Amanece un buen día en Cistierna.
Toca desayunar tranquilamente, pagar la cuenta del hotel y tomar el camino de vuelta a Alicante.
Decidimos hacer un primer alto en el camino para visitar la Catedral de León.
Este especialmente bonita en este luminoso domingo de agosto.
Breve paseo por los alrededores, las habituales fotos y, sin mucho más, el regreso.
Nos quedan muchos kilómetros todavía por hacer, el fin de semana se ha aprovechado al máximo y, algunos, tenemos que currar al día siguiente.
Un par de paradas más por el camino para pipís, popós y comer algo.
Ya en la última parada, nos despedimos del resto del grupo hasta otra ocasión.
Ha sido una misión muy especial, una escapada estupenda y una compañía para quitarse el sombrero!!!