DIARIO DEL VIAJE.
Sábado, 13 de septiembre.
En la madrugada, salida en bus desde Alicante en dirección Madrid hasta el mismo aeropuerto de Barajas.
Al mediodía, tomamos el avión que nos lleva directamente a Marrakech.
Llegada al hotel y tarde para aseo personal, ordenar el equipaje y dar una vuelta por la ciudad.
Domingo, 14 de septiembre.
Día entero en Marrakech. Visita a la Plaza Jamaa.el.Fna, los zocos y el barrio de los curtidores.
Lunes, 15 de septiembre.
Bien temprano, camino de Imlil para comenzar el treck que nos llevará al Refugio de Montaña ‘Les Mouflons’, a unos 3.143 m.s.n.m. Noche en el refugio.
Martes, 16 de septiembre.
Segundo día de treck. Subida al Toubkal, el pico más alto de Marruecos y de toda África del Norte, con sus 4.167 m.s.n.m.
Bajada hasta el refugio y, de nuevo, noche en él.
Miércoles, 17 de septiembre.
Después del desayuno iniciamos la ruta senderista de bajada hasta Imlil y al atardecer retornamos a Marrakech.
Jueves, 18 de septiembre.
Día completo en Marrakech. Por la mañana visita a los Jardines Majorelle. Tarde de descanso en el hotel.
Viernes, 19 de septiembre.
Después de desayunar, excursión a las Cascadas de Ouzouz, a unos 165 kms. de Marrakech. Al regreso, caída la tarde, paseo por los zocos, últimas compras, cena en la plaza Jamaa.el.Fna y vuelta al hotel.
Sábado, 20 de septiembre.
Desayuno tranquilo, preparación de equipaje y presentación en el aeropuerto Marrakech-Menara para tomar el vuelo a Madrid.
Ya en Madrid, y desde la misma T4, tomamos el bus que nos regresa a Alicante. Llegada en la madrugada del domingo 21.
CON MÁS DETALLE.
- La noche del viernes al sábado, o mejor dicho, la madrugada del sábado (13/09) la pasamos en un bus. Un bus interminable, y no lo digo por su longitud, si no por el tiempo que nos ha tenido parando, dejando y recogiendo pasajeros hasta llegar al Aeropuerto Adolfo Suárez, Madrid-Barajas. Aquí ya, realmente, todo ha sido bastante fluido. Tiempo suficiente para tomar algún refresco, fumar, pasear y, finalmente, presentarnos en la puerta R8, de la T4S, y coger el vuelo que nos ha llevado hasta nuestro destino; Marrakech.
- Ya mucho más complicado ha sido pasar el control policial en la ciudad marroquí. Solamente tres ventanillas para filtrar todos los pasajeros de los aviones de esos momentos. Una cola interminable que nos ha tenido parados dos horas hasta poder tener acceso a la calle. Incomprensible.
- Más fácil es recoger el equipaje, discutir, negociar y regatear con unos cuantos taxistas y, después de unos ‘tiras y aflojas’ conseguir uno que nos acerque hasta nuestro hotel, en pleno barrio de Gueliz. Un alojamiento céntrico y de «3» estrellas; aquí no pasaría de una.
- Dejamos nuestras maletas en las respectivas habitaciones, nos aseamos un poco y nos dirigimos a la calle para buscar un lugar donde comer. Encontramos, justo enfrente, un restaurante que a esas horas (pasadas las cuatro de la tarde) nos preparó un Tajín bastante aceptable. Pequeña vuelta por los alrededores, por las avenidas de la zona, incluso casi casi estuvimos a punto de llegar hasta la Koutoubia (se veía allá al fondo). Optamos por volver al hotel para aprovechar la cena que está incluida en el precio. Nos enteramos que desde la terraza del establecimiento hay unas buenas vistas y una cafetería. Menudo descubrimiento!!! En dicho bar se sirve cerveza!!! Guauuuu!!! Allá que nos vamos hasta el momento de la cena. Bajamos después al comedor y, más tarde, a las habitaciones a dormir.
- En el domingo, entre todas las cosas que se pueden hacer, hay una prioridad y es la de encontrar un taxi o algún tipo de vehículo que nos lleve hasta Imlil que es el pueblo desde el que, al día siguiente, tenemos que comenzar nuestro trecking por las montañas del Atlas.
- Nos vamos en dirección a la Koutubia y la Place Jamaa.el.Fna. Unas cuantas vueltas por los zocos cercanos y, sin saber cómo, acabamos metiéndonos en pleno barrio de curtidores.
- Se han comprado algunas cosas, así que volvemos a la gran plaza donde paramos para tomar un té en una de las terrazas que dan a ella. Aún es pronto y el movimiento máximo y el bullicio no ha comenzado.
- Decidimos volver al hotel, todavía no se ha encontrado transporte para el día siguiente.
- Yo ya empiezo a tener algún que otro problema, entre ellos el de tener el vientre descompuesto.
- Se compran en un supermercado cercano unas cervezas y unas ‘chips’ para matar el gusanillo hasta la hora de cenar.
- Yo prefiero quedarme en el hotel mientras el resto sale a la calle en busca de vehículo. Por fin localizan uno; todo en orden.
- Cenamos, tomamos unas cervezas en la cafetería de la terraza y… a dormir hasta el día siguiente.
- Dejamos el hotel, tomamos el taxi y nos dirigimos, después de un extraño ajuste con la batería del vehículo, hacia las montañas del Atlas.
- Llegamos a Imlil, quedamos con el chofer para que nos recoja el miércoles por la tarde.
- Comenzamos el primer tramo de este sendero. Hoy son 13 kilómetros de pura y dura subida sin descansos.
- Mi diarrea tiene hoy uno de sus días más activos y me va a dar por culo, nunca mejor dicho, todo lo que pueda y más.
- El camino, ya por sí algo complicado, a mi se me hace interminable.
- Voy dejando mis restos allá por donde paso.
- Finalmente, y después de grandes esfuerzos y algún que otro ‘rifi-rafe’, llegamos al Refuge Les Mouflons.
- Esa noche, después de cenar, todos a la cama y yo tengo una de las noches más moviditas (y todo ello a oscuras) dejando una huella reconocible en los aseos del local.
- A la mañana siguiente es el día de la gran subida a la cima, al Toubkal, y yo decido quedarme en cama.
- Tampoco todos los demás están muy por la labor pero, finalmente y pensando que nunca tendrán esa oportunidad, se inclinan por completar el recorrido.
- Yo me paso todo el día durmiendo salvó los minutos que me levanto, cada dos por tres, para cagar.
- Ellos se hacen este gran punto montañero. Aquí está la prueba. Aquí están las fotos.
- Fantástico.
- A eso de la media tarde vuelven al refugio.
- Reconocen que ha sido muy duro.
- Es tiempo de aseo, descanso, cena y preparar el cuerpo para la tercera etapa; el retorno a Imlil.
- A pesar de ser un descenso, no deja de tener su miga; el esfuerzo (y mi debilidad) de los dos días anteriores hace mella durante este retorno.
- Yo sigo con mi diarrea, a pesar de estar tomando ‘Fortasec’, en la misma intensidad. Tanto es así que en uno de esos apretones tengo que parar al borde del camino (me da igual quien pase o no ante mi) y mi desahogo es de tal magnitud que me deja con un bajón de tensión que me tiene temblando hasta llegar al pueblo.
- En Imlil, y a la espera del taxista, nos hacemos un couscous en los jardines de un hotel-restaurante que quita el sentido.
- Sacando cifras. Ellos se han hecho alrededor de unos 35 kilómetros de ruta, yo sólo unos 26. Para un cuerpo-escombro como el mío no está mal (el que no se consuela es porque no quiere).
- Llega el vehículo y nada más cargar las mochilas y subirnos a él, arranca y se para. Se para haciendo una maniobra en plena calle principal quedándose atravesado en ella. Algo falla en el auto. Muerto. La calle se colapsa. Coches, burros y gente a un lado y otro. Nosotros dentro, así tipo sardinitas. Son minutos (bastantes) de caos. Finalmente, parece ser algo de la transmisión, y con ayuda de un spray de esos tipo 3en1, el coche arranca, finaliza sus maniobras y nos ponemos en camino. Todo vuelve a la normalidad. Dejamos Imlil.
- Aún tiene un par de paradas en pleno regreso que nos pone en alerta y nos desasosiega.
- Llegamos a Marrakech. Tiempo para no mucho más. Aseos a conciencia, cena y merecido descanso.
- Al día siguiente las agujetas se hacen presentes y, después de desayunar con tranquilidad, decidimos tener una mañana tranquila y relajada visitando los Jardines Majorelle.
- Este pequeño jardín botánico, en pleno centro de Marrakech, es un oasis visitado por miles y miles de turistas durante todo el año.
- Unas instalaciones extremadamente cuidadas que hace que el paseo entre tanta belleza te aporte un remanso de paz y relajación.
- Dando un pequeño paseo (está bastante cerca) volvemos al hotel.
- Qué hacemos? Compramos algo de aperitivo/comida en el supermercado, no lo hacemos en la terraza de la habitación, dormimos una siesta y damos una vuelta sin prisa hasta la hora de cenar? Síííí…
- Dicho y hecho…. jajaja
- Cuatro veces se fue al Supermercado (aperitivo/comida/merienda y una más de propina)
- Cervezas se compraron… ufffff… ni se sabe!!!
- Cervezas nos bebimos… ufffff… ni queremos saberlo!!!
- Acabamos colocados… ufffff… ni te cuento!!!
- Muertos de la risa bajamos al comedor del hotel a cenar.
- Cenar y poco más después. Yo caí en la cama con todo mi peso… hasta la mañana siguiente.
- RESACÓN EN MARRAKECH.
- En la mañana, a medida que nos vamos despertando, se va componiendo lo que se desea para esta jornada.
- Se decide finalmente, ya que es el último día completo en el país, hacer una excursión a las conocidas Cascadas de Ouzouz.
- Yo, y evidentemente mucho más después de la tarde/noche anterior, sigo con mi diarrea y… con unas agujetas de la leche.
- Decido no acompañarles (yo ya conocía esas cascadas)
- Ellos se recomponen y se lanzan en busca de un transporte que los acerque a estas maravillosas cataratas.
- Mientras, yo me quedo ordenando mis cosas, escribiendo y descansando.
- Ellos se encuentran con este pedazo de saltos de agua, a unos 165 kms. de Marrakech, en los que hay un montón de actividades deportivas y son un centro de turismo de aventura importante.
- Después de pasar el día en este lujo de la naturaleza, llegan al hotel, yo ya me encuentro bastante repuesto, apenas me ha dado por saco la diarrea y las agujetas se pueden controlar. Decidimos pasar la última noche por la zona de la plaza Jamaa.el.Fna. La plaza, a esas horas y en un viernes, está que se sale por los bordes. Está a rebosar y está preciosa.
- Nos sentamos en uno de los restaurantes ambulantes de la plaza para pegarnos un ‘cenorrio’ de los buenos.
- Dicho y hecho. Fabuloso.
- Después, vueltas por el entorno y por las tiendas de los zocos cercanos que aún siguen abiertas para consumir los últimos dírhams que nos quedan.
- Últimos regateos, últimas compras.
- Regreso al hotel. Para mi ha sido la única salida del día pero para ellos no y, supongo, están cansados.
- Al día siguiente, tiempo de desayunar con calma, preparar los equipajes y tomar un taxi l aeropuerto.
- Todo se hace pesado cuando es el final pero… eso es lo que tienen los viajes.
- Aeropuerto Marrakech-Menara, facturación, aduana, espera, espera, espera, vuelo, llegada a Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, control policial, recogida equipaje, salida a la calle, fumeteo, fumeteo, fumeteo, merienda-cena en un McDonals, fumeteo, fumeteo, café, café, fumeteo… Autobús… Llegada a Alicante a eso de las 5.45 del domingo.
- Fin del viaje.
ALGUNAS CONCLUSIONES.
Mentiría si dijese que éste ha sido el mejor viaje de mi vida o, incluso, uno de los mejores.
Ha sido uno de esos viajes en los que han faltado algunos elementos y han sobrado otros, pero la vida es lo que tiene. Es lo que es y punto.
Si no hubiese hecho acto de presencia la puta diarrea y yo hubiera ESTADO EN MEJOR FORMA FÍSICA Y , sobre todo, MENTAL todo habría sido muy diferente, os lo aseguro. Habría hecho el Toubkal completo y habría vuelto a ver las Cascadas de Ouzouz, por descontado.
Qué quiere decir esto? Lo tengo claro, voy a intentar sobreponerme a estos dos años de mala racha que han afectado de manera importante mi físico y mi espíritu… y para el próximo haré todo lo posible por dar el 100%
Y, también, ha quedado claro, y no voy a entrar en detalle (que podría, me sobran argumentos), no volveré a compartir ni un sólo viaje con alguna que otra determinada compañía.
Los viajes en grupo son, como bien dice la palabra, en GRUPO.
Todo aquel que quiera hacer su viaje particular que se vaya solo.
No hay ningún problema.
Y nada más… que me conozco y me caliento.