Espectacular último sábado de febrero.
Una mañana, al principio, algo fresca pero limpia y luminosa.
Alex, Pablo y yo nos hemos dirigido a la población de Ibi, en plena Foia de Castalla, y a la salida de la misma, en plena CV-801, la carretera que lleva hasta la población de Banyeres, hemos aparcado el auto y hemos comenzado esta entretenida caminata.
Tomamos el camino de la solana del Barranco de les Rabosses dejando campos de almendros repletos de flores en esta primavera anticipada.
Subida importante hasta llegar al Mas del Canyo.
Vistas impresionantes de todo el valle con las sierras de los alrededores como línea del horizonte.
Dejamos esta primera masía y continuamos ascendiendo para llegar al Pou de neu del Canyo, fabulosa cava totalmente restaurada que ofrece una imagen bastante clara de la utilidad de estas construcciones.
Estos neveros son pozos excavados en la tierra con muros de contención, de pequeñas o grandes dimensiones e incluso con techo, que disponen de aberturas para la introducción de la nieve y posteriormente la extracción del hielo y cuya finalidad es conservarlo para poderlo usar posteriormente, cuando, de otra forma, la nieve ya estaría derretida.
La actividad de los neveros artificiales es conocida desde tiempos de los romanos (200 a. C.); su gran desarrollo tuvo lugar entre los siglos XVI y XIX, y ha sido utilizada hasta el siglo XX, cuando, con la invención de las máquinas frigoríficas, aparecen las fábricas de hielo y más tarde los frigoríficos domésticos, caen en desuso. Hasta ese momento la conservación de alimentos se realizaba gracias a la salmuera, los adobos, las conservas o el aprovechamiento de la nieve. Este último sistema fue la base para un trabajo y una profesión que pervivió hasta aproximadamente 1931.
Seguimos nuestro camino, en dirección a la parte alta de la Sierra del Menejador. A nuestro paso encontramos otros dos Pous de Neu, el de Simarro y el de Noguera.
Llegamos hasta la pista, donde está la balsa contra incendios y la caseta de vigilancia. Optamos por no acceder hasta la cumbre o vértice geodésico; hay tanta gente que parece un día de rebajas en un gran almacén.
Buenas vistas del otro lado de esta sierra, Mariola, el Montcabrer y la ciudad de Alcoy.
El regreso es por pista que nos acerca hasta otra de las cavas de esta zona, la Cava del Menejador, bastante ruinosa.
Llegamos hasta los restos del Mas de Tetuán, construcción que sería en su tiempo una gran masía señorial, con su ermita privada.
A su lado se encuentra el conocido Tejo Centenario, un árbol emblemático de esta caminata.
Seguimos por pista descendiendo. Ya caminamos por la ladera sur de la sierra. La mañana avanza y el día se vuelve bastante caluroso.
Llegamos hasta otra de las masías de la zona, el Mas de Foiaderetes, situada en un cruce importante que te lleva a diversos sitios interesantes.
Por la derecha iríamos al Barranco de los Molinos y la zona de escalada.
Por la izquierda volveríamos al Mas y Pou del Canyo, pasando por Loma Plana y Foiaderes.
Nosotros seguimos rectos por el camino que nos acerca a la población de Ibi.
Senda en descenso, primero suave y después ‘a lo bestia’, que nos acerca a la zona del Barranco de las Zorras y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Absolutamente. Han sido 11,340 kilómetros, con un desnivel de 570 mts., un montón de puntos de interés, estupenda compañía y todo ello hecho a una velocidad de 5,4 kms/hora. De p.m.!!!