Finalizamos el mes de noviembre haciendo una nueva caminata.
En esta mañana fresca y luminosa, Fuen, Carol, Pauli, Salva y yo, nos hemos dirigido a las afueras de la población de Novelda, en plena comarca del Vinalopó Mitjá, concretamente en las proximidades del Castillo de la Mola y el Santuario de la Magdalena.
Dejamos el coche en las faldas del Castillo, en la Partida de Molinos, y, desde allí, hemos iniciado nuestra ruta.
Siguiendo el curso del río Vinalopó, en dirección a Monóvar. Al llegar al arroyo de Salinetes, que se une al río, seguimos este nuevo cauce.
Hoy, y debido a las lluvias de esta semana, hay momentos que el agua que desciende es bastante abundante y los alrededores están muy embarrados.
Lo cierto es que esta senda se hace muy entretenida, sorteando las aguas y las tierras enfangadas.
Estamos en las llamadas ‘Ramblas de Salinetes’ y nuestro propósito es llegar hasta los dos nacimientos que hay al norte.
Llegamos a la primera fuente, ésta es de agua dulce, y aporta al cauce que hemos remontado un buen caudal.
Un kilómetro más arriba nos encontramos el otro manantial, la Font de Salinetes (ésta es de agua salada). En esta zona hay una pequeña área recreativa y un acceso desde la carretera. Estas aguas tienen, según dicen, propiedades curativas para las afecciones de la piel.
Comenzamos ahora el regreso al punto de partida.
Tomamos una pequeña senda que hay al otro lado de la autovía, pasando un puente, y después por una la carretera que nos lleva hasta la que llaman la ‘Senda del Kalifa’.
Por este recorrido ya no nos acompañan las aguas de Salinetes, aunque hay algunas ramblas por las que, en estos últimos días, ha circulado el líquido elemento.
Atravesamos dos túneles. Uno es el del trayecto ferroviario Madrid-Alicante y el otro el de la línea de Alta Velocidad (AVE).
Enlazamos por pista con el Camino del Sur (Monforte del Cid-Petrer), siguiendo el curso del Vinalopó. Pasamos por uno de los varios nacimientos que hay en los márgenes de río y casi 2 kilómetros después llegamos al auto.
Una vez hemos llegado al coche, y por las horas que eran, nos hemos dirigido a la entrada de Novelda para tomar unas cervezas y unos bocadillos.
Después, en coche, hemos llegado hasta el parking del Castillo de la Mola y el Santuario de la Magdalena.
Hemos dado un pequeño paseo por la zona, una cuantas fotos y hemos regresado a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Eso, siempre. Sinceramente yo pensaba que esta caminata no iba a terminar de convencerme pero… me ha sorprendido bastante. Han sido 10 kilómetros, apenas sin desnivel, hechos, sin prisa pero sin calma, en un tiempo más que aceptable. No me esperaba tanta agua, hecho que le ha dado a la ruta un cierto encanto.
Destacar, sobre todas las cosas, a los compañeros de caminata… Vaya grupo más encantador. Nos lo pasamos de lujo, nos reímos de todo y por todo y… son lo más de lo más. Gracias.
Para este último miércoles de noviembre, Pedro, Jesús y yo, hemos realizado una caminata por las cercanías de la ciudad de Alcoy.
En esta mañana, fría y luminosa, hemos comenzado en la pequeña área recreativa de la Font del Quinzet, paraje donde se une el río Polop al río Barxell o Riquer.
En este lugar comienza una senda, bordeando el río Polop, rodeados de hermosos árboles, alfombras de hojas y la música de las aguas, que nos ha llevado hasta el Racó de Sant Bonaventura.
Pasamos por entre las altísimas columnas del Puente de las Siete Lunas.
A nuestra llegada al Racó de Sant Bonaventura disfrutamos contemplando esta otra área recreativa, una gran zona arbolada, con mesas y bancos, con sus chorros de agua y sus cascadas, todo para el disfrute del personal.
Ahora comienza un ascenso por senda y pista que nos conduce hasta otro de los puntos de interés de la ruta, el Salt.
El río Barxell, de irregular curso, depende de las lluvias para tener abundante caudal. Es en estos momentos cuando las aguas se precipitan por este precipicio de unos 70 metros de altura y ofrecen el maravilloso espectáculo de su cascada.
En esta ocasión, y con las escasas lluvias de este verano y otoño, no hemos podido contemplar esa caída.
Llegamos hasta las llamadas Casas del Salt y, desde aquí, por pista comenzamos el descenso hasta llegar a la zona de la Vía Verde de Alcoy.
Nos incorporamos a la Vía Verde a la altura de una pequeña fuente, junto a uno de sus túneles, ya muy cerca de Alcoy.
Pasamos por el Viaducto de Barxell, el Puente de las Siete Lunas, varios túneles y alguna zona recreativa.
En un punto determinado, tomamos la pista, a mano izquierda, que nos vuelve a llevar a la Font del Quinzet.
Una vez en ella, vemos en un panel informativo que, a unos cientos de metros en dirección a la ciudad de Alcoy, hay un salto de agua que puede ser interesante. Hacia él vamos.
Unas cuantas fotos del salto de agua y sus alrededores y… volvemos a la Font y, desde allí, al lugar donde tenemos aparcado el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Sin duda alguna. Han sido cerca de 11 kilómetros, con un desnivel de 350 metros, hechos en un tiempo más que correcto, disfrutando con tranquilidad del maravilloso entorno y de la agradable compañía; nos ha encantado a los tres esta caminata.
Hoy nos hemos dirigido a la población de Muro d’Alcoi, al norte de la provincia de Alicante, dentro de la comarca de El Comtat.
Desde allí, Carol, Fuen, Pauli, Salva y yo, hemos realizado una caminata que nos ha llevado, siguiendo en muchos momentos el curso del río Agres, por distintos puntos de interés dentro de su término municipal.
Seguimos las aguas del río, en una mañana que, al principio, ha llegado a alcanzar los 4º
Tomamos la senda, el camino y la carretera que nos conduce, pasando por encima de la Autovía A7, hasta la pedanía de Turballos.
Antes de llegar al pequeño pueblo, hemos parado en la Font de la Carrasca, un hermoso chorro de agua que se vierte en un bonito estanque de piedra, todo ello rodeado de una frondosa arboleda.
Accedemos a Turballos.
Turballos, una pequeña pero preciosa pedanía de Muro de Alcoy, se encuentra al pie de la sierra de Benicadell en un entorno único, rodeada de campos de cultivo y antiguas vías o caminos hoy asfaltados.
Es una auténtica máquina del tiempo, pues parece que los años no hayan pasado por sus calles empedradas y sus casas de estilo tradicional, todo ello digno de visitar.
Al norte, por una pequeña senda, vamos al encuentro de otra de las fuentes del lugar. En esta ocasión la Font de Turballos está totalmente seca. Deberá, seguramente, llegar la época de las lluvias para, muy probablemente, verla rebosante de agua.
Volvemos al pueblo, unas cuantas fotos con la iglesia de San Francisco de Paula y… tomamos la pista que nos lleva, por el sur y cruzando de nuevo la autovía, a otra de las pedanías de Muro, Cela de Núñez.
Por el camino, otra fuente, en un pequeño descanso de la carretera, con su mesa y bancos para el descanso.
Llegamos a Cela de Núñez.
Otro de los pueblos pedáneos de Muro de Alcoy. Entramos por el norte hasta llegar, en un par de calles, a la plaza del ayuntamiento y la iglesia de San Juan Bautista.
Fotos de rigor y… continuamos nuestro camino. Ahora volvemos a seguir, por senda, el curso del río Agres.
Quizá sea esta la parte más bonita de nuestro recorrido. La vegetación y el agua que nos rodea le dan a este último tramo una belleza especial.
Queda ya poco para llegar a Muro de Alcoy.
Como con la pandemia no nos está permitido, nosotros tomamos energía abrazando los árboles del camino.
Hacemos una pequeña parada en un rincón, con la música del río y la belleza otoñal a nuestro alrededor.
Llegamos al pueblo. Antes del regreso a casa buscamos un lugar para beber unas cervezas y comer alguna cosa. Después, todos al coche y… vuelta a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Han sido cerca de 12 kilómetros, entre unas cosas y otras, con un desnivel muy bajo (195 metros), todo ello hecho en un muy buen tiempo. Lo malo es que esta ruta tiene mucho asfalto y eso le resta encanto pero los dos pueblos, las fuentes, el río y el paisaje le suma y la convierte en una ruta interesante.
Para este viernes de noviembre, Pedro, Jesús y yo, nos hemos dirigido a unas tierras, entre Aigües de Busot y Relleu, bastante desconocidas para nosotros; terrenos de secano, campos desolados, baldíos y yermos en los que a malas penas sobreviven algunos almendros.
Entre las partidas de Macaroves, Fassamais y el Racó de Cortés se ha desarrollado nuestra caminata.
Dejamos el auto en un cruce de pistas, en la zona de Macaroves, para iniciar el recorrido. Por asfalto primero y por senda después accedemos a la parte alta del Racó de Cortés.
En este punto había dos propósitos principales:
Uno ha sido el disfrute de las increíbles vistas que, desde aquella altura, se pueden contemplar; todo el valle, el Embalse de Amadorio, Benidorm y el mar en el horizonte.
El otro ha sido el encontrar las pinturas rupestres que hay en este espectacular circo, rodeado de grandes rocas calizas.
Hay que decir que nos ha llevado bastante tiempo el encontrarlo. Hemos recorrido el abrigo por todos sus lados hasta, por fin, llegar a visualizar esa pequeña figura humana.
En el año 1998, María Francia Galiana y Palmira Torregrosa, de la Universidad de Alicante, descubrieron el panel con estas pinturas del arte rupestre levantino. Este es unos de los últimos descubrimientos que se han realizado en la provincia.
El original actualmente
Calco de personaje humano del Racó de Cortés
Alguna de las varias representaciones de carrasca
Esta figura humana, de más de 5000 años, lleva en la mano una vara o un haz de flechas y el pintor aprovechó un pequeño saliente de la roca para representar una bolsa que el personaje lleva a la cintura.
También se observa que la figura mira a la derecha donde hay algunos símbolos que se han reconocido como representaciones de carrascas.
Ya digo que nos ha costado un huevo descubrir al personaje en cuestión pero… una vez encontrado, no damos por perdido el tiempo; al contrario, con eso ya ha merecido la pena la ruta.
Pantano de Amadorio (Benidorm al fondo)
Dejamos el Racó de Cortés y volvemos a las sendas que recorren, ahora, la partida de Fassamais, en dirección al Pantano de Relleu.
Entre miles de madrigueras de conejos, bastantes comederos y bebederos para animales, decenas de pequeños refugios para el acecho del cazador y varios caminos privados y cortados, nos hemos acercado hasta el paraje del ‘Embalse de Relleu’, en esta ocasión no es más que una seca llanura.
Ahora hemos comenzado el retorno. Entre pistas, sendas, caminos e, incluso, campo a través hemos llegado hasta el coche.
No ha sido nada complicado. A nuestro alrededor, a pesar de lo estéril del campo, la visión espectacular de algunas de las sierras alicantinas.
Poco más… Volvemos a Alicante.
Sierra de Aitana
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente. Tenía yo ganas de toparme cara a cara con el personaje de la prehistoria. Una ruta nada complicada, han sido cerca de 9 kilómetros, con un desnivel mínimo (175 metros), hechos con bastante tranquilidad, con una compañía de lujo y con una recompensa que no tiene precio.
Hoy miércoles también hemos tenido una de nuestras caminatas semanales. En esta ocasión nos hemos dirigido a la zona del Xorret de Catí desde donde hemos iniciado nuestro recorrido.
Dejamos los vehículos en la Replana del Pino, muy cerca del Collado del Portell, y nuestra intención ha sido la de acceder a algunos de los puntos de interés de estas magníficas serranías alicantinas que se engloban en el Paisaje Protegido de la Sierra del Maigmó y la Sierra del Sit.
Salva, Pauli, Carol, Fuen y yo nos hemos puesto en marcha.
Iniciamos el ascenso hasta llegar al Pou de neu del Carrascalet y, seguidamente, hemos alcanzado la parte más alta del Cerro de la Perdigonada.
Cuando hemos salido de la ciudad para llegar a estas sierras, la mañana había amanecido con una espesa niebla y daba toda la impresión de que el día nos sorprendería con lluvia.
Aquí, al contrario, nos ha acompañado un profundo cielo azul.
Llegamos a otro de los puntos de interés de nuestro recorrido, la Cova de Mossén Francés. Desde esta atalaya podemos contemplar la increíble panorámica del valle de Catí.
Seguimos nuestro camino. Ahora nos dirigimos al Alt de Guisop.
Después de algunos descensos y varias subidas de cierta importancia, nos encontramos en el Alt de Guisop (1250m.s.n.m.)
En este punto las vistas son espectaculares pero… hoy se encuentran cubiertas por un tupido mar de nubes que, también, lo convierten en una interesante instantánea.
Encontramos la explicación al sentimiento de posible lluvia que tuvimos por la mañana cuando salimos de Alicante; la niebla todavía lo estaba cubriendo todo. y no nos permitía disfrutar de la vista del mar y la ciudad de Alicante.
Comenzamos el retorno a los coches.
Antes vamos a pasar por Planisses, pasearemos por sus campos de cultivo, observaremos su pozo de nieve y haremos una parada en las proximidades de sus casas (en ruinas).
Dos kilómetros más, por sendas y pistas, y… llegamos a los autos.
Hoy hemos traído, cada uno, algo para comer (bueno, algo es un decir!!!).
Subimos a los coches y nos hemos dirigido a una zona recreativa que hay cerca del hotel de Catí y, allí, nos hemos pegado una comilona de esas de aupa (tortilla de patatas, jamón, lomo, pamplonés, queso, empanadillas, frutos secos variados, pan, cervezas, vino, fruta, rollitos de canela, etc…).
Después… cada mochuelo a su olivo. Regreso a la ciudad.
Valoración: 3***
Recomendable: Bueeeeno, estas caminatas con ‘final feliz’ son extremadamente recomendables. Han sido cerca de 10 kilómetros, con un desnivel próximo a los 370 metros, hechos en muy buen tiempo, en un entorno maravilloso, con una compañía inmejorable, entre risas y comida de lujo. No se puede pedir más!!!
En este jueves de noviembre, casi casi veroño todavía, nos hemos acercado a los alrededores de la población de Biar. Concretamente al carrer Bonavista, próximo al Parat de les Foietes, donde hemos dejado el auto y, Salva, Fuen, Carol, Pauli y yo, hemos iniciado esta caminata que nos ha llevado por gran parte de la Sierra del Fraile.
Nos hemos adentrado a la sierra por el norte, por pista inicialmente y senda después, hasta llegar al Alto de las Vueltas, como primer punto en nuestro ascenso.
Seguimos subiendo mientras contemplamos en panorámica la población de Biar y las sierras que nos rodean; una hermosa instantánea que, en el día de hoy, ha ganado en belleza por los bancos de niebla que han ocupado los valles.
Llegamos hasta la zona del Alt Redondo. Aquí también nos detenemos para admirar los cortados rocosos de la sierra y las frondosas pinadas.
Seguimos la senda, ahora en ligero descenso y luego volvemos a subir, para llegar al vértice geodésico de estos montes, Fraile (1034 m.s.n.m.)
Aquí, en lo alto, hacemos una pequeña parada para el refresco y, cómo no, para hacer las ya habituales fotos.
Ainsss, allá a lo lejos!!! Mugrón, mi Mugrón!!! Sniff…
Comenzamos la bajada, por pequeña senda, para llegar a la pista forestal e iniciar el regreso hasta el vehículo.
En este momento, ya en la pista, el recorrido nos es nada especial; un trayecto en suave descenso por la cara noroeste, la llamada umbría de la Sierra del Fraile.
Tranquilamente, a medida que nos acercamos al pueblo, estamos cada vez más cerca del lugar donde tenemos el auto.
Una vez en él, nos hemos dirigido a Biar, hemos buscado un lugar donde tomar algo y, ya animados, hemos comido (la verdad, de rechupete) entre buenos platos, buenas cervezas y grandes risas… Más tarde, hemos regresado a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto!!! Cerca de 10 kilómetros, con un desnivel de 377 metros, en un tiempo más que correcto, con unas vistas alucinantes… Recomendable del todo. Si además añadimos una compañía de lujo, una buena comida, una buena bebida y un millón de risas… Recomendable a tope!!!
En los últimos tres días, en la provincia, hemos estado en alerta naranja por fenómenos metereológicos (lluvias torrenciales, fuertes vientos, etc…) pero… esta mañana , aunque con una potente niebla, se ha presentado bastante tranquila y con muy buena temperatura.
Fuen, Carol y yo (ha fallado Salva!!!), nos hemos acercado a la población de Confrides y, desde aquí, por estrecha carretera, hemos llegado a la Font de l’Arbre para comenzar nuestra caminata por la Sierra Aitana.
La Font de l’Arbre se encuentra en plena reparación, por lo que no hemos podido disfrutar de su agua.
Hemos ascendido por la pista por la que discurre la PR-CV20, en plena cara norte de la sierra, hasta llegar al Coll del Ventisquer.
Encontramos rincones donde las rocas sirven de mirador para contemplar el magnífico panorama de las sierras vecinas.
Preparados, listos…
Ya!!!
El primero de los pozos de nieve en nuestro recorrido.
Desde allá arriba nos ‘observa’ la base militar, con todas sus antenas y artilugios.
Y allá abajo, las montañas envueltas en un mar de nubes.
El segundo pozo de nieve.
Nos vamos acercando a la Font de la Forata.
Esta fuente nos espera sin ningún problema. Está perfecta, con sus pequeñas pilas escalonadas dejando correr el agua con su agradable música.
Font de la Forata.
Tercer pozo de nieve en nuestro camino.
Comenzamos el regreso, ahora por otra senda que desciende por un espeso bosque de pinos hasta llegar al Fondo d’Aitana.
Las recolectoras de piñas!!!
Carol, con su bolsa (llena de piñas) parece recién llegada de las rebajas, jajajaja
Termina el descenso y el bosque. Ahora la pista llanea por la zona llamada El Clavilló.
Poco queda ya hasta llegar nuevamente a la Font de l’Arbre.
Al fondo, a través de campos de cultivo, se observa la Sierra de Aitana, magnífica, con el techo de la provincia de Alicante (1559 m.s.n.m.)
El coche ya está cerca. Antes Carol ve, a través de una cerca de un corral, un gran rebaño de cabras (se vuelve loca!!!). Se aproxima para verlas y… ya la tenemos contenta el resto del día, jejeje.
Llegamos al auto y…, antes de regresar a Alicante, paramos en el ‘Restaurante la Venta’, en Confrides, y nos pegamos una comilona que no se la salta un gitano. Chapó por ese menú de categoría!!!
Ahora ya sí… Volvemos a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Han sido unos 8’5 kilómetros, con un desnivel de 330 metros, hechos en un estupendo tiempo. Una sierra con unas vistas alucinantes, una ruta sencilla y hermosa y… una compañía de fábula. Nos hemos reído como chiquillos!!!
La mañana ha comenzado amenazante, nubes, bruma, etc… Pero, finalmente, a medida que llegábamos a la población de Benilloba, inicio de nuestra ruta, el día se ha tornado luminoso y con muy buena temperatura.
A la entrada del pueblo hemos aparcado el coche y, Fuen, Pauli, Carol y yo, hemos iniciado nuestro recorrido por los alrededores de este municipio, a fin de visitar algunos puntos de interés.
Nos dirigimos hacia el sur, por pista, carretera y senda, cruzando el río y rodeando la llamada Costera de Penáguila, con una vegetación frondosa y otoñal, una explosión de llamativos colores.
Aquí tomamos la pista, en descenso, que nos lleva al río Penáguila por el Barranc de Cuixot. Alguna casa diseminada por los alrededores con sus campos de cultivo.
Estas chicas, sobre todo Fuen, en cuanto encuentran algún vegetal con frutos… se vuelven unas locas ladronzuelas, jejeje
Llegamos hasta el río y aquí hacemos nuestro primer cruce.
En un punto determinado de la senda nos tropezamos con el acueducto. Cruzamos de nuevo el río sobre esta construcción y nos dirigimos, por senda casi imperceptible, en dirección norte con la intención de llegar al pueblo.
Vuelta a tropezarnos con frutales y las muchachas saqueadoras se ponen locas de contentas, jajaja.
Nuevamente, otro cruce de río.
A partir de aquí la vegetación es tan frondosa que perdemos la senda de vista. Tenemos que preguntar a un campesino que encontramos en la zona, nos da unas cuantas indicaciones, las malinterpretamos o no ha sabido darlas correctamente. Damos tumbos de aquí para allá, vamos y volvemos unas cuantas veces por caminos equivocados.
Finalmente, y guiándonos por nuestro sentido de la orientación, pasamos por unos cuantos campos de cultivo hasta llegar a la carretera.
Aquí ya no hay pérdida posible. Llegamos hasta Benilloba, caminamos por sus calles y nos vamos al otro lado del pueblo, en dirección a la Senda de los Molinos.
Por asfalto llegamos a este paraje, la Senda de los Molinos.
Hacemos una parada en una de sus áreas recreativas para refrescarnos.
Fuen aprovecha la parada para hacernos una pequeña demostración de los que esconde en la mochila (Dios mío, se ha llevado medio monte, jejeje)
La senda nos lleva hasta el río Penáguila, sus puentes, sus pozas y hasta el Molí del Salt.
Llegados a este lugar, con un especial encanto, volvemos sobre nuestros pasos y nos volvemos hacia Benilloba.
En este último punto de la ruta hay un strong moment. Hay tiempo para todo, jajaja
Llegamos al pueblo y al coche. Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Ha sido una caminata muy variada, hasta las equivocaciones le han dado un toque de aventura a la ruta. Al final han sido cerca de 10 kilómetros, con un desnivel de 300 metros y, a pesar de todo, hechos en muy buen tiempo. Muchos puntos interesantes y… lo mejor de todo, la compañía.
En este estupendo y último miércoles de octubre, Jesús y yo (esta vez Pedro no ha podido acompañarnos), nos hemos acercado a las proximidades de la población de Biar, concretamente al parking de la Ermita de los Santos de la Piedra, para, desde ese mismo punto, realizar un recorrido por la Sierra de Fontanella.
Próximo a la ermita comienza nuestro ascenso por una senda que bordea la sierra, a media altura, y nos conduce directamente a La Cova Negra.
En este amplio abrigo es muy posible, según cuentan los expertos, que se realizaran enterramientos, allá en la Edad de Bronce.
Aquí hacemos una parada y aprovechamos para refrescarnos y contemplar, desde esta atalaya, las hermosas vistas de las sierras de Biar, Onil y Reconco.
Seguimos nuestro camino. Continúa el ascenso, llegamos al gran cortafuego y al Pas del Runal. Aquí comienza la bajada, llegamos a la zona de Les Pedrisses y las Casetes de Gil.
Enlazamos ahora con la gran pista forestal, por donde discurre la PRCV-155, y comienza el regreso al punto de inicio.
En un suave descenso pasamos por el Espacio Recreativo Forestal de la Cova Negra, por la Casa Forestal, la Casa Segura y la Casa de Campaneta, así como por las inmediaciones del Paraje Buenos Aires, Las Lomas de la Jara, para llegar a la Ermita de los Santos de la Piedra y al coche.
Desde este punto, y ya en coche, nos dirigimos, a unos cientos de metros, hasta el lugar donde se encuentra el Acueducto Ojival de Biar.
Unas cuantas fotos para inmortalizar la visita y volvemos al auto para regresar a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Cómo no, absolutamente recomendable!!! Han sido aproximadamente unos 12’50 kilómetros, con desnivel que ha rozado los 360 metros, hecho en un tiempo más que razonable y en muy buena compañía.
En este último lunes de octubre hemos hecho una caminata que mis compañeras de ruta no tenían ni idea de cual era.
La mañana se ha presentado entre claros y nubes, y con unas rachas de viento bastante fuertes y una temperatura muy fría. Carol, Fuen, Pauli y yo nos hemos dirigido al aparcamiento del santuario que hay en la Font Roja, dentro del Parque Natural que lleva el mismo nombre, en el término municipal de Alcoy.
He elegido esta ruta por ser una de las indispensables de la provincia de Alicante y la ideal, pienso yo, para disfrutar del espectáculo otoñal que ofrece el carrascal de esta sierra.
Hemos tomado la pista que asciende hasta el Mas de Tetuán, pasando por la Cova Gelada y la Carbonera, dos puntos importantes de este recorrido.
Otra de las paradas obligatorias es la del Mirador de Pilatos. Desde aquí se tiene una alucinante panorámica de la ladera norte de este Parque Natural, con su amalgama de colores, y unas vistas increíbles de la Foia de Alcoi , la Sierra de Mariola y la ciudad de Alcoi.
Continuamos la subida, llegamos al Mas de Tetuán. Una pequeña parada para ver las ruinas de esta masía, su pequeña ermita y el teixo centenario que tiene su zona de descanso.
Dejamos la pista y nos incorporamos a una pequeña senda que, de nuevo en ascenso, nos conduce hasta la Teixereta, una de las dos cumbres que vamos a visitar en nuestro recorrido.
Aquí, con un viento helado que nos deja casi sin respiración. Tanto que llegamos a pensar que no hemos traído la ropa adecuada para este día; aunque vamos abrigados, no es suficiente. La sensación térmica es, diría yo, cercana a los 0º
Seguimos la senda, nos incorporamos a la pista que nos lleva a la caseta de vigilancia y al vértice geodésico (Menejador, 1356 m.s.n.m.)
Las fotos de rigor y comenzamos ahora el regreso.
Bajamos por la senda que atraviesa el carrascal, en un brusco descenso escalonado, rodeados de distintos tipos de árboles, de hoja caduca, de hoja perenne, y ahora, en pleno otoño, con sus hermosas tonalidades.
El camino nos lleva hasta la pista que nos sirvió para el ascenso, a la altura de la Carbonera. Solo un kilómetro después, llegamos al parking y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Esta sierra siempre es altamente recomendable. Han sido cerca de 8 kilómetros, con un desnivel de unos 405 metros, hechos en un tiempo más que aceptable y con una compañía fabulosa.
También hoy hemos realizado una caminata por esos montes de nuestra comunidad.
En esta ocasión, Jesús, Pedro y yo, nos hemos acercado a la carretera CV-795, la que une la ciudad de Alcoy con la población de Banyeres, y en el kilómetro 13’5 hemos dejado el coche para tomar la pista que asciende por la montaña de utilidad pública de Sotorroni.
Comenzamos subiendo por la pista hasta llegar al depósito contra incendios y un primer cruce, donde seguimos las indicaciones (hacia la izquierda) para llegar a la Font Freda.
Ahora el camino llanea y llegamos a la siguiente señal indicadora de la fuente.
Pasamos por campos de cultivo y balsas para el riego, nos acercamos hasta el punto en el que se encuentra, sobre una colina, el vértice geodésico de esta caminata; Eixar, con 1094 m.s.n.m.
Algunos minutos para contemplar el paisaje desde esta atalaya, hacer las ya habituales fotos de rigor y, seguidamente, continuamos en dirección al siguiente punto de la ruta.
Llegamos, por fin, en acusado descenso, a la Font Freda.
Aquí también dedicamos solo unos minutos para disfrutar del entorno y volver al sendero.
Ahora toca ascender de nuevo por una vereda bastante estrecha y con una densa vegetación que nos ha acercado hasta el Mas del Somo.
La casa está en plena reforma y ampliación, tiene una valla que impide acercarse a la vivienda, así que la hemos bordeado hasta llegar al camino. Hemos estado tomando una y otra pista, dando un rodeo por la zona llamada del Somo, con el fin de hacer un poco más larga esta caminata.
Accedemos ahora a la pista que nos sirvió en un principio para llegar hasta aquí y comenzamos el regreso al lugar donde tenemos el coche.
Hay que decir que durante el trayecto de este sendero hemos estado caminando entre dos provincias, la de Alicante y la de Valencia, entre dos municipios, el de Alcoy y el de Bocairent.
Final de la ruta, tomamos el auto y volvemos a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Qué creéis que voy a decir? Sí, por supuesto. Han sido 13 kilómetros, con un desnivel de 360 metros, hecho en un tiempo estupendo, en una mañana, a pesar de las nubes, muy calurosa y con una compañía excepcional.
Para este fantástico lunes, Salva, Fuen y yo, hemos hecho una caminata muy sencilla y cercana.
Hemos tomado la carretera CV-810, la que lleva a la población de Tibi, y nada más pasar el puente, antes de entrar al municipio, a mano izquierda, hemos dejado el auto, a la altura del Molí de David.
A muy pocos metros del río. Hemos comenzado nuestra ruta siguiendo su cauce, a contracorriente. Pasamos por la Caseta de l’Horteta, por la Casa de la Volta Blanca, en la zona de l’Horteta y de la Era Orma Sabé.
El río, que en un par de veces ha habido que cruzar, bajaba con más caudal del que yo le había visto en otras ocasiones y ésto ha provocado algunos momentos de aprieto y, cómo no, de carcajada.
Después nos hemos dirigido, por pista y entre campos de cultivo, a la zona de la Casa de Gasparet, dejando atrás el cauce del Río Verde.
Nos vamos acercando, en dirección sur, hasta el Pla de la Magdalena.
Rodeados de los picos de las sierras de la zona, Migjorn, Maigmó, Maigmonet, Alt de Guisop, Despeñador, etc…
La Casa del Pla de la Magdalena esuna impresionante masía de 1899 que deja entrever, por su majestuosidad, la grandeza de aquellos años en la zona.
Una parada en los alrededores de esta construcción para beber y comer algo y, a continuación, iniciamos el último tramo de esta ruta.
Seguimos la senda que nos lleva hasta la Rambla de Torró, barranco que se encuentra entre la carretera CV-810 y la Urbanización Pinares de Mecli.
Senda estrecha y fascinante, en ocasiones frondosa, en otras inquietante, que nos conduce directamente al río.
Antes, y habiendo encontrado un granado, hacemos un alto para el expolio y el saqueo del pobre frutal, jejeje
Después del saqueo, solo nos queda cruzar las aguas y encontrarnos con el coche que nos llevará a Alicante, aunque antes hemos hecho una parada en Tibi para tomar una cerveza.
Valoración: 2**
Recomendable: Alguien lo pone en duda? Han sido cerca de siete kilómetros, con un desnivel nada destacable, hechos en tiempo más que aceptable. Comentar que mis compañeros de ruta no conocían estos parajes y han quedado encantados, cosa que me da mucha alegría.
En este, parece ser, productivo mes de octubre, también hoy ha habido una caminata por la sierra.
En esta ocasión, Pedro, Jesús y yo, nos hemos dirigido hasta el corazón de la Sierra de Mariola, concretamente a la zona recreativa de la Font que lleva su nombre, para realizar un recorrido por algunos de los puntos de interés de estas montañas.
Comenzamos por tomar la pista que conduce, en ascenso, hasta las ruinas del poblado fortificado del Cabeçó y a la Cova Bolumini.
Una vuelta por entre los restos del poblado íbero y, seguidamente, tomamos la senda que nos lleva hasta la Cova Bolumini.
El poblado fue descubierto y confirmado en julio de 2013, y su origen data de finales del siglo I hasta la Edad de Bronce (siglo IX).
Hermosas panorámicas de los alrededores.
Por debajo del poblado se encuentra la “Cova Bolumini” o “Cova Blanca”, que es un yacimiento de época Neolítica en la que se han encontrado cerámicas incisivas, cuentas de collar, ídolos oculados y un enterramiento. Los materiales hallados se encuentran depositados en el Museo Arqueológico Municipal de Alcoy.
Continuamos nuestro recorrido.
Ahora tomamos la pista y la estrecha senda que nos lleva, nuevamente en ascenso, hasta el Vértice Geodésico de El Portín (1087 m.s.n.m.)
Las ya habituales fotos en el vértice y seguimos la senda, en dirección noreste, para encontrarnos con el siguiente punto de interés; la Cava de Don Miguel.
Este monumental nevero recibe el nombre de alguno de sus propietarios y forma parte de las llamadas “Caves de Xàtiva”, ya que fue la ciudad de Xàtiva (o mejor dicho San Felipe, que es como se la conocía en el siglo XVIII) la que mandó construir una serie de neveros a lo largo de la Serra Mariola para su propio abastecimiento.
Si bien es cierto que los neveros suelen ser en su mayor parte pozos subterráneos, en este caso la dureza del terreno hizo que se dificultasen las tareas de excavación del suelo y construcción del nevero y se optase por elevar la construcción sobre el nivel del suelo. Se tuvo que construir un gran muro exterior. Destacan los ocho gruesos contrafuertes sobre los que descansa el peso del muro.
Ahora solo nos queda regresar al punto de inicio. Son algo más de las 13:00 horas y, aunque teníamos pensado hacer un recorrido mucho más largo y llegar hasta la Cava Arquejada, pensamos acortar la ruta para poder llegar con tranquilidad a comer a casa.
Tomamos la estrecha senda que desciende de la sierra y nos lleva hasta la Font del Mas dels Arbres y, después, por pista hasta el lugar donde tenemos aparcado el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Fuera el recorrido que fuera por esta sierra, siempre es totalmente recomendable. Han sido unos 9 kilómetros, con un desnivel de unos 350 metros y hechos sin prisa pero sin pausa. Los puntos de interés encontrados han merecido su tiempo para el deleite, en una jornada entre nubes y claros, y una compañía entre el humor y la buena conversación.
Preparados, listos… ya!!! Hoy también nos hemos ido de caminata por esas sierras y esos lugares pintorescos de Alicante.
En esta ocasión, Fuen, Carol, Pauli, Salva y yo, hemos llegado al término municipal de Petrer, concretamente a la zona de la Rambla de la Arconal, donde se encuentra el Arenal del Almorxó, y desde aquí hemos comenzado nuestra ruta.
El Arenal del Almorxó, cuenta con una superficie de 50,80 ha, se localiza en el Monte de Utilidad Pública denominado «Cotxines».
Destaca fundamentalmente por su geomorfología y su litología. Se trata de una formación dunar propia de las zonas litorales, que se sitúa en el interior, contando con la presencia de suelos, flora y fauna característicos de los ecosistemas dunares litorales.
En cuanto a la fauna destaca el grupo de los coleópteros, y la presencia de tres especies de lagartijas: la lagartija colilarga, la lagartija cenicienta y la lagartija colirroja.
Fue declarado Paraje N.M. por Acuerdo del Consejo de la Generalidad Valenciana de fecha 8 de febrero de 2002
Tomamos la senda que bordea estos arenales. Nos dirigimos hacia el norte, en dirección a Caprala.
Cruzamos la Rambla de la Arconal, pasamos por las inmediaciones del Campamento de Caprala (más tarde lo visitaremos) y subimos en acusado ascenso por la senda de la Umbría del Rullo. Nos dirigimos ahora al Valle de l’Avaiol.
En este valle se encuentra el Albergue Adaptado de Montaña, que lleva el nombre del valle.
Estamos en el primer espacio natural adaptado de la Comunidad Valenciana. En sus 126 ha se han instalado diversos elementos recreativos, una zona de hipoterapia y un itinerario, totalmente accesible, que permite el contacto directo con la naturaleza.
La Diputación ha rehabilitado el albergue existente para convertirlo en un centro ambiental, con capacidad de alojamiento para 38 personas, al que se ha dotado de un aula sensorial para realizar actividades de educación ambiental.
Existe también otro itinerario circular no adaptado, de 5 km de longitud, que discurre alrededor del valle.
Hacemos aquí una parada para beber y comer algo, además de contemplar este magnífico paraje.
Volvemos a retomar nuestro camino. Ahora, por el norte, pasamos l’Estret de Caprala, damos la vuelta a la sierra y seguimos el sendero que, en dirección sur, nos acercará hasta el Campamento de Caprala.
Esta zona de acampada pertenece al Ayuntamiento de Petrer, en ella se pueden realizar un montón de actividades, siempre siguiendo los horarios y las normas que están marcadas. Es un espacio de una gran belleza y cuidado al máximo por la corporación.
Salimos del espacio del campamento, seguimos la senda y nos dirigimos hasta el coche, al lado del magnífico Arenal del Almorxó.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: De todas, todas. Han sido cerca de 10 kilómetros, con un desnivel de unos 285 metros, hecho en un tiempo más que aceptable, con unos paisajes que enamoran y una compañía, que entre risas y bromas, le han dado un toque mágico a esta caminata.
Un día más de caminata, en esta semana de octubre. En esta ocasión, Jesús, Pedro y yo nos hemos dirigido hasta la población de Castell de Castells, municipio del Valle de Pop, en plena Comarca de la Marina Alta.
En la carretera CV-752, que lleva desde Castell de Castells a Tárbena, hemos dejado el auto en el km 7 y hemos comenzado una ruta que nos ha acercado, entre otros puntos de interés, hasta el doble arco de roca caliza, declarado Paraje Natural Municipal dels Arcs en el año 2005.
Seguimos la pista (PR-CV 49) que se adentra en la sierra y nos acerca, en un primer lugar, al Corral del Somo y el Corral de Sénsio.
Continuamos por la misma PR y, en un cruce, tenemos la opción de visitar las ruinas de una antigua casa.
Volvemos al cruce y, ahora, seguimos por la misma PR para llegar al Aljub de Xorquet.
De nuevo al cruce y, en esta ocasión, tomamos un camino asfaltado que nos lleva a la PR-CV 151
Esta nueva PR, en un momento dado, nos da la opción de llegar hasta el Arc de Xorquet. Allí nos dirigimos por una pequeñísima senda hasta llegar a esta peculiar formación rocosa.
Damos media vuelta y volvemos a la pista que, ahora ya, nos conducirá hasta el paraje del Arcs.
Aquí tenemos ante nosotros el lugar estrella de esta caminata.
Els Arcs se han desarrollado en la ladera norte de la Sierra de la Aixortá, en rocas calizas.
En el Paleógeno (hace de ello más de 30 millones de años), y cuando esta región estaba cubierta por el mar, se depositaron sedimentos carbonatados que posteriormente se transformaron en estas rocas.
Cómo se formaron estos arcos:
* Afloran dos tipos de piedra caliza. Una: gris oscura, más resistente. Dos: gris blanquecina, más maleable.
* El agua y el viento golpea la roca menos resistente y crea pequeñas oquedades y abrigos.
* El paso del tiempo hace que las oquedades y los abrigos de ambas paredes queden conectados y formen esos arcos naturales.
Después de esta interesantísima visita, volvemos a la pista inicial, la PR-CV 151, y la seguimos en la dirección del comienzo de esta ruta.
Llegamos al coche y regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda alguna. No han sido muchos kilómetros (casi 9 kilómetros), con un desnivel que apenas ha superado los 250 metros y todo ello hecho en un tiempo más que aceptable, pero esta parte de la Sierra de Aixortá, con sus valles y las montañas de los alrededore, además de la gratísima compañía, ha transformado esta mañana en fabulosa.
Para esta luminosa mañana de octubre, la ruta elegida ha sido un recorrido por la umbría de la Sierra de la Argueña.
Fuen, Carol, Salva y yo nos hemos acercado hasta la Font de la Carrasca, en el término municipal de Castalla. Allí hemos dejado el auto y ha comenzado nuestra mini aventura en este miércoles otoñal.
Desde la Font, y por estrecha senda, hemos ascendido hasta llegar al Mas del Carrascar; una enorme y cuidada finca a la que no le falta detalle.
Por no faltarle, no le falta ni su Pou de Neu. Este nevero es uno de los más bonitos de la provincia. Desde esta atalaya se pueden contemplar las sierras de los alrededores, en una panorámica extraordinaria.
Dejamos la cava y tomamos la pista que continúa en ascenso por la parte norte de la Sierra de la Argueña.
Llegamos al cortafuegos de esta montaña, descendemos unos metros por él y nos dirigimos, de nuevo, hacia el suroeste, por pista, llegando casi al límite del municipio de Castalla con Sax.
Hacemos, en un cruce de sendas, un giro y una bajada brusca a la derecha y nos ponemos en dirección a la Font del Llop.
Avanzamos en dirección norte por la pista que, rodeada de pinadas y campos de cultivo nos conduce al Mas de la Font del Llop de Baix y el Mas de la Font del Llop de Dalt, así como a la propia fuente.
El camino, con un suave ascenso, nos acerca de nuevo hasta el Mas del Carrascal y, siguiendo la pista, a la Font primera y al lugar donde tenemos el coche aparcado.
Regreso a Alicante, aunque antes una parada en Castalla para beber unas cervezas y tomar un aperitivo.
Valoración: 3***
Recomendable: Por descontado. Han sido aproximádamente unos 10’50 kilómetros, con un desnivel de unos 365 metros, hechos en un muy buen tiempo. A destacar, la buena compañía y las risas que nos hemos pegado.
Para este primer lunes de octubre he optado por una caminata que hacía casi un año y medio que no realizaba; la Serra de Biscoy(en algunos mapas está escrito con ‘i’ latina, en lugar de griega).
Me he dirigido a la población de Ibi y en la carretera CV-801, que une ésta con Banyeres de Mariola, poco antes de llegar a la Venteta dels Cuernos, he aparcado el coche y he comenzado esta ruta.
Prácticamente casi todo el desnivel de este recorrido está en el primer kilómetro. Una subida muy pronunciada por una senda bastante bien visible.
Una vez llegado a la cumbre de la sierra (aquí no hay vértice geodésico) se puede observar la hermosa panorámica de las sierras de los alrededores.
El punto más elevado del Biscoy (1.164 m.s.n.m.) está señalizado por una pértiga clavada en un montón de piedras y coronada por una larga cinta que ondea al viento.
Comienza el descenso. Ahora me dirijo por senda a la parte oeste de la sierra en dirección a la Penya Roja y al Alt del Palomaret.
Me encuentro en mi camino con una amplia zona que ha sufrido los efectos de algún reciente incendio (la última vez que estuve aquí, este desastre no se había producido)
Por otra parte tampoco me extraña que pasen estas cosas. La gran mayoría de las sierras están muy abandonadas. Ésta en concreto, de todas las que he visto últimamente, es una de las que más. Tiene un montón de pinos caídos (seguramente debido a los últimos temporales de nieve y lluvia). Necesita con urgencia una limpieza y un saneamiento a fondo.
Dejo la sierra de Biscoy, tomo el camino que me conduce al Cantalar y, por un sendero lleno de troncos y ramas de árboles caídos, llego a la pista por donde pasa la GR7 y me lleva al Mas del Palomaret.
Esta pista discurre por la cara norte del Biscoy y me acerca hasta la Venteta dels Cuernos y a la zona donde tengo aparcado el auto.
Llegada al vehículo y regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Absolutamente sí. Han sido casi ocho kilómetros, con un desnivel de unos aproximados 350 metros, hechos en un tiempo más que aceptable. Una mañana algo fresca y despejada que ha dado luminosidad al paisaje.
Las previsiones para hoy no auguraban buen tiempo y un potente Garbino ha terminado por anunciar posibilidad de lluvias en la provincia.
A pesar de todo, yo me he animado y me he lanzado a hacer una sencilla ruta por los alrededores de Castalla, concretamente por la zona de Les Planisses.
Igual que hice hace doce días, me he dirigido hasta la Replana del Pino, en plena carretera CV-837, la que une Petrer y Castalla, he dejado el coche y he iniciado una caminata que, en esta ocasión, me ha hecho disfrutar de toda la zona de Planisses.
En el Collado de Portell tomo la pista de la izquierda, un ascenso que me lleva al Pou de Neu del Carrascalet.
Más arriba, siguiendo esa misma pista y tomando una pequeña senda a la derecha (bastante bien señalizada con un hito) llego hasta el Alt del Carrascalet (1.245 m.s.n.m.), también señalizado con un buen montón de rocas.
Vuelvo a la pista y, a no demasiados metros, encuentro un nuevo hito que marca otro de los altos de esta sierra, el de Planisses (1.241 metros). Éste me cuesta un poco más encontrarlo, la senda está poco pisada y no muy bien señalizada.
También este punto elevado tiene su conjunto de rocas.
Vuelvo, tras varias equivocaciones, a la pista inicial, que me llevará, ahora con facilidad, al siguiente punto de interés, la Cova de Mossén Francés.
Las vistas del valle de Catí, desde la entrada de la cueva, son una auténtica maravilla.
Vuelvo de nuevo a la pista, ahora en descenso, y en un cruce de sendas, tomo la que me va a llevar, por entre una espesa pinada, al Pou de Neu y las Casas de Planisses.
También, desde estos hermosos campos de cultivo, la panorámica de las sierras cercanas es brutal.
Una visita a la cava de nieve y las casas, todo ello en progresiva ruina, pone punto final a los puntos clave de esta caminata.
Ya solo queda seguir la pista, tomar una senda (la que lleva a la Cova del Tío Melchor) y volver al camino que nos conduce hasta el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Absolutamente. Han sido cerca de 8 kilómetros, con un desnivel que ha rozado los 300 metros y hecho todo en un tiempo más que interesante.
Para este último lunes del mes de septiembre, una mañana fresca y luminosa, Salva, Fuen y yo, hemos decidido hacer una caminata por una de las zonas con mejores panorámicas de prácticamente toda la provincia de Alicante.
Hemos dejado el vehículo a las puertas del Hotel-Restaurante Pou de Neu (Pou del Surdo), en plena Serra de la Carrasqueta. Desde aquí hemos iniciado nuestra ruta que nos ha llevado hasta la Serra de Plans y su vértice geodésico.
Ya desde el comienzo las vistas son espectaculares. Ante nosotros tenemos en un alto porcentaje la costa alicantina, impresionante incluso a pesar de la neblina.
También las sierras de los cuatro puntos cardinales se muestran con toda su belleza.
Serra d’Aitana, Puig Campana, Bernia, Ponoig, Castellet, Carbonera, La Grana, Cabeçó d’Or, Galiana, Penya Migjorn, Fontcalent, Maigmó, Serra d’Onil, Serra del Menejador, Serra Mariola, Montcabrer, Benicadell, Serreta, Serrella, Almudaina, y algunas más
Ascendemos por el Racó de Matet y el Racó de Xomarra para descender hasta llegar al Collado del Portell y volver a subir por la Costera de la Mare de Déu y llegar, por fin, al vértice geodésico de Plans (1.330 m.s.n.m.)
Aquí tenemos una parada para refrescarnos, comer y beber algo, y hacernos las fotos de rigor en el punto más elevado.
Comenzamos ahora el regreso. El camino se realiza por el mismo sendero que nos ha llevado al vértice. Lo que fue ascenso, ahora es bajada… y al contrario.
Las vistas siguen siendo grandiosas. Llegamos al auto.
Vimos al principio de la caminata que el Hotel-Restaurante está abierto (según nos cuentan, el local ha estado seis años cerrado al público pero ahora vuelve a funcionar) y, una vez llegados al coche, nos hemos tomado unas cervezas en la zona que rodea el edificio.
Después, regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente. Han sido 10’30 kilómetros, con un desnivel de cerca de 400 metros y realizado en un tiempo prudencial. Un día estupendo y una compañía de lujo.
La verdad es que hoy, nada más levantarme, asearme y desayunar, me he preparado para hacer una caminata por la sierra; ha sido ‘pensat y fet’.
Me he dirigido, por la autovía que va por el interior, hasta Castalla y, desde aquí, a la Replana del Pino (cerca del Collado del Portell, camino de Catí), donde he aparcado el coche.
Un recorrido bastante corto, aunque muy bonito, que me ha llevado hasta el vértice geodésico de esta sierra, la del Despeñador.
En el Collado del Portell dejo la carretera y comienza un ascenso acusado hasta la cumbre.
Un buen rato allá arriba, haciendo las habituales fotos de rigor y disfrutando de las alucinantes vistas.
El regreso al coche lo hago por la pista que hay en la cara noroeste y que desciende rodeando la sierra.
El camino me lleva, sin ninguna dificultad, a la carretera y, está, al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto que sí. No han llegado a ser ni seis kilómetros, con desnivel de unos 289 metros, hecho sin prisa pero sin pausa.
Para este caluroso domingo de septiembre hemos preparado una salida por la Comarca alicantina de la Marina Alta, concretamente a la Vall de Pop.
En esta ocasión el grupo ha sido numeroso. Eva, Julia, Carmen, Fuen, Pilar, Carol y yo, hemos salido desde Alicante. A la altura de Benissa se nos ha unido Salva, y desde aquí ha comenzado nuestra excursión dominguera.
Por autopista hemos llegado a Pedreguer y, en esta localidad, hemos tomado la carretera CV-733 que nos acerca al Valle de Pop por el norte. Pasamos por Benidoleig y Orba, pero antes de llegar a estas dos poblaciones hacemos una parada para visitar la Cueva de las Calaveras.
La verdad es que yo esperaba otra cosa, sinceramente.
Se pagan 4 euros por persona. Control de tiques, inexistente. Vigilancia, cero. Límite de aforo (sobre todo ahora con la pandemia), nulo. La cueva no es más que una curiosa cavidad, eso sí, con unas formaciones rocosas bastante interesantes en la que no hay estalactitas, estalacmitas y columnas. Adornada con un muy dudoso gusto… Unas calaveras de plástico, unos horribles muñecos simulando los habitantes de aquel lugar y unas figuras de cartón piedra en la entrada a modo de trogloditas y dinosaurios (totalmente incongruente)… Vamos, decepción máxima.
A la entrada, en un bar, nos hemos repuesto de tal disgusto, tomando unas cervezas.
Hemos continuado con nuestro proyectado recorrido.
Pasamos por Benidoleig y Orba y tomamos, ahora sí, la carretera que nos conduce al Valle de Pop.
Primeramente llegamos a Murla y vamos directamente a visitar su Iglesia/Fortaleza de San Miguel Arcángel. Este es, según los expertos, el verdadero Castillo de Pop.
El tiempo se nos ha echado encima y la hora de la comida se acerca. Así que nos dirigimos a Llíber, la localidad en la que hemos reservado mesa.
En Bar Plaça, unos ricos aperitivos, un arroz senyoret, frías cervezas, postres, cafés y licores, todo ello acompañado de buena conversación y unas abundantes risas.
Damos una vuelta por el pequeño pueblo para bajar la comida.
Visita a la Iglesia de los Santos Cosme y Damián, paseo por el vía crucis que llega hasta el cementerio y una parada en el mirador desde donde se aprecia todo el Valle de Pop.
Volvemos a los coches y retrocedemos hasta llegar a la entrada de Jalón (Xaló), otro de los emblemáticos pueblos de este valle.
Aquí tomamos un sendero que atraviesa la zona llamada El Pla de es Hortes y que nos lleva hasta la Bassa dels Arcs.
Esta singular balsa fue construida a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Su principal característica es la de estar protegida bajo una serie de arcos que, cubiertos de cañizo, evitaba la evaporación del agua que contenía.
Tras esta interesante visita, volvemos a los coches e intentamos buscar un lugar donde tomar un café o algún helado. Entramos en Xaló y damos vueltas como tontos por todo el pueblo… hasta que encontramos una cafetería abierta en plena plaza de la iglesia de Santa María.
Después de refrescarnos, tomamos los autos y ya nos dirigimos hasta Benissa, el pueblo donde el grupo había comenzado juntos la excursión.
Una vez allí, cada mochuelo a su olivo y… regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Ha sido una jornada tan interesante como calurosa. Buena comida y mejor compañía, bonitos pueblos con lugares atractivos y cautivadores.
La primera caminata de septiembre, una ruta que no he comunicado a los compañeros de travesía hasta hoy mismo, presentándola como ‘la ruta sorpresa’, nos ha llevado a Salva, Fuen y yo (al final ha fallado Carol) hasta el área recreativa de L’Estepar, donde comienzan (o acaban, según se mire) los túneles de la Vía Verde d’Alcoi.
La ruta preparada inicialmente era un trayecto por la zona de L’Estepar y ver alguno de los puntos de interés que la rodea.
La caminata comenzaba a partir del primer túnel de la Vía Verde, sin ninguna intención de entrar por él, pero al ver que está iluminado (y además muy bien iluminado) hemo optado por hacer el recorrido de ida y vuelta por el mismo y después seguir con la ruta estipulada.
Una vez completado este añadido a nuestra caminata nos hemos puesto manos a la obra con nuestra idea inicial.
Siguiendo la Vía Verde, la dejamos a la altura de una enorme carrasca y tomamos una pequeña senda que nos adentra en ascenso hasta las proximidades del Mas de la Cova.
Desde aquí se puede, a pesar de lo nublado del día, contemplar la extensión de l’Estepar con El Puig y la Serreta al fondo.
Tropezamos con una higuera cuajadita de verdales y, como posesos, nos ponemos a disfrutar del dulzor de sus higos.
Estamos ya muy cerca de las paredes donde se encuentran las Pinturas Rupestres de la Sarga.Esta hermosa manifestación de arte, junto a muchas otras en todo el Arco Mediterráneo, está considerada Patrimonio de la Humanidad.
Seguimos ahora por vía pecuaria hasta llegar al Mas dels Ginerets, aquí otra higuera en el sendero, un pequeño expolio, estos frutos están menos dulces, continuamos nuestro camino.
Al fondo, la urbanización del Estepar y campos de cultivo.
Un grandioso nogal nos sorprende y nos lleva a la senda que conduce al cruce asfaltado y a la subida al Puig.
Llegamos, al fin, al Puig de les Florencies.
El Puig de Alcoy es un buen ejemplo de poblado fortificado en altura de época ibérica, entre los siglos VII y IV aC. Al amparo de una abrupta topografía se construyó un pueblo que ocupaba la práctica totalidad de la colina y que estuvo protegido por un excepcional torreón.
El poblado tenía una extensión próxima a 1,5 ha donde vivirían unas trescientas personas. Tuvo un aspecto compacto y un trazado urbanístico regular con grupos de casas cruzados por calles rectilíneas. Los rellanos naturales estaban ocupados por bloques de viviendas formando pequeños barrios y entre ellos se encontrarían espacios abiertos, donde se desarrollaban trabajos cotidianos, como el procesamiento de los frutos del campo, o el trabajo de la lana.
El yacimiento arqueológico de El Puig, conocido desde la década de 1910, ha sido objeto de excavaciones a lo largo de más de cien años. Junto con La Serreta (Alcoy, Cocentaina, Penáguila), es un referente que ha contribuido valiosamente al conocimiento de la cultura ibérica en las tierras valencianas.
Un tiempo disfrutando de este poblado/yacimiento, aprovechando para comer y beber algo y, después, volvemos, por carretera al lugar donde hemos aparcado el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Hemos disfrutado de una mañana bastante fresca (algo que ya estábamos deseando) y nubosa. Han sido, con el añadido del túnel, unos 12’150 kilómetros, con un desnivel de 368 metros y, todo ello, hecho en un tiempo más que óptimo.
En esta tórrida mañana, último miércoles del mes de agosto, de un verano muy muy atípico pero absolutamente caluroso, nosotros, Carol, Fuen, Salva y yo, nos hemos acercado hasta la población de Alcalá de la Jovada, en plena comarca del Comtat, para realizar una caminata que nos ha llevado hasta la Serra de la Foradá, frontera entre los valles de Gallinera y Alcalá.
Salimos desde la misma población y, a muy pocos metros, pasamos el cauce del Río Girona (naturalmente, en agosto, sin rastro de agua) y nos encontramos con el despoblado morisco de Adzubieta, unos de los más importantes de esta zona.
Hay que recordar que esta parte del Comtat, en los valles que lo componen, fue el territorio del caudillo andalusí Al Azraq (1208-1276) (El de los ojos azules). Personaje al que se le atribuye su nacimiento en Alcalá de la Jovada y que tuvo tremenda importancia en los años de la que se ha llamado ‘Reconquista’, rebelándose contra Jaime I en diferentes ocasiones.
Después de la expulsión de los moriscos (1609) estos poblados se ocuparon por viejos cristianos llegados de otras tierras que, poco a poco, fueron dejaron abandonados.
Hay gran cantidad de despoblados, que actualmente se pueden recorrer mediante una ruta senderista.
Tomamos la senda que nos lleva en suave ascenso por el valle hasta la Penya Foradá, un gran arco de piedra que corona esta sierra y que domina los dos valles.
Allá arriba, y bajo la sombra del arco, hacemos una parada para el refresco y la observación de los alrededores. Maravillosas vistas desde esa atalaya.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar, por estrecha senda, hasta otro de los puntos de interés de la parte alta de la sierra; el corral/cueva del Moro que hay en la Penya Alta.
Un abrigo que se abre a la cara norte de la montaña y que ha sido tapado con rocas para servir como corral y refugio de los animales en tiempos adversos.
Iniciamos el regreso, descendemos por senda para pasar por los corrales de L’Urbá y de Vicent el Salauero.
En algunos momentos caminamos por la misma pista del inicio, hasta un cruce que nos acerca, pasando el cauce del río, al área de recreo que hay a pie de carretera (CV-712), próximo al camino del nevero.
Una nueva parada para refrescarnos a la sombra de los árboles y… tomamos dirección al Pou de Neu de Baix.
El pueblo está ya muy cerca. Llegamos y damos una vuelta por algunas de sus calles. Vamos hasta el coche y nos dirigimos a la salida de Alcalá, donde hay un bar, nos bebemos una cuantas cervezas, nos echamos unas risas ya relajados y…
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: El salir a caminar a la sierra siempre es recomendable, aunque el sol te castigue con toda su crudeza. Han sido 7,50 kilómetros, con un desnivel de 202 metros, hechos sin prisa pero sin pausa. Muchos puntos de interés, muy buenas vistas y una compañía de lujo.
Agosto comienza su recta final y nosotros teníamos preparada esta caminata para dar un broche de oro a la visita de Carmen a estas tierras alicantinas.
Hasta las cercanías de la ciudad de Alcoy, concretamente en un claro de la carretera CV-795, frente al restaurante Font dels Patos, hemos aparcado el auto y, Carmen, Fuen, Salva y yo, hemos comenzado nuestra ruta.
Nuestra primera visita ha sido al Castillo de Barxell y, por pequeña senda, hemos llegado, entre pinos, al mirador del Salt.
Era difícil que en el Salt , a estas alturas del verano, encontráramos agua pero las vistas panorámicas de Alcoy y los valles y sierras que lo rodean es algo espectacular.
Después hemos tomado el sendero que desciende hasta el Racó de Sant Bonaventura, el área recreativa con sus bancos y su arboleda, donde el río Polop, con sus saltos de agua y pozas, ofrece un paraje muy especial para tener momentos de relax.
Hemos continuado, después de una pausa para el refresco, por sendas en ascenso, siguiendo el cauce del río, en algunos momentos sencillos, en otros algo más complicados, ayudándonos de cadenas para evitar caídas.
Llegamos hasta la zona de Els Canalons, unos enormes peñascos de forma fantasmagórica que le dan un toque al paisaje muy especial.
Hacemos un breve descanso en un abrigo en la roca, en el cruce con la GR7, y, desde aquí sólo queda seguir en dirección a la Font dels Patos, el Castillo de Barxell y el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Totalmente. Han quedado encantados. Era una ruta que desconocían y les ha parecido muy especial. Son sólo algo más de 8 kilómetros, con un desnivel de unos 290 metros pero… la combinación entre los puntos de interés y una cierta dificultad hacen tremendamente atractiva esta ruta.
En este soleado lunes de agosto, Carmen, Fuen, Salva y yo, nos hemos dirigido a las afueras de la población de Banyeres para realizar una caminata por la Sierra de Mariola.
Un recorrido que, desde las puertas del cementerio del pueblo, nos ha llevado, por vía pecuaria, hasta la carretera CV-794, la que une la ciudad de Alcoy con Bocairent, pasando por el Massif de Benifarraig, el Cabecet del Águila, el Morro del Porc y el Pla de l’Ánima.
Llegados a la carretera, tomamos el desvío a la derecha que nos conduce al Mas de la Rambla. Desde este punto comenzamos a seguir el curso del río Vinalopó.
Un río que por esta zona aún no luce en todo su esplendor (mucho menos en pleno agosto) pero… ya comienza a intuirse.
Llegamos hasta la zona de la Font de la Coveta y, ahora sí, vemos el Vinalopó en toda su belleza gracias a las pozas, saltos de agua y, sobre todo, el aporte de agua que le da la Font.
Seguimos disfrutando de la vegetación que abunda en los márgenes del río y del frescor de sus aguas hasta llegar al Molí de Blanes, donde el Vinalopó sigue su curso y nosotros tomamos el desvío que nos llevará hasta la población y hasta el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Los compañeros no conocían esta ruta y han quedado bastante sorprendidos. Han sido 11’2 kilómetros, muy sencillos y con un desnivel de unos 138 metros.
Llevamos dos semanas del mes de agosto respirando auténtico fuego (mucho más a través de las mascarillas).
Hoy hemos hecho de tripas corazón y nos hemos animado a realizar una excursión por uno de los pueblos más bonitos de nuestra provincia, Biar.
El grupo ha estado compuesto por Carmen, Carol, Fuen, Eva, Julia y yo.
El primer punto de interés que hemos visitado ha sido el Acueducto Medieval que se encuentra al norte de Biar, a pocos metros de la carretera CV-804 que lleva hasta la población de Banyeres de Mariola.
Esta construcción del siglo XV, realizada por el arquitecto gerundense Pere Compte, se compone de tres arcos, dos ojivales y uno de medio punto, y conducía las aguas salvando el desnivel de la Rambla de los Molinos.
Después, y no muy lejos de este primer monumento, nos hemos dirigido hasta la Ermita de los Santos de la Piedra.
Este pequeño templo está dedicado a los Santos Abdón y Senén, primeros mártires del cristianismo (siglo III).
Esta es una de las tres ermitas del siglo XIII, que rodean la población, y que fueron ordenadas construir por Jaime I (las otras dos son las de San Ramón o del Rosser y la de Santa Lucía) que sirvieron al rey conquistador para asediar a los musulmanes en la fortaleza de Biar.
Aprovechando los bancos que hay en la pinada que rodea la ermita, hemos hecho una pequeña parada para refrescarnos y tomar un piscolabis.
Una sorpresa que nos ha dado la mañana ha sido la aparición de un señor con su perro, paseando por el monte, y al que le seguía, por hache o por be, un enorme ‘jabalí’, que parecía estar domesticado.
Dejamos la ermita, tomamos los coches y nos dirigimos directamente al pueblo y al parking del castillo.
Unas buenas vistas de los alrededores y una pequeña y sencilla caminata hasta el interior de la construcción. Llegamos a la puerta de la Torre del Homenaje y Carol, Fuen y yo hemos subido por su empinada escalinata hasta lo alto del castillo.
Esta fortaleza, que data de la época árabe, del siglo XII, guarda entre sus muros una amplia sucesión de acontecimientos históricos, desde la conquista por parte de Jaime I, pasando por la participación en la Guerra de los dos Pedros, numerosas acciones bélicas, la Guerra de Sucesión, la Guerra de la Independencia, etc…
En el año 1931 se declaró Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico Artístico.
Mobiliario y techo de una de las salas (Torre del Homenaje)
Dejamos el castillo, volvemos a los coches y nos vamos hasta la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia.
En los alrededores del templo, nos agenciamos una mesa con bancos de piedra, a la sombra de los pinos y… desplegamos todo lo que llevamos en el coche para comer tranquilamente a la fresca. Neveras con cervezas frías, empanadillas, aceitunas, coca de Muchamiel, panecillos con tomate y aceite, lomo, jamón, queso, salchichón, sandía etc…
Ahhh… y un sandwich que se había traído Fuen, jajajaja 😉
Después de la comida, recogemos los bártulos y nos vamos a visitar la iglesia. Tenemos la suerte de encontrarla abierta. Una vuelta por su interior y, más tarde, nos dirigimos al nevero de Biar (siglo XVIII).
Este ya es el último pedazo de historia que visitamos.
Regresamos a Alicante, pero antes hacemos una parada en la población de Castalla para tomar un café y unos helados.
Valoración: 4****
Recomendable: Ha sido una mañana muy agradable, visitando una bella localidad, viendo elementos históricos interesantes y gozando de una buena comida y una excelente compañía.
Para este penúltimo viernes de julio, Fuensanta, Carmen, Salva y yo, hemos hecho la caminata que teníamos, hace días, preparada.
Hemos dejado el coche el el parking del hotel de Catí para realizar una ruta circular que nos ha llevado por algunos de los lugares de interés de la zona.
Hemos dejado el hotel, pasando por sus jardines y su bloque de boulder, y nos hemos dirigido, por pistas, hasta el lugar donde se encontraba hace unos años la Casa de la Administración.
Ahora sólo queda el solar vallado de la misma, su pozo de nieve (bastante deteriorado) y en sus campos, el magnífico castaño de indias y el viejo roble.
Desde este punto, seguimos la senda que nos adentra de lleno en pleno Barranco de Badallet.
Encontramos, al final de esta sección de la rambla, los pozos y las ruinas del Molí del Sofre, poco antes de llegar a la carretera (CV-837) y la Casa del Pantanet.
Desde aquí comienza el regreso y dejamos el descenso del barranco para tomar la senda que asciende por la Sierra de Catí, en dirección al Alto de Ponce, la torre de vigilancia forestal y la Ermita de la Purísima.
Unas fotillos en los alrededores del templo y… ya sólo queda tomar la pista que nos conduce, sin más dificultad, hasta el parking del hotel y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Por supuesto. Han sido unos 10 (+/-), con un desnivel de aproximadamente unos 220 metros, hechos sin prisa. La mañana ha sido tremendamente calurosa. He elegido esta ruta por ser sencilla y para ver cómo respondían mis acompañantes y… el que casi se deja los hígados he sido yo, jajajaja 😮. Los cabrones tienen buena forma física!!!
Para este caluroso lunes de julio he optado por una de las rutas más conocidas de la provincia de Alicante; la que recorre, en uno de sus diversos itinerarios, el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja.
Zona Recreativa
Dejo el coche en el parking del Santuario y, desde aquí, comienzo mi caminata.
Atravieso la zona recreativa cercana al templo y tomo la pista que asciende por la falda norte de la sierra, entre carrascas, pinos y multitud de vegetación que lo convierte en un lugar de belleza extraordinaria.
Cova Gelada
Carbonera
En mi ascenso me encuentro con la Cova Gelada y la Carbonera.
Mirador de Pilatos
Sigo mi subida y me detengo en el Mirador de Pilatos, desde el que se contemplan unas panorámicas de la Foia d’Alcoi y las sierras que la rodean increíbles.
La pista me acerca hasta el Mas de Tetuán, su Teix (Tejo) centenario y la zona recreativa.
Una brevísima parada para beber y sigo mi camino, esta vez abandono la pista y camino por una vereda que me llevará hasta La Teixereta.
Teix centenario
Mas de Tetuán
Zona Recreativa
Teixereta
Este es uno de los picos más visitados de este Parque Natural (1.341 m.s.n.m.).
Una cruz, entre otros objetos (un buzón, una veleta, etc…), sobre un montón de piedras lo convierte en un punto peculiar.
Continúo mi ruta. Ahora me incorporo a la pista y me dirijo al depósito contraincendios, a la caseta de observación/vigilancia y al vértice de la sierra, El Menejador (1.356 m.s.n.m.)
Menejador
Observatorio y Vigilancia
La ciudad de Alcoy desde lo alto
Comienza ya el regreso. En un principio, y esperando que me acompañara gente, la ruta iba a tener un retorno diferente al que finalmente he elegido.
Iba a ser más corta (7 kilómetros), atajando por la senda que baja por el carrascal.
Cava del Menejador
He decidido volver por la misma pista de subida, visitar la Cava de Nieve del Menejador y pasar de nuevo por el Mas de Tetuán hasta llegar al Santuario y al coche. Esto le ha dado a este solitario recorrido unos kilómetros de más.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Naturalmente que sí. Finalmente han sido unos 10’5 kilómetros, un desnivel de 375 mts. y, todo ello, hecho en un tiempo más que aceptable.
Lunes, 13 de julio. Día de fuego. La verdad es que cuando la mañana comienza con estos calores… a uno se le quitan las ganas de salir pero… una vez que te animas y decides ir a la sierra, todo cambia y… no te arrepientes de haber salido.
Me he dirigido hasta los alrededores de Castalla, concretamente al espacio natural de la Font del Carrascal, en la umbría de la Sierra de la Argueña (Argüeña, según algunos mapas).
Desde aquí, he tomado la senda que asciende, entre hermosos pinares, al Mas del Carrascal; una finca magnífica, cuidada con un esmero exquisito.
Cojo la pista que me acerca al Pou de Neu de la finca. Un nevero perfectamente reformado, situado en un lugar privilegiado y con unas panorámicas espectaculares.
Continúo con el ascenso y me dirijo ahora hasta el cortafuegos que hay en la sierra.
Aquí, en pleno cortafuegos, resbalo con unos guijarros, pierdo el equilibrio y me doy una leche de tres pares de narices con la rodilla izquierda. Quedo un buen rato sentado en el suelo dolorido, muy dolorido.
Limpio la herida con el agua que llevo y decido volver al punto de partida, en lugar de retomar la ruta; no tanto por la herida como por lo dolorido que me encuentro.
Eso hago, comienzo el regreso.
Vuelvo a pasar por el Pou de Neu, por el Mas del Carrascal y… ,en lugar de tomar la senda hasta la Font del Carrascal, sigo la pista que rodea el Cabeçó de la Paella y así acceso también a la fuente y… al coche.
Antes de tomar la dirección a Alicante, paso por el pueblo de Castalla, localizo una farmacia y compro Betadine y gasas, para curar mi rodilla.
Ahora sí, regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Siempre, a pesar de los pesares. Han sido unos 6’5 kilómetros (cuando tenían que haber sido unos 10) y con un desnivel de 280 mts. (+/-).
Esta semana está siendo tan calurosa que las ganas de caminar por la sierra se han evaporado, pero hoy he decidido aventurarme.
Me he dirigido al puerto de montaña de Biar y por la carretera que accede a las antenas del Reconco, a la altura de la explanada del depósito contra incendios, he aparcado el coche.
El recorrido planeado ha sido bien sencillo, llegar a la Font de Soriano…
Tomar la pista que lleva hasta el campamento de Fontarbres y llegar al cruce con la pista a Benassait y la del Mas de Fondoma y Onil.
En este punto, en la ladera del Alt de la Creu, mi intención ha sido la de encontrar uno de los petroglifos que hay en la zona.
He estado un buen rato, bajo un sol que era puro fuego, peinando la zona en busca de la piedra con el grabado rupestre, pero sin éxito.
He seguido la pista que conduce a Benassait y, en otro de los cruces, he tomado el camino de la Font del Xorro.
Aquí, ahora ya he comenzado el regreso, hago una parada para aprovechar las aguas frías de esta fuente y evitar la sofocante mañana.
Ya solo queda retomar el mismo camino del inicio, volver a pasar por el Mas de Fontarbres, por la Font de Soriano y, 1’3 kilómetros después, llegar al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Claro, eso siempre. Han sido 10’5 kilómetros, con un desnivel de unos 250 mts. hechos en un buen tiempo, a pesar del bochornoso día.
Para este caluroso lunes de junio he seleccionado una caminata por la Serra dels Plans.
Una mañana que ha comenzado algo brumosa pero, con el paso de las horas, se ha tornado en un día claro, luminoso y de elevadas temperaturas.
Comienzo la ruta dejando el auto en el puerto de montaña de Benifallim.
Aquí tomo la senda que rodea la cara sur de la Serra de Rontonar (Rontomar/Rentonar/Rentomar, depende del mapa que consultes) y me dirijo al Pou de Neu.
Poco antes de llegar a la Cava de Nieve, me desvío a la derecha por la senda, ahora ya en la Serra dels Plans, que asciende al vértice geodésico.
A medida que se asciende las vistas son cada vez más espectaculares.
Ante mí, las sierras de los alrededores… Aitana, Puig Campana, Serrella, La Grana, Carrasqueta, Font Roja, etc… Y las poblaciones más cercanas… Jijona, Alcoy y Torremanzanas.
Último tramo, por la Costera de la Mare de Deu, hasta la llegada al Vértice (Plans, 1330 m.s.n.m.), con sus fotos de rigor.
En una peña cercana, un grupo de cabras tomando el sol en lo alto.
Comienzo el regreso. Todo lo que era subida ahora se vuelve en bajada. El camino, salvo un pequeño desvío de 1’6 kilómetros para llegar al Pou de Rontonar, es el mismo que el del inicio.
Una pequeña parada en el nevero para beber y comer algo y comienzo el descenso hasta llegar al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda, sí. Han sido, entre unas cosas y otras, algo más de 8’5 kilómetros, con un desnivel cercano a los 330 mts, hechos en un tiempo, teniendo en cuenta el calor, más que correcto.
En este último viernes de junio, me he dirigido a las proximidades de la localidad de Biar para realizar una ruta por la Serra del Frare.
Una mañana extremadamente calurosa que ha invitado a efectuar la caminata con calma y cabeza, procurando hacer mini paradas, preferiblemente a la sombra de algún árbol, para beber agua.
Dejo el coche a las afueras del pueblo, en un claro de la pista, próximo al Racó de Santonja.
Tomo la senda que asciende, entre una magnífica pinada, hasta el Altet de les Foyetes.
Desde aquí, las vistas, tanto de una vertiente de la sierra como de otra, son espectaculares.
A lo lejos se pueden contemplar las poblaciones de Sax y Biar, así como las sierras de los alrededores, Reconco, Fontanella, Argëña, Salinas, Cabrera, Camara, Marín, etc…
Continúo en ascenso para llegar al Alt Redó y sus majestuosas panorámicas.
Ahora me dirijo, entre algún pequeño descenso y unos cuantos ascensos más, hasta el vértice geodésico de esta sierra, Frare, con sus 1044 metros sobre el nivel del mar.
Desde este punto se pueden ver algunas poblaciones más, a lo lejos, como Villena, Beneixama, etc…
Comienzo el descenso y el regreso al punto de inicio.
En esta ocasión, sigo la senda que me lleva hasta El Rebolcador, en la pista que une ésta sierra con la de Peñarrubia de Villena.
Ahora la pista recorre de Oeste a Este la cara norte la la sierra (la Umbría del Frare) y me dirige en un descenso bastante cómodo hasta el auto.
Sólo hay un tramo, casi al final del recorrido, de ascenso ‘tocapelotas’ por un camino entre pinos y, poco después, se llega finalmente al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente. Han sido cerca de 9 kilómetros, con un desnivel de unos 380 mts., hechos en un tiempo más que aceptable. Sencillo recorrido, con vistas alucinantes y donde la única dificultad ha sido el calor.
Para este jueves tenía pensado salir a la sierra y efectuar una caminata.
Hablando, la noche anterior, con Pedro, comentamos lo de hacer una ruta los dos, aprovechando que tiene unos días de vacaciones. Por supuesto, dije que sí y he preparado una salida por la zona de la Sierra del Maigmó.
Me he llevado una agradable sorpresa cuando, en el lugar donde habíamos quedado, han aparecido Jesús y José (Pequeño) para unirse a esta salida.
Hemos dejado los coches en el Collado del Portell, en la carretera que se dirige a la zona de Catí.
Desde aquí y a través de pistas y senderos hemos llegado al Pou de Neu del Carrascalet, al Cerro de la Perdigonada y a la Cova de Mosén Francés.
Llegamos a la Cova y, sin duda alguna, admiramos las maravillosas vistas del valle y las sierras del alrededor.
Continuamos en dirección al Alt de Guisop, otro de los puntos de interés de esta caminata. También, desde aquí, unas panorámicas espectaculares.
Iniciamos el regreso, tomando un desvío que nos ha llevado a Planisses, su Pou de Neu y las Cases de Planisses.
Después de este desvío, hemos vuelto a la senda y la pista que nos ha conducido directamente hasta los coches.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda, sí. Han sido cerca de 11 kilómetros, con desnivel de 385 mts. y hecho en un tiempo aceptable. Lo mejor, la compañía y las maravillosas vistas.
Aunque hasta esta misma mañana no tenía claro dónde iría, sí estaba convencido que hoy haría una ruta por la sierra.
Finalmente me he decidido por la Serra de la Carrasqueta, caminata no excesivamente complicada, con estupendas vistas y de cómodo acceso.
Me dirijo, por la autovía A7, la que va de Alicante a la A35 (en las proximidades de Xátiva), y antes de entrar en el túnel que da acceso a la ciudad de Alcoy me desvío y tomo la carretera que lleva al puerto de montaña de La Carrasqueta y a la localidad de Xixona.
Allí, en una entrada a la derecha que conduce al Mas de Sant Ignasi, dejo el coche y comienzo la ruta.
Recorrido que me llevará, por pistas y senderos, al refugio de montaña de Esbarzerets y al vértice geodésico de esta sierra (Carrasqueta, 1205 m.s.n.m.)
Aquí, en lo alto, las típicas fotos con el vértice como protagonista.
Desde este punto se pueden observar las montañas de los alrededores que, a pesar de ser un día de nubes y claros, no dejan de ofrecer una magnífica panorámica.
Comienzo el regreso. Desciendo por la misma senda que tomé para subir pero, en un punto de la pista, me dirijo por el valle hasta un par de masías, la de Miralles y la del Niño.
Ahora ya sí, vuelvo sobre mis pasos, comienzo el regreso al coche.
Con esta primavera tan tranquila que han tenido los campos, ahora están de una belleza exultante.
Sin ninguna dificultad, llego al auto y vuelvo a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto que sí. Han sido unos ocho kilómetros, con un desnivel de 232 mts. y hechos, sin prisa pero sin pausa, en un tiempo más que aceptable.
Para este lunes, primer día de la semana catorce del confinamiento, y comenzando la fase 3 de desescalada, he preparado una caminata muy interesante.
Todo eso de las fases, los confinamientos y toda esa parafernalia suena muy bien pero… el puto virus de los cojones está ahí fuera acechando, no lo olvidemos.
Hoy el sendero en sí ha sido relativamente corto pero muy atractivo. Además, como, tanto a la ida como a la vuelta, he pasado por la misma localidad, he aprovechado para visitar algunos puntos de interés de la misma.
Me dirijo hasta la localidad de Campo de Mirra, al noroeste de la provincia de Alicante, en la Comarca del Alt Vinalopó, casi al límite con las provincias de Valencia (C.V.), Albacete (Castilla la Mancha) y Murcia (Región de Murcia), para hacer una pequeña ruta, que no sobrepasa los cinco kilómetros.
Antes, me pilla de camino, hago una parada en la población de Biar para visitar el Nevero, construido en el siglo XVIII y que se encuentra en el camino del Santuario de Nuestra Señora de Gracia.
Campo de Mirra , con el censo más pequeño de toda la Comarca (415 habitantes, en el año 2019), es un municipio de enorme relevancia histórica.
Subo al cerro de les Penyetes, última estribación al NE de la Sierra de la Villa, donde se encuentra la Ermita de San Bartolomé y el Castillo de Almizra.
Almizra, que es el nombre árabe del actual Campo de Mirra, tiene en lo alto del cerro, junto a la ermita, los restos de su castillo. Lugar en el que se firmó en el siglo XIII el famoso tratado de Almizra en el que Jaime I de Aragón y Alfonso X el Sabio fijaban las fronteras entre la Corona de Castilla y la Corona de Aragón.
Castillo que, aunque tan sólo conserva algunos restos de sus lienzos, ha sido o está siendo restaurado, según mi opinión, con un dudoso gusto, pero… eso no le exime de ser un lugar de máxima importancia histórica.
Muy interesante también la ermita de San Bartolomé desde donde se pueden apreciar las hermosas vistas que la rodean.
Siguiendo una pequeña senda en dirección al oeste llego al vértice geodésico (Penyetes) de este cerro, también llamado así.
Unas cuantas fotillos desde lo alto y, casi sin parar, comienzo el descenso y el inicio del regreso al auto, en un recorrido circular que dará un rodeo a esta sierra.
Llegada hasta las proximidades de la ermita, donde está el coche, y me dirijo ahora, nuevamente, hacia la población de Biar.
Un poco antes de entrar al pueblo, en un desvío bien señalizado, voy a visitar otros dos lugares de interés de esta mañana de junio.
El acueducto ojival, de 70 metros de longitud, se construyó en el siglo XVII para conducir las aguas de riego salvando la Rambla dels Molins, está formado por tres ojos, dos de ellos de arco apuntado y el más meridional de medio punto rebajado.
La imagen del acueducto con el castillo de Biar al fondo, brutal.
Por la misma carretera, un poco más en el interior, se encuentra la Ermita dels Sants de la Pedra (dedicada a los santos Abdón y Senén, primeros mártires del cristianismo), un templo del siglo XIII, rodeado de una hermosa pinada con zona de descanso y unas vistas del pueblo estupendas.
Aquí aprovecho para tomar un pequeño bocadillo y algo de refresco.
Vuelta al coche y… regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Totalmente. En una sencilla caminata de unos 5 kilómetros, con un desnivel de unos fáciles 130 metros, ha habido un nevero, dos ermitas, un castillo, un vértice geodésico, un acueducto… Qué más quieres? jejeje
Para la salida de hoy he madrugado bastante; a eso de las 6:00 ya estaba caminando.
He optado por realizar una caminata por el pueblo, darle un rodeo, ir a su playa y, por la orilla del mar, llegar hasta los Arenales del Sol para regresar por el interior al pueblo de nuevo.
Una mañana perfecta con una temperatura ideal y un cielo bastante despejado.
Caminando por la orilla del mar, con el sonido de las olas y la brisa en la cara… las cabezas se despejan y se recargan de energía.
Llego hasta la zona de playa de los Arenales del Sol, accedo a la zona de edificios por la pasarela de madera y, desde allí, me dirijo por el interior hacia El Altet.
Por la carretera paralela a las playas, por un carril bici que me lleva prácticamente hasta el mismo pueblo.
Antes, un buen desayuno en mi cafetería favorita y… regreso a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Claro que sí. Han sido unos 8’2 kilómetros, sin apenas desnivel y hechos en una hora y cuarenta minutos.
La semana 13 del confinamiento ha comenzado estando todavía en fase 2 y, para mi, no ha tenido un gran comienzo (cuestiones personales, vamos!!!).
Pero, hoy miércoles, he hecho de mi capa un sayo y me he lanzado a la montaña. He elegido, en esta ocasión, la Sierra de Catí.
Sobre las 13:00 he llegado a la zona del Pantanet, en el término municipal de Petrel. He aparcado el coche y he comenzado la ruta (un recorrido efectuado en multitud de ocasiones) dirigiéndome por sendas hacia la vía pecuaria que hay siguiendo el Barranco de Cachuli.
Llego al Collado de Amorós. Desde aquí, las vistas del valle y las sierras circundantes son espectaculares.
Sigo la ‘pr’ que, por vía pecuaria, me lleva a la caseta de vigilancia y observación. A continuación, por el mismo camino, se llega hasta la Ermita de la Purísima.
Comienza ahora el regreso, paso nuevamente por el puesto de vigilancia y sigo la vía pecuaria, ahora en dirección al Alto de Ponce.
Desciendo por estrechas sendas hasta llegar al Barranco de Badallet y la Casa del Pantanet, donde se encuentra el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Han sido 8 kilómetros, con un desnivel de 211 metros (+/-) y hechos en un par de horas.
Para esta tarde de viernes, Julia y yo nos hemos animado a hacer una caminata/minipaseo por la localidad alicantina de Castalla, en plena comarca de L’Alcoiá.
Hay que beneficiarse al máximo las franjas horarias que ofrece esta segunda fase del confinamiento y, sobre las 20:00, hemos iniciado este recorrido.
Antes de la puesta del sol, a eso de las 21:23, tenemos tiempo suficiente para darle una vuelta a Castalla, contemplar la magnífica Foia, los montes que la rodean y admirar su impresionante castillo.
Caminata de cerca de 4’5 kilómetros, con apenas desnivel y efectuada en un tiempo más que justo.
Aprovechamos, antes de tomar el coche y regresar a Alicante, para beber unos refrescos en una de las terrazas de la población.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Tener alguna actividad con mi hija es siempre recomendable.
También hoy me he animado a hacer una ruta senderista.
Para este primer jueves de junio he optado por un sencillo recorrido por la sierra donde se encuentra la Ermita de San Pascual, en Orito, término municipal de Monforte del Cid.
He comenzado a eso de las 12:30 con un viento importante, un calor insoportable y miles de moscas en el recorrido; tantas que si no llevas cuidado y no cierras la boca, te tragas alguna… 😮
Se inicia el recorrido desde la misma ermita y, por sendas bastante bien señalizadas, se llega hasta el vértice geodésico de esta sierra.
Una vez allá arriba, con unas vistas impresionantes, las habituales fotos en la cumbre.
Comienza ahora el regreso, un recorrido por otras sendas, algunas veces en descenso importante, hasta llegar a la pista llamada ‘Camino de la Sena’.
Entre casas de labranza y campos de viñedos, granados y almendros mayoritariamente.
La pista primero y la carretera después me va dirigiendo hasta la ermita.
Una fuerte subida por un acceso rocoso me lleva hasta el lugar donde tengo aparcado el coche.
Regreso a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto. Han sido solamente 5 kilómetros, con un desnivel de 250 metros, hechos en un tiempo más que aceptable.
Durante la ‘Reconquista’ (finalizada el 2 de enero de 1492 con la toma de Granada por parte del ejercito de los Reyes Católicos), a los musulmanes que siguieron viviendo en sus tierras, pero bajo dominio cristiano, se les llamó mudéjares.
Por cierto tiempo fueron respetadas sus costumbres y creencias religiosas, hasta que, entre 1520 y 1525, se les obligó a convertirse al cristianismo. A partir de entonces se les llamó moriscos (también conocidos como cristianos nuevos). Así pues, los moriscos eran cristianos forzosos, pero, en su inmensa mayoría continuaban siendo musulmanes de corazón.
Entre la segunda mitad del siglo XVI y comienzos del XVII se calcula que vivían en España aproximadamente unos 320.000 moriscos. En 1568, casi la mitad (150.000) residían en Granada, y en 1572 alrededor de 85.000 en el antiguo reino de Valencia. Pero, tras las rebeliones de Las Alpujarras (1568-1570) muchos se diseminaron por diversos lugares de la península. A partir de éste hecho en el territorio valenciano habitaban unos 135.000, en 1609.
Por aquel tiempo, en la actual provincia de Alicante, los moriscos se concentraban principalmente en las sierras de La Marina Alta (Vall d’Alcalá, Vall de Ebo, Vall de Gallinera, etc…), en tierras interiores del Valle Medio y Bajo del Vinalopó y algunos señoríos de La Vega Baja.
AL-AZRAQ
Hace alrededor de 800 años “el Azul” (Al-Azraq) nació en la Vall d’Alcalà, y heredaría después un vasto dominio entre las montañas del interior de los que ahora conocemos como las Marinas Alta y Baja. Su respeto hacia Jaume I era casi tan intenso como su antagonismo. Nacidos y muertos en años muy cercanos, el uno fue némesis del otro.
El rey pelirrojo (Jaume I) conquistó Valencia a base de acuerdos y no saqueos, y cuando alcanzó Dénia, envió a su hijo Alfonso a firmar el Tratado de la Jovada, por el que Al-Azraq renunciaría progresivamente a algunos de sus castillos a cambio de una tregua.
Al final la historia quiso que Al-Azraq fuera expulsado de sus tierras, aunque volvería casi dos décadas más tarde, ya sexagenario, para encontrar la muerte en Alcoy ante el ejército cristiano ‘inspirado’ por San Jordi.
LA EXPULSIÓN
A pesar de la triste derrota de aquel romántico jefe moro en 1276, su pueblo perduró en el agreste terreno de las montañas de la Marina Alta otros 400 años más. En 1576, los mudéjares, o musulmanes españoles que vivían en territorio cristiano, fueron obligados a ser bautizados, y ser, a partir de entonces, moriscos.
Pero en 1609, en plena guerra contra los turcos, la Iglesia y el Rey Felipe III optaron por deshacerse directamente del problema a través de la expulsión de aquellos “nuevos cristianos”. El Reino de Valencia perdió un tercio de su población, y con ellos se fueron su cultura y su gran legado histórico. Un éxodo que dejó, sobre todo, al territorio valenciano sumido en una enorme catástrofe económica, difícil de remontar.
DESPOBLADOS MORISCOS
Una muestra importante del paso de estos españoles por nuestras tierras se concentra en el norte de la provincia de Alicante, sobre todo en La Vall d’Alcalá, en las fincas, masías, alquerías, etc… moriscas de la zona.
Propiedades que, después de la expulsión, fueron ocupadas y repobladas por cristianos llegados de otras partes de la península, pero, finalmente, fueron abandonadas y despobladas.
L’ATZUVIETA
En la Vall d’Alcalá, los poblados moriscos de L’Atzuvieta, La Roca, La Cairola y El Benialí, han sido declarados por la Generalitat Valenciana zona arqueológica Bien de Interés Cultural.
Además de estos lugares, declarados BIC, existen otros no menos interesantes e importantes, que sirven , entre otras cosas, para el estudio de sus pobladores, su cultura, sus costumbres y para la práctica del senderismo.
En la Vall d’Alcalá también están los poblados de Saltes, el de Rafalet y el de Benixacos.Próximo al valle, en Tollos (comarca del Comtat) se encuantra el poblado de Capaimona.
SALTESSALTESRAFALETBENIXACOSCAPAIMONACAPAIMONA
En Benimassot, en la Vall de Seta, se puede observar el de la Torreta.
En Beniarrés, muy cerca del embalse, se encuentra el de Benillup o Benillut.
En la Vall de Gallinera, en la población de Benirrama, está el de L’Alcúdia.
Hoy también me he animado a hacer una caminata por la sierra.
En esta ocasión he optado por la Sierra del Cabo de Santa Pola y ha sido al mediodía por lo que no ha tenido muchos kilómetro para evitar demasiada exposición al sol; aún así… tela marinera la que ha caído!!!
He comenzado el recorrido en una entrada de tierra que hay en la Avenida de Mediterráneo, en la carretera que entra a Gran Alacant.
Por caminos y pistas me he dirigido hacia el faro.
Lo bueno que tiene esta sierra es que tiene muchísimos cruces de caminos y senderos y puedes organizarte la ruta ‘a la carta’, según las ganas y la complicación que desees.
Sin ninguna dificultad llego al faro, a los miradores y a la zona de refugios de la guerra civil.
Demasiada bruma en el horizonte pero, aún así, magníficas vistas del mar y de la isla de Tabarca.
También llego al vértice geodésico de la sierra y, para no perder la costumbre, me hago las fotos de rigor.
El regreso al punto de partida lo hago por otras pistas para que la ruta sea circular.
Ya son las 14:00 horas y paro, a la sombra de los pinos, a tomar un par de bocadillos y una cerveza.
Quince minutos después (+/-) vuelvo al camino.
Tres kilómetros más y llego al coche. Regreso a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente. Sólo han sido unos 8,50 kilómetros, hechos en unas 2,30 horas, un desnivel muy bajo y sin apenas dificultad pero… el calor ha sido brutal, y eso que aún no ha llegado el verano.
Hoy, que da comienzo la fase 2, se han relajado un poco las restricciones dentro del confinamiento y, por fin, se puede hacer senderismo sin distancia límite, aunque eso sí, en la misma provincia y dentro de unas franjas horarias.
Para este primer día de junio he optado por comenzar haciendo una ruta sencilla (hay que empezar poco a poco).
Inicio el recorrido desde el mismo pueblo y me dirijo por caminos, entre campos de cultivo y cotos privados de caza, a uno de los vértices geodésicos que aún no había visitado y que se encuentra bastante cerca de mi domicilio.
Camino en dirección oeste, hacia la partida de Balsares, en Elche.
Ha sido fácil encontrar el vértice geodésico.
Allí, como es habitual, una breve parada y unas cuantas fotos para el recuerdo.
El regreso, aunque dando un pequeño rodeo, ha sido prácticamente por el mismo camino de la ida y muy sencillo.
Han sido algo más de 9 kilómetros, en una luminosa mañana y hechos en dos horas.
Llegada al pueblo.
Valoración: 1*
Recomendable: Todos sabéis que yo siempre lo recomiendo. Además, después de 80 días de confinamiento, aunque la ruta hubiera sido una auténtica ‘mierda’ (que no es el caso) yo la habría recomendado.
Hoy me ha gustado la caminata. No por ser súper original; al fin y al cabo el pueblo en un par de días te lo comes con patatas.
Habrá sido, estoy seguro que sí, por la actitud.
A eso de las 6:30 me he puesto en marcha. La mañana se ha levantado con alguna nube y un poco más fresca que el día anterior.
He caminado por calles y sendas en dirección a las pistas del aeropuerto.
El verdor de los campos ya empieza a amarillear, se va acercando el verano (summer is coming!!!).
Vuelvo a las calles del pueblo y, antes de llegar a casa, hago una parada en la confitería, hacía muchísimo que no lo hacía, y me tomo un buen desayuno que, sinceramente, me hace enormemente feliz.
Hoy es un día particularmente especial. Es el aniversario de la muerte de mi padre y, cómo no, la caminata la quiero dedicar a su memoria.
He salido a la calle a eso de las 6:30 y la mañana se ha levantado bastante despejada y con buena temperatura.
Me encanta tener el pueblo y sus alrededores para mi solo y poder disfrutar de estos hermosos amaneceres.
Una buena vuelta por los caminos, esta vez algunos nuevos, y regreso al pueblo con las zapatillas más gastadas y el corazón lleno de energía.
El final del trayecto llega y, entre lo rural y lo urbano, me espera la guinda; un buen desayuno para dar por terminada esta caminata de 5’5 kilómetros.
La mañana se ha levantado despejada y calurosa y mi recorrido ha comenzado por esos caminos bordeando campos de cultivo, en esta ocasión, llenos de conejos.
Da gusto comenzar antes de que el sol esté en lo alto, son más suaves las temperaturas y las sendas están más solitarias.
Me resulta curioso la gran cantidad de graffitis que hay por muchos de los rincones de la localidad; algunos son verdaderas obras de arte.
El recorrido me lleva muy cerca del acceso a la playa. Posiblemente, la semana próxima me acerque hasta el mar.
Regreso al pueblo. Fin de la caminata. Antes, para rematar, un buen desayuno en la cafetería.
AQUÍ OS DEJO ALGUNAS HISTORIAS, MITOS Y LEYENDAS QUE CIRCULAN POR LA PROVINCIA DE ALICANTE.
SON MUCHAS MÁS, POR LO QUE POCO A POCO IRÉ AÑADIENDO.
La leyenda de Armengola.
El alcaide de Orihuela, Benzaddon, residía en la alcazaba de la ciudad, y no lejos de allí, en el Arrabal Roche, vivía Pedro Armengol con su esposa e hijas. La mujer era nodriza de los hijos del alcaide, por lo que tenia libre acceso a la fortaleza. Los mudéjares locales se unieron con los del reino de Murcia para pasar a cuchillo a los residentes cristianos, y para ello se fijó la fecha del 16 de julio. Benzaddon quiso salvar a la nodriza y su familia del exterminio contra los cristianos.
La mujer de Pedro Armengol quedó impactada con la confidencia y decidió salvar a su pueblo con una estrategia ingeniosa que consistía en vestir con las ropas de sus hijas a dos robustos soldado, que ocultaban armas bajo las mismas, y junto a ellos y su marido se presentó en la alcazaba, degollando con sigilo a los guardias de la fortaleza.
Las santas Justa y Rufina, que son muy veneradas en estas tierras se aparecieron en forma de resplandecientes luceros para posarse sobre la alcazaba.
Armengola, empuñando las armas y luchando como un hombre, hizo prodigios de valor.
La torre de homenaje fue coronada con la cruz en su más elevada almena
La muerte del alcaide, la caída del castillo en manos de los cristianos y la noticia de que se acercaba el ejercito salvador del rey Don Jaime impidió a los mudéjares poner en práctica su proyectada masacre.
La tradición continua arraigada entre el vecindario de Orihuela, la festividad de la liberación de la ciudad se conmemora el 17 de julio.
En la víspera, se encienden luminarias entre las ruinosas paredes del castillo y al día siguiente, la Corporación municipal acude a una solemne y concurridísima función religiosa en la parroquia de las santas Justa y Rufina. Allí el consejo y los demás ciudadanos escuchan cada año la portentosa hazaña de la valerosa mujer de Pedro Armengol.
A la llum del cresol.
Fa molt de temp quan no hi havia televisió, ni ràdio, ni llum elèctrica, quan es feia fosc i la nit era molt llarga, la gent intentava fer-la més curta explicant contes i relatsa la llum del cresol.
1 –Això era un vell que tenia guardats en un forat de sa casa cent duros de plata. Amb eixe capital pensava passar sense problemes els últims anys de la seva vida, quan ja no puguera guanyar-se el menjar.
Un día els nebots del l´home van trobar per casualitat el forat, i sense pensar-s´ho dues vegades es van emportar els diners. El ancià que freqüentement anava a visitar el seu tresor es va emportar un terrible disgust en veure que els cent duros havien desaparegut.
Al dia següent el vell es va alçar com si no haguera passat res, semblava més content que mai, tant que anava cantant aquesta cançó, per tote el poble:
“Cent que en tinc en un forat i altres cent que en posaré, que vellea passaré “
Els nebots que van escoltar la cançó van pensar: ” Si va a posar altres cent i no troba els que tenia, no els posarà. Anem doncs a tornar el diners on estaven i aixina nos emportarem els doscents” Però clar, si ells van a ser ràpids per tornar-los, l´home va ser més ràpid en recuperar-los, i després més content que mai cantava:
” Qui tot ho vol tot ho perd “
2 – En aquell temps quan els matrimonis s’arreglaven i es solia demanar la mà de la noia, un home de mitjana edat i situació econòmica també mitja volia casar-se. Li van dir que en un poble veí hi havia una noia soltera que devia ser un bon partit per a ell, i es va decidir a visitar els pares de la jove. Li va dir al seu criat que l’acompanyara i li va advertir que havia de fer el següent: Cada vegada que parle de les seves propietats amb falsa modèstia, el criat havia d’exagerar la mida d’aquesta propietat.
Va arribar el dia de la visita i després de fer les salutacions i presentacions pertinents començaren a parlar de negocis:
L’AMO: «Pos» miri jo tinc dos masets allà a Relleu. . . EL CRIAT: Masets? Masots! Masots! L’AMO: També tinc dues casetes al poble. . . EL CRIAT: Casetes? Casotes! Casotes! L’AMO: Tinc també uns bancalets de l’horta. . . EL CRIAT: Bancalets? Bancalots! Bancalots! L’AMO: L’únic defecte que tinc és que estic una mica curt de vista. . . EL CRIAT: Curt de vista? «Cec» del tot!
El cuento de la siega de Manauel.
El tío Manauel era un agricultor acaudalado que, tenía fama de ser uno de los más ricos entre todos los labradores de la Huerta. Pero también, el más tacaño.
Aquel año, a mitad del mes de mayo, estaba contento porque tenía la mejor cosecha de trigo de toda su vida y ya soñaba, con ver los billetes que iba a cobrar de tan buena cosecha.
Cuando la vendiera, ingresaría todo el dinero en el banco, pero antes, lo tendría unos días en su casa para disfrutar de él. Porque para Manauel, disfrutar del dinero no era gastarlo para ir al teatro; comer en casa de “El chico de la blusa”; comprarse unas buenas botas o hacer algún gasto. No, nada de eso. Disfrutar del dinero era tenerlo bien guardado en la cómoda y sacarlo de vez en cuando para olerlo. Mirarlo y remirarlo y contarlo cien veces. Eso era para él disfrutar del dinero. Porque si lo gastaba se quedaba sin él y ya no podía disfrutarlo.
Pensaba que ir al teatro era tirar el dinero, porque una función le quitaba horas de sueño o de trabajo. Total para ver a cuatro idiotas haciendo payasadas, provocando las risas de unos tontos, que se desternillaban al ver sus gestos y oír sus estúpidas palabras, pero… que a él, ni puñetera gracia que le hacían.
En cuanto a comprar unas botas, él tenía unas de media caña más de diez años, que le había puesto medias suelas el zapatero, y aunque tenían unos pelados de nada en las punteras, las lustraba con grasa de cordero y quedaban muy bien.
Y comer en casa de “El chico de la blusa”, qué lástima de dinero, porque con tres pesetas que costaba allí un “dinar”, compraba él bacalao inglés en el mercado y estaba comiendo arroz con bacalao y espinacas, que cogía en su huerta, dos semanas.
¡No, no y no! El dinero es para tenerlo en casa y “disfrutarlo”.
El quince de mayo, su trigo estaba adelantado respecto al de sus vecinos y bueno para segar. Pero él, esperaría unos días más. Esperaría que los segadores del contorno terminaran con todas las mieses del vecindario, y entonces, al no tener a donde ir, le segarían el suyo y les rebajaría cuatro o cinco duros. De esta manera cuando los hermanos Baesses, que eran tres mocetones y buenos segadores, fueron a ofrecerse para hacerle la siega, les regateó tanto, que desistieron y marcharon a sus casas a esperar unos días a que otros campos vecinos se pusieran en condiciones de recolección.
Yo puedo esperar- decía para sí Manauel. -Y cuando ya no quede siega por ahí, vendrán esos desmayados y me lo harán al precio que yo quiera.
Así pues, los hermanos Baesses esperaron unos días y segaron cebadas y trigos en los campos vecinos, mientras que en los trigales de Manauel, las doradas y reventonas espigas se doblaban al sol, ya más que en sazón de ser recolectadas. Y llegó un día en que en los campos sólo se veían rastrojos y las eras, todas se hallaban en plena actividad de trilla, mientras que el trigal de Manuel permanecía a la espera de la hoz del segador. Y ocurrió al fin lo que Manauel había dicho, que aquellos “desmayados” hermanos Baesses fueron a segar su campo y aceptaron lo que les ofreció el tacaño, porque más valía segar barato, que estar en casa con los brazos cruzados. Así que, hecho el trato quedaron en comenzar la siega a la mañana siguiente.
Manauel se acostó aquella noche contento porque al fin, había ganado en la batalla económica.
Se acostó temprano porque a la mañana siguiente, nada más amanecer sabía que estarían allí los segadores y él, quería supervisar el trabajo, no fuera que le dejaran un rastrojo de dos palmos. Y nada más cenar, se fue a la cama contento y feliz. Pero ironías del destino. Serían como las tres de la mañana, un trueno terrible le despertó sobresaltado. Se levantó de un salto y fue a abrir la ventana de la habitación para ver qué ocurría, y al abrirla, ¡oh! Desgracia y desolación: estaba diluviando.
Se me revolcará el trigo– Exclamó. Algunas espigas se pudrirán y, cuánto costará de segar-. Me pedirán el doble ¡Ay! ¡Ay! ¡Dios mío! Y en esto fijándose bien en lo que caía del cielo, vio con espanto que era granizo: una fuerte granizada asolaba sus trigales.
En efecto, estaba granizando y destrozando su cosecha de trigo; y agarrándose a la ventana para no caerse al suelo, comenzó a llorar amargamente. Lloraba aquel que se reía de todos, pero la granizada le había tocado el alma. Por eso lloraba, porque Manauel tenía el alma en la cartera.
Soy un ruin tacaño. Qué más me daba a mi cuatro o cinco duros arriba o abajo? Era un tacaño, lo reconocía, pero este reconocimiento llegaba DEMASIADO TARDE.
Los campos blancos de Benidorm.
Era Mubarak el sabio y prudente alcaide de Benidorm y bajo su gobierno vivían en paz y concordia moros y cristianos. Mubarak no tenía hijos varones pero se consolaba con las cualidades con que la naturalez y una excelente educación habían dotado a su única hija Zobeida.
Zobeida se enamoró perdidamente de un apuesto caballero cristiano llamado Diego pero pese a la armonía en que vivían las dos comunidades, la cosa no llegaba hasta el punto de ver con buenos ojos el amor entre una mora y un cristiano. Por ello los dos amantes planearon huir una noche descolgándose con una soga desde el acantilado a la playa.
Sin embargo, fueron descubiertos y devueltos al palacio en el que el Alcaide, enfurecido, mandó encerrar a su hija y ajusticiar a Diego. Pero movido por la clemencia, decidió perdonar la vida al cristiano y confinarle de por vida en una lóbrega mazmorra del alcázar.
“Saldrás de ella – anunció – cuando los campos de Benidorm se cubran de blanco”. Sabiendo que eso era imposible porque en aquella comarca nunca nieva.
Pasaron los meses, florecieron los almendros y la campiña se cubrió de flores blancas. Diego recordó a Mubarak sus palabras y éste, fiel cumplidor de sus promesas, le otorgó la libertad y accedió, por fin, a consentir la boda de su hija con el caballero. Con el correr de los años, el matrimonio rodeó de nietos al caudillo musulmán y Diego fue un leal vasallo que auxilió a su suegro en todo lo que no se oponía a su religión.
Jaume el Barbut.
Jaime José Cayetano Alfonso, conocido con el sobrenombre de Jaime “El Barbudo” nació un 26 de octubre de 1783, en Crevillent, hijo de Jaime Alfonso Juan y de María Antonia Juan Carrillo.
Jaume el Barbut, es un famoso bandolero del siglo XIX, época en la que el bandolerismo tuvo su máximo apogeo, convirtiéndose en un elemento fundamental en la guerra contra los franceses. Viviendo en la vecina localidad de Catral, sucedió el hecho que desencadenó su futura actividad delictiva , uno de los bandidos de la zona , conocido como “el zurdo”, intentó robar en la finca que cuidaba Jaime, pero en el enfrentamiento entre los dos, Jaime tuvo que disparar al bandido, muriendo éste en el acto. Jaime tuvo que huir a la montaña, al ser perseguido tanto por la banda de el zurdo como por la justicia. El bandolero comenzó su vida de asaltos y robos, ocupando una parte de la zona montañosa de Alicante , Murcia y Albacete. Durante la invasión napoleónica de la Península, 1808-1814, luchó contra los franceses , comenzando la implicación política de sus acciones y gracias a este hecho fue absuelto de sus deudas contraídas con la justicia y retornó a la vida civil. Empujado por el hambre volvió de nuevo al monte. Durante el Trienio Liberal fue atraído por las causas realistas y con la proclamación de Fernando VII, se convirtió en un verdadero héroe. Pero fue la promesa de un indulto lo que le llevó al bandolero a colaborar, promesa que no sólo fue incumplida sino que acabó en traición . Fue detenido en Murcia en 1824 y ejecutado el 5 de julio, en la plaza de Santo Domingo.
También cuenta la leyenda, que en la sierra de Crevillente, en una cueva, tenía su escondite, a la cual solo se podía acceder con una cuerda o escalera. Pues dicen que cuando huía y estaba llegando a dicha cueva, silbaba y descendía una cuerda, cuando los que le perseguían llegaban a dicho punto, no encontraban restos de Jaime ni de ningún escondite, pues la cueva tenía tapada la entrada de tal forma que parecía parte del relieve natural de la montaña, y en su interior guardaba un secreto, se rumorea que Jaime había amaestrado a un perro y que cuando silbaba, el animal tiraba o recogía la cueva, para que así el escondite nunca fuera encontrado.
Por lo que Jaime el Barbudo se ha convertido en un verdadero mito histórico, personaje que entremezcla la leyenda con la realidad.
El Puig Campana.
La leyenda cuenta que en la ladera de el Puig Campana habitaba un gigante llamado Roldán. Tenía todo lo que un ser de sus características podía desear… pero no era feliz, le faltaba el amor.
Un día conoció a una bella joven de la que quedó enamorado. El amor fue mutuo y ambos vivieron su romance en la cabaña del gigante. Desde aquel momento Roldán hacía todo lo posible por complacer a su amada dándole toda clase de caprichos y comodidades para hacerla feliz.
Una mañana, Roldán volvía a su cabaña y se cruzó con un extraño que le dijo que a su bella doncella le quedaban muy pocas horas de vida, justo las que quedaban para que el sol se pusiese por la ladera de la montaña. Al final del día su joven amada moriría sin remedio.
Roldán corrió hacia su casa y comprobó como la vida de su esposa poco a poco iba apagándose. Conforme pasaban las horas y el sol bajaba, ella se encontraba peor. Ante la impotencia, el coloso salió furioso a recriminarle al sol. Entonces recordó la frase del extraño “cuando se oculte el sol morirá”.
Enfurecido se dirigió hacia la cumbre del Puig Campana y de un puntapié rompió un trozo de montaña, que cayó en mitad del mar, dejando así pasar el sol unos minutos más. Bajó corriendo a por su amada para intentar alargar el máximo tiempo su vida, pero el sol no tardó en ponerse y la doncella murió.
Roldán, roto de dolor, la llevó en brazos hacia el mar en busca de la luna con la esperanza de que su luz la salvase. Al no funcionar, la enterró en el nuevo islote que había creado su patada y se quedó junto a ella hasta el resto de sus días.
Virgen de las Virtudes.
En 1474 llegó una asoladora peste sobre Villena y gran parte de la población huyó a la Fuente del Chopo, donde levantaron barracas para cobijarse. Como continuaban los estragos de la epidemia, decidieron elegir un patrón o patrona para confiar en su intercesión. Para ello depositaron en un cántaro los nombres de santos y santas que cada uno prefería y eligieron a un niño para que sacase uno de los nombres. El elegido fue el de Virgen de las Virtudes, que nadie había escrito. Se repitió dos veces más y volvió a salir este nombre, con lo que se dieron cuenta de que la Virgen quería que la veneraran bajo esa advocación. Así pues, encargaron a dos villenenses que partieran a diversos pueblos y ciudades a fin de adquirir una imagen de la patrona. Apenas se habían alejado unos metros de la nueva aldea cuando vieron a dos jóvenes con un arca que contenía la imagen de la Virgen. Se la entregaron y, antes de poder mediar palabra, desaparecieron. Desde entonces, se levantó un santuario y se hicieron dos votos, que se cumplen cada año en marzo y en septiembre, a Nuestra Señora de las Virtudes, patrona de Villena.
Cantó y la Venida de la Virgen.
Cuenta la leyenda, que en diciembre del año 1370, un guardacosta, Francesc Cantó, encontró en la orilla de la playa del Tamarit, acercada por la corriente, un arca de madera, que en su cubierta llevaba una inscripción que ponía“Sóc per a Elx” .
Al verlo, Cantó abrió la caja y descubrió una imagen de la virgen, a la cual le acompañaba elconsueta, es decir, texto y música para la representación de la Asunción de María a los cielos (El Misteri).
Sorprendido por el descubrimiento, Cantó cabalgó hasta Elche con el fin de comunicárselo al cabildo, que publicó un decreto para que todos los ilicitanos fueran a la playa a recoger la imagen. Cuando los ilicitanos llegaron, observaron que un grupo de vecinos de Alicante y Orihuela , pretendían llevársela a sus respectivos pueblos.
Para solucionar la disputa, montaron el arca en un carro tirado por bueyes con los ojos tapados que situaron en un cruce de caminos, a fin de dejar a los animales que eligieran el que más les pareciese, yendo, finalmente, hacia la ciudad de Elche.
San Jorge.
En la vida y hechos de San Jorge, la leyenda y la realidad pueden ser lo mismo aunque vistos de distintos ángulos. Lo que no cabe es la menor duda de ser tanto el mártir de Diocleciano por profesar su fe, como el legendario caballero defensor del cristianismo.
La Leyenda Áurea relata tanto el martirio como los maravillosos milagros del Santo. Pero quizá lo que ha calado más en la gente de todo el mundo es la leyenda en la que el Santo Caballero venció al dragón salvando a la princesa de sus fauces y a toda la ciudad de Berito de la terrorífica bestia.
Los alcoyanos, lo califican de fiel protector en el himno a él dedicado como agradecimiento por su ayuda aquel 23 de abril de 1276 en que nos dio nuestra identidad y sentido de ser, lo nombraron nuestros antepasados patrón de la villa y prometieron erigirle un templo y celebrar su fiesta anualmente.
Varias veces ayudó, según cuentan las crónicas, a las huestes cristianas en sus batallas: a los cruzados en Antioquia y Jerusalén y en España lo hizo en tres ocasiones a favor de la Corona de Aragón, además de la última que propició la derrota y muerte de Al-Azraq ante los muros de Alcoy. Lo hizo en Alcoraz en 1096 ayudando a Pedro I de Aragón; también intervino en la toma de Mallorca cuando Jaime I la conquistó en 1229; la tercera vez lo hizo en 1237 en la batalla del Puig, muy cerca de Valencia, a las tropas de Bernardo Guillem de Entenza , tío del rey Don Jaime.
De esta forma, San Jorge ha protegido a la cristiandad en muchas ocasiones y por eso ha sido nombrado patrón de tantos pueblos, venerado, cantado y representado en todo el orbe cristiano.
La admiración y devoción que los cruzados tuvieron por San Jorge la trajeron de Oriente y la popularizaron en Occidente, lo que dio lugar a que los caballeros medievales europeos lo tomasen como modelo y patrón.
San Jorge, además de ser protector de muchas órdenes de caballería de toda Europa, la mayoría ya desaparecidas, también ha inspirado otros sentimientos en los creyentes siendo en algunos países o regiones protector de cosechas, del agua, de los armeros, del movimiento scout y tantos otros que lo eligieron por la juventud, genio y nobleza que inspira.
La Virgen de Agres.
Hace ya muchos siglos, según cuenta la leyenda, en la ciudad de Alicante se incendió una iglesia. Los fieles, alarmados, intentaron por todos los medios recuperar, sin éxito, la venerada figura de la Virgen que estaba en su interior.
Al parecer, según se cuenta, la imagen decidió salvarse de las llamas.
En Agres, precioso pueblo de la sierra alicantina, fue a parar la talla de la Virgen, que se le apareció, sobre la copa de un lidonero, a un joven pastorcillo manco de la localidad. El muchacho corrió a comunicar su hallazgo a sus paisanos quienes no creyeron nada de lo que el mozo les contó.
El pobre pastor, desolado, volvió al monte y la Virgen, para probar la realidad del descubrimiento, le dio al niño el brazo que le faltaba. Ante ésta asombrosa prueba nadie del pueblo pudo dudar de él.
La Virgen, para librarse del fuego, eligió este precioso lugar, en el que se construyó el convento, lugar de peregrinación y enorme devoción, y desde el que se ven unas magníficas vistas.
La Encantá.
Una noche, un rey morisco sorprendió a su hija Zoraida, un bella princesa de ojos azules y rubia cabellera, que escapaba del castillo de Cabezo Soler, junto al río Segura, para encontrarse con un joven príncipe cristiano y entregarse a los placeres del amor y esto provocó la ira de su padre.
Tras una batalla, el rey moro cayó gravemente herido y en su agonía echó una maldición a Zoraida, la condenó a vivir por siempre encantada dentro del monte Cabezo Soler.
Todos los años y sólo la Noche de San Juan, la Encantá se aparece en el Cabecico Soler para que alguien la libere. Si algún hombre valiente se encuentra con ella, la princesa le pedirá que la lleve en brazos hasta el río Segura para bañar sus pies y así poder romper el maleficio.
Pero por desgracia el espíritu del mal, y los monstruos que lo acompañan, harán todo lo posible para que esto no suceda. Para el hombre que lleve a la Encantá, esta se hará cada vez más y más pesada, provocando que el valiente joven caiga al suelo desfallecido y no tenga más remedio que soltar a la princesa, y muera del enorme esfuerzo.
Por lo que “Atrapada y maldita está la mujer encantada de Rojales, y cada año, siempre el día justo y a la hora justa, se despierta de su letargo y vaga sin descanso”
Al norte de Alicante, en la Comarca de La Marina Alta, podemos encontrar uno de los parajes más bellos de la provincia.
Si seguimos el curso del río Girona (río Ebo) desde su nacimiento, en la Vall d’Alcalá, y su paso por la Vall d’Ebo, donde comienza el Barranco del Infierno, llegamos hasta la Vall de Laguar, lugar donde ésta impresionante garganta nos muestra su cara más dura, peligrosa y espectacular.
Durante muchos siglos estuvieron estos valles habitados mayormente por los moriscos(musulmanes del Al-Andalus bautizados y convertidos al catolicismo tras la ‘reconquista’ de los Reyes Católicos) y aquí permanecieron y fueron de los últimos en resistir, antes de su expulsión definitiva en el año 1609, combatiendo con todas sus fuerzas y siendo derrotados en la parte más alta de la Sierra del Cavall Verd (Vall de Laguar).
En este valle, bien desde la población de Fleix o la de Benimaurell, arranca una de las rutas senderistas más hermosas y adrenalíticas del país. Un recorrido circular, de 15 kilómetros, con tres bajadas y tres subidas que ponen a prueba al excursionista. Durante todo el recorrido, rodeado de impresionantes vistas, el caminante debe enfrentarse a unos 6,873 escalones de origen morisco que terminan por darle al trayecto el nombre de ‘La Catedral del Senderismo’.
Fueron los moriscos , siglos atrás, los creadores de esta larga y serpenteante escalera, que tenía como objetivo el facilitar el acceso a los bancales y los campos de cultivo de uno y de otro lado del río. Tierras ricas en aceitunas, almendras, higos, uvas, algarrobas, etc…
En esta semana, y a pesar de entrar en la fase 1, seguimos con las mismas franjas horarias y con los mismos límites a la hora de hacer paseos, caminatas o senderos; una sola hora y a un kilómetro máximo de tu domicilio.
A pesar de este contratiempo, he preparado, para estos días, tres salidas alrededor del pueblo.
La verdad es que el municipio no da más de sí. En algún momento repites itinerario,aunque siempre se puede fijar uno en pequeños detalles que lo hacen, en cierta manera, diferente.
Para mi, lo mejor de todo es el hecho de madrugar y tener en exclusiva sus calles, sus caminos y senderos.
La luz de la mañana y el aire tan puro transforman en especial el recorrido.
Cuando se llega al final de la caminata, algo más de cinco sencillos kilómetros y una hora después, el sol comienza a inundarlo todo y ya se han recargado tus baterías.
6:20 de la mañana de un magnífico miércoles de mayo. La única pega es que seguimos, y seguramente será por mucho tiempo, en estado de alarma sanitaria.
Hoy me he levantado algo depre. La verdad es que uno está muy cansado de esta situación. Hoy me he lanzado a hacer mi paseo matinal; necesitaba un poco de aire fresco.
Aunque intento hacer variaciones en el trayecto, el pueblo sigue siendo el mismo, la verdad. Echo de menos una buena ruta por la sierra.
Han sido algo más de cinco sencillos kilómetros con un único pensamiento en mi cabeza… ¿cuándo va a terminar esta situación?
Hoy el pueblo se ha despertado envuelto en niebla.
Por ello he tenido que modificar el recorrido de mi caminata; hacer el recorrido entre campos de cultivo, con esta niebla y con cazadores puede resultar algo peligroso.
El trayecto a discurrido por entre las calles, en dirección a la playa.
Una playa que, para una vez que me arriesgo a algo más de un kilómetros del domicilio, era imposible disfrutar por culpa de la neblina.
El regreso, ya parecía que levantaba el día, lo he realizado por un camino que bordea el pueblo.
Termina hoy la serie de tres caminatas de esta semana.
La próxima ya veremos que nos depara este maldito confinamiento y este puto virus de los cojones.
Debo confesar, hasta la fecha, mi ignorancia sobre este tema. Imagino que, sobre todo la gente de la zona, es conocedora del mismo pero también pienso, y no creo equivocarme, que habrá muchísima gente que no sabía nada sobre la existencia de…
LA LAGUNA DE VILLENA
MAPA DE LA LAGUNA DE 1790
Hasta el año 1803 existió en las cercanías de la ciudad de Villena una laguna de considerables proporciones. Hay que aclarar que hasta el año 1836 la ciudad de Villena perteneció a Albacete y Murcia. Dicha laguna, juntamente con la del municipio de Salinas, algo más al sur, ilustran en la provincia de Alicante un curioso fenómeno geológico que se conoce como endorreísmo: ambas lagunas se encuentran en las zonas más deprimidas de extensas depresiones o cuencas, cuya principal característica es que las aguas no encuentran salida y allí se acumulan.
Encontramos referencias sobre la laguna en el Libro de la Caza, que escribiera en 1325 el Infante Don Juan Manuel, Señor, Duque y Príncipe de Villena y morador de su castillo, entre otros muchos títulos, escritor además del famoso libro ‘El Conde de Lucanor’:
» Et Villena ay mejor lugar de todas las caças que en todo el Regno de Murçia Et aun dize don Iohan que pocos lugares yio el nunca tan bueno de todas las caças, ca de çima del alcaçar vera omne caçar garças e anades e gruas con falcones e con açores e perdices e codornices e a otras aves llaman flamenques que son fermosas aves e muy ligeras para caçar sinon porque son muy graves de sacar del agua ca nunca estan sinon en muy gran laguna de agua salada.»
La cuenca de la antigua Laguna de Villena recoge aguas de diversa naturaleza. Por un lado, tenemos los aportes directos de la lluvia y por otro, circulan aguas subterráneas, tanto subsuperficiales como profundas, provenientes del sistema acuífero Caudete-Villena-Sax. Durante la época geológica conocida como Mioceno Medio es cuando se produce la configuración definitiva de la zona. En esos momentos se produjo el afloramiento de materiales triásicos con un alto contenido en yesos y otras sales. Al circular el agua subterránea en contacto con estos materiales, se carga de las sales más solubles, pudiendo ser después aprovechadas las salmueras resultantes en las explotaciones salineras.
El brote de manantiales salinos en distintos puntos del lecho de la laguna propició el establecimiento de diversas salinas, que aparecen ya citadas en la Relación enviada a Felipe II en 1575:
«En el termino de Villena ay dos sitios de salinas que en ellos se fabrica sal de agua sacada a mano de pozos, que las unas se llaman las del Cabeço Polvogad, y las otras las de el Angostillo. Ay una laguna de media legua de largo en medio de las dos, rasa, que no produze yerba.»
El estancamiento de las aguas estaba en el origen de las fiebres Tercianas, conocidas así por los periodos de fiebre que el paciente sufre de forma reiterada cada tres días. Éstas azotaban periódicamente a Villena y, aunque el dicho popular afirma que “por tercianas no doblan las campanas”, se empezó a contemplar su desecación. Así, el 23 de abril de 1803, Carlos IV encargará a su Arquitecto Mayor, D. Juan de Villanueva (el arquitecto del Museo del Prado), los trabajos para desecar la zona. La obra principal que se llevó a cabo fue la excavación de la llamada Acequia del Rey, un canal de unos diez kilómetros de longitud, cuya misión era, y aún es, la de evacuar las aguas de la cuenca de Villena. Además, tras la desecación quedaron al descubierto los diferentes manantiales, que se pudieron separar entre salobres y dulces.Esta acequia o azarbe de drenaje vertería al río Vinalopó y por este motivo el saneamiento interesó desde el principio a la ciudad de Elche, quien veía en las obras la posibilidad de incrementar sus recursos hídricos a través de dicho río. Sus gobernantes impulsaron con tenacidad la desecación, aunque no fueron los únicos.
ACEQUIA DEL REY
PUENTE DE LOS ESPEJOS
El interés de la ciudad de las palmeras y de otras poblaciones vecinas radicaba en que, por otra parte, la desecación dejaría al descubierto los diferentes manantiales, permitiendo separar los caudales salobres de los dulces, que eran en principio más apreciados.
Las nuevas tierras así obtenidas fueron entregadas en uso a colonos, conocidos también como “laguneros”, que debían pagar por ellas un diezmo.
FUENTE DEL CHOPO
Los campos surgidos de la desecación se regaban principalmente con las aguas de la fuente del “Hoyo de la Virgen”, situada en la pedanía de Las Virtudes. Este importante manantial, más conocido como la “Fuente del Chopo”, sería motivo de disputas entre Elda y Elche durante siglos al estar ambos interesados en aprovechar sus aguas. Por la cesión de esta agua de riego, Villena percibía un elevado canon que se aportaba a las arcas municipales. Este manantial nos sirve para ilustrar el proceso paulatino de agotamiento que han experimentado las aguas subterráneas en los últimos 100 años, ya que en ese lapso de tiempo lo que antes se regaba en 23 horas ahora necesita 20 días.
MAPA LAGUNA DE VILLENA
LA EXPLOTACIÓN SALINERA
Existen en el término de Villena tres salinas o “saleros”, según la terminología local, en explotación. Constituyen un caso singular en Alicante, ya que en la actualidad son las únicas que perviven en el interior de la provincia. Muy próxima queda la Laguna de Salinas, donde también se dio este tipo de explotación, aunque hoy en día no está en funcionamiento. Estas salinas de interior se alimentan de manantiales cuyas aguas poseen una salinidad muy superior a la del agua de mar, por lo que no es necesaria una gran superficie de evaporación. Las tres salinas son: las del Salero Viejo, el Salero de Peñalva y las del Salero Nuevo. La explotación de la sal en Villena se remonta, al menos, al siglo XIII, durante la Baja Edad Media.
El arte de construir muros en piedra seca, tradicional en la Comunitat Valenciana, y del que existen numerosas muestras en el término municipal de Pinoso, como los ribazos de contención y los cucos, forma parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Una declaración que otorga la Organización de las Naciones Unidas y que engloba zonas rurales de Croacia, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia, España y Suiza.
CUCO DE LA TÍA GILA
En el caso de España se incluye a nueve comunidades autónomas y en la provincia de Alicante destacan los municipios de Callosa d’en Sarrià, Novelda, Crevillent o Pinoso, con numerosos ejemplos de ribazos, refugios agrícolas o refugios de cantero construidos con esta técnica y asociados a la antigua extracción minera.
En Pinoso se conservan buenas muestras de estas construcciones de piedra, con más de un centenar de cucos, kilómetros de ribazos y otras estructuras.
RIBAZOS
En la localidadse conoce con el nombre de cuco a un refugio eventual de pastores trashumantes, ideado para resguardarse de eventuales tormentas en pleno campo, o a los realizados por los propios lugareños, con el mismo fin, para sus labores agrícolas. Estas construcciones rústicas, realizadas con la técnica de “piedra en seco”, se encuentran especialmente en la zona lindante de la Vereda Real de Serranos, aunque también las hay en otros entornos del término municipal. Su cronología puede datarse entre el siglo XVIII y principios del siglo XX
CUCO DE MARCO
CUCO DE ISABELITA
CUCO DEL TÍO BLANES
Estas obras de uso agrícola y ganadero reciben también otras denominaciones: “cubillos”, “tombos”, “chozos”, “cupuruchos”, “guardaviñas”, etc… dependiendo de la zona peninsular donde se encuentren.