Para este miércoles de agosto, después de casi una semana de calor extremo, teniendo el acceso a las montañas y Parques Naturales de la Comunidad Valenciana prohibido por las autoridades, he decidido acercarme a una de las sierras alicantinas para realizar una caminata, y calmar así las ansias de aire puro y naturaleza.
He dejado el coche en el parking del Hotel de Xorret de Catí, en pleno ‘Paisatje Protegit Serra del Maigmó i Serra del Sit’
Desde aquí, y por caminos y pistas bien señalizadas, me dirijo a la zona de las peñas de la Foradá, curiosa formación rocosa, llena de encanto y de muchas vías de escalada.
En este punto me encuentro rodeado de picos, hoy con una visión menos nítida que otras veces por la neblina que envuelve el valle… cumbre del Maigmó, Alt de Guisop, Maigmonet, Penya Muntesa, Llomes de Puça, Rasos de Catí, etc…
Rodeo la Foradá y tomo el camino que me lleva, bordeando el valle, entre un espeso bosque de pinos, a la gran peña llamada ‘El Cantal del Moro’
Una vez llegado hasta aquí, me dirijo en ascenso por toda la pista que me acerca al Collado de Amorós y a la senda que sube hasta la nueva pista (PR CV29).
Queda ahora el último tramo de esta caminata, el paso por la torre de vigilancia, por la puerta de la ermita de la Purísima, el cruce de La Ferrería y volver por la pista inicial (PR CV143) que me lleva al parking del hotel y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Totalmente. Han sido 10 kilómetros, con un desnivel de 255 metros, hecho en dos horas y media. Caminata sencilla y agradable.
Hoy, antes de que entremos en una de las olas de calor más agresivas desde hace años, según las previsiones, me he animado a realizar una caminata. En esta ocasión he elegido la Vía Verde del Serpis.
Me he dirigido hasta la población de L’Orxa, localidad alicantina perteneciente a la comarca del Comtat, limítrofe con algunos municipios pertenecientes a la provincia de Valencia, para iniciar una ruta desde la zona de la antigua estación, lugar donde da comienzo la Vía Verde de este sorprendente río.
Aparco el coche a las faldas del Castillo de Perputxent, fortaleza de origen musulmán que data de los siglos XII y XIII, construcción de gran valor estratégico que jugó un papel importante en la época de Al-Azraq y en los siglos de la llamada reconquista.
La pista, antes de llevarme hasta el río Serpis, pasa por unos campos rodeados de cultivos y una majestuosa carrasca.
Llego a una de las primeras construcciones, una de las llamadas Casetes del Ferrocarril, que sirvieron, entre otras cosas, para el mantenimiento del ‘camino de hierro’.
La vía sigue el curso del río y, a cierta altura, a mano derecha, te invita a seguir un pequeño desvío y mostrarte la Font de Boteros, un pequeño manantial que recoge sus aguas en una reducida balsa o alberca, y que convierte ese rincón en un lugar bello y apacible.
En todo momento la caminata se hace de manera muy agradable, el descenso es escalonado y suave, el paisaje es de una belleza exuberante y el acompañamiento musical de las aguas recorriendo los cañones y gargantas, hace que merezca la pena haber tomado la decisión de hacer esta ruta.
Llego ahora al primer túnel de esta vía verde. Tiene una longitud de unos doscientos metros y no está iluminado pero es bastante cómodo de recorrer.
Otro de los puntos de interés del recorrido es el Azud del Infierno, o Azud del Forn. Ésta es una construcción que data de final del siglo XIX para embalsar las aguas del río y, según el proyecto inicial, reconducirlas a través de un canal realizado en el margen derecho, y gracias a una compuerta (ahora cerrada) llevar las aguas hasta la Fábrica de la Luz (edificio que se encuentra más adelante) y convertirla en energía cinética.
Otros de los puntos de interés del itinerario son un par de casetes del ferrocarril (en ruinas) y la base de un depósito de aguas. En este punto, el tren realizaba una parada para llenar las calderas y los viajeros salían al exterior para estirar las piernas y disfrutar del maravilloso paisaje.
Llego ahora al punto en el que, por un sencillo puente, se cruza el río y se llega hasta el edificio de la Fábrica de la Luz, en un estado bastante ruinoso. Hasta aquí era donde llegaba el agua recogida en el canal, desde el Azud.
Este punto del camino ya pertenece al término municipal de Villalonga, provincia de Valencia.
Aún continúo durante un kilómetro, más o menos, hasta llegar al segundo de los túneles, el de la Garrofera.
Hasta aquí llevo recorrido unos 6’30 kilómetros y decido dar media vuelta, por el mismo camino de la ida, y encontrarme con el auto.
No mucho más hay que añadir. En la ida, caminaba descendiendo siguiendo el curso del río, ahora, en el regreso, marcho contra corriente y en ascenso, Quizá es un poco más pesado pero… es una ruta muy muy sencilla.
El día ha sido bastante benévolo, creí que haría mucho más calor que el que ha hecho realmente.
La nubes que han estado jugando en el cielo y, por momentos, parecía que iban a soltar algo de agua, también han sido indulgentes.
Sin mucho trabajo he llegado al parking y he regresado a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Han sido 12’54 kilómetros, con un desnivel de 279 metros y hecho en un tiempo más que correcto (3 horas)
Ayer ya me lo estuve planteando pero, con estos calores, me eché para atrás. Hoy, en cambio, no me lo he pensado demasiadas veces y me he lanzado a la sierra.
En esta ocasión he elegido una caminata que, en principio, es bastante sencilla, la que recorre un tramo de la Vía Verde de El Maigmó. Concretamente la se inicia en el área recreativa (frente al Mesón del Maigmó) y llega hasta el Pont de la Murteta.
Lo cierto es que, al ser un recorrido de ida y vuelta por el mismo sitio, no llevaba fijado un punto de regreso concreto. Simplemente, cuando yo he considerado que era suficiente, teniendo en cuenta sobre todo el calor, allí sería el momento del retorno.
La pista me lleva hasta la entrada del restaurante ‘La Cierva’ y, poco después a la zona de la cantera.
Antes de la entrada al primero de los túneles, hay una pequeña zona recreativa, con sus mesas y sus bancos, a la sombra de un pequeño bosquecillo de pinos.
Este primer túnel mide unos 500 metros, aproximadamente, y su dificultad es que no tiene iluminación, por lo que hay que ir provisto de linterna o frontal.
Cuatrocientos metros de pista después comienza el segundo de los túneles, con una longitud de 400 metros y, también, desprovisto de iluminación.
Un kilómetro de pista, con unas vistas de las laderas rocosas de las montañas del alrededor alucinantes, hasta llegar al tercer túnel.
Éste tiene unos 300 metros de longitud y es algo más sencillo de recorrer ya que se adivina la luz al otro lado.
200 metros después se encuentra el cuarto túnel, éste de doscientos metros de longitud, también bastante cómodo de recorrer.
Al poco de finalizar el paso por estos cuatro pasajes, se encuentra el Pont de la Murteta.
Es en este punto, metro arriba, metro abajo, donde decido poner fin al recorrido de ida.
En este lugar se puede ver, a lo lejos, la población de Agost y las sierras del Cid y el Ventós, entre otras.
Vuelvo, otra vez, a pasar por las cuatro galerías, todas ellas, hay que recordarlo, sin luz, por lo que hay que llevar un cuidado extremo para no encontrarte con algún desbocado ciclista.
Las horas han pasado y el calor aprieta, circunstancia que pone un punto de dificultad a la caminata.
Llego, por fin, al área recreativa del Maigmó y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Por supuesto que sí. Han sido cerca de 12 kilómetros, con un desnivel que no ha superado los 250 metros y hechos, apenas sin pausas, en un tiempo muy razonable. Una ruta muy sencilla a la que solo se le puede poner un par de pegas, la NO iluminación de los túneles y el calor extremo.
Hoy he aprovechado este luminoso lunes de julio para dar una vuelta por la sierra alicantina.
Los último cinco días han sido algo convulsos y he necesitado, como el agua, hacer esta caminata acompañado solo de mis recuerdos para ordenar pensamientos, sensaciones y sentimientos.
No era necesario elegir un lugar lejano ni un recorrido complicado. Me he acercado hasta la Sierra de Catí, en pleno Paisaje Protegido de las sierras del Maigmó y del Sit.
He aparcado el coche en un claro de la carretera CV-837, la que une las poblaciones de Petrer y Castalla, a la altura de la Casa del Pantanet.
Por pistas, caminos y vías pecuarias paso, en un suave ascenso, por el barranco de Badallet, la casa de Catchuli y, bordeando el barranco de Catchuli, llego al Collado de Amorós.
Ahora, en una subida algo más pronunciada, me dirijo, por la PR CV29, a la torre de vigilancia y la Ermita de la Purísima. Desde este punto las vistas de las montañas que rodean el valle son profundamente espectaculares.
La sierra del Cid, la Foradada, la de Castellarets, la del Maigmó, la del Fraile, etc… son un buen marco para hacer una breve parada y dejar fluir mis pensamientos.
Aquí, cerca de la ermita, unos cuantos metros más allá, da comienzo el regreso al lugar donde se encuentra el auto.
Por vía pecuaria vuelvo a pasar por la torre de vigilancia y tomo ahora la pista que pasa por el Alto de Ponce y me dirige, por el oeste, a la Casa del Pantanet.
Ya solo queda descender hasta el barranco de Badallet y llegar al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Totalmente. Han sido 8’35 kilómetros, con un desnivel de solo 225 metros, hecho en un tiempo más que correcto.
Después de varios días de temperaturas infernales, hoy parece que ha habido un ligero descenso y he aprovechado para lanzarme a la sierra y efectuar una sencilla caminata.
Me he acercado al puerto de montaña de Biar para, por la carretera que sube hasta el Reconco, iniciar un recorrido que me ha llevado por distintas pistas, senderos y caminos de las sierras de Biar y de Onil.
He dejado el coche en el cruce de sendas que hay junto al depósito de agua contra incendios.
He tomado la pista o camino de Fontarbres, que pertenece a una parte de la PR CV55, pasando por los alrededores de algunas de las masías de la zona, Mas de Bovo, Mas de Soler, Mas de Camarasa y Mas de Fontarbres.
Se llega también, por esta pista, a la Font de Soriano. Este manantial pasa casi todo el año seco, solo cuando hay lluvias o nieve vuelve a la vida, dando un chute de energía y belleza al entorno.
Por esta pista, se llega al camino particular que conduce al Mas de Fontarbres.
Esta masía, gestionada por una empresa privada, está situada en el interior de la provincia de Alicante, en la comarca del Alto Vinalopó, es una amplía masía rodeada de 200 hectáreas de encinas y pinos a 1026 metros de altitud. Su privilegiada situación, a las faldas del Reconco, en plena Sierra de Biar, se encuentra próxima a poblaciones como Biar, Castalla, Villena, Onil y Cañada y a 50 km de Alicante, con una muy buena red de carreteras que facilitan el acceso a este albergue juvenil.
El camino me lleva ahora hasta un cruce, tomo la senda de la izquierda, la que me lleva a la Font del Xorro.
Aquí confluyen diversos barrancos y se encuentra esta fuente, que siempre contiene un hermoso caudal de agua fresca y cristalina.
Las aguas se recogen en esta pequeña balsa o alberca, rodeada de altos árboles que le dan a este rincón una paz especial.
Unos minutos de refresco y… sigo mi recorrido.
Sigo por estos barrancos hasta llegar a otra de las pistas, la que conduce en el norte a la vía pecuaria (PR CV55) que lleva a la Cova Negra, el Área Recreativa y la población de Biar.
Tomo dirección norte pero, antes de llegar a esa vía pecuaria, doy un rodeo al Cabecet de la Noguereta y vuelvo por la pista, ahora en dirección sur.
Este camino me acerca hasta el Mas de Camarasa y, de nuevo, a la Font de Soriano.
Aquí hago otra pequeña parada para beber y… sigo mi camino.
Ya estoy muy cerca del inicio de esta caminata. Sin mucho más esfuerzo, llego al coche y… regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Totalmente. Han sido cerca de 11 sencillos kilómetros, con un desnivel de 258 metros, hechos en un tiempo magnífico, que han servido para aclarar las ideas, tomar oxígeno, ampliar visión, desentumecer huesos y fortalecer músculos… Qué más quieres?
Julio ha comenzado pegando fuerte, en cuanto a calor se refiere, y, a pesar de todo, hoy me he animado a hacer la primera caminata del mes.
Me he dirigido hasta las proximidades de la ciudad de Alcoy, concretamente al parking del Santuario de la Font Roja, donde ha dado comienzo este recorrido en solitario.
Una ruta realizada en numerosas ocasiones, con alguna que otra variante, que ha comenzado en el Santuario y el Área Recreativa y me ha llevado, en suave ascenso a algunos de los puntos de interés de esta conocida e imprescindible sierra, El Parc Natural de la Font Roja.
La pista conduce a la Cova Gelada y al Pla de la Mina, lugar donde se encuentra la Carbonera y el Horno de Cal, así como el Mirador de la Mina.
CARBONERA
CARBONERA
HORNO DE CAL
MIRADOR DE LA MINA
En el ascenso se descubren panorámicas de absoluta belleza.
Sigo la pista rodeado de abundante vegetación, por algo estoy caminando por la cara norte de la serranía, aunque, todo hay que decirlo, la mañana es tan agobiante e irrespirable que se hace difícil la caminata, teniendo que hacer breves paradas a la sombra para refrescarme.
MIRADOR DE PILATOS
Llego ahora a otro de los miradores de la ruta, el de Pilatos.
Cuanto más alto se sube mejores vistas se contemplan.
Ahora accedo, a mano derecha de la pista, al Mas de Tetuán. Este es uno de los numerosos caseríos, ahora en ruinas, que ocupan las laderas de la sierra del Menejador en la comarca de l’Alcoià. Concretamente se encuentra situado en el parque natural del Carrascal de la Font Roja, y situado en un cota bastante alta. Construcción del siglo XIX que tiene una planta organizada en torno a un patio tapiado. Todos los edificios están construidos en mampostería y enlucidos con cal aunque muy deteriorada. Destaca un edificio principal de planta rectangular. En frente de éste y en su lado derecho aparecen otros de tipo secundario para la cuadra y los corrales en las plantas bajas y otras dependencias en las plantas superiores como para aguarda par de la cosecha o herrajes y herramientas de trabajo agrícola. Junto a la cuadra hay una cubeta de decantación para la producción de vino y también se conserva, una almazara de prensa metálica. Por último tiene una pequeña capilla que se abre al exterior de la masía. Apenas si quedan partes de la decoración original hecha en yeso.
MAS DE TETUÁN
TEIX CENTENARIO
MAS DE TETUÁN
MAS DE TETUÁN
ZONA RECREATIVA
Frente a las ruinas de este hermoso caserío se encuentra una zona recreativa, con sus diversas mesas y bancos de madera, y un Tejo (Teix, en valenciano) digno de atención por ser un árbol centenario.
Una pequeña pausa, para refrescarme y protegerme de Lorenzo, y sigo mi recorrido.
CAVA DEL MENEJADOR
CAVA DEL MENEJADOR
CAVA DEL MENEJADOR
Un kilómetro más arriba se encuentran las ruinas de la Cava del Menejador y a otros dos, más o menos, se llega hasta la caseta forestal y al vértice geodésico de la sierra.
Tengo que confesar que, entre el calor y lo complicado que ha sido encontrar una sombra a esta altura, he llegado a la cumbre y me he dado media vuelta sin haber hecho ninguna foto (la que muestro aquí del vértice es de una ruta anterior).
CASETA DE VIGILANCIA
VÉRTICE GEODÉSICO
El regreso al Santuario lo hago, en esta ocasión, por la senda que desciende por todo el carrascal de la ladera norte del parque. Es un recorrido que acorta la ruta y se hace bajo la sombra de los árboles, que es algo más cómodo, ya que la temperatura es verdaderamente in-so-por-ta-ble.
CARRASCAL
CARRASCAL
La senda pasa, en un momento dado, por otro de los miradores, el del carrascal, y da acceso a la pista de subida del inicio, por el lugar en el que se encuentra la leñera y el horno de cal.
En menos de un kilómetro llego al santuario y al parking donde tengo el auto.
Regreso a Alicante.
MIRADOR DEL CARRASCAL
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto, sin ninguna duda. Hacer alguna de las rutas que circulan por el Parc Natural del Carrascal de la Font Roja es una actividad obligada, indispensable. Han sido solo 7,50 sofocantes kilómetros, con un desnivel de unos 325 metros y hecho todo en un tiempo más que razonable.
En principio, hoy no tenía previsto hacer ninguna caminata pero… me he despertado con unos picores tan grandes 😮 que no lo he pensado dos veces… He cogido los bártulos y me he acercado hasta la Sierra de Santa Pola para realizar uno de sus múltiples recorridos.
He comenzado dejando el coche al lado del depósito de agua, cerca de Casetes de Meleja.
Por distintas pistas, la sierra está llena de pistas, senderos y caminos, ofreciendo multitud de opciones, he ido llegando hasta la carretera que lleva al faro.
Paso por la Casa de la Pinada, bueno, por lo poco que queda de ella, y llego a la carretera del faro.
CASA DE LA PINADA (RUINAS)
CARRETERA DEL FARO
BARRACONES GUERRA CIVIL
BARRACONES GUERRA CIVIL
BARRACONES GUERRA CIVIL
Antes de llegar a él, se encuentran algunas construcciones que fueron barracones militares de nuestra Guerra Civil.
FARO DE SANTA POLA
Este faro se instaló aprovechando una de las torres vigías de la costa alicantina, la Torre de la Atalayola, construida a finales del siglo XV y principios del XVI, después se remodeló y reformó para darle su función actual.
PASARELAS-ISLA DE TABARCA AL FONDO
El mar se encuentra ahora presidiendo, en toda su grandeza, las hermosas panorámicas que se ofrecen desde esta atalaya.
TABARCA
Un par de pasarelas nos permiten disfrutar de las vistas de las aguas, las montañas alicantinas y la isla de Tabarca, única habitada de la Comunidad Valenciana.
PASARELAS-FARO AL FONDO
Sigo mi camino, ahora me dirijo a las plataformas para cañones de la Guerra Civil y al Bunker, convertido en el vértice geodésico de esta sierra.
PLATAFORMA CAÑONES
PLATAFORMA CAÑONES
BUNKER-VÉRTICE
Vuelvo hacia el interior para llegar a otra de las pistas, la que me llevará hasta la Torre de Escaletes.
CAMINO A LA TORRE DE ESCALETES-TABARCA AL FONDO
TORRE DE ESCALETES
Esta es otra de las torres vigías de la costa, próxima a la población de Santa Pola. Se desconoce la fecha concreta de su construcción pero sí se sabe que ha tenido varias reformas y actualmente se encuentra en muy buenas condiciones.
Ahora comienzo el regreso a la zona donde tengo aparcado el auto.
Tomo el Camí de la Torre, bordeando varios barrancos, hasta llegar al Paratje de la Fulla Rotja.
Ya solo queda, siguiendo varias veredas, acceder a la pista principal, la que me deja en el coche.
Regreso a casa.
PARATJE FULLA ROTJA
Valoración: 2**
Recomendable: Cómo no!!! Han sido 11 kilómetros, con un desnivel mínimo (120 metros) y hechos en un tiempo super aceptable.
Hoy, con una mañana realmente estupenda, Salva y yo hemos realizado la primera caminata de este verano.
Nos hemos dirigido a las afueras de la ciudad de Alcoy, concretamente a pocos metros de la Font del Quinzet, próxima al barrio de Batoi, donde hemos aparcado el coche y hemos comenzado nuestro recorrido.
Itinerario que nos ha llevado por algunos de los lugares más hermosos de la zona sur de Alcoy.
Partimos desde el área recreativa de la Font del Quinzet, lugar donde el río Polop se une al Barxell (o Riquer).
Al pasar por la ciudad de Alcoi, a este río se le unen el Benissaidó, el Uxola y el Molinar, entre otros, y, en su salida de la población, en el norte, su nombre cambia por el de Serpis.
FONT DEL QUINZET
Tomamos la pista que asciende hacia el sur llegando a uno de los tramos de la Vía Verde
VÍA VERDE
VÍA VERDE
VÍA VERDE
VÍA VERDE
Siguiendo su recorrido, pasamos por alguno de sus túneles y nos encontramos con el Puente de las Siete Lunas, una de las construcciones emblemáticas de esta vía. Lugar desde el que se realiza puenting y se puede disfrutar de unas vistas asombrosas.
PUENTE DE LAS SIETE LUNAS
VÍA VERDE
FUENTE DEL VIADUCTO
VIADUCTO DEL BARXELL
Todavía pasamos por otro túnel más hasta llegar al Viaducto del Barxell.
Al final del mismo se encuentra la fuente del viaducto. Aquí tomamos un sendero, a mano izquierda, que nos conduce, en otro de los ascensos de la caminata, a las Casas del Salt.
CASAS DEL SALT
CASAS DEL SALT
En las Casas del Salt se encuentra el Molí del Salt, los Jardines de Brutinel, algunas interesantes construcciones y unas vistas fascinantes, desde lo alto, de la Foia d’Alcoi.
CASAS DEL SALT
Hacemos una breve parada para refrescarnos y contemplar las panorámicas.
Continuamos, después, nuestro camino en dirección al Racó de Sant Bonaventura.
En esta bonita zona recreativa, el río Polop, después de pasar por la estrechez del cañón de los Canalones, nos muestra alguna de sus pozas y saltos de agua.
RACÓ DE SANT BONAVENTURA
ÁREA RECREATIVA
Una gran área recreativa preparada para el descanso y el disfrute de todos, especialmente de los alcoyanos.
Comienza ahora el último tramo de nuestro camino; seguir, por sendero, el recorrido del río, pasar por debajo del Puente de las Siete Lunas y encontrarnos con la Font del Quinzet.
RÍO POLOP
PUENTE DE LAS SIETE LUNAS
Después del puente, apenas un kilómetro de senda cuajada de vegetación, llegamos al coche y… regresamos a Alicante.
RÍO BARXELL
Valoración: 3***
Recomendable: Pues, claro que sí. Absolutamente. Han sido unos sencillos 10 kilómetros, con un desnivel de apenas 313 metros, hechos en un tiempo mucho más que razonable.
Hoy, aprovechando que, en las horas centrales del día, tenía un compromiso por los alrededores de la Sierra del Maigmó, me he acercado a la zona, unas horas antes, para realizar una pequeña caminata.
He dejado el coche en las proximidades de la población de Tibi para, en un principio, comenzar mi recorrido remontando el río Verde.
Un trayecto que he hecho en diversas ocasiones, que es muy agradable y tiene rincones de gran belleza.
En esta ocasión el cauce bajaba con bastante más caudal de lo habitual y en un par de puntos en los que había que cruzar para poder seguir el camino las aguas me han llegado por encima de las rodillas.
A todo eso, la mañana estaba tan amenazante que, llegando al camino asfaltado de la Foieta del Conill, ha comenzado todo un concierto de rayos y truenos, y se ha puesto a llover.
Bueno, hay que puntualizar, más que llover ha diluviado. Solo ha durado unos minutos pero suficientes para seguir el resto de la caminata empapado como una sopa, de la cabeza a los pies.
He llegado por la pista hasta El Cantalar, un monte coronado de grandes formaciones rocosas en el que se encuentran los restos de un asentamiento de la Edad de Bronce, grabados rupestres y multitud de cazoletas.
Antes de iniciar la subida al monte, se encuentra, en la misma pista, una enorme roca, a modo de gran hito, con una cantidad bastante importante de símbolos cruciformes.
Inicio la subida, un ascenso al principio suave, algo más complicado después, ya que la tengo que hacer campo a través, con la roca mojada y resbaladiza.
En un punto del camino, grabados en la roca, se encuentra una gran carrilada, los surcos que han hecho el paso de algún tipo de carreta o carruaje antiguo.
En la parte alta del monte, caminando con bastante dificultad, comienzan a aparecer los primeros vestigios de lo que allí hubo en el pasado.
Restos de muros y cazoletas, que con más o menos complicación voy encontrando.
Finalmente termino recorriendo la cresta del monte, entre rocas mojadas y resbaladizas, entre monte bajo repleto de aliagas y de arbustos llenos de pinchos…
Una vez llego a la pista, me dispongo ahora a comenzar el regreso al coche.
Vuelvo a pasar por la Foieta del Conill, tomo la pista de l’Horteta y por camino, más o menos dificultoso, llego por fin a la zona donde se encuentra el vehículo.
Es tiempo de acudir a la cita que tenía programada.
Valoración: 2**
Recomendable: No me esperaba hacer esta caminata. Ha sido algo pensado y hecho. Unos seis kilómetros de recorrido y con un desnivel de apenas 130 metros. Pero me he llevado una muy agradable sorpresa al encontrarme con un río Verde tan cargado de agua y con ese monte Cantalar lleno de puntos de interés.
Viernes muy soleado y de temperatura rozando ya la de pleno verano.
Carol, Salva y yo nos hemos acercado, con retraso debido a algún que otro despiste por carretera, hasta la cara norte de la Sierra de Salinas, concretamente a la zona llamada Colonia Sierra de Salinas.
A la altura de estos edificios, hemos aparcado el auto y hemos iniciado nuestra caminata que nos ha llevado en ascenso, entre campos de cultivo, hermosos pinares y sendas y pistas hasta uno de los vértices geodésicos de esta sierra, La Capilla, con sus 1238 msnm.
En nuestro recorrido encontramos diversas casas de labranza.
La Sierra de Salinas está situada entre las comunidades valenciana y murciana, y por la parte alicantina es compartida por los municipios de Villena, Salinas, Monóvar y Pinoso.
Vamos, poco a poco, llegando a la parte más elevada, desde donde podemos contemplar las maravillosas vistas de las montañas y los campos de los alrededores.
Por la parte murciana tenemos las sierras del Carche, de las Pansas, del Serral, entre otras muchas.
La vertiente alicantina nos muestra la sierras de la Sima, la de Cabrera, la de la Umbría, la de Enmedio, la de Castellar, y otras más.
Seguimos ascendiendo, ahora cresteando, hasta llegar a una formación elevada y rocosa que está coronada con el vértice geodésico. Algunos momentos complicados donde ha sido necesario trepar y, por fin, llegamos al punto más alto.
Aquí hemos hecho un merecidísimo descanso, hemos aprovechado para beber y comer y… algunos minutos después hemos comenzado el descenso.
Hemos intentado volver sobre nuestros pasos hasta llegar a la señal que indica el camino a la Cueva del Lagrimal, en una bajada pedregosa y potente, por el Collado de la Silla.
En el cruce que indica el camino a la cueva, hemos optado por la carretera que, a través de 3 kilómetros de puro asfalto, nos tenía que devolver a la zona de parking.
Llegamos, bajo un sol abrasador, a la Colonia Sierra de Salinas y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Aunque hoy no me he sentido cómodo en esta caminata, diré que la montaña siempre es recomendable. Han sido 12 kilómetros, con un desnivel de unos 450 metros, hechos (para mi gusto) con mucho agobio por el calor y por los últimos tramos de trepada, aunque debo reconocer que las vistas y esa parte de la sierra es de una hermosura extrema.
Para este martes de junio, despejado y caluroso, Pedro, Jesús, Salva y yo, hemos elegido una caminata, entre urbana y rural, casi en su conjunto entre asfalto y cemento, pero de una belleza extrema.
Nos hemos dirigido hasta la población de Agres para realizar una ruta recorriendo casi la totalidad de las fuentes de su municipio, además de visitar el Santuario de la Mare de Déu d’Agres y el Poblado de la Edad de Bronce de La Mola.
Font de Barxeta
Comenzamos dejando el auto en el Carrer Mariola y caminamos hasta el Carrer del Mig, donde se encuentra la Font de Barxeta.
Por la Placeta de Vilana y el Carrer Sant Antoni, accedemos a la carretera CV-7930.
Un ligero desvío en la misma nos lleva hasta la Font de Bonell.
Font de Bonell
Retomamos la carretera y cogemos la variante izquierda que sube hasta la zona recreativa, El Refugio Zamorano y la Font del Molí Mató.
Refugio Zamorano y Área recreativa
Fontdel Molí Mató
Toda la zona, la del refugio, el área recreativa y la font, se encuentra dentro del Parque Natural de la Sierra de Mariola y es de una belleza abrumadora.
Dejamos este hermoso espacio natural para dirigirnos, por la calle Purísima, al Convento y Santuario de la Mare de Déu.
El Santuario de la Virgen de Agres o de la Virgen del Castillo, está situado en el término municipal de Agres (Alicante) y se construyó sobre los restos de un antiguo castillo, que se remonta a la época musulmana, al sur de la población en un emplazamiento entre torrenteras y bosques de frondoso arbolado, sobre una elevación del terreno, siendo un importante centro de devoción mariana al sur de la Comunidad Valenciana desde finales del siglo XV.
Cova del Convento
Font del Convento
Font de la Cova del Convento
Font
Font
Creu y Santuario de la Mare de Déu
Después de la visita al convento, al santuario y las fuentes que lo rodean, volvemos al pueblo para visitar otra de sus fuentes, la del Raval, en la Plaza del Pintor Remigio Soler.
Font del Raval
Pasamos por la Plaza de España, donde se encuentra la Iglesia de San Miguel Arcángel y el ayuntamiento.
Font d’Enmig
En el Carrer Major tenemos la Font d’Enmig y camino al lavadero, en el Carrer de la Maestra Puri Lloret, la Fonteta.
La Fonteta
Font de l’Assut
Font del Molí de d’Alt
Lavadero
Antes de entrar al lavadero está la Font de l’Assut y en la parte baja tenemos la Font del Molí de d’Alt.
Ahora caminamos hacia el este, por el Camí de la Mola, para acceder al sendero que lleva al Poblado de la Edad de Bronce de La Mola.
Vistas espectaculares, desde lo alto, de la población de Agres.
El poblado de la Mola d’Agres es un yacimiento arqueológico que se encuentra localizado al este de la población de Agres, en la comarca del Comtat, en la ladera norte de la sierra de Mariola. El asentamiento se ubica a 791 msnm, sobre un espolón saliente y basculado hacia el valle que forma una meseta ovalada irregular.
Después, tomamos el sendero que nos lleva hasta la última de las fuentes que vamos a visitar, la Font de l’Alficosser, hermosa y solitaria en una escarpada ladera de la sierra.
Ahora comenzamos el retorno al pueblo por el mismo sendero y pista que nos llevo a estos lugares.
Llegamos a Agres y nos dirigimos a comer en uno de los restaurantes de la población (Rest. Barxeta), donde habíamos hecho la reserva previamente.
Antes, nos pilla de paso, hacemos una pequeña parada en el Llavadoret, un mini lavadero, en el Carrer que lleva el mismo nombre.
Tiempo para el relax y las buenas viandas, y al término regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente recomendable. Han sido 11 kilómetros, con un desnivel de 400 metros, un montón de puntos interesantes, unas vistas de ensueño y una compañía super especial.
En este primer día de junio, martes nuboso y amenazante, Salva y yo, nos hemos dirigido hasta la población de Castell de Castells, municipio situado al norte de la provincia de Alicante, perteneciente a la comarca de La Marina Alta.
Por la carretera CV-752, que une esta localidad con la de Tárbena, en el kilómetro 7, se encuentra el inicio de nuestra caminata, que nos llevará por pistas y sendas a algunos lugares de interés de esta sierra, la de Aixortá.
Tomamos la pista, de tierra al principio, asfaltada después, que nos conduce hasta el Corral de Sénsio.
El camino es parte de la PR-CV 151. Llegamos al cruce de pistas y, en un primer momento, accedemos a una senda que nos llevará hasta las ruinas del Corral del Xorquet.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el cruce anterior y, ahora, seguimos por la PR-CV 49 que nos acerca al Aljub de Xorquet.
En este punto el cielo deja de ser una amenaza para convertirse en un hecho puro y duro. Las nubes pasan del gris al negro en cuestión de segundos, comienza a rugir y centellear, y empiezan a caer gotas como puños, cada vez con más intensidad.
Tenemos que decidir qué hacer con nuestro itinerario. Optamos por dejar de visitar el Arc de Xorquet y dirigirnos hacia Els Arcs d’Atanços a mayor velocidad de lo previsto, teniendo que refugiarnos en una pequeña construcción, al borde del camino, esperando que amainara la lluvia.
Algunos minutos después (yo diría que cerca de 20) se aclara y deja de llover. Aprovechamos entonces para retomar nuestro recorrido.
Llegamos a través de una senda, rodeados de unas vistas impresionantes, a Les Arcs d’Atanços.
Nos encontramos ante estos magníficos arcos de roca caliza en los que la acción erosiva y disolvente, sobre todo del agua, ha formado estas espectaculares formaciones kársticas.
La verdad es que te quedas sin palabras ante tanta belleza.
Un buen rato disfrutando de este maravilloso espectáculo e iniciamos el regreso.
Volvemos sobre nuestros pasos, llegamos a la pista y, después de varias casas, corrales, campos de cultivo y algunas nuevas gotas de lluvia, nos incorporamos a la pista inicial y, por fin, al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sí, por supuesto. Lo que, en principio, iban a ser algo más de 9 kilómetros, han sido 7’240, con un desnivel de 250 metros y hecho todo, y a pesar de la lluvia, en un tiempo más que aceptable.
Aunque la mañana ha estado algo nubosa, hoy ha sido un día magnífico en el que el grupo, formado por Carol, Salva, Fuen, Jesús, Pedro y yo, hemos salido de la Comunidad Valenciana para visitar la vecina Región de Murcia.
Concretamente la caminata la hemos realizado en el término municipal de Yecla, en la zona fronteriza con la provincia de Albacete (CM), en el llamado Monumento Natural Monte Arabí, también conocida como la Montaña Mágica de Yecla.
Hemos accedido al punto de inicio por la RM-404, que va desde Yecla a Fuente Álamo, y a la mitad de la carretera, entramos, por vía pecuaria, al camino que lleva a la Casa de Lucio, la Casa de Juan Martínez y la Casa del Guarda.
Dejamos los autos en una de las zonas de parking y comenzamos nuestra ruta.
Este monte tiene, en su itinerario, un montón de puntos de interés.
Desde la Casa del Guarda tomamos una senda que nos acerca a la que se llama ‘la cueva del tesoro’, una oquedad rocosa, pequeña y circular que se encuentra a ras del suelo y que conduce a una pequeña sima.
Seguimos las indicaciones del gps y continuamos nuestra caminata.
Un pequeño abrevadero para los animales es lo siguiente que nos encontramos.
Ascendemos por el monte, pasando por zonas donde las piedras toman formas singulares y fantásticas.
Aparte de las curiosas formaciones que nos regala la sierra, también hay posibilidad de encontrarnos con cazoletas y petroglifos en nuestro camino.
Nuestra subida nos lleva al vértice geodésico, Arabí (1065 m.s.n.m.), una magnífica atalaya desde la que se puede contemplar la inmensidad de los campos que rodean Arabí, así como las sierras de los alrededores, Sierra de Lacera, Sierra de la Magdalena, de los Gavilanes, Caballera, de la Pedrera, entre otras.
Comenzamos ahora el descenso por la cara norte del monte para llegar a las pistas y caminos que hay al este del mismo.
Es en esta cara de la sierra donde encontramos las formaciones rocosas más importantes y bellas.
Vamos descendiendo por un enorme mar de piedra.
Algunos lugares, como la llamada ‘Puerta de la Iglesia’ están restringidos por motivos de conservación y por respetar la época de cría de algunas de las aves que pueblan esta sierra, como el águila real, águila perdicera, buho real, halcón peregrino, chova piquiroja, etc…
Llegamos a la zona de los ‘Cantos de la Visera’, lugar vallado y acotado donde se encuentran unas pinturas rupestres de máximo interés, Patrimonio de la Humanidad. Para verlas de cerca es necesario pedir permiso al ayuntamiento de Yecla.
Muy cerca tenemos otro lugar emblemático de este monte, La Cueva Horadada.
Este es un enorme abrigo rocoso, de formas ondulantes y coronado con una apertura en su parte más alta, del que se elucubran historias mágicas, con seres fantásticos y visitantes de otros mundos.
Tomamos el camino de regreso a la Casa del Guarda y a la zona de parking.
El camino de vuelta sigue mostrándonos rincones y piedras con apariencias originales, como esta de las instantáneas en forma de corazón.
La pista nos acerca a otra pequeña formación montañosa, cercana a Arabí, llamada Arabilejo y que, en su parte más alta, alberga un yacimiento de la Edad de Bronce.
Ya cerca de la Casa del Guarda, las últimas cazoletas y petroglifos de esta maravillosa ruta.
Seguimos hasta llegar a los autos y regresar a casa.
Valoración: 4****
Recomendable: Absolutamente recomendable. Aproximadamente 9 kilómetros (+/-), con un desnivel cercano a los 400 metros, hecho todo sin prisa pero sin pausa, con una cantidad de rincones y lugares de máximo interés arqueológico, geológico y cultural, y con una compañía absolutamente de luxe.
Después de las grandes lluvias que azotaron ayer el sureste de la península, y para evitar caminos embarrados y resbaladizos, Salva y yo hemos optado por un fácil recorrido a través de tres términos municipales, dos de tres provincias de la comunidad, Fontanars dels Alforins (Valencia) y Banyeres de Mariola y Beneixama (Alicante), todo ello en la Sierra de la Solana.
Para llegar al lugar de inicio de esta ruta, hemos dejado el coche en plena carretera CV-657, la que une las poblaciones de Beneixama y Fontanars, a la altura de la casa que llaman El Moro.
Tengo que empezar diciendo que esta sierra, la de La Solana, y esto es algo que ya no recordaba, sufrió un incendio forestal en julio del 2019, y hoy hemos podido comprobar la magnitud de los daños que sufrieron estas tierras. Totalmente desolador e impactante ver, aún a día de hoy, cómo han quedado las hectáreas calcinadas.
Comenzamos nuestra andadura desde la casa El Moro, ascendemos por el Sendero dels Enginyers y llegamos hasta la Pista de la Replana.
Tomamos el desvío al Refugio de Rita, encontrándonos uno de los hornos de cal que hay en estos campos.
Por sendas llegamos al refugio de Rita, edificación dependiente del ayuntamiento de Beneixama para el disfrute de excursionistas.
Seguimos nuestro itinerario y nos encaminamos, ahora por pista, al Alt de los tres Pinets y el Vértice Geodésico de esta sierra.
En esta subida ya se muestra, ante nosotros, la magnitud del incendio que asoló casi 900 hectáreas.
Terrorífico.
Doloroso.
Aún más se te encoge el corazón cuando es una montaña que la has recorrido, que la has disfrutado, que te ha dado tantos buenos momentos… y ahora es un páramo que intenta pelear por sacar vida de la nada.
Esta solitaria atalaya, lo único que te ofrece es una magnífica vista de las sierras que la rodean.
Continuamos nuestro camino por pista, hasta llegar al vértice geodésico ‘Ascensión’ con sus 1006 m.s.n.m.
A nuestros pies, contemplamos poblaciones como Beneixama, Banyeres de Mariola, Biar, Campo de Mirra, La Cañada. Villena, etc…
Comenzamos nuestro regreso. Lo hacemos por la mismas pistas, los mismos sendas y caminos que hemos utilizado para llegar. Nada complicado, solo hay que deshacer lo andado.
Llegamos hasta el coche y comenzamos nuestro retorno a Alicante.
Haciendo la caminata le he comentado a Salva que, en esta sierra, había muchas posibilidades de encontrar rebaños de cabras. Una vez en el coche, y ya en carretera, se nos han plantado uno delante nuestro y lo primero que hemos pensado ha sido… ‘Qué bien lo habría pasado Carol!!!’, jejeje
Valoración: 2**
Recomendable: Aunque, para mi, ha sido una ruta muy triste y desoladora, a pesar de todo es recomendable. Han sido 14 sencillos kilómetros, con un desnivel que no ha sobrepasado los 300 metros y hecho con bastante tranquilidad.
En esta mañana de viernes, prácticamente veraniega, nosotros, Jesús, Pedro y yo, nos hemos acercado hasta la ciudad de Alcoy para iniciar una caminata por una de las sierras que la rodean, La Serreta.
Nuestro recorrido ha comenzado en la carretera CV-7881, la que lleva a la ciudad y a Benilloba, tomando después otra que accede al Restaurante Lolo y, por la partida Rambla Alta, a Equitación Peluca.
En un claro de la vía, dejamos el auto y comenzamos nuestra ruta, que nos llevará, por diversas pistas, a la cumbre de la Serreta.
Comenzamos con una potente subida hasta llegar a la pista que entra al Mas de la Serreta.
Aunque se permite el acceso a bicicletas y senderistas, no está permitida la entrada a la masía. En ese momento, uno de los propietarios, que nos advierte de la privacidad de ese espacio, comienza a charlar con nosotros, de buen rollo, y nos enseña el edificio y sus alrededores. Magnífico.
Después de un buen rato de charla, volvemos a retomar nuestro recorrido.
La ruta continua en ascenso, aunque un poco más suave. El campo, ahora en primavera, rebosa en miles de verdes y flores de todos los tamaños y colores.
A medida que vamos subiendo, las panorámicas de las sierras y los campos de los alrededores nos muestran su enorme esplendor, así como la belleza de la ciudad de Alcoy y algunos pueblos vecinos.
En lo alto hay un variado surtido de puntos de interés.
Nada más llegar, y bajo un hermoso carrascal, encontramos una amplia zona con los restos de un poblado y yacimiento arqueológico.
El yacimiento arqueológico de La Serreta cuya época corresponde al ibérico antiguo y pleno y Romano.
Constituye un doble yacimiento, un poblado y un santuario. En 1917 fue descubierto el yacimiento, excavado por Camilo Visedo y declarado Monumento histórico-artístico .
Los principales materiales están depositados en el Museo arqueológico Camilo Visedo, que lleva el nombre del principal excavador del yacimiento. De aquí proceden seis plomos escritos en alfabeto greco-ibérico.
El yacimiento también ha proporcionado interesantes terracotas y cerámicas ibéricas, y de importación (griegas, púnicas, campanienses).
Se pueden observar restos de habitación, de planta cuadrangular, ordenados en largas filas. En el extremo occidental se localizan los restos del santuario, situado por Visedo en la porción más alta, en cuyas inmediaciones se encontraron numerosos exvotos ibéricos en terracota.
En 1987 fue descubierta la necrópolis, que ha sido sistemáticamente excavada con el descubrimiento de 80 sepulturas, principalmente del s. IV aC. Los ajuares son de gran variedad y riqueza. Es de destacar la falcata de la tumba 53, con una preciosa empuñadura.
La totalidad de la ladera de la solana está cubierta de restos de edificaciones que se adaptan a los niveles de la montaña. No existen grandes restos monumentales, pero el entorno es evocador y las vistas magníficas.
Seguimos caminando por la cresta de la sierra y lo que nos encontramos a continuación es un monolito conmemorativo, dedicado a le memoria del arqueólogo Camilo Vicedo.
Continuamos cresteando y nos topamos con las ruinas de una pequeña vivienda que llaman la casa del arqueólogo.
Seguidamente, y a pocos metros, llegamos al vértice geodésico de esta sierra, Serreta, con sus 1052 m.s.n.m.
Una parada para el descanso, el refresco, comer alguna cosa y, sobre todo, la contemplación de las hermosas vistas.
Iniciamos el regreso. El camino, que ha sido ascendente en todo momento, se torna en un descenso, ya que volvemos sobre nuestros pasos.
No hay mayor misterio, la vuelta se hace cómoda, aunque hay tramos de descenso algo ‘tocahuevos’.
Unos cientos de metros antes de llegar al coche hay un desvío que nos lleva a la Font de la Salut, una pequeña área recreativa en la que encontramos, para nuestra sorpresa, esta rebosante fuente.
Una breve parada para disfrutar de sus frescas aguas, retomamos el sendero y llegamos al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Eso está más que claro, sí. No ha sido una gran caminata, han sido cerca de ocho kilómetros, con un desnivel que ha rondado los 390 metros y nos ha cautivado la hermosura del lugar y sus alrededores.
En este caluroso miércoles de mayo, el grupo, formado por Salva, Fuen, Carol y yo, nos hemos dirigido al Valle de Gallinera, conocido, entre otras muchas cosas, por el cultivo de la cereza de la montaña de Alicante, producto que tiene Indicación Geográfica Protegida.
La Vall de Gallinera es un municipio, al norte de la provincia, en la comarca de la Marina Alta. Esta depresión está rodeada por las sierras del Almirante, de la Albureca y la Foradada y en ella nace y discurre el río Gallinera.
Son ocho los núcleos urbanos que conforman este municipio: Benirrama, Benialí, Benissivá, Benitaia, La Carroja, Alpatró, Llombai y Benisili.
Hemos entrado al valle y hemos dejado los autos en Benialí, lugar desde donde partirá nuestro recorrido.
Una de las razones de haber elegido esta zona de la provincia para caminar es que, en estos días, se ha comenzado la recolección de la cereza y nos apetecía ver los campos cubiertos de rojo y verde.
Por entre caminos, pista y calles, hemos llegado a otro de los pueblos Benitaia. Tomamos la subida cementada que llega al Convento de San Andrés y continua hasta el Vidre, todo ello entre grandes plantaciones de cerezos, naranjos, olivos, nísperos y otros frutales.
Queremos llegar hasta la Cova de Moragues mientras alucinamos con el paisaje.
No vamos a negar que algún picoteo de fruta hemos hecho; estaba diciendo ‘cómeme’.
Llegamos a la cueva, en la que brota una pequeña fuente.
Volvemos sobre nuestros pasos para encontrarnos, de nuevo, con los pueblos del valle.
Entramos a Benissivá, por entre sus calles, su iglesia de la Vall de Gallinera y sus rincones, tomamos el camino, ahora hacia el norte, que nos devuelve a Benialí y al sendero que conduce a las pinturas rupestres de la zona.
Pasamos el puente que cruza el río Gallinera y ascendemos por un empedrado sendero que, a veces cómodo, otras complicado, nos lleva hasta el abrigo donde se encuentran las pinturas.
Este abrigo está considerado por los técnicos como de gran valor e importancia. En él, quedan representadas los tres estilos pictóricos Prehistóricos, arte Esquemático, arte Levantino, arte Macroesquemático.
Tratándose de unos de los pocos abrigos que se conocen de este estilo, destacando unas figuras que alzan los brazos en posición de orantes, y que algunos técnicos han identificado con las espigas del trigo que los primeros pobladores neolíticos trajeron a estas tierras hará ahora, unos 7000 años.
Después de llegar hasta las pinturas y admirarlas, después de caminar por este valle de una riqueza y belleza espectacular, después de todo esto comenzamos el regreso al pueblo donde tenemos los coches.
Antes, hacemos una parada en uno de sus restaurantes, donde habíamos reservado previamente, y comemos.
Regresamos a Alicante, aunque antes hacemos una parada en Alpatró (otro de los pueblos) y compramos unos cuantos kilos de cerezas.
Valoración: 4****
Recomendable: Absolutamente recomendable. El valle, una pasado de belleza y las pinturas rupestres alucinantes. Han sido 8,50 kilómetros, un desnivel de 450 metros y hecho todo sin prisa pero sin pausa. La compañía de lujo.
Hoy, Pedro, Jesús y yo, nos hemos acercado hasta la población de Biar para, desde sus alrededores, concretamente la zona llamada El Reclot, en la falda norte de la Serra del Frare, comenzar una caminata que nos ha llevado hasta la Serra de la Peña Rubia, frontera natural entre los municipios de Villena y Sax.
Por pista, y entre pinos, hemos llegado al área de escalada que hay entre las paredes rocosas de las dos sierras.
En este punto, y a la sombra de estas enormes moles, la vista del Valle de Biar, la ciudad de Villena al fondo y las sierras de la Villa, de Beneixama y del Morrón (entre otras), nos atrapa con su belleza.
Hasta este momento la ruta ha ido en suave ascenso, ahora, en dirección a Peñarrubia, comienza una brusca subida, que pone a prueba nuestras piernas.
El trayecto está compuesto de varios ascensos y, lógicamente, de descensos igualmente ‘tocahuevos’.
Hay también una pequeña parte del recorrido que discurre por asfalto.
Llegamos a una estrecha senda que nos acerca, con alguna dificultad, al vértice geodésico.
En esta cumbre nos tomamos un tiempo para el descanso, beber, comer, disfrutar de los hermosos paisajes y para hacer las ya tradicionales fotos.
Después de investigar, sin éxito, un posible regreso por senderos alternativos, tomamos la ruta señalada por el gps y volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar a una pequeña vaguada, con una vereda, que nos ha llevado por un descenso acojonante por toda la cara norte de la sierra.
El regreso, en estos últimos kilómetros, se ha convertido en un martirio; el cansancio, la dureza y el calor ha ayudado a ello.
Llegamos hasta la zona de urbanizaciones y nos topamos con algunos ascensos en asfalto que nos han minado.
Por fin nos encontramos, de nuevo, con las paredes de escalada y, ahora ya sí, el camino que nos ha llevado hasta el coche.
Volvemos a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Completamente sí. Han sido 12,27 kilómetros, con un desnivel de 503 metros y hechos con muy pocos descansos, solo el del vértice. Una gran ruta.
El día ha amanecido entre nubes y claros, con un viento bastante fuerte y frío. El grupo, en esta ocasión, compuesto por Pauli, Carol, Fuen y yo, nos hemos dirigido hasta el puerto de montaña de la Carrasqueta para, desde el Mas de Sant Ignasi, donde hemos aparcado el auto, iniciar un recorrido por estas sierras alicantinas; concretamente la del Cuartel y la Carrasqueta.
Iniciamos el recorrido, por pista, en dirección al Maset de Brossa, rodeados de campos de cultivo que en esta época son una explosión de verdes.
En uno de los campos, aprovechamos un hermoso cerezo que rebosa vida para hacer una breve parada y abrazarlo.
Dejamos la pista para tomar la senda que asciende y nos lleva al refugio de Esbarzerets.
Sin pausa seguimos la subida, ahora algo más brusca, hasta el vértice geodésico; Carrasqueta, con sus 1205 m.s.n.m.
Aquí arriba, y con unas vistas alucinantes, hacemos otro pequeño stop para las ya habituales fotos de rigor.
El viento, en este punto, es muy enérgico y molesto; no esperamos mucho e iniciamos el descenso.
Volvemos nuevamente hasta el refugio y, desde aquí, tomamos la pista que recorre la umbría de la sierra del Cuartel y, entre ligeras subidas y bruscos descensos, nos acerca a la zona del Puntal de los Quemados.
Llegamos a la pista y elegimos la opción de caminar en dirección a la Font de Vivens. En un punto de la misma, nos desviamos por el sendero que desciende al Barranco del Trisinal.
Ahora, y tras otra poderosa subida, enlazamos con la pista que lleva al Mas de Don Francisco.
Llegamos al gran valle y esto ya nos indica que estamos en el último tramo de nuestra caminata. Pasamos por el Mas de Miralles, por el desvío que sube al refugio, por el Maset de Brossa y, sin más, al Mas de Sant Ignasi.
Llegada al coche y regreso a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente. Han sido 12 kilómetros, con un desnivel cercano a los 400 metros y hecho todo ello en un tiempo muy aceptable. Paisajes, vistas y compañía espectaculares.
A pesar de las nubes que merodeaban el cielo, ha hecho un día estupendo en este primer jueves de mayo.
El grupo, compuesto por Pauli, Lore, Fuen, Carol, Salva y yo, nos hemos dirigido hasta la población costera de Moraira, núcleo que pertenece al término municipal de Teulada, actualmente importantísimo centro turístico internacional.
La caminata de hoy ha sido más un recorrido urbano-cultural que un tradicional sendero de montaña.
Hemos dejado los autos en el amplio parking que hay a las espaldas de La Marjal del Senillar, un hermoso y gran parque que nos conduce a la Playa de la Ampolla, al mirador de les Tosqueres y al Castillo de Moraira.
En contra de la opinión generalizada que databa este baluarte en el siglo XVI como una obra de Juan B. Antonelli, hoy se sabe que fue construido en el siglo XVIII. Sobre la puerta de acceso domina el escudo real de la casa de los Borbones, el cual está datado en 1742, posiblemente el año de finalización de la obra. Se sabe que ya estaba construyéndose en 1741 por una referencia que aparece en una carta enviada al Gobernador de Valencia por el alcalde y regidores de Calpe que pedían fuera fortificada su villa. La carta lleva fecha del 28 de octubre de 1744 y el fortín se estaba construyendo en esos momentos bajo la dirección de don Nicolás Bodín.
Esta fortificación fue el producto final de una serie de proyectos infructuosos anteriores que conducían a la protección y salvaguardia de la costa teuladina, que continuamente era invadida por piratas berberiscos, quienes además de castigar la costa, llegaban en sus saqueos hasta la misma villa de Teulada.
Este edificio, que hasta hace pocos años estaba en completa ruina, fue restaurado a principios de los años ochenta del siglo pasado.
Seguimos nuestro recorrido hasta llegar al Puerto Marítimo de la localidad, con sus embarcaderos y su lonja de pescado.
Continuamos por la CV-7440, dejando una hermosa vista del puerto desde lo alto, para llegar al Mirador del Portitxol.
Con esas espectaculares vistas de la bahía y esa isleta, que nos da la impresión de ser una enorme tortuga, hacemos una pequeña parada para unas simpáticas fotos, teniendo como fondo la torre vigía del Cap d’Or, nuestro próximo destino.
Bordeamos el paseo de la playa y, entre callejuelas empinadas e impresionantes chalés en la ladera del monte, accedemos al sendero que nos llevará hasta la torre vigía.
Una estrecha, empinada y sinuosa senda nos conduce al borde de unos acantilados de vértigo.
A punto de llegar a la torre, el mar y las panorámicas son los protagonistas de este recorrido.
Podemos, desde aquí, contemplar el Peñón de Ifach, Serra de Toix, el Mascarat, Serra de Bernia, Cabo de la Nao, etc.
En lo alto se encuentra la Torre Vigía y el vértice geodésico (Cap d’Or, con sus 165 m.s.n.m.)
Esta torre, como muchas otras que hay a lo largo del litoral mediterráneo, se edificó como consecuencia del informe que emitió el arquitecto J. B. Antonelli el año 1563 sobre la conveniencia de construir diversas torres en el litoral valenciano. A partir de este momento se procedió a su construcción para proteger el litoral de posibles incursiones piratas. Los vigías de esta torre estaban en contacto con los de las torres de la Granadella e Ifach, de manera que pasaban rápidamente el aviso a las tierras del interior en caso de peligro corsario proveniente de la mar.
Después de un buen rato disfrutando de todo lo que nos rodeaba, aunque debo decir que el hecho de encontrar la torre y sus alrededores vallados para su reforma me ha decepcionado un poco, decidimos regresar al punto de partida.
En este momento el regreso ha sido volviendo sobre nuestros pasos y llegando hasta la parte del puerto de Moraira, donde nos hemos sentado en una terraza para comer.
Al terminar, hemos vuelto hasta el parking y los coches…
Ahora sí, cada mochuelo a su olivo.
Valoración: 3***
Recomendable: Siempre recomendable. Han sido cerca de 8 kilómetros de recorrido urbano, en su mayor parte, con un desnivel de 303 metros, hechos sin prisa. Lo mejor de todo, dos cosas: las vistas y la compañía.
Pedro, Salva y yo nos hemos dirigido a la población de Alfafara, municipio del norte de la provincia a Alicante, integrado en la comarca del Comtat y lindante con la Vall d’Albaida que pertenece a la provincia de Valencia.
Concretamente, a un par de kilómetros, donde se encuentra la Ermita de la Santísima Verge de la Llum, hemos aparcado el auto y hemos comenzado nuestra caminata, que nos ha llevado a visitar parte de la Serra d’Agullent y algunos de sus puntos de interés.
La Ermita de la Virgen de la Luz y San Antonio Abad se encuentra dentro del término municipal de Alfafara, enclavada en una explanada que se usa habitualmente cómo inicio de varias rutas de senderismo y lugares más emblemáticos de la comarca del Comtat.
Esta ermita también es conocida por la “Creu de la Valleta” ya que se encuentra en el paraje que lleva el mismo nombre. Este se refiere a una cruz de término que separaba los lindes de los campos de Alfafara y Agres, para que los pastores supieran deslindar los pastos. No se sabe la fecha de construcción de la ermita original.
Descendemos por entre campos de cultivo, explosión de verdes y de flores, en dirección a las vías del ferrocarril Alcoi-Xátiva, pasamos por unos de sus túneles y nos dirigimos al Mas de la Casa Bona.
Aquí, en el cruce, tomamos la vía que asciende y zigzaguea para llegar a la pista del Camí del Torrater, en plena Serra d’Agullent.
Por esta pista, ahora con el valle de Albaida (Valencia) frente a nosotros, vamos hacia el oeste en dirección a las antenas y el vértice geodésico ‘Alto’ (674 m.s.n.m.), en el término de Ontinyent.
Una parada en este punto, algo de refresco y fruta, las ya típicas fotos de rigor y volvemos sobre nuestros pasos para ir en busca de otro de los lugares de interés de esta ruta.
De nuevo por el Camí de Torrater, por la pista en zigzag, ahora en descenso, y llegada a la Casa Bona.
Tomamos la vereda de la derecha, la que nos lleva, en paralelo a la vías, a la Caseta d’Emili Badá y a las ruinas del andén del ferrocarril.
Cruzando por debajo el paso del tren, cambiamos de dirección, ahora hacia el este, para llegar al barranco y la Cova de les Finestres.
La Cova de les Finestres está situada en el Barranc del Pont Trencat. Son cuevas artificiales de cariz troglodítico que desde fuera parecen ventanas y que están construidas siempre en el medio de un risco escarpado, normalmente en los valles de ríos y barrancos.
Constan de varias cavidades labradas en la roca, algunas sin terminar. Las más bajas están a unos 4 m. sobre el suelo y se puede acceder a ellas mediante una escalera de madera. Hay un grupo de cámaras interconectadas entre ellas y otras que no son accesibles. Estas cuevas han tenido muchas interpretaciones pero finalmente parece ser que se utilizaban como granero-almacén. Están vinculadas con las Covetes dels Moros de Bocairent y las Covetes del Pou Clar de Ontinyent.
Después de esta interesante visita ya solo nos queda volver al punto de partida.
Una subida importante para llegar a la Casa de la Solana de Carbonell, pasar por la Font de Carbonell (en estos días, seca), las ruinas de la Casa Carbonell y por el Cordel del Royeral encontrarnos de frente con la ermita y el auto.
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente, por supuesto. Han sido 12 kilómetros, con un desnivel de 300 metros, hechos en un tiempo más que aceptable, en un día absolutamente maravilloso y con una compañía estupenda.
Hoy el mal tiempo y las lluvias han dado un pequeño respiro y nosotros, Pauli, Lore, Carol, Fuen, Salva y yo, nos hemos animado a realizar una caminata por una de las sierras de la provincia.
Nos hemos acercado hasta Hondón de los Frailes (El Fondó dels Frares, en valenciano), municipio situado en el interior de la provincia de Alicante, muy próximo a la Región de Murcia, perteneciente a la comarca del Vinalopó Medio.
A poco más de un kilómetro de la población, en una pequeña área recreativa, en las faldas de la sierra, hemos dejado los autos y hemos comenzado nuestra caminata.
En un principio ascendiendo por asfalto, después por pista, hasta llegar al mirador de Jaime el Barbut, una pequeña construcción semicircular realizada en ‘piedra seca’, desde la que se puede observar la ladera suroeste de estos montes; la Sierra de Crevillente.
A pesar de la bruma y las nubes hemos podido contemplar, desde estas panorámicas, el Parque Natural de El Hondo, el de las Lagunas de La Mata-Torrevieja, el embalse de La Pedrera, poblaciones como Albatera, Callosa de Segura, Cox, Redován, Granja de Rocamora, Benferri, etc…
Nuestra intención era la de recorrer algunas de las pistas y caminos de la sierra para acceder al Pico de San Cayetano. Una subida bastante, al menos es lo que nos ha parecido hoy, tocapelotas.
A medida que vamos subiendo, las vistas son cada vez más alucinantes.
Llegamos al Pico de San Cayetano (aquí no hay vértice geodésico, pero sí una visión en 360º de lo maravillosa que es la Naturaleza)
Hacemos un alto para gozar de este hermoso lugar y… continuamos nuestro recorrido.
En un descenso casi tan importante como la subida, y llevando mucho cuidado con la senda, por lo resbaladiza que está debido a las últimas y abundantes lluvias, llegamos primero al Collado de Sant Caietá y después a la pista.
Esta senda es la que nos devolverá al inicio de la ruta y al lugar donde se encuentran los coches.
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Aunque ha sido un recorrido más corto de lo esperado, no ha llegado a 8 kilómetros, con un desnivel cercano a los 400 metros, hecho con calma y prudencia, nos ha parecido una caminata absolutamente bella y recomendable.
Segunda salida senderista de este mes que, desde luego, está haciendo honor al refrán, ‘abril, aguas mil’, y esto nos ha frenado bastante.
En esta ocasión, el punto de inicio de esta caminata ha sido muy próximo a la Cala de Finestrat, en la zona llamada de Les Talaies, dentro del término municipal de la Vila Joiosa. El grupo, compuesto por Carol, Fuen, Pauli, Lore, Salva y yo, ha comenzado desde aquí, a fin de visitar algunos de los elementos de interés de esta parte de la costa alicantina.
En la calle Tramuntana se encuentra la entrada, perfectamente indicada, a esta caminata. Una primera parada en el pequeño mirador que hay después de una escalinata. Vistas estupendas de la Cala de Finestrat, el mar y Benidorm con su Serra Gelada, al fondo.
Seguimos ascendiendo hasta llegar a las ruinas de las antiguas casas de carabineros, ahora convertidas en zona de ‘cruissing’, donde, a pesar de lo temprano del día, nos hemos encontrado con algunos individuos practicando ‘ñaca-ñaca’, para sorpresa, sobre todo, de las chicas, jajajaja
Continúa la subida y llegamos al vértice de esta zona, llamado ‘Castilla’ con tan solo 166 metros sobre el nivel del mar.
A pesar de la pequeña elevación, las vistas de los alrededores son realmente maravillosas.
La mañana nos ha estado regalando una mezcla de situaciones que han ido desde un cielo cubierto y oscuro, pasando por una lluvia ligera, momentos de sol entre nubes y unas panorámicas despejadas y luminosas.
Dejamos el vértice, bajamos hasta las casas de los carabineros y tomamos la senda que, bordeando la costa, nos conduce hasta la Cala del Conill, en la zona del Racó del Conill.
Seguimos la pista para llegar a la playa Torres y Torre de Sant Josep, monumento romano considerado la construcción funeraria más grande y mejor conservada de toda Europa.
Los cuidados alrededores de este monumento y la cercanía de la playa hacen que sea un lugar bellísimo.
Iniciamos, ahora, el regreso a la zona donde están los vehículos, prácticamente por las mismas sendas y caminos de la ida.
En un punto del recorrido nos desviamos, tomando una senda ascendente, para visitar otra de las torres de estos parajes.
Es, en esta ocasión, la Torre Vigía del Aguiló.
Se trata de una torre defensiva construida en el siglo XVI bajo el reinado de Felipe II que se sitúa en el término municipal de Villajoyosa y que formó parte del sistema de vigilancia costera contra la piratería.
Torre prismática de base cuadrada de cuatro metros de lado y ocho de altura. Su base hasta unos tres metros de altura es maciza y se encuentra ataludada, situándose sobre ella la dependencia de los vigilantes, cuadrada, terminada en bóveda circular y con huecos en las cuatro fachadas. En lo alto existió un matacán del que solo quedan dos ménsulas.
Tras esta interesante e instructiva visita, acompañados en todo momento por las alucinantes vistas, comenzamos, ahora sí, el regreso al punto de partida. Una brutal bajada por sendas y pistas nos lleva directamente al lugar en el que se encuentran los coches.
Volvemos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Han sido, entre salidas de pista y descuidos, unos diez kilómetros, con un desnivel que ha rozado los 400 metros, hecho todo en un tiempo más que correcto y con una compañía, siempre he de decirlo, de lujo.
Después de la Semana Santa y algunos días de mal tiempo, el grupo formado, en esta ocasión, por Carol, Pauli, Fuen, Lore, Salva y yo, ha hecho su primera caminata de este mes de abril. Nos hemos acercado hasta la población de Pinoso para realizar una ruta que ha mezclado un sencillo sendero, propiamente dicho, y un recorrido histórico/cultural que nos ofrece esta zona de la provincia de Alicante.
Pinoso (El Pinós en valenciano) es un municipio de la Comunidad Valenciana que está situado en el oeste de la provincia de Alicante, en la comarca del Vinalopó Medio, lindando con la Región de Murcia.
A las afueras de la población, por la carretera que se dirige a Yecla (Región de Murcia) tomamos un desvío que nos lleva hasta una zona llamada El Toscar. Lugar éste donde da comienzo nuestra caminata.
Dejamos los autos en un claro de la carretera y comenzamos nuestra andadura por asfalto y por pista en dirección, primeramente, a la Sierra de Centeneras.
Por el camino ya podemos ir observando los ribazos o lindes de estos campos, la gran mayoría realizados por la técnica de la piedra seca. Estas divisiones tienen una gran importancia para la biodiversidad, ya que entre ellos viven gran cantidad de plantas y animales, esenciales para la polinización y alimento para depredadores, entre otras cosas.
Llegamos a la serranía (Centeneras) y seguimos la pista hasta llegar a los restos de una calzada romana.
Subimos, siguiendo pequeñas sendas, casi imperceptibles, y llegamos hasta el vértice geodésico, con sus 686 m.s.n.m.
Hace algunos años intenté localizar este punto y me costó tanto encontrarlo que me di por vencido y desistí.
Hoy lo hemos encontrado, el pobre, solitario y maltrecho.
Nosotros nos hemos hecho las ya habituales fotos y hemos seguido nuestro camino.
Tomamos una vereda, en dirección oeste, que nos ha llevado directamente a uno de los petroglifos que hay en esta sierra.
Por la misma senda, en suave descenso, nos encontramos con una antigua cantera, que se les atribuye también a los romanos.
Muy cerca comenzamos a encontrar el primer cuco de la ruta.
Con este nombre se conoce en Pinoso a un refugio eventual de pastores trashumantes, ideado para resguardarse de eventuales tormentas en pleno campo, o a los construidos por los propios lugareños, con el mismo fin, para sus labores agrícolas. Estas construcciones rústicas, realizadas con la técnica de “piedra en seco”, se encuentran especialmente en la zona lindante de la Vereda Real de Serranos, aunque también las hay en otros entornos del término municipal. Su cronología puede datarse entre el siglo XVIII y principios del siglo XX
El arte de construir muros en piedra seca forma parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
Seguimos el camino diseñado en el gps para visitar la gran mayoría de estas originales construcciones.
Muchos de ellos, por no decir todos, tienen su estilo y su nombre propio… El Cuco de la Tía Gila, el de Marco, el de Isabelita, el del Tío Blanes, el de Marrulles, el del Tío Cabriol, etc…
El recorrido nos ha llevado hasta el último de ellos y muy cerca del parking de los coches.
Antes del regreso a casa, nos hemos acercado al municipio y, en uno de sus restaurantes, nos hemos metido entre pecho y espalda un gazpacho manchego, al estilo de Pinoso, quenos ha dejado ‘doblaos’, jajajaja
Después, cada mochuelo a su olivo!!!
Valoración: 4****
Recomendable: Uhmmmm, por supuesto!!! Han sido unos diez kilómetros, con un mínimo de desnivel, un vértice geodésico, una calzada romana, unos petroglifos, una cantera, unos campos llenos de ribazos, una compañía de lujo y unos cuantos cucos que nos han quitado el sentido… Qué más se puede pedir?
Para despedir este mes, Javier, Lorena, Salva, Carmen, Pauli, Pilar, Carol y yo, nos hemos acercado hasta el Paraje de Sant Cristófol (zona recreativa y ermita), a las afueras de la población de Cocentaina, para ‘celebrar’ el final de marzo y disfrutar juntos un día de ‘pre-mona’.
Carmen y Pilar se han quedado en la zona recreativa al cuidado de los coches y de las viandas y bebidas que hemos llevado, mientras el resto hemos realizado una pequeña caminata al Castillo de Cocentaina.
Un ascenso corto y acusado, por camino asfaltado, que nos ha llevado hasta la falda de la peña en la que se erige este castillo.
Situado en el cerro de San Cristóbal, es un edificio de estilo gótico valenciano militar. Construido a finales del siglo XIII y principios del XIV, sobre los restos de otras construcciones defensivas anteriores de origen musulmán. En la revuelta mudéjar de 1303 fue saqueado e incendiado.
Se trata de una gran torre cuadrada de 13,5 metros de lado por 12 metros de altura sentada sobre un talud de sillería que varía entre 2 y 4 metros de altura. Todas las partes y estancias importantes están construidos de sillería, el resto de mampostería. Tiene dos plantas, la primera consta de patio de luces con un aljibe y dos aspilleras, una habitación cuadrada y otra rectangular. En el primer piso se repiten las estancias pero con ventanas geminadas al exterior. La parte alta es todo una terraza.
Recientemente ha sido completamente restaurado y en su interior se ha ubicado una muestra de restos arqueológicos encontrados en esta zona.
Hemos iniciado el regreso a la zona de la Ermita de Sant Cristófol, donde nos esperaban las otras dos compañeras. El camino ahora ha sido totalmente en descenso y por la misma carretera del inicio.
Cargamos con las neveras, las bolsas y todos los bártulos que hemos traído para realizar una comilona de ‘campeonato’. Bebida y comida a ‘tutti plen’. Entre risas y cachondeo ha ido pasando la tarde, que ha finalizado con unos buenos ‘cubatas’.
Después de esto, ha comenzado la retirada y el regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. La caminata en sí, ha sido de unos 4,85 kilómetros, con un desnivel de unos 260 metros, hecho en un tiempo aceptable. La segunda parte, la comida, ha sido estupenda, abundante y acompañada de mucha bebida y muchas risas.
Entre nubes y claros, este último lunes del mes, nos hemos dirigido hasta uno de los valles más hermosos de la provincia, La Vall de Gallinera, uno de los lugares donde se cultiva la cereza de la montaña de Alicante, producto con Indicación Geográfica Protegida.
Jesús, Pedro y yo hemos dejado el coche en el parking que hay en la población de Benialí, desde donde hemos iniciado nuestra travesía por el valle, en busca de los campos de cerezos en floración y ascender por la Sierra de la Foradada para visitar el arco y la zona de los corrales.
Seguramente si hubiéramos visitado estos parajes dos semanas antes habríamos encontrado los campos en plena floración; ahora ya la gran mayoría están verdeando e incluso algunos ya tienen desarrollando sus frutos.
Pasamos por Benissivá y Benitaia, llegamos a la entrada a las ruinas del Convento de Sant Andreu y seguimos en acusado ascenso hasta llegar a la Cova de Moragues y su manantial.
Desde aquí, por una empedrada senda zigzagueante, nos dirigimos a la parte alta de la sierra y a su gran peña con su arco.
Una vez allá arriba, hacemos una parada para comer algo, refrescarnos y disfrutar de las alucinantes vistas, tanto de la Vall de Gallinera, por el norte, como de la cara sur, la Vall d’Alcalá.
Iniciamos el regreso y, en esta ocasión, tomamos la senda que recorre la cresta de la montaña, en dirección este, llegando al Corral del Moro, una construcción de piedra a la entrada de una cueva que ha servido, desde hace mucho tiempo, para el abrigo y la recogida del ganado.
Seguimos hacia el este para llegar, muy cerca de una serie de corrales en ruinas, al llamado Passet.
Comienza aquí el descenso por la cara norte de la montaña.
Una bajada importante que nos llevará, por sendas, caminos y pistas, hasta el Convento de Sant Andreu.
Seguimos después la pista para llegar a los pueblos de Benitaia, Benissivá y Benialí.
Llegada al coche y regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Totalmente. Han sido 10 kilómetros, con un desnivel de 640 metros, hechos en un tiempo muy aceptable, con una vistas espectaculares y con una compañía inmejorable.
Este último viernes de marzo, que ha amanecido algo brumoso, el grupo formado por Pauli, Silvana, Loredana, Carol, Salva y yo (en esta ocasión Fuen no ha venido y la banda se ha incrementado con dos nuevas senderistas), nos hemos puesto en marcha para iniciar una caminata por esos campos y sierras alicantinas.
Hemos llegado hasta la zona recreativa de El Estepar, próxima a la ciudad de Alcoy, donde hemos aparcado los vehículos y hemos comenzado nuestra caminata por parte de la Vía Verde, antes de los túneles, en dirección a las casas de La Sarga, dentro del término municipal de Jijona.
Pasamos por la casa de la Sarga de Baix y por la Sarga, propiamente dicha.
Esta pedanía de Jijona está situada entre esta localidad y Alcoy, a los pies de la Carrasqueta, en el valle de La Canal. Con no más de 20 casas, en la actualidad tan sólo habitan dos vecinos durante todo el año. En el siglo XVIII, La Sarga llegó a constituirse en municipio independiente. Sin embargo, debido al descenso de su población, volvió a ser reabsorbido en el siglo XIX por Jijona.
Seguimos por asfalto, pasamos ahora al término municipal de Alcoy, llegamos al Mas de la Cova (aquí unas cuantas fotos) y nos hemos encontrado de frente con las paredes y los abrigos que guardan uno de los yacimientos de arte rupestre postpaleolítico más ricos e interesantes del Arco Mediterráneo.
La tutela y gestión del yacimiento están a cargo del Museu Arqueològic Municipal Camilo Visedo Moltó de Alcoy.
En sus abrigos están representados tres de los horizontes artísticos prehistóricos de la fachada oriental de la Península Ibérica: Macroesquemático, Levantino y Esquemático.
En 1998 La Sarga fue incluida en la lista de Patrimonio Mundial por la UNESCO dentro del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica. Además, los abrigos y su entorno de protección están declarados Bien de Interés Cultural.
Abandonamos la pista para seguir por senda zigzagueante hasta llegar al Mas dels Ginerets.
Después, por la Canal Baixa y el borde este de la Urbanización l’Estepar, comenzamos la subida al Puig de les Florencies.
Aquí se encuentra otro de los importantes yacimientos arqueológicos de esta zona alicantina.
El Puig de Alcoy es un buen ejemplo de poblado fortificado en altura de época ibérica, entre los siglos VII y IV a.C. Al amparo de una abrupta topografía se construyó un pueblo que ocupaba la práctica totalidad de la colina y que estuvo protegido por un excepcional torreón.
El poblado tenía una extensión próxima a 1,5 ha donde vivirían unas trescientas personas. Tuvo un aspecto compacto y un trazado urbanístico regular con grupos de casas cruzados por calles rectilíneas. Los rellanos naturales estaban ocupados por bloques de viviendas formando pequeños barrios y entre ellos se encontrarían espacios abiertos, donde se desarrollaban trabajos cotidianos, como el procesamiento de los frutos del campo, o el trabajo de la lana.
El yacimiento arqueológico de El Puig, conocido desde la década de 1910, ha sido objeto de excavaciones a lo largo de más de cien años. Junto con La Serreta, es un referente que ha contribuido valiosamente al conocimiento de la cultura ibérica en las tierras valencianas.
Allá en lo alto, y ante tal maravilla, hemos hecho una parada para almorzar, refrescarnos y disfrutar de las hermosas vistas.
La ruta está finalizando e iniciamos el descenso y el regreso a los coches.
Algo más de dos kilómetros después, estamos frente a los autos y comenzamos el camino a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda alguna. Han sido un poco más de 11 kilómetros, con un desnivel muy llevadero y hecho en un tiempo más que aceptable. El día estupendo, las vistas excepcionales, los puntos de interés únicos y la compañía maravillosa.
Hoy hemos tenido un magnífico día de marzo y, Jesús, Pedro, Salva y yo, nos hemos dirigido, por la CV-70, la carretera que une Alcoy con el Embalse de Guadalest, al puerto de montaña de Confrides.
En este punto, en un claro de la calzada, hemos aparcado el auto y hemos iniciado nuestro recorrido, que nos ha llevado en ascenso por la ladera sur de la Sierra de Serrella.
El trayecto, por pista forestal, se ha hecho bastante cómodo, siendo una progresiva subida con la majestuosidad de algunas de las grandes montañas alicantinas a nuestro alrededor.
La imponente panorámica de sierras como L’Aixortá, Bernia, Plans, Cabeçó y, sobre todo, la enorme Aitana, ha sido un placer para nuestros ojos que ha facilitado nuestro ascenso casi sin sentir el desnivel.
A medida que llegábamos a la cumbre, que era nuestra meta en esta ruta, la montaña nos regalaba con los restos de la última nevada, que hubo la semana anterior.
Ya nos queda muy poco para llegar a la caseta de vigilancia y a uno de los dos vértices geodésicos de esta sierra.
Llegamos arriba. En la caseta encontramos al chaval que efectúa la vigilancia. Un buen rato de ‘charreta’ con el muchacho, aprovechamos esta parada para comer y beber y disfrutar de las vistas de la cara norte de esta serranía; además, también, del vértice, llamado ‘Serrella’ con 1359 m.s.n.m.
Ante nosotros, las sierras de esta cara norte… la de la Almudaina, del Benicadell, de Mariola, de Alfaro, etc…
También poblaciones como Alcoy, Cocentaina, Muro… y las más próximas del Valle de Seta, Benilloba, Millena, Gorga, Balones, Cuatretondeta, Benimassot, etc…
Comenzamos el regreso. Algo sencillo, ya que hay que realizarlo por la misma pista que nos ha acercado hasta la cumbre. Es un cómodo descenso que, casi sin darnos cuenta, entre charlas y risas nos ha llevado al lugar donde teníamos el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Absolutamente recomendable. Han sido 10 kilómetros, con un desnivel de 460 metros y hecho en un tiempo más que aceptable. Vuelvo a decir, las vistas alucinantes y la compañía… de luxe.
Viendo las previsiones de los próximos días, que se anuncian fuertes precipitaciones y bajada considerable de las temperaturas, parece mentira la mañana tan espectacular que nos ha hecho.
Carol, Fuen, Pauli, Salva y yo nos hemos acercado a la zona recreativa de la Font de Mariola, en pleno Parque Natural de la Sierra del mismo nombre, donde hemos dejado los coches para comenzar una caminata que nos ha acercado a algunos de los lugares de interés de estos montes.
Comenzamos, por pista y senda, ascendiendo para llegar al Cabeçó de Mariola donde se encuentra, en una magnífica atalaya, el poblado fortificado ibérico (bueno, los restos). Lugar en el que se han encontrado numerosos hallazgos arqueológicos.
Aunque nos ha costado un poco, y después de recorrer ampliamente este altozano, hemos encontrado el camino que desciende hasta la Cova Bolumini.
Esta cueva es un enorme abrigo que se sitúa en la cara oeste de este alto.
Parece ser que los antiguos habitantes de estas tierras la usaron para efectuar enterramientos, por lo que se le dio un carácter mágico y espiritual a esta gran cavidad.
Dejamos este enclave, ascendemos de nuevo hasta las ruinas ibéricas, y con estas maravillosas vistas de los valles de los alrededores, continuamos nuestra ruta en dirección al vértice geodésico de El Portín (1087 m.s.n.m.)
Aquí, cómo no, las ya habituales fotos en este pilón de señalización geográfica.
Seguimos la senda, primero en pronunciado descenso, después en suave ascenso, para llegar a otro de los lugares de interés de nuestra caminata; la Cava de Don Miguel.
La cava de Don Miguel se encuentra en una de las crestas septentrionales del Parque Natural, a 1.050 metros de altura. Su aspecto externo se caracteriza por los contrafuertes que fue necesario construir para elevar la altitud del depósito. El interior de la planta es circular, revestido de mampostería de gran tamaño y con mortero. En las zonas inferiores se observa la roca tallada con señales de las perforaciones de barrenado. Tiene un diámetro de 14’50 metros y una altura de 10’20 metros. La cava posee tres bocas de acceso situadas a diferentes niveles.
Hacemos aquí una gran parada para tomarnos el refrigerio que nos habíamos traído.
Comenzamos, al poco, el descenso y el regreso al punto de partida.
Una acusada bajada, por una estrecha y perjudicada senda, toda llena de árboles caídos por los últimos temporales, nos hace llegar a hermosos campos de cultivo y a la pista que nos conduce a la Font del Mas dels Arbres.
Una breve parada en la fuentes para disfrutar de sus frescas aguas y… tomamos la pista que nos lleva directamente a los autos.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Aunque, en un principio, la ruta estaba pensaba con más kilómetros y más lugares interesantes, se ha acortado por circunstancias que no tienen una explicación demasiado lógica. Por mi parte podía haber puesto un poco más de energía y haber hecho la caminata completa. Lo siento, chicos. De todas formas, han sido unos ocho kilómetros (pensaba que serían algunos más), con un desnivel de unos 320 metros y un recorrido lleno de vistas y puntos muy interesantes. La compañía, de lujo, como siempre. Todo eso la hace extremadamente recomendable.
En la tarde de este lunes de marzo, Julia y yo, hemos realizado una sencilla y corta caminata a las afueras de la ciudad.
Hemos tomado como punto de partida la Avenida del Alcalde Lorenzo Carbonell, a la altura de la rotonda que comunica con el polígono de Babel, la vía Parque y el C.C. Puerta de Alicante, desde donde hemos comenzado nuestra ruta por la sierra, llamada del Porquet.
Caminando por la vía parque, en dirección al barrio de San Gabriel, una vez pasado, por debajo, la autovía y, por encima, el Barranco de las Ovejas… Tomamos una de las tantas sendas que atraviesan la Sierra del Porquet para efectuar un recorrido, más o menos largo, por estos cerros.
Alejándonos de los edificios, encontramos varios campos de naranjos con la Sierra Fontcalent en el horizonte.
Recorrido circular que nos ha vuelto a llevar hasta los bloques de viviendas del barrio de San Gabriel.
Accedemos a la vía parque y volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar al coche.
Regreso a casa.
Valoración: 1*
Recomendable: Aunque ha sido una ruta sin ningún interés, salir al monte, caminar por el campo y echarse unas charlas y unas risas con mi hija… es totalmente recomendable. Han sido unos 8 kilómetros, casi sin desnivel apreciable, en una tarde especialmente luminosa y primaveral.
Para este jueves de auténtico ‘invierano’, Pedro, Jesús, Salva (que se ha unido en el último momento) y yo, nos hemos acercado hasta la población de Biar, la tierra de ‘La Mahoma’, para, desde el aparcamiento que hay en los alrededores del Santuario de Ntra. Sra. de Gracia , comenzar una ruta que nos ha llevado a recorrer gran parte de la Sierra de Biar.
Dejamos el coche en el parking e iniciamos nuestra caminata, en acusado ascenso por la PR-CV 55, en dirección hacia Els Cabecets de la Plata.
Comienza a suavizarse la subida hasta llegar al depósito contra incendios y el cruce con la pista asfaltada que lleva a las antenas del Reconco.
Nosotros seguimos por la PR-CV 55 camino a la Font de Soriano y el Mas de Fontarbres, pasando antes por otras masías del lugar , el Mas de Bove, Mas de Soler y el de Camarasa.
En un punto determinado del camino, dejamos la PR para tomar la senda que nos lleva a la Font del Xorro.
Aquí hacemos una parada para el descanso y comer y beber algo.
La mañana, aunque corre una refrescante brisa, es casi casi veraniega.
Seguimos la senda hacia el oeste por el llamado Barranco de Fontarbres. A la altura del Cabecet de la Noguera nos desviamos, a la izquierda, por la pista que nos acerca a la zona dels Campanarets.
La pista nos conduce a El Cap del Aigua y el gran cortafuegos de esta Sierra.
En nuestro recorrido pasamos por las ruinas de antiguas edificaciones, seguramente muy relacionadas con el agua, su reconducción y aprovechamiento.
También estamos muy próximos a otras de las masías conocidas en esta sierra, la Casa de Campaneta y la de Segura.
En uno de los últimos tramos de esta caminata enlazamos con la PR-CV 55, ahora ya carretera asfaltada que nos dirige a la población de Biar.
Hay un desvío que lleva por la derecha al pueblo y por la izquierda al templo de Nuestra Señora de Gracia.
Unos minutos por los alrededores del santuario y, pocos metros después, llegamos al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto, claramente sí. Han sido 12 kilómetros, con un desnivel de unos 370 metros y hecho todo en un tiempo excelente. La mañana luminosa y espectacular, las hermosas vistas de la sierra y, sobre todo, la compañía especial de los caminantes ha hecho esta ruta ideal.
Hasta la población de Dénia nos hemos dirigido Julia, Carmen y yo para pasar una mañana de relax en esta ciudad, capital de la comarca de la Marina Alta.
El día ha estado dedicado, sobre todo, al buen beber y al mejor comer.
Aperitivos surtidos, entre los que se encontraban unas sabrosas gambas rojas de Dénia, regados con frescas cervezas.
Después nos hemos dirigido a otro restaurante, en pleno paseo marítimo, para degustar unos entrantes ibéricos, unos mejillones y un arroz a banda que quitaba el hipo.
Después, y para bajar la comilona, nos hemos dado una vuelta por el puerto.
Un buen café en otro lugar de la Plaza de Mariana Pineda y… nos hemos dirigido al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Como sendero o caminata, no… pero como día familiar disfrutando del aire del mar y las buenas viandas del lugar, totalmente recomendable. Ha sido fabuloso!!!
Hoy, como en las últimas jornadas, el día ha comenzado gris y amenazante. A pesar de esto, Julia y yo, nos hemos animado a hacer una sencilla caminata que nos ha llevado, desde las afueras de Alicante, a las Lagunas de Rabasa, al oeste de la ciudad y en la zona central de su término municipal.
Hemos dejado el coche muy cerca de la plaza Juan Pablo II y, desde aquí, hemos iniciado nuestras ruta, por caminos y pistas, para dirigirnos al Pla de lo Boix, lugar donde se encuentran las Lagunas de Rabasa.
Pasamos por la Lloma Alta dels Galls y la Finca de Les Voltes hasta llegar a estos lagos.
Esta es una zona de la ciudad en la que, por su tierra yerma, árida y baldía, es muy difícil imaginar que pudieran encontrarse estos estanques artificiales.
Hay varias teorías sobre el origen de estas lagunas pero una de las que parecen más lógicas es esta:
Algunas vueltas y muchas fotos alrededor de estas albuferas y… comenzamos el regreso.
Un retorno casi por el mismo camino de la ida, salvo alguna pequeña variante, y llegamos de nuevo a la zona de viviendas y al coche.
Regreso a casa.
Valoración: 1*
Recomendable: Siempre. Han sido algo más de 7 kilómetros y sin apenas desnivel. Todo ello hecho con calma, entre charlas y risas. No conocíamos este paraje que nos ha sorprendido, ya no por lo seco y estéril sino por la abundancia de agua que se nos muestra en estos olvidados pantanos, que son el hábitat de muchas especies de flora y fauna y que son merecedores de protección y puesta en valor.
También hoy ha sido un día desapacible, nublado y ventoso. La ruta que, Julia y yo, hemos realizado ha sido una sencilla caminata que nos ha llevado desde la Playa de Muchavista hasta El Campello, ida y vuelta.
Hemos dejado el coche a la altura de la Cantina-Bar Popeye, en una de las paradas que hace el Tram en la Playa de Muchavista.
Desde aquí, y sin ninguna complicación, hemos caminado por todo el paseo marítimo en dirección a la población de El Campello, pasando antes por el puente que cruza el cauce del Río Seco.
Una vez que hemos dado un corto recorrido por el paseo marítimo de la población, nos hemos puesto en marcha para el regreso.
Antes, hemos hecho una parada en un restaurante oriental y hemos comido (la primera vez desde que comenzó la pandemia).
Hemos vuelto sobre nuestros pasos y, dando un agradable garbeo, hemos llegado hasta el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 1*
Recomendable: Aunque no haya sido una caminata excepcional, siempre resulta recomendable. Han sido algo más de 8 kilómetros, sin apenas desnivel, hechos (sin contar la parada para la comida) en un tiempo más que aceptable.
Entre las poblaciones de Ibi y Onil, aunque en el término municipal de la segunda, se encuentra el inicio de la ruta que hemos realizado en el día de hoy, Pedro, Jesús y yo. Hemos dejado el coche frente al Mas de l’Arcada donde da comienzo el barranco que lleva el mismo nombre.
En este punto damos comienzo a nuestro recorrido, en el extremo este de la Sierra de Onil.
La caminata de este jueves, día bastante nuboso, como ha sido durante toda la semana, nos va a llevar por algunos de los barrancos de la zona.
Desde el Barranco de l’Arcada, entre Cabeçó de Favanella y Penya del Flare, pasamos al de Monvarí y el Mas que lleva su nombre.
Aquí, en esta masía, hacemos una breve parada para disfrutar de su entorno, su alberca y su fuente.
Continuamos en suave ascenso, recorriendo la pista que hay entre la ladera norte de la Sierra de Biscoi y la sur de El Serral.
En el final de esta pista llegamos a un cruce, coincidiendo también con el fin del ascenso.
Aquí, hacemos un pequeño receso para comer y beber algo, y tomamos, después, el camino de la izquierda, que coincide con un tramo de la GR7.
Llegamos hasta el Mas del Palomaret, una gran y hermosa casa de campo al borde de la pista.
Poco después, el camino se bifurca y elegimos la senda de la derecha, dejando la GR7, el llamado Camí del Xocolater.
Una senda con un destrozo de árboles apabullante; esta parte de la sierra necesitaría un buen saneamiento y limpieza.
Alcanzamos el llamado Collado del Xocolater y, por pista y en dirección sur, entramos en otro de los barrancos de la ruta, el Barranco de Taguenga.
En este punto nos encontramos ya en pleno regreso al punto de partida.
Todo es pista y, en un momento determinado, nos reincorporamos nuevamente con la GR7.
Pasamos por los alrededores de otra de las masías de la caminata, el Mas de la Capona.
Entramos ahora al barranco del inicio, El Barranc de l’Arcada y, un kilómetros después, llegamos al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Han sido cerca de 11 kilómetros, con un desnivel de 250 metros, hechos en muy buen tiempo y sin ninguna dificultad. Resaltar, además de lo bonito de la ruta, la buena compañía.
En este primer martes de marzo, día nublado, amenazante y de niebla persistente, nosotros, Carol, Fuen, Pauli, Salva y yo, nos hemos dirigido a la población de Ibi para, partiendo desde las afueras de la misma, recorrer parte de la cara sur del Paratje Natural del Carrascal de la Font Roja.
Concretamente las zonas de la Solana de Camps y la Serra dels Barrancs.
Hemos comenzado nuestra ruta con unas condiciones atmosféricas que nos han hecho dudar si merecía la pena o no el continuar.
Pero… No queremos aventura? Pues… hemos seguido caminando!!!
Hemos llegado, después de una importante subida, rodeados de una impenetrable boira, al Mas del Canyo; el punto más elevado de esta caminata (1164 m.s.n.m.)
Una pequeña parada en esta masía y, sin poder disfrutar de las maravillosas que se pueden ver desde aquí, hemos retomado nuestro recorrido.
Ahora toca descender suavemente, por pista, hasta llegar a otra de las construcciones del lugar, el Mas de Foiaderes; una gran casa semi abandonada, con unos campos de cultivo muy cuidados.
Seguimos la pista y llegamos a otro de los puntos de interés, el Mas de Foiaderetes. Otra masía medio derruida, también con campos de cultivos bien atendidos.
Ahora el descenso, por pista, se hace un poco más acusado, en algunos puntos cementada, en otros de tierra, pasamos por un par de casas por el camino y llegamos hasta el inicio del Barranco de los Molinos.
Aquí, la cercanía de agua, hace que la vegetación sea mucho más abundante.
Pasamos por el Área recreativa del barranco, un lugar dotado de bancos y mesas para disfrutar en familia de este rincón.
Seguimos rambla abajo. Ahora ya podemos disfrutar de las aguas que, por diferentes acequias, zanjas y canales, se distribuyen entre los campos de cultivo del paraje.
En el recorrido encontramos algunos de los distintos molinos que han ocupado esta depresión; es por ellos que recibe ese nombre.
Llegamos hasta la carretera, que pone fin al Barranc dels Molins.
Unos cuatrocientos metros caminando por asfalto para llegar a los coches.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente recomendable. Han sido 11 kilómetros, con un desnivel de 425 metros, hechos en muy buen tiempo. Lo peor, el día tan desagradable y la falta de vistas por la niebla. Lo mejor, la compañía y que la caminata, a pesar de todo, es una pasada de bonita.
Para este último martes de febrero, Julia y yo, hemos hecho un sencillo recorrido que nos ha llevado hasta la entrada a la ciudad de Alicante, en plena Vía Parque, donde hemos dejado el coche para realizar una caminata por los alrededores.
Hemos usado el carril bici y, en un punto determinado, hemos tomado el desvío que nos ha acercado hasta las instalaciones de CLH, Compañía Logística de Hidrocarburos.
Por detrás de estas naves y depósitos, hemos seguido la senda que, en paralelo a la Sierra de Colmenares, nos ha llevado a la zona del Club de Golf de El Plantío.
No hay mucho más que destacar, la verdad.
La tarde comenzaba a terminar y hemos vuelto a conectar con la Vía Parque hasta llegar al lugar donde se encontraba nuestro vehículo.
A la llegada al auto el sol ya se había ocultado y apenas quedaban escasos minutos de luz.
Regreso a casa.
Valoración: 1*
Recomendable: Totalmente. La caminata ha tenido muy poca dificultad, por no decir ninguna. Han sido 8,32 kilómetros, sin apenas desnivel y realizada en un tiempo más que aceptable. Lo más importante, el compartir ejercicio y recorrido con Julia.
La ruta de este magnífico y particular miércoles la hemos realizado Carol y Pauli, Salva y yo… Dadas las normas y restricciones que marca la Comunidad Valenciana desde hace algunas semanas (no más de dos personas juntas), e intentando respetarlas y cumplirlas al máximo, nos hemos dirigido hasta el inicio de la caminata en dos coches y en todo momento hemos hecho el recorrido con una distancia más que prudencial entre cada pareja.
Hemos llegado hasta Alcoy y, desde aquí, nos hemos dirigido a la CV 796, la carretera que nos lleva hasta el Preventori y a la entrada al Barranc del Sinc.
En este punto hemos aparcado los autos y hemos comenzado nuestra caminata; un acusado ascenso que nos acerca a la Ermita de Sant Cristófol.
Una vez llegados a la zona recreativa, y teniendo en cuenta que a mi me ha dado en la subida una pájara/bajada de tensión, hemos modificado los planes y en lugar de visitar la ermita primero nos hemos ascendido a la zona rocosa, al borde del barranco, donde se conforman una serie de miradores desde los que se pueden observar los buitres.
Hemos estado un buen rato entre las rocas esperando la llegada de estas aves carroñeras, aprovechamos también el momento para hacer un suculento piscolabis.
A su paso por entre las paredes del barranco, las ya indispensables fotos de rigor.
Comenzamos ahora el regreso, por la misma senda que hemos utilizado para la ida, pasando por la Ermita de Sant Cristófol.
Aquí también momentos para el disfrute de las hermosas vistas que ofrece este mirador y de esta pequeña capilla, decorada de manera bastante psicodélica.
Aún podemos disfrutar del vuelo de los buitres, mientras descendemos el último tramo de esta caminata.
Lo que ha sido una importante subida es ahora una bajada considerable.
Llegamos por fin a la entrada del barranco y a los vehículos.
Volvemos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto, aunque no ha sido, finalmente, la ruta que estaba planeada (tendrían que haber sido unos 7,5 kms), nos hemos acercado a los 6 kilómetros, con un desnivel de más de 450 mts, con unas vistas espectaculares, con una compañía de lujo y con la enorme sorpresa del vuelo de los buitres.
Para este lunes de febrero, húmedo y ceniciento, Salva y yo hemos realizado una caminata en la que el agua ha sido la principal protagonista.
Nos hemos acercado, por la carretera CV 837, al Restaurante Molino de la Reja, donde hemos dejado el vehículo y hemos comenzado nuestra andadura.
Dejamos el restaurante a nuestras espaldas, nos topamos con la Font de la Reixa y ascendemos por la Rambla de Puça, con bastante caudal y bajo una sutil pero penetrante lluvia, en dirección al paraje de Pantanet.
Cuánta diferencia hay en el mismo camino cuando se hace bajo una sol de justicia o, como en esta ocasión, rodeados de nubes, de lluvia y pisando barro en todo momento.
No deja, por ello, de rodearnos una extraordinaria belleza.
Llegamos al Pantanet. Se trata de una antigua presa construida a finales del siglo XVII. Es poco visible dado que a los pocos años quedó colmatada y actualmente se utiliza como tierra de cultivo.
Llegamos a la parte alta de la presa y comenzamos el regreso al coche.
El chirimiri nos ha dejado bastante empapados y, en este momento, decidimos modificar el recorrido de la caminata con el fin de evitar el andar por sendas embarradas y acabar rebozados como croquetas.
Tomamos, para el regreso, la carretera y, en punto concreto, el desvío por senda hasta el Mas del Poeta, un restaurante y alojamiento rural de bastante renombre en la zona.
Algo más de carretera y llegamos al auto.
Aún nos queda un último y corto recorrido, desde el parking, nos encaminamos, rambla abajo, hasta el Chorro de la Mina y dos de las cascadas de Puça.
A esta altura, el camino se hace frondoso y estas caídas de agua le dan al paisaje un toque extremadamente bello.
Desde aquí, solo nos queda regresar de nuevo al coche y volver a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Aunque hemos acabado remojados como garbanzos, han sido casi 8 kilómetros, con un desnivel mínimo de 210 metros y todo ello hecho en muy buen tiempo.
Una mañana estupenda, ideal para realizar una caminata por esas sierras del Señor. Hoy, Salva y yo, nos hemos acercado al límite de las provincias de Valencia y Alicante, concretamente a la zona del puerto de Albaida, para iniciar una ruta desde las Casas del Guarda Forestal, en plena Sierra d’Agullent, que nos ha llevado a visitar algunos puntos de interés de la misma.
Una vez aparcado el coche, dejamos atrás la zona recreativa de las Casas del Guarda Forestal para comenzar el ascenso por la pista del Camí de la Umbría y la senda del Camí de la Cova Alta.
Una subida, todo hay que decirlo, bastante ‘tocahuevos’.
Finalmente llegamos a la Cova Alta, un gran abrigo situado en la parte superior de esta sierra, desde donde se pueden admirar las espléndidas panorámicas de las montañas vecinas, Serra del Benicadell, Serra Grossa, Serra de la Solana, Serra de Requena, Serra de Buixcarró, etc… todas ellas en la parte de la provincia de Valencia, así como el imponente Valle de Albaida.
Aquí arriba hemos hecho una pausa para el descanso y tomar un pequeño refrigerio.
Después hemos seguido con nuestro camino, esta vez por una senda que circula en paralelo a las grandes paredes rocosas de la cumbre, hasta llegar a la parte superior por un pequeño y complicado acceso, donde hemos retomado la senda que conduce a la Cruz.
Nos encontramos en este momento en esta fantástica atalaya. La Cruz y el Vértice Geodésico son dos elementos clave en esta zona. El tercer elemento son las hermosas vistas que ofrece la vertiente valenciana y las fascinantes que nos regala la vertiente alicantina.
Después de las fotos de rigor nos ponemos en ruta, ahora comienza el regreso.
En dirección oeste, por una senda estrecha y accidentada llegamos a la pista que nos acerca al Collado de Santa Ana.
En este cruce de caminos, desde donde podemos observar, en las faldas de la Sierra de Mariola, poblaciones como Agres, Alfafara, Bocairent, etc… tomamos la Senda dels Enginyers, que nos llevará en descenso hasta el Camí de la Umbría.
Ya solo nos queda seguir este camino y encontrarnos con el área de recreo, las Casas del Guarda Forestal y el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Han sido algo más de ocho kilómetros, con un desnivel cercano a los 500 metros y hechos en muy buen tiempo.
Para este martes de febrero, día nublado, frío y desapacible, la salida a la sierra ha sido una caminata muy sencilla en las cercanías de la población de Cocentaina, localidad del norte de Alicante, capital de la comarca del Comtat.
Una vez he llegado a la localidad, me he dirigido al ‘Paratge de Sant Cristófol’, una hermosa y amplia zona recreativa con la ermita que lleva el nombre de este santo.
He dejado el coche en el parking y, en este mismo punto, he comenzado el ascenso, por camino cementado, hasta llegar al Castillo de Cocentaina.
El recorrido está rodeado de fincas de cultivo y de recreo, entre almendros, ahora en flor, pinos y olivos.
El Castillo de Cocentaina:
Situado en el cerro de San Cristóbal y presidiendo la localidad de la que lleva el nombre y los valles de Travadell y de Seta, es un edificio de estilo gótico valenciano militar. Construido a finales del siglo XIII y principios del XIV, sobre los restos de otras construcciones defensivas anteriores de origen musulmán. En la revuelta mudéjar de 1303 fue saqueado e incendiado. Se trata de una gran torre cuadrada de 13,5 metros de lado por 12 metros de altura sentada sobre un talud de sillería. Tiene dos plantas, la primera consta de patio de luces con un aljibe y dos aspilleras, una habitación cuadrada y otra rectangular. En el primer piso se repiten las estancias pero con ventanas geminadas al exterior. La parte alta es todo una terraza. Recientemente ha sido completamente restaurado y en su interior se ha ubicado una muestra de restos arqueológicos encontrados en esta zona.
Comienzo ahora el descenso del cerro por senda empedrada hasta llegar, de nuevo, al camino cementado que me llevará a la zona recreativa de la Ermita de Sant Cristófol.
Hay una senda de tierra que da entrada, entre pinos, a la parte alta del área de descanso de la ermita. Se desciende por entre suaves pendientes y grandes escalones accediendo a diversos espacios, la zona de barbacoas, los miradores, la de mesas y bancos de piedra, la de juegos infantiles, la de acampada, etc…
Al final se llega hasta los edificios de la cafetería y la Ermita de Sant Cristófol.
También se accede al parking y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Por supuesto. El recorrido en sí ha sido, como diría mi abuela, una cagarruta. Tan solo unos cinco kilómetros, con un desnivel de 260 metros y hechos con toda la calma del universo. Ahora bien, el encuentro con el espacio recreativo de la ermita, el importante castillo y las vistas panorámicas de las sierras de los alrededores son brutales. Esto hace que sea absolutamente recomendable.
Hoy ha sido un jueves bastante nuboso, apenas sin viento y con una temperatura muy agradable. Nosotros, Salva y yo, hemos realizado una caminata que hemos iniciado desde el Mas de Sant Ignasi, en el kilómetro 29’50 de la carretera CV-800, la que une las poblaciones de Alcoy y Jijona, en pleno Port de la Carrasqueta.
Dejamos el coche y comenzamos a discurrir por el Camí de Vivens, pasando por las cercanías del Maset de Brossa. Tomamos la senda a la derecha que conduce, en ascenso, al Refugio de l’Albarzeret.
Seguimos después la senda ascendente que nos acerca hasta el vértice de esta sierra, Carrasqueta, con sus 1205 metros sobre el nivel del mar.
Breve parada para contemplar las increíbles vistas de las sierras de los alrededores y hacernos las fotos de rigor.
Retrocedemos y volvemos al refugio. Aquí hacemos una señora parada para tomar un almuerzo, esta vez en condiciones, tortilla de patatas, empanadillas y cervezas… Todo muy rico y saludable, jajaja
Es una forma de suplir el cierre de la hostelería, por las restricciones que se han impuesto con la pandemia.
Retomamos la marcha. Ahora caminamos por la senda que discurre por la cara norte de la Sierra del Cuartel hasta, por estrecha senda, enlazar con la pista donde, en la zona del Puntal de los Quemados, volvemos al Camí de Vivens.
Esta parte de la sierra está en plena remodelación y limpieza de sus bosques de pinos, algo que las montañas alicantinas necesitan como agua de mayo.
Por esta pista, en la que ya iniciamos el retorno al auto, pasamos por algunas de las casonas que destacan en la sierra, Mas de Don Francisco y Casa de Miralles.
Llegamos al desvío que nos llevó al refugio y siguiendo la pista inicial, un kilómetro después, nos encontramos con el Mas de Sant Ignasi y el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Claro que sí. Han sido algo más de 10 kilómetros, nada complicados, con un desnivel de unos 280 metros, unas cervezas súper frías, unas empanadillas fabulosas, una tortilla de chef… Y además, una compañía, una conversación y unas risas de lujo… Cómo no va a ser recomendable?
En este lunes, día extremadamente ventoso, con ráfagas de componente noroeste que han sobrepasado los 60 km/h, ha dado comienzo el mes de febrero… Y yo me he animado a hacer una caminata por esos campos de nuestra provincia.
En esta ocasión me he dirigido a las proximidades de Villena, concretamente a la pedanía de Las Virtudes. Muy cerca de la Ermita de Nuestra Señora he aparcado el auto y he iniciado la ruta que llevaba preparada.
Entre caminos y sendas, casas y campos de cultivo me dirijo, por esta zona, paraje que antiguamente ocupaba la Laguna de Villena, hasta la Acequia del Rey.
Más allá de los Saleros, por la misma pista, se encuentra el Puente de los Espejos.
No queda muy claro dónde se ubica el origen de esta construcción, ni tampoco su nombre. Se le llama de los Espejos, de los Cristales, el Puente Romano, etc… Lo que si podemos asegurar es que, en un plano topográfico del siglo XVIII, se le llama Puentecillo del Salero y su cometido era el de facilitar el transito de mercancías y de sal, sorteando las aguas de la laguna.
Llegado a este punto, comienzo la vuelta al punto de partida por el mismo camino de la ida.
Llego a la pedanía y doy un pequeño paseo por el parque, donde se encuentra la Fuente del Chopo, y por los alrededores de la Ermita de Ntra. Señora de las Virtudes.
Llego al coche y, en lugar de regresar a casa, me dirijo hasta la carretera CV-813, a la altura de la Partida de Casas de Jordán, donde se encuentra Cabezo de Terlinques, un cerro en el que se pueden observar los restos de un yacimiento arqueológico de la Edad de Bronce, así como el vértice geodésico, que lleva el mismo nombre.
No hay una senda clara, o al menos yo no la he visto, y el viento, a esa hora y en esa zona, es horrible, brutal…
Después de estar peleando con las rachas salvajes y viendo que me iban a hacer caer, desisto y comienzo el regreso al vehículo.
Ese cerro, esas ruinas y ese vértice quedan pendientes para otra ocasión.
Vuelvo a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Han sido, entre unas cosas y otras, unos 11’5 kilómetros, sin apenas desnivel y hecho todo en muy buen tiempo. Un día muy especial, a pesar del viento ‘tocahuevos’.
Mañana fresca y algo ventosa, entre nubes y claros, pero ideal para realizar un recorrido por la sierra.
Hoy la caminata la he hecho en solitario, dirigiéndome hasta las proximidades de la población de Biar, concretamente a su puerto de montaña. Por la carretera que accede a las antenas del Reconco, en el claro donde se encuentra el depósito contra incendios, he dejado el auto y he comenzado esta ruta por sendas de las Sierras del Reconco y de Biar.
En este punto, la pista, que conduce a la Font de Soriano y las Casas de Fontarbres, está bastante embarrada y tengo que llevar mucho cuidado de no meter las botas donde no debo.
Para mi sorpresa, y a pesar de los últimos fenómenos atmosféricos, la Font de Soriano está más seca que la mojama.
Continúo por la pista, paso Fontarbres y me dirijo, en ascenso, al Alt de la Creu.
Desde aquí arriba, las vistas de las sierras son espectaculares. Buena prueba de ello son las hermosas panorámicas que se acompañan.
Ahora la pista (que pertenece a la PR-CV55) se bifurca, tomo el desvío de la izquierda, abandonando esta PR, y me dirijo a la zona de la Loma Rasa y el Forat Verd.
También desde aquí se pueden ver, en el horizonte, vistas maravillosas: la Peña La Blasca, la población de Banyeres de Mariola, entre otras.
Al fondo, y entre nubes, se distinguen las poblaciones de Villena y Caudete, así como varias de las serranías de Albacete.
En este punto tomo una senda, a mano izquierda, que, atravesando los barrancos de Garrancha y Fontarbres, me lleva hasta la Font del Xorro.
En esta fuente, que sí tiene bastante agua, hago una pequeñísima parada, enlazo con la pista con la que inicié esta caminata y comienzo el regreso al coche.
Poco más de 2’5 kilómetros después, y volviendo a pasar por la Font de Soriano, llego hasta el auto y vuelvo a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Vamos, claro que sí!!! Han sido 10 sencillos kilómetros, con un desnivel de 220 metros y hechos en un tiempo más que aceptable. Una recarga de energía necesaria, sobre todo en estos días que se empieza a barajar nuevamente el confinamiento domiciliario.
Después de las fiestas navideñas, la borrasca Filomena, las nuevas restricciones y recomendaciones por el Covid-19, etc…, hoy ha sido la primera vez que parte del grupo, Salva, Carol, Pauli y yo (ha faltado Fuen), nos hemos dirigido a la sierra para efectuar una salida senderista.
Hemos llegado hasta la población de Agres para realizar un recorrido por los alrededores de este hermoso municipio y contemplar algunos de los muchos puntos de interés que tiene.
Dejamos el auto en la Calle de las Eras y comenzamos el ascenso hasta llegar al Llavadoret y la Font de Barxeta.
A la altura de la Placeta de Vilana, giramos a la derecha por la Calle San Antonio y, después, a la izquierda por el Carrer de la Mare de Déu de Agres, que nos llevará a la Zona Recreativa del Molí Mató.
Antes, hacemos un pequeño desvío para ver otra de las fuentes, la Font de Bonell, y continuamos en dirección a la zona recreativa pasando antes por las cercanías de una interesante torre.
Llegamos al Área Recreativa y al Refugio. Y, antes de tomar el camino de la Font, ascendemos por la pista que conduce a la Cava de Don Miguel.
Una zona que, al estar en plena cara norte de la sierra, aún conserva gran cantidad de nieve (ahora ya hielo) del último temporal.
En un determinado punto regresamos al Refugio y a la Zona Recreativa donde tomamos la senda que conduce a la Font del Molí Mató.
Volvemos sobre nuestros pasos y nos encaminamos, por asfalto, hacia el Santuario/Castillo de la Mare de Déu d’Agres, un conjunto absolutamente hermoso, en un entorno de ensueño.
También aquí encontramos otra de las fuentes del municipio, la Font del Convent.
Volvemos al pueblo por la Calle Purísima y llegamos a otra fuente, la Font del Raval. Seguimos por las calles de Los Sants de la Pedra, Sant Gaietá y de la Esglesia, para llegar a la Parroquia de San Miguel Arcángel.
Plaza de España y Carrer Major, donde se encuentra la Font del Mig, y, después de unas cuantas vueltas por las calles de Agres, buscando un lugar donde tomar alguna cerveza (algo difícil, ya que el pueblo está en un confinamiento voluntario), volvemos al coche y…
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Han sido 7,5 kilómetros (tenían que haber sido algunos más pero el tiempo se nos echaba encima), nos han quedado algunos puntos de interés pendientes de visitar, con un desnivel de 318 metros, unas panorámicas espectaculares y una compañía de lujo.El pueblo y sus alrededores merecen muchas más visitas.
En este despejado y luminoso miércoles de enero no he podido resistir la tentación y me he acercado hasta la sierra para realizar un sencillo y cómodo recorrido. El lugar elegido, Catí.
Apenas unas imperceptibles manchas de nieve en la cara norte de estas sierras, son, en este día, el testimonio del paso de Filomena por esta zona de Alicante.
Dejo el auto en una claro de la carretera, frente a la Casa del Pantanet, e inicio la marcha. Caminata que me lleva, desde el Barranco de Badallet, por senda, hasta la Casa de Catchuli y su Barranco.
Aquí se llega a la pista que, en suave ascenso, me conduce al Collado de Amorós.
Hermosas vistas de las cumbres de los alrededores… Maigmó, Maigmonet, Rasos de Catí, Lomas de Puça, La Foradada, etc…
Un último tramo de ascenso hasta llegar a la vía pecuaria que me lleva a la torre de vigilancia y a la Ermita de la Purísima.
Llego al cruce de caminos, La Ferrería, y comienzo el regreso al punto de partida.
Ahora todo el recorrido es prácticamente por pista y en descenso. Paso de nuevo por la torre de vigilancia y continúo, en dirección oeste, muy cerca del Alto de Ponce, punto más elevado de esta Sierra de Catí.
Dos kilómetros más de estrecha senda por la cara norte de esta montaña y llego hasta el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Claro que sí. Han sido cerca de 8’5 kilómetros, con un desnivel de unos 230 metros y todo ello hecho en un tiempo más que aceptable. Un día maravilloso y espectacular.
Para estrenar los senderos de este 2021, me he dirigido hasta la población de Santa Pola para realizar una sencilla caminata que me ha llevado por algunos de los puntos de interés de la Sierra que lleva el mismo nombre.
Al norte de la población, en el paraje de las ‘Cases de Meleja’, he comenzado este recorrido, concretamente cerca del Depósito de la Sierra.
Una larga pista en dirección este que lleva directamente al faro.
En el kilómetro 1’3 tomo el desvío que me lleva, rumbo al sur, al Barranco de l’Hermanet, al Paraje de la Fulla Rotja y al Barranco del Buen Mosso.
El sendero que discurre en paralelo a este último barranco, me conduce directamente hasta la parte norte de Santa Pola y a la Torre de Escaletes.
Esta construcción pertenece al conjunto de Torres Vigías que recorren la costa alicantina y su principal misión era la de controlar la costa, en concreto ésta prestaba especial atención a cualquier embarcación que pudiera esconderse en la isla de Tabarca. En el caso de ver barcos enemigos cruzaba señales de alerta con la Torre Talaiola (actual faro de la sierra) y el Castillo de Santa Pola.
Ahora tomo la pista que, prácticamente en línea recta, me conduce de nuevo al norte y al vértice geodésico de la sierra.
Como es habitual, unas cuantas fotos de este curioso vértice (se encuentra sobre un refugio de la guerra).
Alrededor, dada la proximidad del final del cabo, hay varias plataformas para cañones antiaéreos de la guerra civil.
También, desde aquí, se tiene una espléndida panorámica de la costa y de la isla de Tabarca. Para ello contribuyen los miradores que se han construido no hace mucho.
El faro, otra de las construcciones, puntos de interés en esta sierra.
Construido aprovechando la otra de las torres vigías del lugar, la Torre Talaiola.
Ahora ya toca el regreso. Vuelvo hasta el vértice y, aquí, tomo la pista que, casi en línea recta, 2’5 kilómetros después, me lleva al lugar donde tengo aparcado el coche.
Vuelvo a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Absolutamente sí. Han sido cerca de 11 kilómetros, con un desnivel mínimo y hecho a muy buena velocidad. El día, frío pero estupendo, y las vistas de los alrededores, geniales.
Para esta mañana despejada y luminosa, víspera del día de Nochebuena, me he dirigido en solitario a una de las emblemáticas sierras alicantinas.
En esta ocasión he elegido la cara sur del Parque Natural de la Font Roja que, desde la población de Ibi, me ha llevado a visitar algunos de los puntos de interés de esta parte de la sierra.
Aparco el auto a las afueras de Ibi, cerca de la carretera CV-801, que une esta localidad con la de Banyeres de Mariola.
Tomo el camino del Barranco de las Zorras, primero por pista asfaltada y después senda, en acusado ascenso, hasta llegar a la pista forestal del Camí dels Gelators y, posteriormente, al Mas del Canyo.
Aquí arriba, desde esta hermosa masía, hago un breve descanso para el refresco y para la observación de las espectaculares panorámicas de la gran Foia de Castalla y las sierras de los alrededores.
Comienzo ahora el regreso, esta vez en dirección oeste, por el camino que me lleva al Mas de Foiaderes y al Mas de Foiaderetes.
En esta última masía se encuentra un cruce de caminos importante. Hacia el norte, subiría a lo alto de la sierra y a su cumbre, el Menejador. Hacia el sur, por una estrecha y acusada bajada, volvería a Ibi. Tomando el camino del oeste, que es finalmente el que he elegido, se desciende zigzagueando por pista, en muchas ocasiones cementada, a la entrada del Barranco de los Molinos.
El último tramo de esta ruta, el del barranco, es un recorrido muy entretenido. Hay rincones con mucha vegetación, con agua, con acéquias, con molinos, con un área recreativa interesante y, claro está, más transitada que el resto de la caminata…
Es evidente que en estos tiempos en los que estamos, las sierras estén más concurridas de lo normal. A veces da la sensación de estar en plenas rebajas.
Finalizo el recorrido por el barranco, accedo a la carretera y, después de seiscientos metros, llego al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente sí. Han sido 11 kilómetros, con un desnivel de 430 metros, hechos en un tiempo muy correcto, con una mañana magnífica y una compañía extraordinaria (upsss, si he ido solo, jajajaja)
Mañana de viernes con nubes amenazantes y viento ‘tocahuevos’. Nosotros, Pedro, Jesús y yo, nos hemos lanzado a la sierra.
En esta ocasión hemos optado por una pequeña caminata por los alrededores de Beniarrés, a las faldas de la cara sur de la Sierra del Benicadell.
El recorrido ha sido, para nosotros, una auténtica novedad.
Hemos partido desde el kilómetro 1’5 (aproximadamente) de la Vía Verde que va en paralelo a la carretera CV-701, en dirección Lorcha desde Beniarrés.
Ascendemos por pequeñas sendas por la Loma de la Picadora, entre refugios, campos y terrazas del cultivo del olivo, y nuestro objetivo es el de llegar a la Cova de l’Or.
Las vistas de los alrededores, a medida que ascendemos, son espectaculares. Ante nosotros el embalse de Beniarrés, que contiene las aguas del Serpis y sus afluentes, la Sierra de Mariola, con su cima el Montcabrer, Sierra del Cantalar, la de la Albureca, el Barranco de la Encantada y la cresta de la Sierra del Benicadell, entre otras muchas.
A medida que nos acercamos a nuestro objetivo la senda es más estrecha y complicada.
Por fin llegamos a la Cova de l’Or.
La Cova de l’Or, considerada como B.I.C., es un yacimiento arqueológico que se encuentra en los relieves que conforman la Sierra del Benicadell, dentro del término municipal de Beniarrés en la comarca del Comtat, provincia de Alicante. Situado a 675 metros sobre el nivel del mar, se trata de un importante enclave neolítico datado sobre el sexto milenio antes de nuestra Era (alrededor del 5600 a. C.). De ella se han extraído una gran cantidad de materiales que se encuentran, la gran mayoría de ellos, en el Museo de Prehistoria de Valencia y en el Museo arqueológico Camil Visedo de Alcoy.
Hemos pasado una rato en la entrada de la cueva, descansando y refrescándonos para comenzar el regreso al automóvil.
Hemos podido comprobar que, para evitar el complicado ascenso que nos ha llevado hasta allí, hay otra senda más cómoda y sencilla que nos ayuda en la bajada y la conexión con la pista.
Seguimos las indicaciones del gps, pasamos por pista, sendas, campos de olivares y refugios, y llegamos hasta la carretera (Vía Verde) donde, unos cientos de metros después, nos espera el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Han sido unos 8 kilómetros, nada complicados, con un desnivel de unos 350 metros, hechos con tranquilidad y disfrutando de las vistas, de la pureza del aire y de la compañía.
Para este miércoles, día de frío extremo y terrible viento, el grupo, Pauli, Carol, Fuen, Salva y yo, nos hemos dirigido a la Sierra del Fraile, en las proximidades de Castalla, para realizar una caminata ni muy larga ni muy complicada, debido a un evento organizado para después.
Al ser este es el mes de las grandes fiestas familiares y, como no queremos coincidir con las aglomeraciones que se prevén, hoy hemos preparado una comilona de hermandad senderista.
Partimos de la Replana del Pino, donde hemos aparcado el coche, hemos seguido por carretera hasta el Collado del Portell y, desde aquí, por senda, hemos comenzado un acusado ascenso para llegar al vértice geodésico de esta sierra, El Despeñador (1261 m.s.n.m.)
Al llegar a la cumbre, el frío y el viento eran tan intensos (estoy convencido que la sensación térmica era de algunos grados bajo cero, seguro) que apenas hemos admirado las espectaculares vistas de los alrededores, unas cuantas fotos de rigor y hemos comenzado el regreso.
Ahora la bajada, hecha por la ladera noroeste y norte de la sierra, es bastante escalonada, aunque muy pedregosa.
Entre risas, bromas, chanzas y payasadas varias, nos hemos despistado del camino y le hemos hecho a la caminata medio kilómetro de más.
Volvemos al camino estipulado y tomamos la pista que nos lleva, por la cara norte, hasta la carretera de Petrer-Castalla.
Un kilómetro de asfalto después y en ascenso, llegamos a la Replana del Pino y al auto.
Tomamos ahora dirección Castalla donde nos espera la ya comentada comida de hermandad.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Aunque haya sido una ruta de apenas 6 kilómetros, con un desnivel de 300 metros y hecha en un tiempo más que correcto, las risas que nos hemos ‘pegado’ en todo el recorrido y el pedazo de festín que nos hemos metido entre pecho y espada han hecho que la mañana haya sido de ‘traca’.
Comenzamos diciembre haciendo una ruta por una zona cercana a la ciudad de Alicante. En esta mañana, algo ventosa, fría y nubosa, Jesús, Pedro y yo nos hemos dirigido hasta el hotel de Xorret de Catí para iniciar un recorrido por estos parajes y disfrutar de sus pinadas y sus espectaculares panorámicas.
Dejamos el coche en el parking del hotel y, por pistas, entre campos de cultivo, nos dirigimos hasta el macizo rocoso de las Peñas de la Foradá, lugar de bastantes vías de escalada, tanto por su vertiente norte como por la sur.
Rodeamos estas peñas y en los alrededores ya se presentan algunas de las sierras y los picos más emblemáticos de esta parte de la provincia, Maigmó, Maigmonet, Alt de Guisop, Alt de la Xumenera, Rasos de Catí, Silla del Cid, Els Castellarets, etc…
Ahora tomamos la senda y la pista que nos lleva hasta La Rabosa, donde se encuentra la zona recreativa Parque de Montaña Daniel Esteve.
Antes tenemos que pasar por El Racó de la Servera y el Cantal del Moro, una enorme peña rocosa que destaca entre un mar de pinos.
En esta conocida área de recreo hacemos una pequeña parada para el descanso y beber y comer algo.
Comenzamos un ascenso, algo acusado, y también el regreso al punto de partida.
Ahora sólo queda llegar hasta la Ermita de la Purísima, pasando antes por la conocida torre de vigilancia.
Desde aquí, siguiendo la pista, nos dirigimos hasta el hotel de Catí, lugar donde nos espera el coche y…
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Hoy era un día que no tenía claro, hasta el último momento, dónde ir. Finalmente han sido algo más de 11 kilómetros, con un desnivel de unos 300 metros, hechos en un tiempo más que aceptable. Todo ello, cómo no, con una compañía de lujo.