Hoy, miércoles, la caminata ha sido un poco más especial que otras veces y el grupo algo más amplio.
Pedro, Jesús, Salva, Fuen y yo, nos hemos dirigido, por la autovía del mediterráneo, hasta la población de Benissa y desde aquí, por la carretera CV-749, a las casas de Bernia, en plena cara norte de esta sierra, para efectuar una de las rutas emblemáticas de la provincia; Sierra de Bernia.
Comenzamos en la zona de aparcamiento de las casas de Bernia y tomamos la senda que transcurre por la ladera norte de este macizo.
La sierra tiene unos 11 km, comprendidos en 1900 hectáreas, que se extienden de oeste a este, perpendicularmente a la costa mediterránea y repartida entre los municipios de Alcalalí, Jalón, Benissa, Calpe, Altea, Callosa de Ensarriá y Tárbena.
La pista nos lleva al primer punto de interés de este recorrido, la Font de Bernia.
Unas cuantas instantáneas en la misma y… continuamos nuestro camino.
Esta vez por estrecha y, hoy, embarrada y resbaladiza senda.
Un par de tramos entre rocas que nos han hecho efectuar alguna que otra trepada.
Y llegamos, por fin, al famoso y asombroso Forat de Bernia, un estrecho agujero o pasadizo natural que nos hace atravesar la sierra y aparecer en un gran abrigo en la cara suroeste.
Ante nosotros una espectacular visión de esa parte de la provincia, hoy un poco deslucida por la neblina pero alucinante, cien por cien.
Nos dirigimos por sendero, atravesando algunas pedreras, por toda la ladera suroeste de esta montaña.
La cima más elevada de Bernia, que es utilizada como vértice geodésico, se encuentra en el término municipal de Jalón y mide 1128 metros sobre el nivel del mar.
La sierra tiene una gran variedad de flora y una fauna diversa con mamíferos tales como el zorro, el tejón y el jabalí. También posee una amplia variedad de aves rapaces.
Entre suaves bajadas y algún que otro notable ascenso, llegamos hasta otro de los puntos interesantes de nuestro camino, El Fort de Bernia.
El castillo de Bernia, también llamado Fuerte de Bernia, está situado entre los acantilados y al pie de las crestas de la sierra de Bernia, en el término municipal de Callosa de Ensarriá. Es Bien de Interés Cultural desde 1997.
Se trata de una construcción militar renacentista, de estilo italiano, realizada por el ingeniero Juan Bautista Antonelli por orden del rey Felipe II en el año 1562 para defender las costas de los ataques otomanos. En 1612, el rey Felipe III ordenó su demolición para evitar que fuera utilizado por los moriscos rebeldes.
En la actualidad, se pueden contemplar todavía los restos de su planta, el foso y el sistema de acceso, así como parte de las estructuras de habitación. Tiene doble amurallamiento, con un foso seco entre el exterior en forma de estrella de cuatro puntas y el interior, al objeto de dificultar el paso al interior del recinto, el cual tiene planta cuadrada con baluartes pentagonales en sus vértices, al que se accede por el eje de la fachada sur.
Después de una breve parada para beber y tomar una fruta, iniciamos el tramo final de esta ruta, en dirección a las casas de Bernia y los coches.
Las vistas son maravillosas, las sierras más altas de nuestra provincia se encuentran a nuestro alrededor y el paisaje, por momentos, parece más del norte del país que del sureste.
La senda se torna pista y en un sencillo descenso nos conduce hasta nuestro destino final.
Por la hora, decidimos comer en el restaurante Sierra de Bernia, buena comida al calor de la chimenea.
Después, tomamos los vehículos y volvemos a casa.
Valoración: 4****
Recomendable: Por supuesto, totalmente recomendable. Algo más de 9 kilómetros, con un desnivel cercano a los 400 metros, unos paisajes de postal, en día espectacular y con una compañía de máximo luxe.
