Hoy he aprovechado este luminoso lunes de julio para dar una vuelta por la sierra alicantina.
Los último cinco días han sido algo convulsos y he necesitado, como el agua, hacer esta caminata acompañado solo de mis recuerdos para ordenar pensamientos, sensaciones y sentimientos.
No era necesario elegir un lugar lejano ni un recorrido complicado. Me he acercado hasta la Sierra de Catí, en pleno Paisaje Protegido de las sierras del Maigmó y del Sit.
He aparcado el coche en un claro de la carretera CV-837, la que une las poblaciones de Petrer y Castalla, a la altura de la Casa del Pantanet.
Por pistas, caminos y vías pecuarias paso, en un suave ascenso, por el barranco de Badallet, la casa de Catchuli y, bordeando el barranco de Catchuli, llego al Collado de Amorós.
Ahora, en una subida algo más pronunciada, me dirijo, por la PR CV29, a la torre de vigilancia y la Ermita de la Purísima. Desde este punto las vistas de las montañas que rodean el valle son profundamente espectaculares.
La sierra del Cid, la Foradada, la de Castellarets, la del Maigmó, la del Fraile, etc… son un buen marco para hacer una breve parada y dejar fluir mis pensamientos.
Aquí, cerca de la ermita, unos cuantos metros más allá, da comienzo el regreso al lugar donde se encuentra el auto.
Por vía pecuaria vuelvo a pasar por la torre de vigilancia y tomo ahora la pista que pasa por el Alto de Ponce y me dirige, por el oeste, a la Casa del Pantanet.
Ya solo queda descender hasta el barranco de Badallet y llegar al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Totalmente. Han sido 8’35 kilómetros, con un desnivel de solo 225 metros, hecho en un tiempo más que correcto.