no.
Nos vamos hasta la población de Muro donde hemos reservado mesa en un restaurante del municipio…
Platos exquisitos, regados con frescas cervezas y unos postres de lujo.
Un pequeño callejeo por la población y… ahora sí, regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Ya te digo yo que sí. Totalmente. Es una ruta muy chula de unos 10 kilómetros, con un desnivel de unos 325 metros, hechos sin prisa pero sin pausa y con una compañía maravillosa.
La caminata de este lunes discurre entre los términos municipales de Ibi y Alcoy, y entre el Paraje Natural Municipal de San Pascual-Torretes y el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja. Un lugar que para mi ha sido una novedad absoluta, no tenía conocimiento de la zona, y me ha llevado a descubrir, entre otras cosas, el pozo de nieve del Canonge.
Aparco el coche a la entrada del Jadín Botánico, Estación Botánica Torretes y el parking del Campo de tiro.
Aquí comienza mi andadura por una estrecha vereda que asciende bordeando el Paraje Natural Municipal de San Pascual-Torretes.
Sigo por la senda, en una mañana nubosa pero de agradable temperatura, hasta llegar a una pista.
Ésta me lleva, nuevamente en ascenso, y después de un pequeño desvío a mano derecha, hasta el Mas del Cabeçot de Catifa (ruinas) y al Alt homónimo (980 msnm)
Una vuelta por entre los muros que aún quedan en pie de esta gran masía y regreso a la pista.
El camino me lleva a un abrevadero y, unos pocos metros después, hasta los restos de un horno de cal.
Ahora la pista desciende hasta el barranco de Berlandí y, por entre campos de cultivo, a la bifurcación que lleva al Mas de Berladí y al barranco de les Sevillanes.
Tomo la senda del barranco, nuevamente en ascenso.
Este es el tramo más complicado de la ruta, la senda en ocasiones desaparece, hay incluso que improvisar y la vereda está llena de maleza, árboles caídos, ramas, arbustos ‘pinchosos’ y la verdad se hace bastante difícil.
Hay momentos de trepada, de despiste y termino con las piernas llenas de arañazos y el cuerpo magullado.
Por fin el gps me señala la proximidad del pou de neu.
Es un poco difícil el acceso al mismo, por la cantidad de maleza que hay a su alrededor, pero finalmente llego a él como si me hubiera peleado con mil gatos (grrrr)
Vuelvo a la ‘senda’ principal y, en muy poco metros, a una pista bastante cómoda. Comienzo el camino de regreso.
A mano izquierda se encuentran las ruinas del corral del Canonge, ahora con el cielo despejado y las vistas estupendas de las sierras del alrededor.
También, en una de las bajadas por la pista, se puede contemplar la Penya del Sapo.
Esta parte del recorrido la componen una serie de bajadas, muy importantes y verticales, en algunos momentos cementadas.
Llego hasta el Assagador de Dalt y, 200 metros después, al Assagador de Baix.
Un pequeño desvío y conecto con la carretera CV 799, que me llevará, durante 3’8 kilómetros, por el incómodo asfalto hasta la entrada del Paraje Natural Municipal de San Pascual-Torretes.
Casi un kilómetro después, también por asfalto, aunque más cómodo por caminar bajo la sombra de los pinos, llego hasta el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Eso, siempre… Sin duda. Esta ruta, en un principio, estaba pensada para que fuera más corta (unos 9 kilómetros) pero viendo la dificultad del barranco de les Sevillanes la he tenido que modificar. Esta ha hecho que se haya convertido en una caminata, entre despistes e improvisaciones, de cerca de 13 kilómetros (aunque la ruta de Wikiloc indique unos 12), con desnivel de 410 metros (yo creo que será un poco más). Pero, bueno, ha sido una pasada de sendero, la verdad.
Hoy también ha sido una jornada de caminata. A diferencia del día de ayer la mañana ha comenzado algo fresca pero tremendamente despejada y luminosa.
Jesús y yo nos hemos acercado hasta la zona comprendida entre la población de Sax, la Sierra de Cabrera, la Colonia Santa Eulalia y el río Vinalopó, el paraje llamado Espacio Natural el Plano.
Antes de adentrarnos en este enclave natural, el Plano, dejamos el auto a su entrada y, por pistas y caminos, nos vamos a explorar los alrededores, sobre todo varias de las canteras y hornos de cal y yeso.
Por estos entornos, donde abundan pequeñas elevaciones, las colinas o cerros reciben el nombre de cabezos.
Un ejemplo son: Cabezo del Pueblo, Cabezo del Sastre, Cabezo de los Conejos, Cabezo del Pez, Cabezo del Regatillo, entre otros.
Muchos de ellos son canteras desde las que se extraen estos minerales para la producción del yeso o la cal.
Seguimos por los caminos y pistas que, en paralelo a la línea de Alta Velocidad (AVE) y teniendo la compañía de la sierra de Cabrera, nos acerca a otras de la canteras.
Paisaje absolutamente de secano, con algunas fincas de labor y campos de cultivo donde abundan los olivos.
Nos aproximamos a otros dos cabezos con su canteras correspondientes y, en uno de ellos, su horno en estado ruinoso.
Continuamos en dirección este por el camino de Cabrera (PR-CV141), pasamos por delante de la casa de Cabrera y casa Toscares para, cruzando la carretera que va a la colonia Santa Eulalia, entrar de lleno en el Espacio Natural el Plano.
El Plano, perteneciente al término municipal de Sax y al norte de su casco urbano, posee unas condiciones críticas de aridez y salinidad que lo convierten en un paraje único por sus particularidades ecológicas.
Casi toda su superficie está ocupada por pinar de pino carrasco, que gracias a su gran resistencia y adaptabilidad consigue sobrevivir a duras penas en este entorno. Los árboles se plantaron en los años 50 del siglo XX, por lo que muchos de ellos tienen una edad de más de medio siglo. Sin embargo, su apariencia corresponde a árboles de mucha menos edad, debido a las condiciones climatológicas adversas, que han provocado un crecimiento muy lento.
En algunas zonas, las condiciones son tan extremas que ni siquiera pueden desarrollarse los pinos, como en el caso de La Hoya o Albardinar, donde la única especie capaz de prosperar es el albardín (planta similar al esparto), muy resistente a la aridez y salinidad de los suelos. En otros casos, la presencia de cerros calizos y suelos ricos en yeso determinan que aparezcan especies vegetales adaptadas a estos ambientes, como el espino negro o la hierba jabonera.
Esta diversidad convierte a El Plano en un lugar único, en el que la fauna encuentra cobijo, alimento y agua, ya que se ha creado una charca artificial como ayuda. Podemos ver aquí mamíferos como el conejo, ardillas, erizos o zorros, algunos reptiles como el lagarto ocelado y aves como el jilguero, el verderón, la paloma torcaz, zorzales, etc.
Después hemos hecho un amplio recorrido por este entorno, que cuenta con diversos equipamientos y servicios como:
Zona recreativa con mesas, fuentes, barbacoas y fregaderos. Algunas de las mesas y barbacoas con acceso para sillas de ruedas.
Kiosco –bar. Abierto fines de semana y festivos, aunque actualmente se encuentra fuera de servicio.
Aseos con duchas (para acampados), incluyendo aseo para minusválidos.
Juegos infantiles.
Zona de acampada regulada.
Aparcamientos (con plazas para discapacitados)
Fuente de los chorros.
De regreso, por carretera, hasta el coche, hemos podido disfrutar de la visión, gracias a las últimas lluvias, de multitud de setas y también de un campo con unas calabazas impresionantes.
Llegada al vehículo y regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Claro que sí. Ha sido una salida especialmente recomendada para familias, que ha tenido 11 kilómetros de recorrido y un desnivel inapreciable.
Hoy, como en otras muchas ocasiones, he optado por hacer una ruta bastante conocida, un recorrido por la sierra de la Carrasqueta.
Dejo el coche en un claro del camino, PR-CV 270, muy cerca del puerto de montaña de la Carrasqueta y a 1,100 km del Hotel Restaurante Pou de la Neu.
Arranca desde aquí mi caminataen una mañana tremendamente desapacible, espesa niebla, viento, lluvia y temperatura baja.
A través de una estrecha senda poblada por carrascas y nada más llegar al hotel lo primero que llama la atención es la cava de nieve, situada en el interior de la finca, llamada Pou del Surdo.
Continúo ascendiendo por la pista, la PR-CV279, paso por una edificación con antenas de telecomunicación (siempre evito que salgan en las foto ya que me parece algo antiestético), y la pista se convierte con su empedrado como una calzada romana; esto es algo que siempre me ha encantado.
Realmente lo extraordinario de esta senda son las fabulosas vistas de los alrededores pero, claro, con esta niebla tan densa, hay que fijar la atención en otros elementos del camino.
Llego hasta el Cerro del Racó de Matet, donde hay una bifurcación; el sendero de la derecha conduce hasta Montagut y el de la izquierda lleva al vértice geodésico de Plans, en la sierra homónima.
Sigo el camino de la izquierda hasta llegar al Alt del Racó de Xomarra.
En un principio el destino final es el vértice geodésico de Plans pero… una vez he llegado al Alt del Racó de Xomarra, con esta horrible niebla y el sirimiri que la acompaña, empiezo a plantearme dar media vuelta.
Desciendo unos 700 metros y, en una vaguada, cruce de sendas, decido regresar al punto de partida.
Tomo un sendero distinto que me devuelve al Alt del Racó de Xomarra y, desde este punto y haciendo algunas variantes, me encamino hacia el coche.
A mi llegada al Alt del Cerro de Matet la niebla comienza a disiparse y el día parece que se aclara.
También, y al ser festivo, en los senderos empiezan a verse caminantes, excursionistas, ciclistas, motoristas y familias con niños… Vamos, la alegría de la huerta!!!
Parece que ahora ya se pueden admirar las panorámicas de los valles y las sierras de los alrededores.
Vuelvo a pasar por el hotel-restaurante, su pozo de nieve y por la estrecha senda que me acerca hasta el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: A pesar del mal tiempo, la lluvia, el viento y la niebla, es totalmente recomendable. Han sido unos 8’5 kilómetros, con un desnivel de unos 250 metros y todo ello hecho en un tiempo más que aceptable.
A menos de 2 kilómetros de la población de Castalla, comienza la caminata del día de hoy.
Pedro, Reme, Jesús y yo, iniciamos nuestra ruta en la zona llamada ‘Litero’, en plena pista GR7 que nos hace recorrer de norte a sur la sierra de Castalla.
Tomamos, en ascenso, la pista para, a unos 600 metros, encontrarnos con las ruinas de unos magníficos hornos de cal y yeso (aljezares), prueba patente de esta actividad industrial en esta parte de la sierra.
Seguimos en suave ascenso por esta pista, GR7, y encontramos a un lado de la misma el Mas de Literoy las peñas homónimas.
Llegamos hasta el Collado de Roque, lugar donde se encuentran un par de carrascas monumentales y un pino centenario.
También, en este punto, podemos observar las ruinas de la Caseta de l’Ángel y la Peña de la Monja.
Continuamos por la GR7, ahora la subida se transforma en una caminata en llano, con diversos campos de cultivos y algunas parcelas de propiedad privada.
Llegamos a la zona llamada Les Ombrietes, donde se encuentra el camino a la Replana, y un poco más allá, a la izquierda, en el área del Blanqueral, la senda que sube hasta el Alt del Bubo.
Una senda empinada y llena de guijarros que nos acerca, en un primer tramo, a una bifurcación. A la izquierda la vereda que vuelve al norte por toda la parte alta de la sierra y tomando el camino de la derecha llegamos al Alt del Bubo.
Una vez en el alto, unos momentos para las fotos de rigor y… deshacemos el camino hasta llegar, de nuevo, al cruce. Ahora seguimos recto por un sendero estrecho y realmente bonito que nos acercará a la PR-CV 141 y nos devolverá a la pista, GR7, y al principio de esta caminata.
Desde aquí arriba podemos contemplar en toda su magnitud las sierras de los alrededores, la sierra de La Replana, la del Fraile, el Caballo y el Cid, entre otras.
Nos incorporamos con la pista inicial y deshaciendo nuestros pasos nos encaminados hasta donde se encuentra el auto.
Volvemos a pasar por la Caseta de l’Ángel, las carrascas monumentales y el pino centenario.
También por el Mas de Litero y los hornos de cal y yeso.
Llegamos al vehículo y nos dirigimos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Claro que sí. Han sido unos 13 kilómetros (+/-) y con un desnivel cercano a los 400 metros. Un día amenazante pero, finalmente, respetuoso y una compañía estupenda.
Septiembre está acabando y nosotros, Jesús, Reme, Pedro y yo, hemos tenido una jornada para despedir el verano y reiniciar la temporada de caminatas en grupo.
Para este encuentro/celebración hemos elegido un pueblo precioso de la provincia de Valencia, a las faldas de la sierra del Benicadell, en pleno Valle de Albaida, llamado Otos.
Según Joan Coromines, el topónimo Otos proviene del íbero y significa ‘aliaga’, arbusto esclerófilo muy extendido a lo largo de su territorio.
Durante la dominación árabe Otos fue una alquería. En la conquista cristiana Jaime I donó sus tierras a varios caballeros el 2 de mayo de 1248.
Dependió eclesiásticamente de Bélgida, de la que se desmembró en 1574, declarándose parroquia independiente.
Varios son los monumentos y puntos de interés de este municipio:
El castillo de Carbonera.
La iglesia parroquial.
La ermita de la Virgen de los Dolores.
El palacio del marqués de Sant Josep.
La ruta de los relojes de sol.
Nosotros hemos llegado a Otos para dar un gran paseo, contemplar algunos de sus interesantes rincones y admirar muchos de los relojes de sol que se encuentran diseminados por sus calles.
Serie compuesta por más de 30 relojes de sol (en constante ampliación) repartidos a lo largo de todo el casco urbano. Algunos de ellos son obra de reconocidos diseñadores y artistas plásticos como Andreu Alfaro, Antoni Miró, Arcadi Blasco, Artur Heras o Manolo Boix. De hecho, es el municipio europeo que cuenta con una mayor densidad de relojes de sol.
También hemos aprovechado para, durante nuestro paseo, desviarnos para visitar la Font de Baix, un interesante surtidor en el barranco de la Mata, con una gran alberca y una zona de descanso.
Después hemos continuado nuestro recorrido por el pueblo, siguiendo con la visita a los relojes.
Un alto en un bar para tomar unas cervezas y un picoteo, entre risas y conversaciones interesantes.
No sólo los relojes son objeto de curiosidad, hay muchos rincones que llaman también nuestra atención.
A nuestro paso por el Hotel Rural – Restaurante Ca Les Senyoretes hemos hecho una nueva parada para comernos unos aperitivos de embutido y queso, unas croquetas, unas buenas ensaladas y un arroz al horno, que quitaba el hipo, todo ello regado por un buen vino blanco de la tierra y finalizado con unos dulces, como postre, y unos cafés.
También en su gran terraza, con vistas al Benicadell, hemos podido ver los relojes que tiene el restaurante, realmente originales.
Terminamos nuestro recorrido por Otos dirigiéndonos, en coche, hasta el depósito de aguas, a las afueras del pueblo, para ver el último reloj de sol.
También en coche, nos hemos acercado al pueblo vecino, Carrícola, y hemos dado un pequeño paseo por algunas de sus calles.
Hemos llegado hasta el lavadero y, volviendo al coche, hemos estado contemplando algunas de las manifestaciones artísticas que engalanan sus fachadas.
Damos por terminada esta salida por tierras valencianas, en este último jueves de septiembre.
Volvemos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Está claro que no ha sido una ruta senderista, en absoluto, pero hemos pasado un día estupendo en un lugar muy atractivo e interesante, con una compañía de lujo.
Hoy ya es el último día en estas fabulosas tierras. A media tarde tomaré el tren que me lleve a Alicante y quiero aprovechar esta horas que me quedan para recorrer el centro, hacer alguna compra y visitar el parque Alces.
La maleta principal la he dejado en la consigna del hotel y, con la mochila pequeña, me he dirigido al centro de la ciudad.
Una cuantas compras, un poco de deambular por entre las callejuelas, una cerveza disfrutando del momento y, de lleno, entro en pleno parque Alces.
Realmente este pulmón de Alcázar es hermoso y espectacular.
Ahora me dirijo de nuevo al hotel, cojo mi maleta, me despido de la simpática gente de la recepción, entro en uno de los restaurantes de la ciudad, como algo y camino hacia la estación.
Un tiempo de espera prudente, subo al tren y marcho a casa.
Valoración: 5*****
Recomendable: Me vuelvo a repetir, totalmente recomendable. En este día han sido 9 kilómetros y un desnivel inapreciable.
En estos cuatro días en tierras manchegas he recorrido más de 54 kilómetros caminando y he descubierto lugares, paisajes, monumentos y gentes muy especiales.
Esta jornada la voy a dedicar, casi en su totalidad, a visitar el pueblo de Campo de Criptana.
A unos 8’5 kilómetros de Alcázar de San juan, se encuentra esta localidad manchega, conocidísima, entre otras cosas, por sus molinos de viento.
Una muy buena conexión ferroviaria entre estas dos poblaciones me deja en cinco minutos en la estación de Campo de Criptana. También hay que decir que el edificio y sus ‘instalaciones’ dejan mucho que desear.
Mi propósito es hacer un recorrido por estas tierras y visitar algunos de los puntos de interés de las mismas.
Me dirijo, por el senderillo de los Parrales, calle Tomelloso y calle Concepción, hasta la ermita de la Concepción.
ERMITA DE LA CONCEPCIÓN
Después, por la calle Goya y el camino a la Cantera, llego al camino de la Virgen.
Esta es una pista arbolada que lleva, durante 2 kilómetros de suave ascenso, al Santuario de la Santísima Virgen de Criptana.
En un lado del camino se encuentra el pozo de la Virgen, lugar ideal para hacer una parada y refrescarse.
Una última subida por la escalinata y llego a la inmensa atalaya en la que se encuentra en santuario.
La hermosa panorámica de los campos es espectacular.
Situado en el cerro de la Virgen, es visible desde diferentes puntos de los alrededores de Campo de Criptana. Un edificio amplio, blanco y muy vistoso que se levanta sobre la planicie manchega.
El santuario está construido en el cerro donde se asentó el originario enclave de la villa actual, Chitrana, un poblado prerromano que ya en la Edad Media se uniría con otro de nombre Campo creando la población de Campo de Criptana.
En cuanto al edificio decir que está construido sobre otro anterior, data del siglo XVI y su proyecto es de 1513. A lo largo del tiempo ha tenido varias restauraciones pero en parte se han respetado los elementos originales renacentistas.
Después de la visita al santuario, tomo el camino de la Veredilla para encontrarme, a través de algunos campos de cultivo con otro de los puntos de interés, al menos para mi, el vértice geodésico ‘Pozos’ (730 msnm)
VÉRTICE GEODÉSICO POZOS 730 M.S.N.M.
Continúo con el itinerario trazado en mi gps y me dirijo, por el camino de la Cueva de la Laguna, al interior del pueblo.
Por la calle de la Virgen, la plaza del Calvario, calle Toboso, calle Mira, calle Ínsula Barataria y calle Amadís de Gaula llego hasta el altozano donde se encuentran los famosos molinos de viento.
Antes de hacer el recorrido por entre estas construcciones, hago una parada en uno de los bares cercanos para comer y beber.
El día es tremendamente caluroso, es domingo y hay muchísima gente, así que prefiero dejar que las visitas se vayan y así poder disfrutar de los molinos yo solo.
Aquí los tengo ya. Apenas si hay turistas y los puedo admirar en todo su esplendor.
También estos, como los de Alcázar de San Juan, tienen cada uno su nombre.
Inca Garcilaso, Cariari, Quimera, Pilón, Lagarto, Burleta, Infanto, Poyatos, Sardinero y Culebro (que además es también el museo de Sara Montiel, criptanense ilustre)
Aunque tengo que decir que en las fotos estas grandes torres circulares quedan estupendamente, con sus aspas y sus tejadillos, pero la realidad supera la instantánea; hay que venir aquí para disfrutar de su belleza.
Dejo el cerro de los molinos y desciendo por entre las calles de Campo de Criptana.
A mi paso me encuentro con rincones, plazuelas y monumentos singulares.
La ermita de Santa Ana, la parroquia de Ntra, Sra, de la Asunción, la estatua a Cervantes, el Pósito, estatua del Quijote, etc…
Todo ello mientras voy acercándome hasta el apeadero de la estación para esperar el tren que me lleve de nuevo a Alcázar de San Juan.
Valoración: 5*****
Recomendable: Indiscutiblemente, sí. En un principio esta caminata era el motivo principal de mi visita a tierras manchegas… Esto me lo suponía, me lo imaginaba y me lo esperaba, el resto ha sido un auténtico regalo. Han sido, en este día, unos 11’50 kilómetros y un desnivel de 143 metros.
En la misma jornada que he estado haciendo el recorrido de las lagunas, después de llegar al hotel, asearme, comer en un bar cercano y dormir una pequeña siesta. Me he lanzado a recorrer la ciudad y a contemplar sus muchos encantos.
EL CUBILLOTORRE DEL GRAN PRIOR O DE JUAN DE AUSTRIACAPILLA DE SAN JUAN BAUTISTAYACIMIENTO YACIMIENTOCAPILLA Y YACIMIENTO
El Cubillo.
En la plaza de Santa María, y tras la figura de bronce de Miguel de Cervantes, se encuentra este muro de forma circular y piedra de arenisca rojiza que se cree que podría haber formado parte de una de las torres de las murallas de la ciudad.
Torre del Gran Prior o de Juan de Austria.
Torre almohade de 1237 que formó parte del palacio de los Grandes Priores de Castilla y León de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta.
Capilla de San Juan Bautista.
Construida en el siglo XVI para su uso religioso y, durante un tiempo, como cárcel. Ahora su función es la de museo con una parte de la exposición del antiguo conjunto palacial.
Yacimiento.
Desde la anterior capilla, se accede a este yacimiento romano. Se cree que puede tratarse de una domus romana y otras viviendas.
COLEGIATA DE STA. MARÍA LA MAYORCOLEGIATA DE STA. MARÍA LA MAYORCOLEGIATA DE STA. MARÍA LA MAYOR
Colegiata de Santa María la Mayor.
La iglesia más antigua de Alcázar de San Juan. Parece ser que este templo fue construido sobre restos de templos íberos, romanos y visigodos y que también fue mezquita.
En el año 1226 pasa a pertenecer a la Orden de San Juan, dedicándose a la Asunción de Nuestra Señora. Ésta apareció en Alcázar, según las cantigas del siglo XIII del rey Alfonso X el Sabio.
El exterior está compuesto de sillares de arenisca roja, ladrillos y zócalos en las esquinas y en las portadas. Tuvo dos torres que desaparecieron, la última tras un cañonazo francés, y las campanas se colocaron provisionalmente en el Torreón del Prior, donde siguen.
Casas solariegas y palacios.
En los alrededores de la plaza de España, en esta ciudad, se pueden observar gran cantidad de edificios, casonas y palacetes que llaman poderosamente la atención por sus magníficas fachadas.
CASAS SOLARIEGAS
Museo Municipal.
MUSEO MUNICIPAL
El Museo Municipal, situado en dos edificios adyacentes: la casa de la familia Sanabria y la antigua ermita de Santo Domingo. Para entrar, se atraviesa una bonita puerta con un escudo nobiliario de la familia Sanabria y podemos ver el interior organizado en torno a un patio cuadrado de dos pisos.
En el museo hay patrimonio arqueológico de la época prehistórica, la Edad de Bronce y la Edad del Hierro, así como mosaicos y objetos romanos encontrados en diferentes yacimientos de la ciudad.
Plaza de España y estatua de Don Quijote.
Centro neurálgico de la ciudad. En ella se encuentra el ayuntamiento, inaugurado en 1850, el casino, la oficina de turismo y el mercado.
Al fondo, está situado el conjunto escultórico más fotografiado de la ciudad, compuesto por las figuras en bronce de Don Quijote y Sancho Panza, subidos en sus respectivas monturas, obra realizada en 1971 por Mariano Amaya.
PLAZA DE ESPAÑAPLAZA DE ESPAÑAPLAZA DE ESPAÑAQUIJOTE Y SANCHORINCONES Y DETALLES DE LA CIUDAD
Iglesia de Santa Quiteria.
Por la calle de Santa Quiteria se contempla la iglesia homónima. La iglesia se comenzó a construir debido al crecimiento de la ciudad y la falta de espacio en la Iglesia de Santa María. Se utilizan los planos de Juan de Herrera para su construcción en el siglo XVI y tras un incendio fue reconstruida siendo finalizada en 1796. Sufre un derrumbes importantes y en 1921 pierde la torre y durante la guerra civil desaparecen la mayoría de las cosas de valor, pinturas, orfebrería, reliquias etc.
IGLESIA SANTA QUITERIAIGLESIA DE LA SANTÍSIMA TRINIDADIGLESIA DE SAN FRANCISCO
Iglesia de la Santísima Trinidad.
Construida en los siglos XVII y XVIII. Fue una de las primeras iglesias de la provincia que se realizan bajo las pautas del Rococó. Está construida a base de sillares de piedra arenisca rojiza en las zonas más importantes de la iglesia; el resto es de mampostería.
La fachada principal está presidida por una portada-retablo de estilo barroco.
Iglesia de San Francisco.
Forma parte de un antiguo convento franciscano muy importante en la ciudad en el siglo XVII, por ser la sede de la Universidad de Alcázar.
Se construyo a principios del siglo XVI, por orden de Diego de Toledo, Prior de la Orden de San Juan y duque de Alba. Y en él se funda la Universidad de Alcázar con cátedras de Teología, Medicina, Filosofía, Historia sagrada, y más tarde Gramática y Artes.
Valoración: 5*****
Recomendable: Esta ciudad es muy recomendable. Sorprendido por la cantidad de historia que encierran sus calles, por la belleza de sus rincones y la amabilidad de sus gentes.
Ha sido una caminata por Alcázar de San Juan de unos 5 kilómetros que me ha enamorado.
Hoy he comenzado la mañana muy temprano y, después del desayuno, me he puesto en marcha para realizar la caminata del día, algo más larga de lo que yo estoy acostumbrado pero, y estoy completamente convencido, muy interesante.
Desde el hotel me dirijo por la avenida Pablo Iglesias hasta las inmediaciones del espectacular pabellón Vicente Paniagua, aquí me encamino por la calle Francisco de Ocampo a la rotonda del flamenco, donde se encuentra la plaza de toros, el monumento al ferrocarril y la entrada al parque Alces.
Por las avenidas del Deporte y del alcalde Anastasio López Ramírez, estoy dándole un rodeo a este hermoso parque, que queda pendiente para una posible visita, y llego hasta el camino de la depuradora.
Es en este punto donde realmente tendría que comenzar este sendero; en cambio yo ya llevo 2’7 kilómetros acumulados.
El camino de la depuradora da acceso, desde una pequeña área de descanso, a la entrada de la Reserva Natural Complejo Lagunar de Alcázar de San Juan.
Este espacio natural está integrado por tres lagunas, en un total de 695 hectáreas, pertenecientes a la denominada La Mancha Húmeda y pobladas por especies únicas en el mundo que lo hacen un lugar fascinante para ser visitado.
Laguna de la Veguilla.
Un paraje recuperado que ha pasado de ser un vertedero durante más de medio siglo, a convertirse en uno de los humedales manchegos donde más especies de aves podemos observar a lo largo del año. Recibe un aporte de agua depurada procedente de la Estación Depuradora, lo que permite que el paraje tenga agua prácticamente todo el año y con ello la presencia de aves sea permanente.
LAGUNA DE LA VEGUILLALAGUNA DE LA VEGUILLACENTRO DE INTERPRETACIÓN
Desde los observatorios podemos disfrutar no sólo de los emblemáticos flamencos; también de garzas reales, grullas, el espectacular calamón, ánades como el pato colorado o el porrón moñudo y el llamativo pato de pico azul: la malvasía cabeciblanca. El aporte de agua dulce permite a su vez que la laguna se rodee de una vegetación de tipo emergente: el carrizal.
OBSERVATORIOLAGUNA DE LA VEGUILLALAGUNA DE LA VEGUILLA
Continúo mi recorrido accediendo a la pista, llamada Camino de Villafranca, y en la bifurcación tomo la senda de la derecha, ya dando comienzo la siguiente laguna.
Laguna del Camino de Villafranca.
LAGUNA DEL CAMINO DE VILLAFRANCA
Esta es la más extensa del Complejo Lagunar. Está rodeada de una vegetación halófila (adaptada a condiciones de salinidad) como es el caso del limonium o acelga salada, la salicornia o la famosa barrilla o salicor de La Mancha, de cuyas cenizas se extraía el jabón de piedra o duro.
OBSERVATORIO
Las playas de limo que flanquean esta laguna hacen posible que el visitante pueda ver a escasos metros del camino público a aves limícolas como las avocetas o las cigüeñuelas. A su vez, existe en esta laguna la llamada Isla de las pagazas, refugio de cría de la pagaza piconegra, emblema de estos humedales.
LAGUNA DEL CAMINO DE VILLAFRANCAOBSERVATORIO (Y OBSERVADOR)
Sigo con mi recorrido, por el carril del Pozo de la Laguna, para encaminarme al siguiente humedal.
El camino, extensa planicie, me ofrece en el horizonte la visión grisácea de las sierras de la Sevillana y de la Tres Fuentes, y el monte de la Dehesa y la sierrecilla de la Horca, con sus molinos, todo ello perteneciente al término municipal de Herencia.
Laguna de las Yeguas.
LAGUNA DE LAS YEGUAS
En esta laguna el aporte de agua depende exclusivamente de las precipitaciones, y posee concentraciones de sal cien veces superior a las del Mar Mediterráneo.
Rodeada de albardines, almajos y el peculiar coralillo, la presencia de artrópodos únicos y endémicos nos dan una idea de la singularidad de estos ambientes.
Llego hasta este humedal, en esta época prácticamente seco, y comienzo el regreso al punto de inicio.
Me incorporo al camino de Villafranca de los Caballeros pero en el sentido contrario, hacia Alcázar de S.J..
Un itinerario lleno de grandes espacios, hermosos campos de cultivo, pequeños bosquecillos y algunas fincas desperdigadas, en una mañana especialmente maravillosa.
Vuelvo a pasar por la Laguna de la Veguilla, el Centro de Interpretación y los observatorios.
Salgo de la Reserva Natural para entrar a la ciudad por los alrededores del parque Alces.
Aquí hago una breve parada para beber y, después, seguir el recorrido hasta el hotel.
Valoración: 5 *****
Recomendable: Por supuesto. Me ha encantado y si alguna vez visitáis esta parte de La Mancha, no dudéis en entrar en este hermoso paraje.
Han sido un total de 18’5 kilómetros y un desnivel mínimo.
Hace ya unas semanas que tenía planeado este viaje y además tenía pensado hacerlo con mi coche pero, en un último momento, y viendo que había muy buena combinación con tren, me he animado usar el ferrocarril.
Madrugón de buena mañana para llegar en bus a la estación de RENFE, primer recorrido hasta Albacete, una hora de espera y segundo tren con parada en Alcázar de San Juan.
Llegada a la ciudad sobre las 13:00
Mi plan es el de instalarme en el hotel (en la otra punta de Alcázar de S.J.), comer algo ligero en un bar cercano y comenzar la tarde haciendo una de las caminatas obligadas en esta ciudad, ya preparada en mi gps; la ruta de los molinos.
Avenida de las Regiones, calle del Porvenir y salida de Alcázar por el Camino de las Cuevas del Santero/Camino Real de Murcia…
Pasado el puente del ferrocarril tomo un sendero que me lleva al Cerro de San Antón.
Allí arriba, una enorme figura de un Cristo presidiendo el paisaje.
Bajando del cerro se encuentra la ermita de San Isidro.
Ahora me dirijo por un camino en dirección sur para incorporarme al Camino Real de Murcia.
La Mancha en su estado más puro. Campos extensos hasta donde abarca la vista, algunos yermos otros cubiertos de viñedos, olivos y cereales.
Allá, aún a lo lejos, se encuentra el Cerro de San Antón con esos hermosos gigantes (qué no son gigantes, que son molinos!!!)
Dejo el Camino Real y, por otro sendero, rodeo el cerro para llegar al Camino de la Cruz a Nieva y, después, a mano derecha, ascender por el Camino de los Molinos.
Aquí me encuentro, solo y disfrutando de estos maravillosos colosos, dominando el paisaje.
Alcázar de San Juan tiene, en este cerro, cuatro molinos identificados con nombres relacionados con el Quijote.
Son: Rocinante, Fierabrás, Dulcinea y Barcelona.
Además, en la colina también se encuentra el vértice geodésico, que se llama San Antón (729 msnm)
Un buen rato disfrutando del paisaje y comienzo el regreso.
Tomo ahora la bajada del Camino de los Molinos, la senda a la derecha que enlaza con el Camino Real de Murcia y vuelvo por los mismos pasos del comienzo, hasta llegar al hotel.
Un pequeño paseo por la ciudad, algo de cena y, de nuevo, al hospedaje a descansar.
Valoración: 4****
Recomendable: Alguien duda que esto no lo recomiende? Vamos, entero, paso a paso.Han sido algo más de 10 kilómetros, con un desnivel de unos 145 metros, hecho en un tiempo más que correcto y en una tarde preciosa.
Para este tercer lunes de septiembre también se ha realizado una caminata.
En esta ocasión, Pedro y yo, nos hemos acercado a Elche y, por el puente del Bicentenario, el camino de los Magros y el camino del Pantano, al parking del embalse de la ciudad, donde hemos aparcado el auto y ha comenzado nuestro recorrido siguiendo, río arriba, las aguas del Vinalopó hasta la presa y… mucho más allá.
Desde el aparcamiento nos dirigimos por el sendero que pasa entre el río y la ‘Sequia Mayor’ y que nos llevará hasta la presa.
Por momentos cruzamos la acequia, en otros el río, pero siempre acompañados por el sonido de las aguas corriendo a nuestro lado.
Hay en el recorrido lugares de abundante vegetación y otros donde el la erosión de las aguas nos muestra rocas con mágicas formas.
Nos encontramos, a nuestro paso, puentes, compuertas, restos de antiguos canales, acueductos y azarbes.
Llegamos hasta el Puente de Rodos, la palmera que llaman de ‘Set Braços’ y, en la roca, la imagen de la Virgen de la Asunción.
Todo este recorrido, novedoso para nosotros, está siendo sorprendente y atractivo.
Llegamos ahora a la explanada donde se encuentra, en un lugar rodeado de palmeras, el edificio de la Central Eléctrica de la Comunidad de Propietarios del Pantano. En una de sus fachadas está escrito el año 1922. Conclusión, el inmueble tiene 100 años.
Seguimos por el sendero y, a muy pocos metros, nos encontramos la presa, con su caída de agua.
Un lugar realmente con un atractivo muy especial.
Originalmente fue construida para retener las aguas de las avenidas del río Vinalopó, habituales con las lluvias torrenciales, y aprovechar estas aguas para su uso en regadíos. Han sido estas avenidas las que, a lo largo de la vida de la presa, se han encargado de colmarla de sedimento, disminuyendo la capacidad de retención de agua y obligando a varias limpiezas para recuperar la capacidad.
En 1995 reventó la compuerta reguladora, ocasionando una gran avalancha de fangos que contribuyó a vaciar la presa. En septiembre de 2007 se iniciaron los trabajos de rehabilitación de la presa con el fin de volver a retener agua, para crear un paraje natural tipo marjal, en el que vegetación y fauna se desarrollen. En marzo de 2008 la presa empieza a retener agua tras un periodo de 13 años prácticamente abandonada.
Por una tosca escalinata de piedra subimos a lo alto de la presa, cerca de la Casa del Pantanet, y accedemos a la pasarela flotante que nos muestra la belleza y la inmensidad del embalse, y nos traslada a la senda que rodea el pantano.
Teniendo, en la senda, las aguas a nuestra izquierda y las paredes de la sierra del Castellar a nuestra derecha, llegamos hasta el Viaducto de Próspero Lafarga.
El Viaducto de Próspero Lafarga (1867-1922) es una de las obras realizadas en el Pantano de Elche por este insigne arquitecto e ingeniero de caminos, canales y puertos, que realizó multitud de importantes proyectos en la provincia de Alicante.
Seguimos nuestro camino hacia el Paraje Natural de los Aljezares, en el término, ahora, de Aspe.
En un punto determinado debemos cruzar el río, entre cañaverales, por una estrecha y embarrada vereda, para llegar al Puente de los Cinco Ojos, accediendo por la senda del barranco homónimo.
Para la canalización del agua desde la Fuente de Barrenas, situada en el margen izquierdo del río Tarafa, en el término municipal de Aspe, hasta Elche se construyó una importante obra de ingeniería hidráulica de unos 15 kilómetros que atravesó el paraje de Los Barrancos, siendo esta obra impulsada y parcialmente financiada por el Obispo de la Diócesis de Orihuela, José Tormo, y dirigida por el arquitecto, natural de Aspe, José Gonzálvez de Coniedo, entre 1785 y 1789.
De las numerosas canalizaciones que integran dicha infraestructura, destaca el Puente de los Cinco Ojos, por ser el más monumental, puesto que mide algo más de 17 metros de altura y de 46 metros de longitud y por su gran valor arquitectónico.
Retrocedemos y tomamos ahora la pista, camino de Pere Mina, que nos conduce a otro de los viaductos de la zona, el Puente de los Cuatro Ojos.
Antes, a un lado del camino, encontramos un gran aljibe, destacable en el entorno y bochornoso la poca sensibilidad de la gente, llenándolo de pintadas y basura en su interior.
Llegamos hasta un pequeño mirador, con un banco para el descanso y la contemplación, desde donde podemos admirar esta otra obra de ingeniería.
Este puente forma parte de la red de acueductos y conducciones hidráulicas del Obispo Tormo, al igual que el anterior.
Llegamos, con esta visita, al final de nuestro recorrido. Ahora nos toca desandar nuestro camino.
Volvemos a cruzar el pantano por la estrecha senda de la ida.
De nuevo, los mismos paisajes pero en la dirección de las aguas del Vinalopó.
Nos acompañan la aguas del embalse y el canto de la gran cantidad de aves que lo pueblan.
Bajamos los peldaños que nos dejan a los pies de la presa, pasamos por la Central Hidroeléctrica, de nuevo, por todas las sendas entre el río y la Acequia Mayor y, por fin, a la zona de aparcamiento y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sin ninguna duda. Han sido 11 kilómetros muy interesantes, con un desnivel que no merece la pena ni comentar y un recorrido lleno de multitud de puntos de interés, de gran belleza y una ruta que perfectamente se puede realizar en familia. La compañía ha sido de lujo.
En este agradable jueves septembrino me he dirigido a la población de Gaianes, aún con restos en sus calles de las fiestas patronales que fueron el pasado fin de semana, para realizar la caminata que tenía prevista en este día.
Gaianes es un municipio alicantino que pertenece a la comarca del Comtat, y a la subcomarca de Perputxent, situado en la falda sur de la Sierra del Benicadell, limítrofe con poblaciones valencianas como Beniatjar y Otos.
Población de origen musulmán conquistada por el rey Jaime I de Aragón alrededor de 1244. Se le otorga carta puebla en 1611, tras la expulsión de los 279 moriscos.
Entre los espacios naturales y algunos de los monumentos de esta población, se encuentran:
Albufera de Gaianes, lugar de interés en la observación de aves.
Sierra del Benicadell.
Vía Verde del Serpis.
Río Serpis.
El Castillo de Gaianes, conocido como El Castellet.
Iglesia de San Jaime Apóstol.
Ermita de San Antonio de Paula.
Salgo de la localidad y me dirijo hacia el oeste por el camino del puerto de Albaida, una pista bastante cómoda que me hace recorrer numerosas fincas y campos de cultivo, principalmente de olivos y almendros.
La pista entra ahora en el término de Turballos, un municipio pedáneo de Muro de Alcoy.
1’7 km después ya me encuentro caminando por las calles de esta pequeña y fascinante pedanía.
Es un lugar muy singular por su aspecto, dado que parece que los años no hayan pasando por ella. Sus calles y casas conservan un estilo particular y encantador.
Entre algunos de los puntos de interés de Turballos está la Iglesia de San Francisco de Paula, la fuente de la plaza, el lavadero, etc… Precisamente el próximo fin de semana celebran sus fiestas patronales.
Ahora abandono el pueblo para, por pequeña vereda, acceder a la fuente y la balsa de Turballos.
Es difícil, siendo el mes que es, que tenga agua pero… aún así el caño desprende algunas gotas.
Sigo un pequeño camino hacia el norte primero, y al este después, hasta una pista en la que se encuentra, en una bifurcación, la fuente del Huito.
Tomo la senda, a la izquierda, y paso por una zona frondosa, llena de pinos y carrascas.
Llegados a este punto del itinerario, la ruta preparada en mi gps, sufre un inconveniente… El camino que me indica está cortado por una valla, una cerca, una alambrada y un cartel de ‘no pasar’.
La idea era acceder por el camino prohibido, y a través de distintas sendas, al Castellet (el Castillo de Gaianes), así que me toca improvisar.
Voy hacia el sur para encontrarme, nuevamente, con el camino al puerto de Albaida; el que me llevó hasta Turballos.
Camino en dirección a Gaianes y, más o menos, a 1’4 kilómetros giro a la izquierda y me incorporo a una subida (ufff, asfaltada) que me lleva directamente al Castellet.
Tampoco es que sea una construcción de máximo interés, pero me hacía ilusión visitarlo.
Esta pequeña fortaleza, cuyos orígenes son cristianos y de la que apenas quedan algunos lienzos en pie, debía servir para la vigilancia del río Serpis y parece ser que no se concluyó su construcción (allá por los siglos XIII y XIV).
Después de la visita al castillo, descendiendo por la misma pista asfaltada, tomando el camino del puerto de Albaida y, entre viejos olivos y ancianos almendros, este pobre montaraz, llega hasta Gaianes.
Hago una pausa en el área recreativa, cerca de la cruz, para beber, comer una fruta y calmar el calor, aunque es soportable, a la sombra de los árboles.
Atravieso el pueblo y llego al coche.
No, no vuelvo a casa…
Con el vehículo me dirijo hasta el paraje de la Albufera de Gaianes.
Aquí doy un paseo por esta hermosa finca (algo abandonada, la verdad) que tiene una pasarela de madera que te lleva hasta una caseta de observación de animales, principalmente aves, en plena albufera, muy cerca del río Serpis.
Ahora sí, regreso al coche y vuelvo a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Vamos, ni lo dudes. Han sido, entre unas cosas y otras, unos 11 kilómetros, con un desnivel de unos 220 metros, hechos en muy buen tiempo y con una jornada fabulosa.
La caminata elegida para este lunes de septiembre es, muy posiblemente, una de las rutas estrella de la provincia de Alicante.
Dentro de las variadas posibilidades para acceder hasta la cumbre del Montcabrer, la que yo he escogido en esta ocasión es la que da comienzo desde las Casetes de Vilaplana, grupo de viviendas, en plena sierra, próximas al Barranc del Cinc y pertenecientes a la ciudad de Alcoi.
Dejo el auto en un claro al lado de la carretera, junto a las casas. Doscientos metros de pista en dirección norte hay una senda, a mano derecha, que sube hasta el Collado de la Zapata (Coll de Sabata).
Toda esta zona, aunque está bastante recuperada, sufrió un incendio en el año 2012 que calcinó 574 hectáreas de los municipios de Cocentaina y Alcoi, aún sigue teniendo graves cicatrices de aquel desastre.
Una vez llego al collado, continúo por pista, compartida con la PR-CV37 y la GR7, hasta llegar a una bifurcación donde se dividen.
A la izquierda sigue la PR y por la derecha la GR. Yo tomo esta segunda opción, que me llevará en un ascenso considerable hasta las Penyes Monteses.
Ya he llegado a alturas que superan los 1300 metros y en el horizonte resalta la silueta del Montcabrer.
El Montcabrer es la cima más alta de la Sierra de Mariola. Forma parte de los Sistemas Béticos, situados en la zona sur de la península. Ubicada en el término municipal de Cocentaina, tiene 1390 metros de altura, con lo que es el tercer mayor pico de montaña de la provincia de Alicante.
Desde este vértice geodésico, que necesitaría una reforma urgente, las ya clásicas fotos en la cima, una parada para beber y unos minutos para contemplar, a pesar de lo desapacible que está el día, las increíbles vistas de los valles y pueblos de los alrededores.
Comienzo el retorno, ahora lo hago por la vertiente oeste, siguiendo también la GR7, en una bajada bastante abrupta y pedregosa (a veces son más peligrosas las bajadas que las subidas).
La senda me lleva directamente hasta el Mas de la Foia Ampla, un hermoso caserío con sus campos de cultivo y sus animales.
Aquí, en los alrededores de esta finca, dejo la GR7 y tomo una senda, en dirección sur, que me llevará, entre estrechos ascensos y complicados descensos, hasta el Barranc del Carrascalet.
Una nueva bifurcación me hará elegir la vereda, en dirección sur, que me acerca a algunas de las fuentes de la zona.
Esta ha sido, para mi, la parte más difícil de la ruta. Subidas y bajadas por caminos muy estrechos, intentando esquivar multitud de ramas que se cruzan y te arañan y, todo ello, con un calor que a estas horas del día se hacía insoportable. Confieso que esto ha sido lo peor de todo.
Al final he llegado hasta la Font de Juliá y la Font dels Bassiets (con muy poco caudal, pero, claro, en el mes que estamos y con el verano que llevamos,… qué esperaba!!!)
Llego también hasta el Coll de Sabata y ahora sólo me queda seguir el camino que tomé en el comienzo de la caminata, ahora en descenso, accedo a las Casetes de Vilaplana, al coche y…
Regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Por supuesto, muy recomendable. Han sido unos 11’5 kilómetros, con un desnivel de 630 metros, hecho todo en más tiempo del que yo desearía… pero ha merecido la pena.
Hoy no he querido calentarme demasiado la cabeza y he decidido efectuar una caminata que ya he realizado en muchas ocasiones, un recorrido por las pistas, caminos y sendas de Catí, dentro del Paisaje Protegido de las Sierras del Maigmó y del Cid.
He dejado el coche en un claro de la carretera CV837, la que va de Petrer a Castalla, a la altura del Pantanet y de la Rambla de Badallet.
Comienzo la caminata, unos metros por asfalto, paso por la Casa del Pantanet, sigo por senda hasta la Casa de Catxuli, en el barranco homónimo, con sus campos de cultivo, su gran alberca y su abrevadero.
La senda me lleva hasta la vía pecuaria, hacia el este, para, en suave ascenso, llegar al Collado de Amorós.
Desde el collado, donde confluyen diversos caminos, múltiples posibilidades para efectuar caminatas, opto por seguir la pista (PR-CV30) que, después de un desvío, a mano izquierda, me conduce hasta la Casa del Calafate (en ruinas).
Desde esta posición también se puede observar la mole de piedra del Cantal del Moro.
Llego hasta el Racó de la Servera y, en este punto, en lugar de continuar por la pista, tomo el sendero que me acercará, por entre una hermosa arboleda de pinos, a las inmediaciones de las peñas de la Foradada.
Una breve parada a la sombra de un algarrobo para refrescarme y comer alguna fruta.
Desde esta zona la vista de los montes de los alrededores es francamente soberbia.
Continúo mi camino, llegando a los alrededores de la Sierra Foradada.
Rodeo esta majestuosa agrupación de rocas, regalo para escaladores, y sigo por la pista, marcada en mi gps (esta vez no me lo he traído, confío en mi memoria).
Estoy ahora en un cruce de caminos, en la Ferrería, donde se puede optar por diversas sendas, al hotel de Catí, a la Casa de la Administración (totalmente eliminada) y su pozo de nieve, a la subida al Alt de Guisop por la Chimeneas y a la Ermita de la Purísima, entre otras alternativas.
Claramente elijo esta última.
Una vez paso por la puerta de la ermita, sigo por la pista que me acerca a la torre de vigilancia y continúo mi camino.
Ya quedan sólo los dos últimos kilómetros de esta andadura. Recorro el sendero que, desde lo alto de la Sierra de Catí, y teniendo a un lado el Barranco de Badallet y al otro el Barranco de Catchuli, me acerca hasta la Casa del Pantanet y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Por supuesto que sí. Han sido 11 kilómetros, con un desnivel de 352 metros, en una mañana fabulosa y todo ello hecho en un tiempo mucho más que aceptable.
Dentro del término municipal de Onil, en plena sierra homónima, transcurre la caminata de este primer miércoles de septiembre.
También, como la ruta del pasado lunes, el recorrido transcurre por tres de los barrancos de esta serranía alicantina, perteneciente a la comarca de l’Alcoiá.
Entre las carreteras CV-803 y CV-804 se encuentra la calzada que lleva a la Casa Tápena, a la Ermita y a la zona recreativa de Santa Ana, por ella me dirijo, y a 1 kilómetro aproximadamente, hasta la entrada del Barranco de l’Arcada. Justo frente al Mas de l’Arcada dejo el vehículo y comienzo esta interesante caminata.
MAS DE L’ARCADAMAS DE L’ARCADETABARRANCO DE L’ARCADA
Una ruta que podría bautizar como de los ‘Barrancos, Masías y Fuentes’
BARRANCO DE L’ARCADABARRANCO DE L’ARCADA
Tomo la pista que me lleva, en suave ascenso, por toda esta primera rambla entre grandes paredes rocosas.
Como curiosidad (¿?) añadiré que también por aquí pasa la GR7 (Estará presente en varios tramos de la caminata).
Ahora llego a un cruce de caminos y sendas, abandono la GR7 y tomo una de las pistas (PR-CV160) que hay a mano derecha, la que me lleva al Barranco de Montvarí.
BARRANCO DE MONTVARÍBARRANCO DE MONTVARÍBARRANCO DE MONTVARÍ
Un par de veredas en ascenso y llego hasta el Mas, la fuente y la alberca de Montvarí.
ALBERCA DE MONTVARÍFUENTE DE MONTVARÍMAS DE MONTVARÍ
Curiosamente, para el mes que estamos, de la fuente brota bastante agua y la alberca tiene buen nivel y bastantes peces (yo, que no soy entendido en ello, diría que son carpas).
Sigo el camino que marca mi gps, continúo en ascenso siguiendo el trazado de esta rambla.
BARRANCO DE MONTVARÍ
En ella hay bastantes campos de cultivo, distribuidos en terrazas, divididos por ribazos obrados con la técnica de la piedra seca.
En esta pista, PR-CV160, tengo, a mano izquierda El Serral y por la derecha estoy rodeando la cara norte de la Sierra de Biscoi.
Llego a un cruce de caminos, un collado donde puedo, a la sombra de unas carrascas, beber agua y comer alguna fruta. Estoy en el límite exacto de los municipios de Ibi y Onil.
EL SERRALBISCOI
En este punto, tomo la pista (aparece nuevamente la GR7) que me hará comenzar el camino de regreso.
MAS DEL PALOMARETMAS DEL PALOMARETMAS DEL PALOMARET
Tengo ahora ante mi el Mas del Palomaret, otra de las grandes casas de esta ruta.
FUENTE DEL PALOMARETFUENTE DEL PALOMARETFUENTE DEL PALOMARET
Desciendo una pequeña senda que me acerca a la fuente de esta finca.
Retomo la pista y, en una bifurcación, abandono la GR7 y me dirijo por el Camino del Xocolater, rodeando la cara oeste de El Serral, hasta las proximidades del collado del mismo nombre.
AL FONDO, SIERRAS DEL RECONCO Y LA ARGUEÑACAMINO DEL XOCOLATERCAMINO DEL XOCOLATERPROXIMIDADES DEL COLLADOPROXIMIDADES DEL COLLADO
En esta depresión sigo el camino que gira a la izquierda y me conduce, en descenso, hasta el Barranco de Taguenga.
BARRANCO DE TAGUENGABARRANCO DE TAGUENGABARRANCO DE TAGUENGA
Esta rambla, con un cauce mucho más ancho que los anteriores barrancos, me llevará hasta el punto de inicio.
BARRANCO DE TAGUENGABARRANCO DE TAGUENGA
Más o menos en la mitad del recorrido de esta depresión vuelvo a incorporarme a la GR7.
MAS DE LA CAPONA
Desde la pista puedo contemplar, en lo alto, el Mas de la Capona.
Después de 1’5 km, nuevamente, el Barranco, el Mas de l’Arcada y… el auto.
Regreso a Alicante.
BARRANCO DE L’ARCADA
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto, sin duda alguna. Han sido 11 kilómetros, con un desnivel de 254 metros y hecho todo en un tiempo más que aceptable.
La caminata elegida para este primer lunes de septiembre ha sido no muy lejos de casa… ya que, al precio que está el combustible, tengo que procurar reducir gastos.
No obstante el hecho de ser una ruta cercana no le ha restado interés y belleza.
Me he decidido por recorrer algunos de los principales barrancos de la Sierra de Santa Pola.
BARRANCO DE MELEJABARRANCO DE MELEJA
Dejo el coche a la entrada de ‘Les Casetes de Meleja’, en plena sierra, y me dirijo por senda muy bien señalizada al barranco homónimo.
Superada esta rambla continúo por senda y pista, en dirección a la localidad de Santa Pola, y, por veredas, desciendo al Barranco de Paco Mañaco.
Esta es una bonita torrentera, de vegetación abundante, por la que discurro, en suave ascenso, hasta sus dos principales aportaciones, el Barranco Nuevo y el de la Pinada.
BARRANCO PACO MAÑACOBARRANCO PACO MAÑACO
Caminando por estos parajes se puede uno imaginar la dificultad que debe haber en tiempos de lluvia.
BARRANCO NUEVOBARRANCO NUEVO
Ya en algún que otro cartel informativo de la zona se recomienda no practicar senderismo en estos lugares cuando hay predicción de lluvias torrenciales.
BARRANCO DE LA PINADABARRANCO DE LA PINADABARRANCO DE LA PINADA
Sigo ahora por la senda, a veces casi imperceptible, que me lleva a recorrer el Barranco de la Pinada.
OJOS DE LUNA, EN EL BARRANCO DE LA PINADABARRANCO DE LA PINADA
Llego al punto del cruce con la senda que conduce a la carretera del faro.
ABREVADERO
Paso por el abrevadero para animales y por la bifurcación que lleva, por pista, a las Casas de Meleja y al Barranco del Salt.
Sigo mi camino por la segunda opción.
Atravieso la carretera del faro y sigo por pista.
Un par de desvíos me hacen pasar por el Barranco de la Xana y entrar de lleno en la senda que me conduce al Aljibe del Salt.
BARRANCO DE LA XANA
Aquí, en esta antigua cisterna de piedra, hago un pequeño ‘break’ para beber y comer unas tajadas de melón.
ALJIBE DEL SALT
Tengo que decir que a medida que ha avanzado la mañana el calor se ha hecho insoportable y, la verdad sea dicha, he agradecido esta pausa y el refresco.
Sigo, en dirección sudeste, por el Camino y el Barranco del Salt.
BARRANCO DEL SALTBARRANCO DEL SALTBARRANCO DEL SALTBARRANCO DEL SALT
En un momento determinado la ruta, preparada en el gps, me obliga a tener que superar el cruce del barranco de manera (para mi gusto) algo peligrosa. Doy media vuelta y opto por otra senda que creo que es más adecuada.
Esta variante me lleva hasta la carretera del faro y a la pista que pasa por la Casa de la Pinada.
La pista me deja en el Camino del Faro, paso por el depósito de aguas, por la entrada a las Casas de Meleja y, directamente, llego al coche.
Regreso a Alicante.
CAMINO HACIA CASA DE LA PINADACASA DE LA PINADA (RUINAS)
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Han sido unos 11 kilómetros, con unos 118 insignificantes metros de desnivel y, eso sí, un día de calor extremo que le ha puesto a esta caminata toda la dificultad que no tiene.
SIERRA DE FILOSA Y LA ZONA QUEMADA EN LA FALDA DE LA COVA ALTA
La caminata de este último día del mes la realizo en la Sierra de Filosa (también llamada de Agullent), una montaña que sirve de frontera natural entre las provincias de Valencia y Alicante. En la cara norte confluyen varios términos municipales, pertenecientes a la comarca valenciana de ‘La Vall d’Albaida’, que son Albaida, Benissoda, Agullent y Ontinyent. En la cara sur se encuentran los términos alicantinos de Alfafara y Agres, incluidos en la comarca del ‘Comtat’.
El itinerario de mi ruta, discurre casi en su totalidad (97%) en la vertiente valenciana y me hará visitar algunos de los puntos de interés de esta sierra.
CASAS GUARDA FORESTAL
El coche lo estaciono en la explanada que hay frente a las Casas del Guarda Forestaly aquí doy comienzo la caminata.
Nada más iniciar el recorrido que tengo preparado, frente a mi, tengo la ladera de la sierra con la gran abertura en sus paredes, la Cova Alta, y justo bajo ella la zona que se quemó hace unos días. Horrible, una pena.
AL OTRO LADO DE LA AUTOVÍA, LA SIERRA DEL BENICADELL
Sigo por la pista en ascenso hasta la bifurcación. Tomo por la derecha la senda que me acercará a la pista que recibe los nombres de ‘Camino del Alba’ y ‘Camino de la Font, y además es también el ‘Camino de Santiago del Sureste’… Vamos, que no le falta de ‘ná’!!!
CAMINO A LA FONT DEL PATGE
Por estas pistas hay muy buenas panorámicas de la ‘Vall d’Albaida’, a pesar de tener el día una ligera neblina.
VISTA DE LA ‘VALL D’ALBAIDA’
Llego hasta la Font del Patge. Unas cuantas fotografías de la misma y un breve descanso para beber.
FONT DEL PATGE
El nombre de esta fuente nada tiene que ver con lo que podría deducirse, no significa ‘fuente del paje’. Su nombre proviene del romano ‘pace’ (o sea, paz) y con su posterior arabización, quedó como ‘patxe’. Más tarde se valencianizó, llegando a ‘patge’. Realmente nos encontramos ante la Fuente de la Paz.
FONT DEL PATGEFONT DEL PATGEAL FONDO, LA SIERRA DEL BENICADELL
Sigo el itinerario que me he marcado y continúo ascendiendo por la pista hasta llegar a un pequeño desvío, a mano izquierda, que me hace subir por una zigzagueante vereda ,el Camí Vell de Ontinyent a Agres, que me dejará en lo alto de la sierra.
Estoy ahora en la pista, Camino a Agres, concretamente en la zona llamada ‘La Foieta dels Carros’.
Esta es la parte de la ruta que pertenece a la provincia de Alicante, apenas 350 metros.
LA FOIETA DELS CARROS
Aquí arriba se puede disfrutar mucho mejor de las vistas del entorno… Sierras de Mariola, del Benicadell, la Grossa d’Ontinyent, la Vall d’Albaida, el embalse de Bellús, etc…
CIMA DE LA COVA ALTA Y AL FONDO LA SIERRA DEL BENICADELLSIERRA DE MARIOLA Y EN LA LADERA AGRESCOLLADO DE SANTA ANA
En dirección este llego al Collado de Santa Ana y, en este cruce, tomo la senda que me llevará hasta la bifurcación del Camino a la Cova Alta.
POR LA SENDA DERECHA, SUBIDA A LA COVA ALTA
En este punto decido no coger el ascenso a la Cova Alta; no tengo ningunas ganas de atravesar los campos calcinados.
Esto significa que a la ruta inicial le descuento casi dos kilómetros y algunos metros de desnivel.
ESPANTOSA VISIÓN DE LA ZONA QUEMADA
Sigo por la vereda de descenso y llego al Camino de la Umbría.
Esta pista me conduce, sin ningún problema, a la primera bifurcación, a las Casas del Guarda Forestal y… al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Una ruta perfecta para despedir este caluroso mes de agosto. Han sido cerca de 10 kilómetros, con un desnivel de 340 metros y hecho todo en un tiempo muy correcto.
Este último viernes de agosto también ha tenido su caminata.
La zona elegida para el comienzo de esta ruta ha sido en las proximidades de la población de Biar, concretamente en el claro, a mano izquierda, que hay en la carretera de subida al Reconco, donde se encuentra un depósito contraincendios y la bifurcación con el camino que lleva a Fontalbres.
Dejo el coche y comienzo mi andadura continuando por la carretera que sube a la cumbre del Reconco.
Empezar con un pronunciado ascenso y, sobre todo, por asfalto no es lo que más me guste pero, bueno, así lo tenía dispuesto. Así ha sido.
Llego al punto más elevado, un lugar donde están dispuestas un montón de antenas, casi todas de telefonía, la caseta de vigilancia forestal y el vértice geodésico de esta sierra, llamado Reconco (1210 msnm)
Vuelvo sobre mis pasos, unos 300 metros, para entrar en el camino que se denomina ‘Sendero Botánico’ y que me acerca a la Peña Buitrera, en plena Sierra de Biar.
Desde estas enormes moles de piedra que componen la Peña Buitrera, dentro de una gran zona de microrreserva de flora, por donde discurre el sendero botánico, se pueden observar una magníficas panorámicas de las sierras de los alrededores, así como las poblaciones de Onil, Ibi, Tibi, Castalla, Villena, Cañada, Campo de Mirra, etc…
Por toda la parte alta de la sierra la senda discurre en un suave descenso.
Llego, finalmente, a un cruce de caminos, en el que se encuentran las ruinas de una de las casas de la zona, el Mas de la Virgen de las Nieves.
Ahora tomo la pista que conecta con la PR-CV55 y aparece otro cruce de sendas.
Me desvío hacia la izquierda y entro de lleno en la Font del Xorro, donde hago una pequeña parada.
Después de este descanso, con la agradable compañía de las aguas correteando, sigo por una pequeña vereda en dirección oeste hasta el camino que recorre el Barranco de Garrancha.
Esta rambla, que en algunos puntos tiene unas curiosas formaciones rocosas, desemboca en una gran pista que me acercará al tramo final de esta caminata.
Por la izquierda, la pista asciende hasta el Mas de Camarasa.
Y poco después me conecta con la PR-CV55, que en este punto también es el Camino de Santiago del Sureste.
A mi paso se encuentra la Fonteta de Soriano, en pleno verano es muy habitual encontrarla seca pero su estanque siempre tiene agua y en este rincón se disfruta de una densa vegetación y una frondosa arboleda.
Yo queda sólo continuar la pista, en suave ascenso, para, en poco más de un kilómetro, llegar hasta el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente aconsejable. Han sido, entre unas y otras cosas, 8 kilómetros, con un desnivel de unos 300 metros, hechos en un tiempo más que correcto.
La verdad es que me ha sabido a poco, podría haber alargado el recorrido al menos un par de kilómetros más. El temor a que hoy fuera un día de mucho calor me ha hecho preparar una ruta tan corta.
En la A7 tomo la salida a la N340, la que entra a Alcoy, carrer Alacant, puente Fernando Reig, carrer Santa Rosa, rotonda de la plaza de la Concordia, carrer Oliver, carretera CV-795 y, desde aquí, entrada al barrio de Batoi para, al final del carrer Montdúber, frente a una pequeña zona de descanso de la Vía Verde, dejar el coche y comenzar la caminata de este lunes, que me llevará por algunos puntos interesantes en los alrededores de esta majestuosa ciudad.
Apenas unos cuatrocientos metros de recorrido por la Vía Verde para tomar un desvío, a mano izquierda, que me conduce a la Font del Quinzet.
Este es el lugar en el que se unen dos de los ríos importantes de Alcoy, el Barxell y el Polop.
Juntan sus aguas frente a la Font del Quinzet, un punto de encuentro con cascadas, zona de recreo, mesas y bancos para el disfrute de visitantes.
Después las aguas atraviesan toda la ciudad de Alcoy con el nombre de río Riquer.
Casi saliendo de la ciudad se le unen las aguas del río Benissaidó y las del río Molinar y, en este punto, cambia el nombre, siendo ya el Río Serpis.
Unas cuantas fotos en los alrededores de los saltos de agua y la fuente y… sigo mi recorrido.
Por pista, en ascenso, me dirijo hacia la Vía Verde, teniendo ante mí unas maravillosas vistas de la ciudad y las montañas que la rodean.
ALCOY AL FONDO
Accedo por senda a la mencionada vía, concretamente a la altura del túnel del Mas de Benet.
TÚNEL DEL MAS DE BENET
Tomo la vía hacia la izquierda, alejándome de Alcoy, en dirección este.
TÚNEL DEL MAS DE LA UMBRÍA DEL MANCO
El siguiente túnel que me encuentro es el del Mas de la Umbría del Manco.
EL MIRADOR
Llego hasta una pequeña zona de descanso llamada ‘El Mirador’ y cercana al Mas de l’Olivereta.
MAS DE L’OLIVERETA Y ALCOY AL FONDOTÚNEL DEL MAS DE LA FONT DE L’OLIVERETA
Ahora me toca atravesar el siguiente túnel, el del Mas de la Font de l’Olivereta.
TÚNEL DE CANTAGALLET
Unos ochocientos metros después se encuentra el túnel de Cantagallet y tras él una bonita fuente bajo la sombra de un gran pino y una gran zona de merenderos bajo un cenador de madera.
FUENTEMERENDEROSTÚNEL CASETA DE LA SAL
El próximo túnel es el de la Caseta de la Sal. Este es un poco más largo que los anteriores y está iluminado.
En los doscientos metros que restan hasta el siguiente túnel, las vistas son francamente espectaculares.
TÚNEL DE SANT ANTONI
Llego a la entrada del túnel de Sant Antoni y aquí decido dar media vuelta. Este y el siguiente, el del Estepar, son los más largos (917 m. y 1000 m. respectivamente) y los dos últimos del recorrido de la Vía Verde de Alcoy.
Deshago mis pasos, vuelvo a atravesar los corredores de ‘Caseta de la Sal’, ‘Cantagallet’, ‘Mas de la Font de l’Olivereta’, ‘Mas de la Umbría del Manco’ y ‘Mas de San Benet’, llegando hasta el punto, la senda, desde donde accedí a la Vía Verde.
Opto por no tomar dicho camino, que me llevaría de nuevo a la Font del Quinzet, y continuar por la Vía Verde.
TÚNEL DEL MAS DEL PINAR
Ahora me esperan el túnel del Mas del Pinar y, doscientos metros después, el del Mas de la Mota.
TÚNEL DEL MAS DE LA MOTAÁREA RECREATIVA
Seguidamente, a mano derecha, hay una gran área recreativa, zona de ocio con bancos y mesas de madera.
PUENTE DE LAS SIETE LUNAS
Y a continuación toca atravesar el famoso Puente de las Siete Lunas, lugar por el que cruza el río Polop y desde el que se realizan actividades de puenting.
PUENTE DE LAS SIETE LUNAS
El siguiente túnel es el de la Glorieta del Salt; la ciudad cada vez está más cerca y la zona donde se encuentra el auto mucho más.
TÚNEL DE LA GLORIETA DEL SALTVIADUCTO DEL BARXELL
Pasar por el Viaducto del Barxell, con su fuente al final del mismo, contemplar allá en lo alto las Casas del Salt y atravesar el túnel del Riquer, es el colofón a esta caminata.
AL FONDO, LAS CASAS DEL SALT
Seiscientos metros más de Vía Verde para llegar al barrio de Batoi, al coche y volver a Alicante.
TÚNEL DEL RIQUER
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente recomendable. Han sido, entre unas y otras cosas, unos 10 kilómetros, con un desnivel de 318 metros, hecho todo en un tiempo muy razonable.
Puntualizar que al túnel del Riquer le siguen, en dirección a Alcoy, el del Pontet, el de Batoi y el del Collao. Y que todas las fuentes que he encontrado en el recorrido tienen agua y que también los ríos Polop y Barxell llevan un buen caudal, para ser agosto.
Tras unos días de tener limitado y restringido el acceso a muchos de los parque naturales y sierras de la comunidad, por parte de la Generalitat Valenciana, todo ello por las altas temperaturas y el gran riesgo de incendios, hoy, en este viernes de agosto, me he animado a hacer una caminata por una, para mi, conocida montaña alicantina, la Sierra de la Argueña.
FONT DE LA CARRASCA
Circulo por la A7, la autovía que atraviesa la Foia de Castalla, y enlazo con la autovía CV80, la que lleva hasta Sax, tomo la salida hacia Biar y, en un punto, me incorporo a la CV-811 (Carretera de Sax/Castalla), aquí, en el kilómetro 1’5, entro en la pista forestal que me acerca hasta la Font de la Carrasca.
Dejo el auto y comienzo esta caminata.
Desde la fuente, donde también se encuentra un gran depósito contra incendios, empiezo, por una estrecha vereda, el ascenso por esta parte de la sierra. Sigo por pista hasta llegar a la esplendida finca del Mas del Carrascal (en la que también se encuentra la fuente homónima).
MAS DEL CARRASCALMAS DEL CARRASCAL
Todos estos montes, valles y terrenos forman parte de la cara norte de la Sierra de la Argueña.
Esta sierra está englobado dentro de un espacio mucho más amplio que se denomina ‘Paisatje Protegit Serra del Maigmó y Serra del Sit’.
EN PRIMER PLANO ‘CABEÇO DE LA PAELLA, AL FONDO ‘RECONCO’ Y ‘SERRA D’ONIL’
Ahora la pista sigue, sin descanso, en ascenso, me conduce hasta el Pou de Neu del Carrascal, una magnífica cava de nieve totalmente restaurada que se puede considerar, al menos yo, una de las más hermosas de la provincia.
POU DE NEU DEL CARRASCALPISTA DE SUBIDA AL COLLADOCOLLADO DE LES FERMOSES
La pista asciende, in crescendo, y me hace llegar al Collado de les Fermoses (1113 msnm), un pequeño alivio en este recorrido, al que aún le queda la subida más fuerte, hasta llegar al vértice.
En estas alturas se pueden observar, a pesar de la neblina, algunas de las montañas de la provincia, así como la Foia de Castalla.
SIERRA DEL RECONCO
Esta subida es jodida, no lo voy a negar; con todas las veces que he hecho este recorrido siempre pienso que el próximo pino es el último del ascenso pero… agárrate que aún hay otro más, jajaja
Ahora la pista entra en un agradable descanso y, por un pequeño desvío, comienza una senda que me lleva al punto geodésico.
Ahí está, ya se ve, cada vez más cerca…
La Replana, con sus 1229 metros sobre el nivel del mar, es el punto más elevado de la Sierra de la Argueña.
VÉRTICE GEODÉSICO ‘LA REPLANA’ 1229 M.S.N.M.
Un ‘ratico’ para el respiro, el refresco y comer alguna fruslería.
Las habituales instantáneas y comienzo el retorno, por el mismo camino que en la subida.
AL FONDO, SIERRA DEL CID
Comienza la bajada donde antes era subida.
Si el ascenso era jodido el descenso es… una putada.
Pero, bueno, echándole tranquilidad y cuidado… Al final se consigue finalizar el descenso, sin más.
Estando en el punto del Mas de la Carrasca, en lugar de dirigirme hacia la Font del Carrascal, tomo la pista que rodea el llamado ‘Cabeço de la Paella’ para llegar al sitio donde tengo el vehículo.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Claro que sí… Alguien lo duda? Han sido, entre unas cosas y otras, cerca de 8 kilómetros, con un desnivel de 403 metros y hecho todo ello en un tiempo más que aceptable.
En las inmediaciones de la población de Castalla y por la carretera CV817, la que lleva a Petrer, me dirijo hasta llegar a la Replana del Pino, en la zona del Portell de Catí, donde aparco el coche e inicio la caminata de este viernes agosteño.
Mi propósito: Realizar una ruta, recorriendo algunos de los muchos senderos de esta sierra, para llegar como colofón al Alt de Guisop.
LA FOIA DE CASTALLA
Subo por la carretera hasta llegar al Collado del Portell y, aquí, tomo el camino (PR-CV85) que me conduce hasta el Pou de Neu del Carrascalet, en la sierra homónima.
En este trayecto se puede contemplar la maravillosa estampa de la Foia de Castalla; hoy algo difuminada por la bruma.
POU DE NEU DEL CARRASCALET
Después de visitar el pozo de nieve, continúo mi camino por la parte superior de la sierra.
En un punto de la senda, me desvío para llegar al Alt del Carrascalet (1245 m.s.n.m.
ALT DEL CARRASCALET (1245 m.s.n.m.)
Sigo por la pista en dirección sur llegando a unos grandes campos de cultivo donde me desvío a la derecha para dirigirme a la Cova de Mossén Francés.
Sin ninguna complicación llego a la pequeña explanada en la que se encuentra esta curiosa cueva y desde donde se puede admirar el hermoso valle de Catí con la Sierra del Cid al fondo.
COVA DE MOSSÉN FRANCÉSCOVA DE MOSSÉN FRANCÉSEL VALLE DE CATÍ Y LA SIERRA DEL CID, AL FONDO
Dejo la cueva, deshago el camino y, a unos cientos de metros, vuelvo a la pista inicial. Desciendo la Sierra del Carrascalet y me incorporo a la pista (PR-CV31), que es la que me conducirá al remate de esta ruta.
Unas cuantas subidas y algunos collados después, me encuentro llegando al final de mi recorrido, el Alt de Guisop.
En este punto hago un pequeño descanso para beber, comer algo de fruta y, sobre todo, extasiarme con las alucinantes vistas que tengo a mi alrededor.
ALT DE GUISOPAL FONDO, LA CUMBRE DEL MAIGMÓAL FONDO, ENTRE LA BRUMA, LA COSTA ALICANTINA
Ahora ya sólo queda volver sobre mis pasos, llevando cuidado con un par de descensos que son bastante cabroncetes.
Sigo la PR-CV31, no subo por la parte superior de la Sierra del Carrascalet, continúo a media altura por la PR.
La pista me lleva, entre grandes extensiones de pinos y carrascas, por la ladera norte de la sierra hasta llegar a la Replana del Pino, donde se encuentra el vehículo.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda alguna. Han sido algo más de 9 kilómetros, con un desnivel de 320 metros, un recorrido que me ha parecido muy fácil y, en cuanto al calor se refiere, muy soportable.
La sorpresa ha sido, al terminar la ruta, encontrarme en el display del auto la marca de 45º como temperatura exterior.
Se inicia, en solitario, la travesía de este martes de agosto desde el parking que hay en el Santuario de la Font Roja de Alcoy.
El recorrido me llevará por algunos de los puntos de interés que hay en la zona, la Sierra del Menejador, englobada en el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja.
Al suroeste de la ciudad de Alcoy, en plena sierra, a unos 1000 metros de altitud, se encuentra este Santuario, construcción neoclásica dedicada a la Virgen de los Lirios y a San Felipe Neri, rodeada de un frondoso bosque de carrascas, declarado Parque Natural en el año 1987, y desde el que se pueden realizar numerosas rutas senderistas.
Aquí se inicia el itinerario de hoy.
CARBONERAHORNO DE CAL
Comienza mi camino dejando atrás el templo, pasando por la zona recreativa y tomando la pista que, en ascenso, me lleva, primeramente, a la llamada ‘Cova Gelada’ y, después, a la explanada donde se encuentran La Carbonera, El Horno de Cal y el Mirador de la Mina.
Sigo ascendiendo por la pista (casualmente es también el paso de la GR7)
Llego ahora a otro de los miradores del recorrido, el de Pilatos.
En esta altura se puede admirar el gran valle de la Foia d’Alcoy, con la Sierra de Mariola al fondo.
La subida por la pista me conduce al Mas de Tetuán.
MAS DE TETUÁNMAS DE TETUÁN
El Mas de Tetuán es una masía del siglo XIX que constituye un excepcional ejemplo de la economía rural autosuficiente, habida cuenta que dispone de granja, establos, almazara, horno e incluso una ermita. Sin embargo, el deterioro de esta construcción en los últimos años ha sido galopante, dado que se han registrado diversos hundimientos tanto del tejado como de las plantas interiores, lo que amenaza con enviar al suelo toda la estructura. A día de hoy aún sigue pendiente de un urgente proceso de rehabilitación.
TEJO CENTENARIOTEJO CENTENARIO
Frente a la finca hay una pequeña arboleda, principalmente pinos, que configura una zona de recreo, con sus mesas y bancos de madera, y en la que se puede admirar un tejo centenario (según se dice, tiene más de 300 años).
Abandono la pista y me desvío por una pequeña senda que me llevará, en ascenso, al segundo pico más elevado de la Sierra del Menejador, la Teixereta.
Apenas unas fotos en esta cumbre y continúo mi recorrido.
Aún no he hecho una parada para beber, me está resultando bastante cómodo, de momento, el trayecto, y el día, a pesar del calor, me está gustando.
La senda desemboca en la pista (PR-CV160), me acerca al depósito contraincendios, a la caseta forestal y al vértice geodésico del parque natural, El Menejador (1356 m.s.n.m.)
Aquí, en la cumbre, las ya habituales fotos en la cima y, sin descansar todavía, comienzo el regreso.
Dejo la cumbre, la caseta forestal, el depósito contraincendios y retomo la pista (la PR-CV160)
Ésta me llevará hasta el Mas de Tetuán.
El camino por la pista es en descenso y antes de llegar al Mas, paso por las ruinas de la Cava del Menejador, una de los pozos de nieve de esta sierra.
Llegado al Mas de Tetuán, ahora sí, hago una parada en uno de sus bancos, unos minutos para beber agua fría y comer algo de fruta.
Para el regreso sólo tengo que deshacer lo andado, una sencilla bajada por la pista (GR7) hasta llegar al santuario y al coche.
Vuelvo a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Han sido 11’11 kilómetros, con un desnivel de 407 metros, hecho con muchísima comodidad, he llevado muy bien el calor y hoy, a pesar de haberla hecho muchas veces, me ha parecido una gran ruta.
Hoy, bien temprano, me he dirigido al sur de la provincia de Valencia, a la Vall d’Albaida, y con más exactitud a la población de Montitxelvo, desde donde ha dado comienzo esta caminata.
He aparcado el coche a la entrada, en la avenida de la Constitución, y he comenzado esta ruta subiendo al monte anexo al pueblo, para visitar la Ermita del Salvador y el punto geodésico del Tossal de la Creueta.
Ascenso por un camino más bien sencillo hasta la Ermita del Salvador, en el que había en otro tiempo un vía crucis que fue desapareciendo. El templo es una pequeña construcción que data de finales del siglo XIX, que estuvo durante muchos años abandonada y últimamente se ha recuperado. Su interior tiene unas figuras modernas del Salvador y un Cristo Crucificado.
ERMITA DEL SALVADORERMITA DEL SALVADOR
Ahora el camino se torna senda, en un ascenso más pronunciado, que me lleva hasta lo alto del monte, donde se encuentra el vértice geodésico ‘Tossal de la Creueta’ y la Creueta.
CUMBRE DEL BENICADELLEL VALLE DE ALBAIDA
Desde allá arriba las panorámicas del valle de Albaida son espectaculares; también se puede ver la cumbre de la Sierra del Benicadell.
CREUETA Y VÉRTICE ‘TOSSAL DE LA CREUETA’
Unas instantáneas con el punto geodésico y un breve descanso para el refresco ya que la mañana no es tan calurosa como los últimos días pero sí extremadamente húmeda.
Inicio el descenso por el mismo camino de la subida, llevando un muy especial cuidado por lo resbaladizo que es. Llego de nuevo a la ermita y vuelvo a Montitxelvo.
Por el carrer de les Escoles accedo al cruce con la senda que me llevará, por esta parte de la ruta, entre barrancos.
BARRANC DE LLOPIS
El tramo que debo recorrer por el Barranc de Llopis es verdaderamente complicado, la senda me lleva por terreno inestable y cubierto de maleza, aliagas, cañizares, zarzas, adelfas, etc
ACUEDUCTO DEL PLANET
Llego al Acueducto del Planet, un elemento arquitectónico que data de los tiempos de los andalusíes y mudéjares en la zona y que servía para salvar el desnivel del terreno y aportar agua a los campos.
El camino, sorteando cañas y zarzas, me conduce al Barranc de les Fonts y al del Frare.
MONTITXELVOBARRANC DEL FRARE
Accedo ahora a pista y senda algo más despejada, llegando hasta otro de los puntos de interés de este recorrido, la Balsa del Sastre.
BALSA DEL SASTRE
Esta es una magnífica obra de ingeniería hidráulica construida muy posiblemente a finales del siglo XVII
Continúo la señal de mi gps hasta llegar a la Font de Ferri, un lugar entre hermosa vegetación que invita a hacer una parada a la sombra de los árboles.
FONT DE FERRI
Sigo la senda en dirección sur durante un kilómetro.
Aquí decido acortar el recorrido que tenía en un principio previsto y cojo una vereda que me conduce hasta la pista llamada ‘Camí de les Revoltes’.
Ahora comienzo el regreso al pueblo, todo por pista en descenso, por la Costera de la Butifarra, el Codadet y l’Horteta, hasta entrar a Montitxelvo por el carrer Ravalet.
Un pequeño recorrido por algunas calles de la localidad, la plaza Cervantes, la plaza de la Iglesia de Santa Ana, la Font de Baix, etc…
Llegada al coche y regreso a Alicante.
BARRANC DE LES FONTSPLAZA CERVANTESIGLESIA DE SANTA ANAFONT DE BAIX
Valoración: 3***
Recomendable: Sí, claro, totalmente recomendable. Han sido solamente 7 kilómetros (cuando estaba previsto que fueran 11), con un desnivel de 300 metros, hecho en muy buen tiempo, en una mañana muy luminosa, calurosa y muy húmeda (calor y humedad agotan a cualquiera). Realmente es una ruta con muchísimas posibilidades que no descarto afrontar en otro momento.
Primera caminata de agosto, un mes que, queda claro, no tiene nada que envidiarle a julio, al menos en cuanto a temperaturas se refiere.
Para el día de hoy he seleccionado una ruta que ya he realizado en muchas ocasiones, es bastante sencilla y no está demasiado lejos de la ciudad; el trayecto que va del puerto de montaña de Benifallim al vértice geodésico de Plans.
Dejo el auto a la sombra de una gran carrasca, en el collado que hay en lo alto del Puerto de Benifallimy tomo el camino ascendente (Assagador del Port) que rodea la Sierra de Rontonar.
Ya desde este punto (la altura supera los 1000 metros) se pueden observar bellas panorámicas de las sierras que rodean este enclave.
Sigo por pista y por senda en dirección al Pou de Neu que hay en esta sierra.
Aitana, Puig Campana, Bernia, Grana, Carbonera, Relleu, Cabeçó d’Or, Galiana, Almaens, Carrasqueta, Penya Migjorn, Font Roja y muchos otros, son los montes y cimas que se pueden admirar desde esta sierra, la de Plans.
Así como las poblaciones de Jijona, Torremanzanas, Benifallim y la ciudad de Alcoy.
Llego al pozo de nieve, el llamado de Rontonar, y hago una breve parada para calmar la sed.
Sigo el camino marcado en el gps.
Una estrecha vereda, en ascenso, que me llevará hasta la llamada ‘Costera de la Virgen’ y por la que pasan, como indican las fotos, distintos tipos de sendero.
La Costera de la Virgen, en plena Sierra dels Plans, es una pedregosa pista que, en su subida, nos lleva hasta el vértice geodésico.
Allá arriba, en la cumbre (Plans, 1330 m.s.n.m.), las habituales fotos y una pausa para beber (breve, a fin de evitar el calor sofocante)
Ahora comienzo el regreso, sólo tengo que desandar lo andado y teniendo en cuenta que todo lo que era subida, más o menos complicada, ahora es descenso.
Muchas veces las bajadas son algo más dificultosas.
Llego hasta el Collado del Portet y tomo la pista que me conduce al pozo de nieve.
Aquí vuelvo a hacer un descanso, ahora con más calma, bajo la sombra de un pino, beber agua tranquilamente y comerme un par de tajadas de refrescante melón.
Reanudo el regreso y siguiendo la pista, el camino y la senda, llego sin más complicaciones al coche.
Vuelvo a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Podría no recomendarlo? En absoluto. Han sido 8’3 kilómetros, con un desnivel de 321 metros, hechos con bastante comodidad, en un día de calor soportable y con unas panorámicas de lujo.
Otra caminata más para esta última semana de julio.
En este jueves extremadamente luminoso y caluroso estaba decidido a realizar una novedosa ruta, al menos para mi, que tiene como protagonista la Vía Verde del Serpis. En esta ocasión tenía pensado hacer el recorrido por la senda que transcurre en la provincia de Valencia, comenzar a las afueras de Villalonga, en la zona del Tarrasó y llegar, remontando el río Serpis, hasta la Fábrica de la Llum, frontera con la provincia de Alicante, ida y vuelta por el mismo camino, pero…
Llegar hasta Villalonga es un largo recorrido en coche y tendría que haber salido mucho antes de mi casa.
Por ese motivo, me he dirigido hasta la población de Lorcha y he hecho la Vía Verde del Serpis desde este punto, caminata que he realizado en bastantes ocasiones.
Comienzo dejando el coche en la zona donde se encuentra la Fábrica de Papel de Lorcha, a los pies de la colina en la que se encuentra el Castillo de Perputxent, en plena Vía Verde.
Esta fortaleza, de origen musulmán, construida entre los siglos XII y XIII, ha sido una construcción muy importante en la historia de estos valles, emplazada en un lugar fundamental, sobre todo, en la época de la llamada ‘Reconquista’.
El camino por la Vía Verde es fácil y sencillo, no requiere un máximo esfuerzo y pasear siguiendo el curso del río lo hace muy agradable.
En estos días, pleno verano, es cuando puede llegar a ser insoportable.
El trayecto te ofrece una parada en una de sus fuentes, la Font de Boteros, que hace más llevadero el camino.
El sonido de las aguas te acompaña en todo momento, resulta relajante y te ofrece fabulosas panorámicas.
Ahora me espera el primer (y en este recorrido, el único) túnel.
Otro de los puntos interesante del trayecto es el Azud del Infierno, una curiosa presa que debía servir, en su día, para desviar el agua y llevar su caudal a la Fábrica de la Llum.
Unas cuantas fotos en este bonito paraje.
Ya próximo al punto final de esta caminata, aún se encuentra una de las varias casetas de ferrocarril y un antiguo depósito de agua.
Unos cientos de metros después llego a la Fábrica de la Llum.
Aquí, bajo la sombra de sus árboles, hago una pequeña parada para el refresco.
Comienzo ahora el regreso al punto de partida. Todo se hace por la misma pista, sin más.
Vuelvo a pasar por los mismo puntos de interés, las casetas de ferrocarril, el depósito de agua, el azud, el túnel, etc…
A la altura de la Font de Boteros, salgo de la pista para remojar la camiseta y la gorra en sus aguas frías; esto me ayuda a terminar el recorrido algo menos acalorado.
Dos kilómetros después, llego al coche que, en esos momentos, estando bajo la sombra de un gran pino, marcaba 39º
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Han sido 11 kilómetros, con un desnivel nada destacable y hecho todo en un tiempo más que aceptable.