COMARCA DE L’ALACANTÍ
ALICANTE.
Alicante es una ciudad y un municipio, capital de la provincia homónima, en la Comunidad Valenciana. Capital, a su vez, de la Comarca de L’Alacantí. Con un total de 334.887 habitantes (censo 2019) es el segundo municipio más poblado de la comunidad autónoma. Pertenecen al municipio las pedanías de La Alcoraya, El Bacarot, Cañada del Fenollar, Font Calent, Isla Plana o Tabarca, Monnegre-Cabeçó d’Or, Moralet. Partida de Vallonga, Rebolledo, Santa Faz y Verdegás.
Historia:
Los primeros asentamientos en la huerta y alrededores de Alicante se remontan a la aparición de poblados íberos que datan del siglo II a.C. Son colonos de Focea los que toman como referencia marítima para la navegación al monte Benacantil, llamándolo Akra-Leuka (‘promontorio blanco’), si bien no hay certeza de edificaciones hasta que Amilcar Barca situó allí su principal acuartelamiento, al valorar su cima como asentamiento militar.
En el 201 a.C., los romanos capturan la ciudad íbera conocida como Leukante o Leukanto (Lucentum es una latinización del nombre original) que contaba con un aceptable puerto marítimo en la desembocadura del barranco de la Albufereta. Hacia el final del dominio romano, lo fangoso de este torrente deja de ser el adecuado como puerto y la población se va desplazando progresivamente hacia las faldas del Benacantil, dando lugar al verdadero origen del actual casco urbano.
Del siglo VIII al siglo XIII, la ciudad estuvo bajo el dominio islámico y pasó a llamarse Al-Laqant. Durante este período, la ciudad siguió los destinos de Al-Ándalus y tras el desmembramiento del Califato de Córdoba perteneció a las Taifas de Dénia, Almería y Murcia. Hoy en día se pueden observar restos arqueológicos de la medina islámica junto al ayuntamiento de la cuidad.
Según el Tratado de Cazorla, entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón, la frontera meridional de Aragón se fijaba en la línea que une Biar, Castalla, Jijona y Calpe. Por lo tanto Alicante pertenecía a la zona de expansión castellana. En el año 1243, el gobernante musulmán de la Taifa de Murcia, Muhamad Ben Hud, firmó el Tratado de Alcaraz con el infante Don Alfonso, que después se convertiría en Alfonso X el Sabio, por el cual el reino musulmán de Murcia se ponía bajo protectorado castellano. El gobernador de Alicante, Zayyan Ibn Mardanish, no aceptó el pacto y fue obligado, acompañado de muchos pobladores, a abandonar el área en 1247, año en que comenzó la soberanía castellana de Alicante. El infante Alfonso X el Sabio, una vez tomada la villa a los andalusíes, conmemora la victoria denominando al castillo árabe construido sobre el monte “de Santa Bárbara”, por coincidir esta festividad con el día de la toma de la ciudad por los cristianos.
Desde un principio, Alfonso X el Sabio, intentó establecer en Alicante un numeroso grupo de cristianos dada la importancia militar y mercantil de la villa, pero el proceso fue lento y se prolongó a lo largo de todo el siglo XIII. Los repobladores cristianos fueron principalmente castellanos y leoneses y recibieron todo tipo de privilegios y franquicias para facilitar su asentamiento. En 1252, Alfonso X, otorgó a la ciudad el Fuero Real, la dotó de un concejo fuerte, de numerosas exenciones fiscales y de un amplio término municipal en el que se incluían las poblaciones de Agost, Monforte del Cid, Aspe, Novelda, Elda, Petrel, Busot, Aguas de Busot, El Campello, Muchamiel, San Juan y San Vicente del Raspeig. Además el rey dispensó grandes medidas de favor al puerto de Alicante, considerado de gran valor estratégico.
Entre los años 1264 y 1266, Alicante estuvo inmersa en una rebelión mudéjar, extendida por casi todo el Reino de Murcia, el rey castellano pidió ayuda a su suegro, Jaime I de Aragón, para sofocarla. Éste intervino y redujo la insurrección pero dejó en el reino murciano a más de 10.000 catalanes y aragoneses que a partir de ese momento tendrían cierto predominio.
Una crisis por la sucesión del trono castellano hizo que Alfonso de la Cerda, aspirante ilegítimo al trono, pidiera ayuda a Jaime II de Aragón, a cambio de donarle el Reino de Murcia, en caso de conseguir la corona castellana. En abril de 1296, Alicante fue conquistada por Jaime II de Aragón, ayudado sobre todo por los colonos cristianos catalanes y aragoneses que quedaron en estas tierras en la rebelión mudéjar del año 1266.
Alicante y las comarcas limítrofes pasaron entonces al Reino de Valencia.
En el siglo XIV, el crecimiento de la ciudad se vio truncado por distintos acontecimientos, la Guerra de la Unión (1347-1348), la Peste Negra (1348) y la Guerra de los Dos Pedros (1356-1369), que tuvo en Alicante uno de sus principales escenarios. Esto mermó de manera drástica a la población, que quedó reducida a la mitad. Con la paz comienza la reconstrucción social y económica.
Durante el siglo XV, Alicante continuó creciendo y una próspera agricultura orientada a la exportación (vino, frutos secos, esparto, etc…) impulsó un gran desarrollo del puerto y de la clase media. En 1490, Fernando el Católico otorga a Alicante el título de ciudad.
En el siglo XVI, Alicante era la quinta ciudad del Reino de Valencia, su desarrollo institucional, económico y demográfico era palpable. El puerto se convirtió en el más importante del Reino y, ello, propició el asentamiento de colonias de comerciantes extranjeros, dándole un gran dinamismo al tráfico mercantil. La construcción del Pantano de Tibi, a finales del XVI, revitalizó la producción de la huerta alicantina.
En el siglo XVII, la ciudad fue objetivo militar en casi todos los conflictos bélicos. En 1691 fue casi destruida por la escuadra francesa que dirigía el almirante D’Estrées.
Ya en el siglo XVIII, durante la Guerra de Sucesión (1701-1713) fue ocupada alternativamente por austracistas y borbónicos. La voladura parcial del Castillo de Santa Bárbara determinó la salida de los aliados de la ciudad y el triunfo borbónico en esta parte del Reino de Valencia. Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) Alicante también se vio afectada por el conflicto. En ese tiempo se construyeron nuevas murallas y el Castillo de San Fernando, aunque las tropas francesas nunca llegaron a ocupar la ciudad.
Durante el siglo XIX, el talante abierto y liberal de los alicantinos se manifestó en acontecimientos como la promulgación de la Constitución Española de 1812 (La Pepa), la desaparición de la Inquisición (1834), la dificultad para reprimir a los liberales en la rebelión de Boné (1844), el apoyo a la Vicalvarada (1854), etc… El primer club republicano se abrió en Alicante en noviembre de 1868.
Por su condición portuaria, la ciudad, tuvo diferentes epidemias. Una de las peores fue la del cólera-morbo en 1854.
La provincia de Alicante nació como tal en las Cortes liberales de 1822.
En 1847 comienza la ampliación del puerto, en 1858 finaliza la construcción del ferrocarril Alicante-Madrid y se levantó la llamada estación de Madrid, entre los años 1854 y 1878 se derruyeron las murallas de la ciudad y en 1884 se inaugura la línea ferroviaria Murcia-Alicante y la estación de Benalúa.
En 1893 el Ayuntamiento adoptó la bandera naval de Alicante como bandera de la ciudad.
Siglo XX. Entre los años 1920-1935 la economía alicantina de decanta por la industria mientras la agricultura se sume en una crisis. Alicante fue una ciudad donde los republicanos ganaron la elecciones de 1931 y durante toda la II República (1931-1939) los partidos de izquierdas mantuvieron una mayoría holgada, tanto en la ciudad como el provincia. El primer alcalde de este período fue Lorenzo Carbonell Santacruz (republicano socialista) que ganó con un 81% de votos. En 1933, las mujeres votan por primera vez (sufragio universal), ganando el PSOE y en las elecciones generales de 1936 triunfó el Frente Popular. A la proclamación de la República le siguió la destrucción y quema de las principales iglesias de la ciudad. Ésta fue proporcionalmente la mayor quema en toda España, ante la pasividad de las autoridades, que tan sólo protegieron la Santa Faz.
Comienza la Guerra Civil Española (1936-1939) y un suceso importante fue el fusilamiento del falangista José Antonio Primo de Rivera, que se encontraba preso en Alicante, el 20 de noviembre de 1936. Como represalia la ciudad sufrió el famoso ‘bombardeo de las ocho horas’. Durante el conflicto Alicante sufrió 71 bombardeos, el que más víctimas causó fue el Bombardeo del 25 de mayo, en el año 1938, murieron 313 personas, en gran parte mujeres y niños que se encontraban en el Mercado Central. A pesar de los bombardeos Alicante permaneció fiel a la República hasta el final de la Guerra y la ciudad vivió momentos de enorme dramatismo. El 30 de marzo de 1939 entraban en Alicante los Nacionales con un ostentoso desfile delante del Ayuntamiento y las principales calles de la ciudad. Al tachar Alicante y su provincia como ‘zona roja’, la represión en los años de postguerra fue mayúscula.
Los años sesenta, y posteriores, trajeron el florecimiento económico y el crecimiento demográfico. La economía evolucionó hacia el sector servicios, especialmente dedicado al turismo, y se produjo el mayor desarrollo urbanístico de la ciudad con el nacimiento de nuevos barrios en el extrarradio.
Patrimonio, Monumentos y lugares de interés:
* Basílica de Santa María. Estilo gótico. Siglos XIV-XVI.
* Concatedral de San Nicolás de Bari. Siglos XV-XVII.
* Monasterio de la Santa Faz. Siglo XV.
* Torres de Defensa de la Huerta de Alicante. Siglos XV-XVII. B.I.C.
* Casa de la Asegurada. Siglo XVII. Alberga el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante.
* Convento Canónigas de San Agustín. Siglo XVIII.
* Palacio Gravina. Siglo XVIII. Alberga el Museo de Bellas Artes Gravina.
* Palacio Maisonnave. Siglo XVIII.
* Palacio del Portalet. Siglo XVIII.
* Teatro Principal de Alicante. Edificio neoclásico.
* Plaza de toros de Alicante.
* Mercado Central de Alicante.
* Edificio de la Diputación Provincial de Alicante. Estilo neoclásico.
* Lonja de Pescado.
* Castillo de Santa Bárbara. Siglos XIV-XVIII.
* Castillo de San Fernando. Siglo XIX.
* Isla de Tabarca. Declarada Conjunto Histórico Artístico.
* Restos Arqueológicos de la ciudad íbero-romana de Lucentum.
* Explanada de España.
* Parque de Canalejas.
* Plaza de los Luceros.
Museos:
* Museo Arqueológico de Alicante.
* Museo de Arte Contemporáneo de Alicante.
* Museo de Bellas Artes Gravina.
* Museo Volvo Ocean Race.
* Museo de arte bizantino del monasterio de la Trinidad.
* Museo Nueva Tabarca.