Para este miércoles, día de frío extremo y terrible viento, el grupo, Pauli, Carol, Fuen, Salva y yo, nos hemos dirigido a la Sierra del Fraile, en las proximidades de Castalla, para realizar una caminata ni muy larga ni muy complicada, debido a un evento organizado para después.
Al ser este es el mes de las grandes fiestas familiares y, como no queremos coincidir con las aglomeraciones que se prevén, hoy hemos preparado una comilona de hermandad senderista.
Partimos de la Replana del Pino, donde hemos aparcado el coche, hemos seguido por carretera hasta el Collado del Portell y, desde aquí, por senda, hemos comenzado un acusado ascenso para llegar al vértice geodésico de esta sierra, El Despeñador (1261 m.s.n.m.)
Al llegar a la cumbre, el frío y el viento eran tan intensos (estoy convencido que la sensación térmica era de algunos grados bajo cero, seguro) que apenas hemos admirado las espectaculares vistas de los alrededores, unas cuantas fotos de rigor y hemos comenzado el regreso.
Ahora la bajada, hecha por la ladera noroeste y norte de la sierra, es bastante escalonada, aunque muy pedregosa.
Entre risas, bromas, chanzas y payasadas varias, nos hemos despistado del camino y le hemos hecho a la caminata medio kilómetro de más.
Volvemos al camino estipulado y tomamos la pista que nos lleva, por la cara norte, hasta la carretera de Petrer-Castalla.
Un kilómetro de asfalto después y en ascenso, llegamos a la Replana del Pino y al auto.
Tomamos ahora dirección Castalla donde nos espera la ya comentada comida de hermandad.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente. Aunque haya sido una ruta de apenas 6 kilómetros, con un desnivel de 300 metros y hecha en un tiempo más que correcto, las risas que nos hemos ‘pegado’ en todo el recorrido y el pedazo de festín que nos hemos metido entre pecho y espada han hecho que la mañana haya sido de ‘traca’.