Un sábado más dedicado a salir a esas montañas y parajes de nuestra comunidad para recorrer sus senderos y disfrutar de la naturaleza.
En este luminoso día nos hemos juntado José, Carlota, Iván, Pablo, Brutus, Yuma y yo para acercarnos, después de un par de despistes en la carretera, hasta la población de Banyeres de Mariola.
Cerca de su polideportivo hemos aparcado los autos para iniciar, desde aquí, nuestra ruta.
Empezamos por la pista forestal llamada ‘Camino de la Serra de Mariola’, pasando por el Morro del Porc y llegando hasta el Plá de l’Ánima, a muy pocos metros de la carretera CV-794 que une Alcoy con Bocairent.
Bastante sencillo de realizar y sin apenas desnivel que hemos agradecido por el tremendo calor que nos estaba haciendo.
Tomamos la pista en dirección al río, pasando por el Mas de Nones y la Casa de Rambla.
A continuación, ya dentro de los terrenos de esta amplísima finca, tomamos el desvío que nos lleva a la Casa Guilella y al nacimiento del Vinalopó.
En sus cercados nos topamos con unos equinos muy graciosos y bastante dispuestos a las caricias.
También nos tropezamos con una ‘bicha’ enorme con muy mala leche.
Antes de acceder a la parte del nacimiento, nos desviamos para visitar las ruinas del castillo del Vinalopó.
Es un castillo conocido popularmente también con el topónimo de “Castillo de les Torretes” por encontrarse en la partida del mismo nombre, situado sobre un tosal en la Sierra de Mariola a 850 m.s.n.m.
Su datación resulta algo difícil de determinar ya que es una edificación muy poco conocida documentalmente, pero debió de construirse como puesto defensivo o militar. Hay quienes lo sitúan originariamente entre las últimas décadas del siglo XII y las primeras del siglo XIII, correspondiendo a la última etapa de la dominación islámica de la dinastía Almohade.
Dejamos esta construcción por su ladera oeste y nos dirigimos hacia el sendero que nos llevará hasta el nacimiento del Vinalopó.
A pesar de llevar muchos meses sin una lluvia en condiciones, el río tiene agua; no toda la que desearíamos pero… tiene.
Llegamos a la Font de la Coveta, uno de los manantiales más llamativos que surten de agua a este río.
Seguimos el cauce y paramos en algunos de sus ‘tolls’ y remansos. Momentos en los que los animales y nosotros aprovechamos para refrescarnos.
Seguimos el curso del agua hasta la Fábrica de Blanes, nacida como molino de harina en el siglo XVIII y reconvertida al sector papelero desde principios del siglo XIX hasta el año 1942 en que cesó su actividad.
Desde aquí ya al camino le queda bien poco. Dejamos el murmullo de las aguas y tomamos dirección al pueblo de Banyeres de Mariola.
Una última cuesta algo puñetera, más que nada por el calor sofocante y el cansancio, y llegamos al polideportivo donde se encuentran nuestros vehículos.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Por favor, ni se pregunta!!! Ruta fácil, bonita y agradable. 12 kilómetros hechos en un tiempo estupendo y con una compañía de lujo, qué más se puede pedir!!