30-09-19
Lo cierto es que la llegada a El Hierro ha sido un poco deprimente. Es media tarde. Al recoger el coche de alquiler me lo entregan en reserva. La Villa de Valverde está vacía. No hay nada abierto. Llego al hotel para hacer el check-in, me aseo, organizo las cosas de la maleta y salgo para poner combustible. En la misma gasolinera (una de las tres que hay en la isla) compro agua, batidos y dulces para comer algo esa primera noche. Vuelvo a mi habitación y… hasta el día siguiente.
01-10-19
Despierto y realmente considero que es hoy es el día que comienza mi aventura en El Hierro.
Estoy convencido que hoy todo va a ser diferente al día anterior.
Ha amanecido nublado y con la apariencia de lluvia y soledad absoluta. Casi a punto de la depresión, he preparado las cosas para realizar la primera excursión por la isla.
Me decido por el sur, concretamente el municipio de La Restinga (el pueblo canario que en año 2.012 tuvo una erupción frente a su costa)
Tomo el coche y hacia allá que voy, por la HI-1 hasta San Andrés y después por la HI-4 hasta El Pinar y La Restinga.
No hay apenas tráfico y llego a mi destino con mucha facilidad.
Tengo que recordar que El Hierro es la isla más occidental y meridiana de las Islas Canarias, que tiene una superficie de 268,70 kilómetros2 y una población de 10.872 habitantes (+/-). Toda la isla tiene casi los mismos habitantes que el pueblo de Castalla. He ahí la tranquilidad.
La Restinga es una localidad pedánea que pertenece al municipio de El Pinar de El Hierro, en el extremo sur de la isla. Un lugar dedicado a la pesca y al turismo, principalmente a todo aquel que se relaciona con el mar.
Es muy interesante como, prácticamente, pegado al pueblo se pueden contemplar, en el paraje llamado ‘Los Laijales’ los distintos tipos de colada de lava, con sus formas caprichosas, que surgieron en las últimas erupciones. Este lugar ofrece uno de los mejores y espectaculares ejemplos de lavas cortadas de todas las Islas Canarias.
Después de un buen paseo por estos parajes me dirijo al municipio para tomar un refresco y un buen bocata en una de sus tascas.
El día ha mejorado sustancialmente y da gusto admirar el océano sentado a la sombra disfrutando de la comida y la bebida.
Tomo el coche y salgo del pueblo. En un punto determinado, me desvío para dirigirme a la Cala de Tacorón, una zona con una pequeña playa, entre rocas, de arena negra, donde se puede practicar el baño. Un lugar de vistas hermosas.
Regreso a Valverde, no sin antes hacer una pequeña compra, algo para cenar y desayunar al día siguiente.
El resto del día lo dedico a dormir siesta, ver tele y preparar la actividad de la siguiente jornada
02-10-19
La mañana ha despertado bastante despejada y con una temperatura muy alta.
Mi plan para hoy es dirigirme, por la HI-1, a San Andrés y después, por la HI-4, a El Pinar pero antes de llegar a ésta tomar el desvío que, por carretera de montaña, atraviesa El Julán, una región especialmente poblada de pino canario que ofrece unas vistas del sur de la isla absolutamente increíbles.
Esta carretera, que es la HI-400, rodeada de pinares y miradores, es la que conduce a la Ermita de Nuestra Señora de los Reyes, patrona de la isla. Aquí aparco el coche y doy inicio a una caminata que me lleva al Sabinar, lugar en el se encuentra uno de los símbolos indiscutibles de la isla, la famosa Sabina de El Hierro.
Después de un buen rato, bajo un sol abrasador, contemplando éste ícono, así como el resto de flora que compone el sabinar, me dirijo, por un pequeño sendero hacia el norte que me lleva directamente al Mirador de Bascos. Ésta es una atalaya desde la que se puede contemplar toda la costa septentrional de la isla, la zona llamada El Golfo, desde la Punta de Salmor hasta la Punta de La Dehesa.
El acceso a este mirador no está permitido debido a los últimos desprendimientos que ha habido pero desde el sendero por el que yo he accedido no hay ningún aviso ni cartel que lo impida, así que he podido disfrutar de este maravilloso espectáculo.
Vuelvo, con un sol que es puro fuego, por una pista, llena de vacas a los dos lados, hasta la ermita, teniendo que hacer varias paradas bajo los árboles para poder respirar con tanto bochorno.
Para más inri, antes de llegar al mirador me había quedado sin agua y al llegar a él, veo que hay una pequeña fuente. Compruebo que tiene agua… y está fresca!!! Lleno mi botella y tomo un pequeño trago de agua fría y… verde!!! Dio mío, qué acabo de hacer?
Con esa temperatura y esa agua verdosa estoy ‘pa’ que me de algo!!!
A unos 500 mts. (+/-) de llegar a la ermita para un auto con unos amables excursionistas que que preguntan, al verme tan acalorado, si me encuentro bien y si necesito que me acerquen hasta mi coche… Sí, por favor!!!
Agradecido y emocionado… Una vez en mi vehículo tomo el camino de vuelta… La carretera de El Julán, la HI-4 y la HI-1 hasta San Andrés. Aquí hago una parada en una tasca en el centro del pueblo. Una ensalada, unas albóndigas, unas cervezas y un buen café reponen a cualquiera. Vuelvo a Valverde, a mi habitación. Tarde de siesta, tele, cena, escribir un rato y preparar la tarea del día siguiente.
03-10-19
El día anterior, y viendo una publicidad en la recepción del hotel, envié un mail para solicitar información sobre una actividad de la que hace tiempo tenía curiosidad; un vuelo en parapente.
Esta mañana he recibido contestación a ese correo por parte de la persona que organiza este tipo de ejercicios. Me invita a practicar, si lo deseo, el vuelo mañana, día 4, a las 16:30 y me manda la ubicación para el encuentro… Por supuesto, allí nos vemos!!! Le contesto.
Lugar para la cita es la población de La Frontera.
Esto modifica un poco los planes de hoy. Decido ir a esa zona de la isla para comprobar el camino y el tiempo que lleva llegar hasta el punto de encuentro. Esa región de la isla aún era desconocida para mi, aunque la había visto desde lo alto del Mirador de Bascos.
Tomo, desde Valverde, la carretera HI-5 y, después de El Monacal, atravieso el gran túnel que me descubre, en su salida, la hermosa costa norte de la isla, El Golfo.
Hago una parada para apreciar de cerca el paraje de Las Puntas. Desde la lengua de lava de Punta Grande, lugar donde se encuentra el hotel más pequeño del mundo, observo y admiro el mar rompiendo en esas grandiosas rocas.
Llego a La Frontera y al lugar donde me lleva la ubicación que me mandó la organización de parapente. Compruebo el sitio para el día siguiente. En las proximidades me tomo un refresco y sigo mi camino.
Ahora hago un alto para ver El Charco Azul, una increíble gruta convertida en piscina natural por el efecto del oleaje y utilizado como atracción turística y zona de baño.
Continúo por la HI-5 para llegar a la localización más noroeste de esta parte de El Hierro. Aquí enlazo con la HI-500 que me lleva en acusado ascenso al Mirador del Lomo Negro y al cruce con la HI-503, carretera que lleva directamente al Faro de Orchilla, lugar histórico referenciado por la cartografía antigua, desde la época de Claudio Ptolomeo, donde se estableció el Meridiano Cero en este punto de la isla.
Ahora vuelvo sobre mis pasos y de la HI-503 paso a la HI-500 en dirección a El Julán. De nuevo las hermosas pinadas y los miradores del sur herreño.
Conecto con la HI-4 y llego San Andrés y después, por la HI-1 a Valverde.
Algo de compra, siesta, tele y cena en el restaurante de la villa ‘La Mirada Profunda’, cocina de calidad con muy buena atención y servicio. Vuelvo al hotel y… hasta el día siguiente.
04-10-19
Mañana tranquila y sin mucha prisa. Aseo, desayuno y preparado para hacer una salida sencilla por los alrededores de Valverde. Tomo la carretera que conduce al aeropuerto y, desde aquí, el desvío que lleva al Puerto de la Estaca, el puerto turístico y mercantil de la isla. Continúo por la misma carretera paso por Timijiraque, por el túnel de la Punta de la Bonanza y el Roque de la Bonanza, una formación rocosa que se encuentra en la Bahía de las Playas y que también se ha convertido en unos de los símbolos para los herreños. Siguiendo la carretera llego hasta el Parador Nacional de El Hierro. Desde este lugar, de vistas increíbles, regreso a Valverde.
Una vez en la villa, hago una escapada hasta Tiñor, una pequeña pedanía de carácter agrícola próxima a Valverde. Vuelvo al hotel, como algo y duermo un poco de siesta.
A eso de las 15:15 hrs. me pongo en camino a La Frontera para encontrarme unas hora más tarde, en el gimnasio municipal, con Ondrej, el guía/monitor que me va a acercar a las nubes.
Estoy nervioso, no lo voy a negar, y también excitado.
Llego con bastante tiempo de antelación, tiempo más que suficiente para tomar un café y… así ponerme más nervioso todavía, jajaja…
Suelo ser bastante puntual. Quizá en exceso si el asunto me interesa e ilusiona; evidentemente, éste es el caso.
Ondrej, su compañera y su niña llegan en su furgoneta puntuales también, y eso es, para mi, muy buena señal.
Saludos, presentaciones, demás actos de cortesía y… nos ponemos en marcha hasta el lugar del lanzamiento. La tarde fabulosa para esta actividad, según comenta Ondrej. El muchacho es muy extrovertido, tiene mucha conversación y un castellano totalmente fluído. Trata de tantear mis miedos y, creo, parece muy tranquilo conmigo. Es mutuo.Le aclaro alguno de mis handycaps, sobre todo el de mi sordera. No parece preocuparle. Llegamos a la zona que considera adecuada y es, de todas las que hay, la más elevada (unos 1.238 m.s.n.m.) Preparada mi mochila, la suya y la vela del parapente (no estoy seguro de que se llame así). Nos aseguramos, nos conectamos y 3, 2, 1… nos lanzamos!!!
La vela se despliega, flota sobre nosotros y es un empujón hacia atrás y, en décimas de segundo, estamos volando.
Es algo indescriptible, la isla se queda a tus pies y está toda bajo tu mirada. Eres un pájaro y en esos momentos tiene sentido la frase… ‘I believe I can fly’. Eres grande y a la vez tan diminuto que… dan ganas de llorar de emoción, de alegría, de nostalgia. Te llegan recuerdos a tu cabeza de todos los que no están contigo…
Ondrej me va comentando paso a paso por dónde vamos, a qué altura estamos (llegamos a los 1.315 m.s.n.m. de máxima), las montañas que nos rodean, los pueblos y zonas que se divisan desde ahí arriba…
Absolutamente recomendable y, por supuesto, 100% repetible.
No seas tonto, El Hierro te espera!!!
Un vuelo de casi 30 minutos y 12’100 kilómetros recorridos. Un aterrizaje cómodo y sencillo el las proximidades del punto de encuentro. Hasta nosotros ha llegado su compañera y la niña con la furgoneta. Mientras se recogía todo el material del vuelo hemos estado charlando de las sensaciones vividas. Allí nos hemos despedido con un fuerte abrazo y con un gran sentimiento de haber estado los dos conectados de una manera especial…
Clik aquí si quieres ver el gps tracklog de este vuelo:
https://ayvri.com/scene/z15y9x7zjx/ck1dh35ez0001256ho3hu3pqd
Gracias Ondrej por esta maravillosa experiencia.
Vuelvo al coche y regreso a Valverde con una sonrisa de oreja a oreja, casi hipnotizado.
Llego al hotel y poco más… aseo, algo de tele, cena y hasta el día siguiente.
05-10-19
Hoy aún estoy con el regusto del día de ayer en el cuerpo.
Desayuno en el hotel, subo a mi habitación para el aseo y preparar alguna salida. Ya quedan pocas jornadas en la isla y hoy no me apetece mucho trajín. He pensado visitar miradores cercanos y buscar el lugar donde se encuentra el Árbol Garoé Sagrado.
Voy de Valverde a San Andrés. Tomo la HI-10 y paso por Las Montañetas y Los Jarales para llegar al Mirador de la Peña en Guarazoca. En este mirador se encuentra el Restaurante de César Manrique, una joya diseñada por este conocido, reconocido y admirado arquitecto, pintor y escultor canario, del que este año se celebra el centenario de su nacimiento.
Cocina de alto nivel en un entorno mágico y especial, con unas vistas al valle de El Golfo, mostrando la Fuga de la Gorreta, un risco elevado a mil metros sobre el mar, por donde antiguamente los pastores transitaban con su ganado por los desniveles. También se pueden observar los Roques de Salmor y los viñedos y frutales que llegan hasta la costa.
Vuelvo a la carretera y tomo el desvío que me acerca hasta otro de los miradores de este día, el Mirador de Jinama. Esta atalaya está situada al oeste de San andrés y nos ofrece también una increíble vista de El Golfo, ésta menos árida que el anterior mirador. Desde aquí se inicia El Camino de Jinama, uno de los senderos más antiguos de El Hierro y que lleva desde las llanuras de Nisdafe hasta La Frontera. Los herreños hacían este camino dos veces al año en lo que ellos llamaban ‘Las Mudadas’. Se trasladaban con todo, familia, enseres y animales… así atendían sus campos de cultivo y sus bestias podían parir con mejores temperaturas. A la entrada de este sendero se encuentra la pequeña Ermita de la Virgen de la Caridad.
Vuelvo a la carretera inicial, por la meseta de Nisdafe hasta San Andrés. Voy ahora en busca del Árbol Sagrado Garoé. El tom-tom se ha puesto realmente tom-torrón y me da unas indicaciones que me hacen dar más vueltas que una noria. Finalmente para en San Andrés, tomo un refresco, pregunto, me indican por donde y… finalmente encuentro el sitio. Es un edificio pequeño, El Centro de Interpretación, donde, pagando la oportuna entrada, tienes acceso a un corto sendero empedrado y al famoso árbol.
Garoé significa en lengua amaziq río o laguna. Está situado en Tigulahe, lo que hoy día es San Andrés. Un árbol muy venerado por salvar a los bimbaches, los primeros pobladores de la isla, de morir de sed. También abasteció de agua a los conquistadores castellanos. Un huracán en el siglo XVII lo destruyó y, desde entonces, se le sustituyó por un tilo, hasta nuestros días.
Este árbol es la muestra viva del efecto de la lluvia horizontal, de cómo las hojas absorben el agua de la nube y rebosan humedad hasta convertir el suelo en río o laguna, osea en Garoé.
Vuelvo, después de la visita, al auto. Regreso a Valverde, al hotel. Antes paso por el súper y hago compra. Ya en la habitación, aseo, comida, siesta, tele, escribir, cenar y preparar la salida del día siguiente.
06-10-19
Hoy el día voy a dedicarlo más a recoger y preparar la maleta que a hacer una gran salida.
Viendo el mapa de la isla me he fijado que hay unos puntos cercanos a Valverde, en el norte, que no he visto y voy a visitar sin prisa, la verdad.
Después del desayuno en el hotel y usar el aseo con toda la tranquilidad del mundo me lanzo por la carretera que va al aeropuerto para acceder a la población de Tamaduste. Aquí lo que más llama la atención es la que llaman ‘La Ría de Tamaduste’, impresiona ver como la olas atlánticas rompen en las rocas y se dirigen a ese bocado en la tierra.
Desde aquí vuelvo en dirección a Valverde y, antes, tomo el desvío hacia Echedo y, más allá, por una ‘carretera’ estrecha e imposible llego hasta Charco Manso. Hay que decir que menos manso cualquier cosa. Hoy el mar salta por encima de las rocas volcánicas convirtiendo en explosiones sus arremetidas, y eso que el océano no está demasiado alterado.
Vuelvo hacia atrás, por ese camino sin ley, y tomo otro desvío que me acerca al Pozo de las Calcosas y Los Roques de las Chiriminas. También espectacular.
Todo lo visitado en esta mañana son las zonas en el punto más al norte de la isla de El Hierro.
Vuelvo a Valverde, me tomo una fría cerveza y una empanada de pisto en Cofeeplus (mira tú, que snob me ha quedado!!!) y después me vuelvo al hotel. Recojo, ordeno, preparo, deshecho… Llamo al apartamento de Tenerife para ver cómo tendré acceso a la llave para mi estancia mañana (debo hacer noche en Tenerife ya que mi vuelo a Alicante sale el martes a primera hora). Vía mail recibo la tarjeta de embarque para el vuelo de mañana. Como algo, duermo siesta, ultimo las maletas, veo algo de tele, ceno (ya apurando lo comprado el día anterior) y… a dormir hasta el día siguiente.
07-10-19
Me levanto no demasiado temprano. Tengo tiempo más que suficiente. Desayuno en el hotel. Subo a mi habitación, aseo y recogida de maletas. Me despido en recepción de las amables trabajadoras. Tomo el coche y me dirijo al aeropuerto. Devuelvo el auto. Factura. Espero. Embarco. Vuelo…
Llegada a Tenerife norte. Taxi a San Cristóbal de La Laguna. Contacto con el apartamento, está en el centro histórico de la ciudad. No tiene mala pinta. Doy un paseo por las calles. Como en un chino cercano. Compro en un supermercado algo para la cena. Vuelvo al apartamento. Me tumbo un buen rato, al día siguiente tengo que darme un madrugón, debo estar en el aeropuerto a las 5:30 hrs. Ceno y vuelvo a intentar conciliar el sueño.
08-10-19
Esto ya es el final. Aeropuerto de Tenerife Norte, 5:30. Esperar. Embarcar. Volar. Llegada a Alicante.
Fin del viaje.