Para este día vamos a realizar una caminata por cinco términos municipales de La Vall d’Albaida, en la provincia de Valencia; se trata de un recorrido por la Umbría de la Sierra del Benicadell.
En esta ocasión, el grupo compuesto por Jesús, Raúl, Paco, Óscar, Elena y yo, iniciamos esta ruta dejando el coche en el puerto de montaña de Albaida, en la zona de parking de la vía de servicio…
Desde este punto caminaremos por los términos de Adzaneta d’Albaida, El Palomar, Bufalí, Bélgida y Carrícola.
Comenzamos la ruta por la senda que se adentra, en dirección noreste, a la sierra del Benicadell, llegando a una primera bifurcación en la que se encuentra la Font de Fontanares.
Aquí tomamos el ramal de la derecha, que nos llevará, durante 1’6 kilómetros y en suave ascenso, a la Cava de Carcaixent y la Casa de Don Miguel (dos puntos interesantes de este recorrido).
Aquí, en la Casa de D. Miguel, hay una bifurcación, tomando la pista de la derecha llegaríamos hasta el Coll de Turballos, un importante cruce de caminos que nos podría llevar, siguiendo recto, a la cima de la sierra.
Nosotros cogemos el ramal de la izquierda que nos lleva, por pista y en suave descenso, hasta otro de los cruces de caminos donde se encuentra el Corral de Diego y su Cava de Nieve.
En el descenso tenemos ante nosotros la majestuosidad del la Vall d’Albaida, con sus numerosos pueblos y su embalse de Bellús.
Ahora , en el cruce, nos dirigimos hacia el norte/este, para llegar a la Font Freda, su área recreativa y el mirador del valle.
En este interesante punto de nuestra ruta hacemos una parada para el refresco y el disfrute del lugar y de sus bellas panorámicas.
Minutos después continuamos nuestro itinerario, seguimos hacia el oeste/suroeste, dejamos la pista forestal (PR-CV 213.4), tomamos el camino, a mano izquierda, que nos conduce nuevamente al Corral de Diego y su cava de nieve.
Ahora tomamosla senda en dirección sur, la que nos conectará con la Font de Fontanares (la primera bifurcación en nuestra ruta)
Desde aquí ya sólo nos queda desandar los pasos y llegar hasta el final de nuestro camino, el parking de la vía de servicio, donde se encuentra el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Alguien puede dudarlo? Totalmente recomendable. Han sido unos 9’45 kilómetros, con un desnivel de 330 metros, hechos en tiempo más que aceptable, en una mañana magnífica y una compañía de lujo.
En este frío y despejado viernes de noviembre me dirijo por la autovía A7 a la población de Muro de Alcoy desviándome después por la CV-705, pasando por Gaianes y llegando hasta Beniarrés.
Es en esta localidad, a la altura del cementerio municipal, donde da comienzo la caminata de esta jornada.
Una ruta realmente sencilla, ida y vuelta por el mismo sitio, que me llevará hasta el embalse de Beniarrés y su presa, ofreciendo en el recorrido unas hermosas vistas y panorámicas.
Recorro la presa y, al otro lado del embalse, tomo el camino que desciende suavemente hasta el río Serpis, continúo siguiendo el curso del río, en dirección norte/noreste, hasta el Molí de Ros, el área recreativa y el inicio del Barranco de la Encantada.
En esta zona hay una subida, por un estrecho camino, que conduce al Alto de Senabre.
En su inicio han colocado un cartel que advierte que ‘L’Ajuntament no es fa responsable de possibles accidents’, por lo que, y viendo que es un sendero angosto y pedregoso, da un poco de ‘canguele’ ( 😮 ).
Aún así, yo comienzo el ascenso, procuro ir con calma, con mucho cuidado y asegurando el paso pero…
cuando llevo caminados unos 200 metros oigo unos ‘ronquidos’ muy cerca de mi, entre la vegetación, y lo primero que pienso es que puede que algún jabalí esté cerca, por lo que, sinceramente, no pienso darle opción al animal de encontrarse conmigo… desciendo y vuelvo al camino inicial.
Ahora hago una parada en la entrada al Barranco de la Encantada, una zona rocosa donde se ha preparado artificialmente, en los tiempos de lluvia, la canalización del agua.
Después del descanso comienzo el retorno. Como ya he comentado, se hace por el mismo sitio que la ida. Vuelvo a pasar por los mismos lugares, por el Molí de Ros, por la ribera del río, por la presa y por la carretera que lleva al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Sí, claro, por supuesto. Han sido sólo unos 9’4 kilómetros, con un desnivel que no ha superado los 200 metros y hecho todo con mucha tranquilidad, disfrutando de la mañana y en un tiempo más que correcto.
Al contrario que en días anteriores, las temperaturas de hoy están algo más acordes con el otoño, aunque no hay que hacerse muchas ilusiones; siempre pueden volver a ser primaverales.
Para este martes de noviembre la caminata elegida es una de las clásicas en esta estación del año. Paco, Jesús, Óscar, Elena, Pedro, Reme, Raúl y yo, nos hemos dirigido hasta Alcoy, concretamente al santuario de la Font Roja donde realizaremos un itinerario por el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja.
Dejamos el auto en el parking del santuario y, como novedad, iniciamos nuestra caminata por la senda de la ladera norte de la sierra, en dirección a las fuentes ‘Dels Xops’ y ‘Del Rossinyol’, tomando después, hacia el oeste, el camino del ‘Barranc de l’Infern’ y ascendiendo por la zona de ‘El Cremat’ para llegar a la ‘Cova del Carlista’.
FONT DELS XOPSFONT DEL ROSSINYOL
Esta parte del camino, que para la gran mayoría de nosotros es una novedad, nos sorprende regalándonos la maravillosa combinación de los colores otoñales.
BARRANC DE L’INFERNCOVA DEL CARLISTA
A los 400 metros nos incorporamos, en el área del ‘Pla dels Galers’, a la GR7 , pista clásica en el itinerario de este parque.
Por ella, y en dirección suroeste, llegaremos al ‘Mirador de Pilatos’ donde podemos admirar las maravillosas vistas que ofrece la ‘Foia d’Alcoi’.
Continuamos ascendiendo por la pista para llegar al ‘Mas de Tetuán’, aunque a los pocos metros, y como novedad, accedemos a esta masía por un ramal, a mano derecha, que nos lleva a su fuente homónima.
Una parada en la zona recreativa para el refresco y la contemplación de esta finca y su tejo centenario, árbol emblemático en la zona.
En el cruce de caminos que hay junto al ‘Mas de Tetuán’ tomamos la pista (PR-CV 160) que asciende, en dirección este, llegando a la ‘Cava Coloma’ y, seguidamente, hasta el depósito contra incendios.
Llegados a este punto, Raúl, Paco y yo preferimos esperar al grupo, que decide continuar… Un último ascenso hasta la caseta forestal, el mirador y la cumbre del ‘Menejador’, con su vértice geodésico (1356 msnm.)
Ellos realizan una nueva parada y las ya típicas fotos en la cima.
Comienzan el descenso, se unen al resto e iniciamos el regreso al punto de partida.
Tomamos una pista que, en dirección noreste/norte, nos adentra en pleno carrascal de la sierra, lugar donde estallan los colores del otoño y convierte este recorrido en una explosión de sensaciones.
Accedemos a una de las pistas principales, por donde pasa la GR7, llegamos hasta un mirador, el de ‘La Mina’, con sus hornos de leña y de cal, seguimos camino del santuario, pasamos por la ‘Cova Gelada’, la zona recreativa y, por fin, al estacionamiento y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 4****
Recomendable: Naturalmente que sí. Han sido algo más de 10 kilómetros, con un desnivel de 500 metros, hechos en un tiempo más que correcto, en un día más que agradable y con una compañía más que increíble.
Desde el parking del club de golf El Plantío doy comienzo, en este primaveral viernes de noviembre, la caminata de la jornada.
Haré un circuito por algunas de las sendas que recorren la sierra de Colmenares, contemplando desde sus distintos miradores las panorámicas que ofrecen al caminante.
Desde el club de golf tomo el camino que, en dirección noreste, me lleva por la falda norte de la sierra hasta un punto de subida a la misma, ahora hacia el oeste, para llegar al primer mirador…
1 – Mirador Els Reiets.
Nos situamos sobre la partida de El Bacarot. A los pies de la sierra queda el pinar junto al camino que recorre su ladera. En el área comprendida entre la sierra y el Camino Viejo de Elche, vemos la finca Els Reiets, el centro de reeducación y el albergue de animales, llamándonos la atención los enormes depósitos blancos o tanques de la Compañía Logística de Hidrocarburos CLH. Al noreste, la división natural de la sierra por el barranco de Agua Amarga que da paso al paraje de El Porquet en el barrio de San Gabriel. De fondo, una perspectiva de la ciudad de Alicante y la alineación de montañas hacia el litoral levantino.
Continúo la pista, en suave ascenso, llego a una bifurcación, tomo el ramal de la derecha que me lleva hasta el siguiente mirador…
2 – Mirador Fontcalent.
Nos encontramos frente a la alicantina sierra de Fontcalent. Situada al oeste de la ciudad, apreciamos esta formación montañosa de 3 kilómetros de longitud y 446 metros de altitud. Su morfología y su gran valor medioambiental la convierten en un importante hito paisajístico que, en el entorno, alberga zonas húmedas como el saladar de Fontcalent, debiendo incidir en su protección.
Deshago mis pasos hasta llegar de nuevo al cruce de caminos, camino ahora en dirección sur para acceder a la tercera de las atalayas.
3 – Mirador Ciudad de la Luz.
Desde este punto se dispone una imagen parcial pero cercana de la Ciudad de la Luz, un gran complejo audiovisual dedicado al mundo cinematográfico. La visión más próxima al mirador es de los platós grandes y a continuación uno de los platós medianos. También se aprecia el ‘back lot’ o zona de rodaje en exteriores, los talleres y almacenes.
Sigo descendiendo hacia el sur, llego a la pista, la que comunica el campo de golf con el polígono industrial de Agua Amarga y, a pocos metros, tomo una nueva pista, en dirección noroeste, que me acerca al cuarto de los miradores.
4 – Mirador El Bacarot.
Aquí se aprecia el campo de golf “El Plantío”, en contraste con el ambiente rural de la zona. Las sierras más cercanas son la de Borbuño y la de Sancho, próximo a éstas y separado por la carretera se encuentra el núcleo principal de población de El Bacarot.
Como consecuencia del proyecto para ampliar las instalaciones del campo de golf, surge la excavación arqueológica del yacimiento de Colmenares que se enmarca en el contexto histórico del Ibérico Pleno, cobrando fuerza la existencia del propio topónimo de la partida rural de El Bacarot, en su forma ‘Bagarok’ que significa lugar donde se criba la producción de grano.
Ya sólo me quedan las dos últimas atalayas, tomo el sendero en dirección suroeste/sur hasta llegar a…
5 – Mirador Ilicitano.
Al oeste observamos la parte de esta serranía que se prolonga hasta el Portichol. Frente a nosotros, una extensión de parcelas agrícolas de Torrellano y el aeropuerto de El Altet, con el intermitente trasiego de aviones. Aunque la orientación de este punto cardinal sólo sea parcial en el mirador, hace de éste un agradable lugar para el ‘capvespre’.
Esta parte de la sierra presenta una mayor concentración de efedráceas que en fructificación realza el contraste cromático entre la vegetación, ofreciendo unos tonos rojizos durante el periodo estival.
Una decepción, la de llegar al lugar donde no hace mucho se levantaba un precioso mirador desde donde poder admirar las preciosas vistas. Ahora sólo quedan las marcas de las maderas cortadas con sierra.
SOLAR VACÍO EN LA ACTUALIDADSOLAR VACÍOMIRADOR ILICITANO EN 2022
Sigo la pista hacia el sur y, a muy pocos metros, debe encontrarse el siguiente mirador…
6 – Mirador Agua Amarga.
Vemos una gran extensión (1,8 km2), una zona deprimida junta al mar que corresponde al saladar de Agua Amarga. Es un humedal de laguna somera (de poca profundidad) temporal que mantiene cierta comunicación con el mar y que, en régimen natural, se anega por la escorrentía superficial o flujo de agua, de lluvia y de otras fuentes sobre la tierra, así como por la subterránea. Las ramblas y torrentes de la sierra de los Colmenares inciden en el proceso de colmatación del Humedal.
La utilización del Saladar como salinas, de forma sistemática y organizada, comenzó a principios del siglo XX pero en 1967 se abandonó la explotación de la sal. Desde el año 2002, el saladar de Agua Amarga es un espacio protegido por su inclusión en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunitat Valenciana. Pero este espacio que entre otros valores medioambientales es primordial para aves acuáticas y migratorias, requiere de un mayor nivel de protección y conservación debido a la degradación sufrida, no sólo por las condiciones climáticas…
La segunda gran decepción de esta caminata. Tampoco aquí se encuentra el mirador, también quedan sólo las maderas cortadas a ras de suelo.
SOLAR VACÍO EN LA ACTUALIDADMIRADOR AGUA AMARGA 2022
Comienzo el regreso al auto, vuelvo sobre mis pasos hasta llegar al mirador de El Bacarot, una última mirada a las vistas de las sierras y, con tristeza, tomo una pequeña senda que me hace descender por la serranía para llegar a la pista principal que me conduce al parking del club de golf y… al coche.
Regreso a casa.
Valoración: 1*
Recomendable: Siempre, aunque que sea una caminata sin grandes puntos de interés. En el caso de ésta, el valor está en las vistas. Han sido algo más de 7 kilómetros, con un desnivel que no merece ni el comentario y en una mañana tremendamente calurosa.
Como soy tan mal pensado llevo dándole vueltas a la cabeza a la desaparición de las dos últimas atalayas. Creo que se encuentran en el término municipal de Elche (las demás están en el de Alicante) y como últimamente el ayuntamiento ilicitano está haciendo muchas ‘pifias’, no me extrañaría nada que haya sido él el que ha eliminado estas dos construcciones.
En esta luminosa mañana de veroño, el grupo de caminantes está compuesto por Raúl, Óscar, Jesús, Paco, Reme, Pedro y yo. Nos ha parecido interesante realizar una ruta por las sierras del Cuartel y la Llibrería y visitar algunos rincones especiales de estos parajes.
En la autopista A7 cogemos la salida 464 (Ibi-Polígono l’Alfaç), al llegar a la rotonda tomamos la tercera salida (vía de servicio), circulamos durante 2’2 kilómetros en paralelo a la autovía, hasta la bifurcación (stop), aquí seguimos por el ramal de la derecha (esto ya corresponde a la PR-CV 112) y 1’5 kilómetros después llegamos a las Antenas de Villalobos, lugar donde dejamos el vehículo y damos comienzo a la caminata de este soleado martes de noviembre.
Termina en este punto el asfalto y comienza la pista (PR-CV 112 – Assegador del Camí Vell de Xixona) que nosotros seguimos en ascenso hasta llegar al ‘Collado del Cuartel’, en plena sierra homónima.
Aquí (un claro cruce de caminos) tomamos la pista de la derecha que nos llevará, durante 200 metros, en un importante ascenso, hasta el vértice geodésico, Cuartel (1037 m.s.n.m.).
Momento ideal para disfrutar de las vistas, pequeño descanso y las fotos de rigor.
Deshacemos nuestros pasos hasta el collado (200 metros de bajada tocahuevos) y seguimos ahora por la PR-CV112 en dirección sureste hasta llegar a la zona recreativa de la ‘Font de Vivens’, con su hermoso pinar, sus mesas, sus bancos y el refugio.
También en dirección sureste tomamos una pista, por momentos en zigzag, que nos lleva por otra de las sierras, la de la Llibrería, y ascendiendo nos hará llegar hasta el Alt de la Martina (1085 msnm), un collado de montaña con su caseta de vigilancia desde donde se pueden admirar las panorámicas de las sierras de los alrededores.
Comienza ahora el regreso al punto de partida, descendemos, en dirección noreste, por pista durante casi un kilómetro hasta llegar a la PR-CV112, en un cruce de caminos.
Seguimos por esta pista, dirección noroeste, hasta llegar al cruce que nos llevó al área recreativa de la ‘Font de Vivens’, nosotros seguimos rectos y ahora en ascenso, llegamos al Collado del Cuartel.
Ya sólo nos queda deshacer el camino del inicio y encontrarnos en las Antenas de Villalobos y con el auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por supuesto que sí. Han sido cerca de 10 kilómetros, con un desnivel de 460 metros, hechos en un buen tiempo, un día magnífico, unas grandes vistas y una compañía de lujo.
La ruta de este lunes es la que tenía pensado hacer el viernes pasado; circunstancias X la han pospuesto para el día de hoy.
Me he dirigido a la ‘Font de la Carrasca’, en el término municipal de Castalla, y, desde este punto, he comenzado mi caminata, un recorrido por la zona norte de la sierra de la Argueña visitando algunos puntos de interés hasta llegar a su vértice geodésico, Replana, con sus 1229 msnm.
Dejo el auto a pocos metros de la fuente, donde también se encuentra un depósito contra incendios. Tomo un sendero que sube hasta una pista que conduce al ‘Mas del Carrascal’, una gran y hermosa finca, cuidada hasta el extremo.
Cuando llevo un kilómetro andado cojo el ramal, a mano izquierda, que me conduce por el ‘Camino de la Replana’ hasta el ‘Collado de las Hermosas’.
Antes, a unos 400 metros, a mano derecha, tomo un desvío hasta el ‘Pou de Neu del Carrascal’.
Una cava de nieve muy reformada y cuidada, una de las más bellas de la provincia.
Deshago mis pasos, vuelvo a la pista y sigo, en ascenso, hasta el ‘Collado de las Hermosas’. Un pequeño descanso para continuar en un nuevo ascenso, éste algo más difícil, que me lleva hasta la parte alta de la sierra.
En un punto concreto la subida da lugar a una pista sin mucho desnivel que me dirige al vértice de la sierra (Replana). Aquí, en la cumbre, a 1229 m.s.n.m., un momento de descanso, algo de bebida, de comida y las ya habituales fotos.
Comienzo ahora el regreso; sólo tengo que desandar lo caminado, volver al ‘Collado de las Hermosas’, a la pista que lleva al pozo de nieve y al ‘Mas del Carrascal’.
En este punto vuelvo a la ‘Font de la Carrasca’ y al auto pero lo hago dando un rodeo, por la cara norte del cerro ‘Cabezo de la Paella’.
Llegada a la zona del depósito contra incendios, a la fuente y… al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente recomendable. Han sido algo más de 8 kilómetros, con un desnivel de 400 metros, hechos en un tiempo más que aceptable, una mañana espléndida y unas vistas de escándalo.
Mi viaje a Chile, en septiembre y octubre del año 2024, estaba siendo un sueño hecho realidad, Santiago, Valparaíso, Viña del Mar, Rapa Nui, San Pedro, el desierto de Atacama y la incursión en Bolivia para, entre otros, visitar el Salar de Uyuni, me había dejado una profunda huella pero fueron, en la última parte de este periplo, los días que pasé en Punta Arenas, oficialmente la capital de la provincia de Magallanes, de la región de Magallanes y de la Antártida chilena y, de forma no oficial, la capital de la Patagonia chilena, los que, tal vez por desconocimiento, más han arañado mi corazón y mi conciencia.
Punta Arenas.
Punta Arenas que, en un principio, allá por diciembre del 1848, se fundó por militares como asiento principal y colonia penal en estas lejanas e inhóspitas tierras, se ha convertido, con el pasar de los años, en un punto estratégico a todos los niveles, histórico, político, económico, geopolítico y turístico.
La llegada a esta ciudad, a esta parte tan cercana al polo sur del planeta, tenía, en un principio, la connotación de pisar tierras australes; eso era para mi más que suficiente.
Cuando, en octubre del 2023, Jonathan me habló de la eliminación del pueblo Selk’nam confieso que me impactó sobremanera.
Una de las primeras actividades que tenía prevista en Punta Arenas era la de cruzar el estrecho de Magallanes en transbordador y hacer un recorrido por la parte chilena de Isla Grande de Tierra del Fuego y visitar uno de los santuarios del pingüino rey. El desembarco lo hice en Bahía Chilota, a 5 km de la ciudad de Porvenir y, aquí, en este punto, fue donde, con las explicaciones del guía de la excursión (Jonathan) descubrí y empecé a interesarme por la historia del pueblo Selk’nam, también llamado pueblo Ona.
Porvenir.
Porvenir es una pequeña ciudad que no alcanza los 7000 habitantes, capital chilena de la Isla Grande de Tierra del Fuego que fue fundada en el año 1894, aunque, en 1883, surgió como un destacamento policial ante la fiebre del oro. El descubrimiento de yacimientos del dorado metal y la creación de las nuevas estancias ganaderas impulsó que a Porvenir llegaran inmigrantes europeos, principalmente croatas, y posteriormente chilenos de Chiloé.
Chile, estrecho y alargado, como una columna vertebral, está dividido en dieciséis regiones y en ellas han vivido algo más de dieciocho pueblos, entre los reconocidos como tal y los no reconocidos, (Aymaras, Atacameños, Changos, Diaguitas, Chiquiyanes, Picunches, Rapanui, Pehuenches, Puelches, Mapuches, Huilliches, Poyas, Cuncos, Chonos, Aonikenk, Kagueskar, Yaganes, Selk’nam u Ona,…) todos ellos antes de la llegada de los colonizadores europeos.
Mi atracción por esta etnia y su destino me ha hecho escudriñar entre informes, artículos y relatos para intentar conocer, en la medida de lo posible, su apasionante historia.
Los Selk’nam.
Pueblo amerindio originario de la Isla Grande de Tierra del Fuego, ‘Kárwkènká’ (nuestra tierra) en su lengua, territorio del extremo austral del continente americano que actualmente comparten los estados de Chile y Argentina.
Tierra del Fuego. Llamada de este modo por los primeros europeos que contactaron con estas tierras, en agosto de 1520; una expedición española al mando del portugués Fernando de Magallanes. Los primeros exploradores de la isla, observaron desde el estrecho que lleva el nombre del luso, grandes fogatas y humaredas en la costa y la llamaron ‘Tierra de humos’, nombre que fue modificado por Carlos I de España por el de ‘Tierra del Fuego’.
La Isla Grande de Tierra del Fuego posee dos sectores bien diferenciados, los dos tercios septentrionales están formados por mesetas y llanuras suavemente onduladas. El sur está ocupado por la terminación austral de la cordillera de los Andes. Su territorio es de 47 992 km². La cordillera Darwin en el sector (chileno) sudoeste, cuenta con los puntos más altos de la isla. El clima en esta región es bastante inhóspito. Es subpolar oceánico con cortos y frescos veranos y largos, húmedos y fríos inviernos: el nordeste se caracteriza por fuertes vientos y poca precipitación; en el sur y oeste es muy ventoso, brumoso y húmedo la mayor parte del año y son pocos los días del año sin lluvia, aguanieve, granizo o nieve. Existen algunas áreas en el interior que tienen clima polar. Regiones en el mundo con climas similares a Tierra del Fuego son: islas Aleutianas, Islandia, península de Alaska e islas Feroe.
Los Selk’nam son parientes cercanos de los Aonikenk, pueblo que habitaba en la Patagonia, al norte del estrecho de Magallanes. Gentes nómadas, cazadores y recolectores, con lengua propia, perteneciente a la familia de lenguas tshon del cono sur americano.
Pueblo con unas tareascotidianas bien delimitadas, mientras el hombre se dedicaba a la caza (guanacos, aves, tucutucus, etc…) y a la fabricación de armas y herramientas (arcos, flechas y utensilios de hueso, piedra y madera), la mujer se ocupaba de las labores domésticas, cuidado de los niños, transporte e instalación de la vivienda.
Referente al arte, los Selk’nam u Onas eran especialistas en pintura corporal. Sus cuerpos desnudos sólo se cubrían con pieles y cueros, preferentemente de guanaco, aunque también utilizaban al zorro, roedores, aves y algunos animales de pequeño tamaño. Las mujeres se complementaban con collares y pulseras. Los hombres usaban hermosos tocados de plumas y la pintura corporal, que en algunas ceremonias era extremadamente sofisticada, era algo fundamental; distintos dibujos que, según la ocasión, cubrían su anatomía para la caza, el combate, los duelos, la danza, etc…
Otra de las grandes expresiones artísticas de este pueblo era el canto. Centrado casi exclusivamente en la voz, aunque podían apoyarse o acompañarse con algunos instrumentos muy simples, como silbatos de huesos de pájaros o bastones de madera para la percusión.
Los Selk’nam utilizaban sus cantos para muchas de las funciones sociales. Los chamanes lo utilizaban para entrar en trance, realizar curaciones o en distintos rituales.
Unos de los momentos en los que el canto tenía una enorme importancia era en la ceremonia de iniciación de los jóvenes, el Hain.
Alguna muestra de los cantos Selk’nam que ofrece el Museo Chileno de Arte Precolombino, pinchar aquí.
El Hain.
Esta cultura, poseía una riqueza espiritual sobresaliente manifestada en ceremonias como el Hain, ritual de iniciación en el que se revelaba a los adolescentes (klóketen) ciertos secretos encaminados a preservar su orden social: el patriarcado.
En la imagen superior, colección de sellos chilenos con algunas de las caracterizaciones de espíritus/dioses que usaban los Selk’nam en la ceremonia Hain.
En este ritual, el Hain, sólo participaban los hombres y comenzaba con la preparación de los jóvenes elegidos (klóketen). Estos eran separados de sus familias para ser preparados para la ceremonia. Eran formados con los brazos extendidos hacia el cielo uno junto a otro para ser despojados de su vestimenta, bañados y posteriormente ser pintados completamente con arcilla roja por los hombres. Luego eran trasladados a la choza ceremonial, donde eran recibidos entre cantos y gritos, lo cual aumentaba el miedo de los muchachos ante la ceremonia. Una vez en el interior de la choza eran distribuidos alrededor del fuego y debajo de los siete postes de la misma, y se les ordenaba mirar fijamente hacia arriba. Desde el fuego surgían los espíritus, cantando, y los iniciados poco a poco bajaban la mirada ante ellos. Los espíritus comenzaban así un juego de tironeo, el cual terminaba en una gran lucha con un klóketen. Así, cada uno debía luchar con un espíritu para mostrar su destreza y fuerza, aunque siempre el espíritu era el triunfador. Al finalizar la lucha el klóketen era obligado a desenmascarar al espíritu, encontrándose así con un hombre de carne y hueso, proceso que se repetía con todos los iniciados. El propósito era mostrar que los espíritus no existían y no eran más que hombres disfrazados, los cuales después de ser desenmascarados comenzaban a reír y mencionaban que «¡Así jugamos nosotros, los hombres!». Durante los siguientes días, e incluso meses, se les instruía en los trabajos y obligaciones que como Selk’nam adulto les esperaban, realizaban diversas pruebas y se les enseñaba el uso de armas, el tiro y la caza. Se les narraban mitos que explicaban el génesis del mundo y su sociedad. El más importante era el del origen del Hain y se les revelaba el secreto del mismo, y finalizados los relatos se les hacía prometer que jamás revelarían lo vivido a las mujeres de la tribu, ya que se les castigaría con la muerte.
Con todas estas características y costumbres del pueblo Selk’nam, incluso con muchas más, que he ido recopilando a través de crónicas, relatos, artículos, estudios, etc… ha ido aumentado con creces la tremenda fascinación que estas gentes han ejercido en mi persona.
Por todo ello me pregunto… ¿Cómo es posible que este pueblo, viviendo desde hace miles de años en esta tierra tan inhóspita y extrema, con una calidad cultural tan desbordante, se haya visto apartado, relegado, anulado y exterminado de manera fulgurante? La causa principal, sin duda alguna, ha sido, y con el apoyo de los gobiernos chileno y argentino de la época, la fiebre del oro de finales del siglo XIX y, sobre todo, la ambición del hombre blanco, colonos y mercenarios, llegados de países principalmente europeos, para hacerse con la tierra, su explotación y riqueza, llegando a considerar a los Selk’nam meros animales salvajes, muy por debajo de los guanacos, dando así vía libre para el genocidio.
Para este martes de noviembre vamos a realizar una caminata por el oeste de la provincia, en las proximidades de la localidad de Pinoso, ya lindando con la Región de Murcia.
En esta ocasión el grupo está compuesto por Reme, Pedro, Óscar, Jesús, Paco, Raúl y yo, y nos dirigimos a la población de Pinoso para efectuar una ruta por la sierra de Centeneras, visitar su vértice geodésico y algunos de sus puntos de interés, así como un recorrido por sus alrededores para admirar sus ‘cucos‘ y ‘ribazos‘.
A la entrada del pueblo, en la rotonda, tomamos la carretera CV-836, la que une Pinoso con Yecla, y en el km 4’2 cogemos el ramal asfaltado de la derecha y, 600 metros después, en un claro del camino (de Lel) dejamos los autos; aquí da comienzo nuestro itinerario.
CUCO DEL TÍO BLANES
Justa enfrente de nuestros vehículos ya se encuentra el primero de los cucos (el llamado del ‘Tío Blanes’).
En la zona se llaman ‘cucos‘ a estas pequeñas construcciones que sirven de refugio eventual a pastores trashumantes, ideados para resguardarse de eventuales tormentas en pleno campo, o a los realizados por los propios lugareños, con el mismo fin, para sus labores agrícolas. Todos ellos construidos con la técnica de la ‘piedra seca’.
Seguimos en dirección a Lel (es una de las diez pedanías de Pinoso) y a muy pocos metros tomamos un ramal, a mano derecha y en dirección este, que nos conduce a la Casa de Rua y a la pista Volta Rodada; en todo este recorrido encontramos múltiples muestras de ‘ribazos‘.
Se llaman ‘ribazos‘ a los muros de contención, construidos para limitar y controlar los desniveles en parcelas y terrenos; también hechos con el procedimiento de la ‘piedra seca’ (el conocimiento y técnica del arte de construir muros en piedra seca es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, desde el año 2018).
RIBAZOSRIBAZOS
Llegamos a un cruce, tomamos, por la izquierda, el camino ‘Vereda de la Cova’ que nos conduce directamente hasta las faldas, en su cara sur, de la sierra de Centeneras.
Esta sierra no es más que un cerro calizo de poca altura que se levanta entre los llanos que se extienden entre las sierras de Salinas y la del Reclot.
En este punto tomamos la pista de la derecha, rodeando el cerro hasta llegar a la cara norte.
Aquí encontramos vestigios de una antigua calzada, posiblemente romana. Continuamos por la pista hasta llegar a unos campos de cultivo en los que se encuentra nuestro segundo ‘cuco‘, el llamado del ‘Tío Quito’.
CUCO DEL TÍO QUITO
Volvemos sobre nuestro pasos hasta llegar a las marcas en la pista, las que daban a entender que se trataba de una calzada romana. Aquí nos desviamos, campo a través, subiendo por la ladera del monte, encontramos ahora restos mucho más evidentes de la pista romana.
Seguimos ascendiendo campo a través, entre matorrales espinosos y muros de ramas asesinas, hasta llegar, con alguna que otra magulladura, hasta el maltrecho punto geodésico de este cerro (Centeneras, 686 msnm).
Las ya clásicas fotos en el vértice.
Y comenzamos ahora a buscar con desespero los petroglifos perdidos de esta pequeña sierra.
Nos ha llevado un buen rato dando vueltas hasta que, finalmente, algunos del grupo han podido encontrar estas piedras marcadas por el hombre.
Iniciamos el descenso por la cara sur del cerro hasta llegar a una pequeña cantera y al tercero de los ‘cucos‘ de este recorrido, el llamado de ‘Isabelita’.
CUCO DE ISABELITA
Llegamos a la pista por la que, caminando hacia el noreste, llegaremos hasta otra pequeña cantera y al cuarto ‘cuco‘ de nuestra ruta, el que lleva el nombre de la ‘Centenera’,
Más adelante alcanzaremos la carretera ‘Camino de Lel’, giraremos hacia la izquierda para seguir por asfalto el camino que nos llevará hasta los autos.
CUCO DE LA CENTENERA
Antes, haciendo algún que otro desvío a mano izquierda, accederemos a los ‘cucos‘ que nos faltan por visitar.
Primero llegamos a nuestro quinto ‘cuco‘, algo deteriorado, que me hace pensar que se trata del llamado de ‘la Tía Gila’, aunque en este caso no lo tengo muy claro.
CUCO DE LA TÍA GILA (¿?)
A pocos metros encontramos el siguiente ‘cuco‘, el sexto. Tampoco me queda claro su nombre, aunque creo que se trata del llamado ‘de Marco’.
Volvemos a la carretera y, después de 1’2 kilómetros de asfalto, entramos a una pista, a mano derecha, que nos conduce a los últimos ‘cucos‘ de nuestra ruta.
CUCO DE MARCO (¿?)CUCO DE DAVID
El séptimo es el espectacular ‘cuco‘ de David, muy bien conservado y rematado con detalles tanto por fuera como por dentro.
Muy cerca de este se encuentra uno, algo más pequeño y discreto, nuestro octavo ‘cuco‘, el llamado de ‘Marrulles’.
CUCO DE MARRULLES
Retrocedemos hasta volver a la carretera y antes de llegar al asfalto tenemos, a mano derecha, dentro de una finca privada, el noveno y último de nuestros ‘cucos’, el que creo que lleva el nombre de ‘Pepe el Templao’.
Seguimos caminando por la carretera y a unos 600 metros llegamos a los autos.
Antes de regresar a nuestras casas, hemos quedado en Pinoso con un grupo de amigos para comer todos juntos, en un restaurante de la localidad, un arroz con conejo y caracoles, que pone el broche de oro a esta estupenda jornada senderista/cultural.
CUCO DE PEPE EL TEMPLAO (¿?)
Valoración: 3***
Recomendable: Sin duda alguna. Han sido casi 12 kilómetros, con un desnivel de unos 115 metros, hecho todo en un tiempo más que aceptable. Una mañana fresca y soleada para disfrutar de lo que la caminata nos ha ofrecido, muchos puntos de interés y una agradable compañía.
Para este primer viernes de noviembre la caminata no ha tenido ningún misterio; ha sido bastante sencilla y cómoda.
Me he dirigido hasta la población de Guardamar del Segura para realizar una ruta por los alrededores de la zona militar que rodea la antena de la Radio Estación Naval y visitar el vértice geodésico de Moncayo.
Pasada la localidad de Guardamar, en la N-332, tomo dirección a Los Montasinos, en una de sus rotondas, y a unos trescientos metros, a mano derecha, entro en la Carretera de la Torre… Unos 400 metros después, en un pequeño claro, dejo el auto y comienzo mi caminata.
Una senda, en suave ascenso y bastante clara, me conduce, entre pinos y en dirección noreste, hasta el vértice geodésico Moncayo.
Ya desde un principio, el mar es un clarísimo protagonista de esta caminata.
Hoy, concretamente, ha sido un día muy especial, las aguas estaban muy tranquilas y las vistas, debido a los últimos vientos, eran extremadamente claras.
Cómo no!!! Las ya clásicas fotos en el vértice.
Aunque no es demasiada altura, las panorámicas de los alrededores son brutales; las sierras de Callosa y Orihuela por el oeste, el Parque Natural de las Salinas de la Mata y Torrevieja por el sur, la inmensidad del Mediterráneo y Guardamar del Segura por el este y el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola y el cabo homónimo por el norte.
Tomo ahora una senda descendente, en dirección oeste/noroeste, por la Cañada del León, pasando por la valla norte de la zona militar.
Llego hasta la Cañada de la Tía Rita, al Camino del Dos (asfalto) y a unos doscientos metros cambio de dirección, ahora voy por pista (Camino del Campo) hacia el este, iniciando el regreso.
Entro en una senda, entre pinos, paralela a la N-332 y la sierra del Moncayo; a media altura.
Un camino bastante bien señalizado que me conduce en ascenso, pasando por un horno de cal y un par de balsas en desuso, llenas de grafitis (alguno muy curioso), hasta un punto del camino inicial.
Sólo tengo que volver por esta senda para llegar hasta el auto.
Regreso a casa.
Valoración: 3***
Recomendable: Claro que sí. Han sido sólo 7 kilómetros, con un desnivel de unos sencillos 130 metros, en un día luminoso con las vistas siempre relajantes del mar.