Un jueves más. Una tarde de un agosto caluroso, pegajoso, engorroso y ‘queascodeveranoavercuandoseacaba’… pero nosotros a la montaña, jejeje
No voy a considerar la salida montañera de hoy como una ruta senderista; más bien una actividad al aire libre.
Iván, Pablo, Pastor, Yuma y yo nos hemos ido por la carretera CV837, a las faldas del Despeñador, para buscar, por tercera vez en este verano, la escurridiza Cova del Tío Melchor.
Os aseguro que ya íbamos con la intención de si no la encontrábamos llamar a CSI Castalla para que nos echara una mano.
Dejamos el coche en el gran pino que hay a la sombra del Despeñador.
Hemos tomado vía pecuaria que va a Planises.
Esta vez hemos entendido bien las señales y… voilá!!!
La cueva estaba allí, ella quietecita, esperándonos, con esa abertura tan pequeña a ras del suelo, casi casi parece una conejera… jajaja.
Y casi casi se puede entrar por lo estrecho que es.
Ellos aún pero… yo, jajaja
Bueno, finalmente, yo también he pasado al interior. La verdad es que no da la sensación de ser tan grande como es realmente.
Allí en el interior algunas fotos de rigor y una sorpresa, una cajita con objetos, la clásica ‘te llevas algo si dejas algo’, con su libreta y su boli para plasmar impresiones, etc…
Contentos por haberla encontrado.
Después hemos tomado el camino de regreso al coche.
Han sido apenas 4 kilómetros pero nos han parecido muy agradables.
Valoración: 2**
Recomendable: Sí, por supuesto. Por fin hemos visto la cueva donde se refugió el tío Melchor después del crimen de su cuñado, según cuenta la leyenda.