Lunes, 13 de julio. Día de fuego. La verdad es que cuando la mañana comienza con estos calores… a uno se le quitan las ganas de salir pero… una vez que te animas y decides ir a la sierra, todo cambia y… no te arrepientes de haber salido.
Me he dirigido hasta los alrededores de Castalla, concretamente al espacio natural de la Font del Carrascal, en la umbría de la Sierra de la Argueña (Argüeña, según algunos mapas).
Desde aquí, he tomado la senda que asciende, entre hermosos pinares, al Mas del Carrascal; una finca magnífica, cuidada con un esmero exquisito.
Cojo la pista que me acerca al Pou de Neu de la finca. Un nevero perfectamente reformado, situado en un lugar privilegiado y con unas panorámicas espectaculares.
Continúo con el ascenso y me dirijo ahora hasta el cortafuegos que hay en la sierra.
Aquí, en pleno cortafuegos, resbalo con unos guijarros, pierdo el equilibrio y me doy una leche de tres pares de narices con la rodilla izquierda. Quedo un buen rato sentado en el suelo dolorido, muy dolorido.
Limpio la herida con el agua que llevo y decido volver al punto de partida, en lugar de retomar la ruta; no tanto por la herida como por lo dolorido que me encuentro.
Eso hago, comienzo el regreso.
Vuelvo a pasar por el Pou de Neu, por el Mas del Carrascal y… ,en lugar de tomar la senda hasta la Font del Carrascal, sigo la pista que rodea el Cabeçó de la Paella y así acceso también a la fuente y… al coche.
Antes de tomar la dirección a Alicante, paso por el pueblo de Castalla, localizo una farmacia y compro Betadine y gasas, para curar mi rodilla.
Ahora sí, regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Siempre, a pesar de los pesares. Han sido unos 6’5 kilómetros (cuando tenían que haber sido unos 10) y con un desnivel de 280 mts. (+/-).