Un giro inesperado de los acontecimientos ha hecho que, en la caminata programada para este miércoles, no me acompañe ninguno de los colegas y, por tanto, ha quedado aplazada para otra ocasión.
Es por ello que he decidido sustituir esa salida por otro recorrido, esta vez en solitario, por una de nuestras montañas; la Sierra de Onil.
La caminata da comienzo desde la misma población de Onil, concretamente desde la calle Jaume I, entre la gasolinera y el campo de fútbol. Desde aquí se inicia un sendero que corresponde a parte de una etapa del Camino de Santiago del Sureste, marcado por las señales correspondientes al mismo, por lo que es bastante sencillo de seguir y no tiene pérdida alguna.
La senda, que discurre en acusado ascenso, me lleva hasta el Collado de Fontarbres, donde se encuentran las ruinas de la Casa/Corral de la Virgen de las Nieves, pasando antes por el Barranco y la Replana de Tormo y la Lloma Negra.
Desde este punto, dejando el Camino de Santiago atrás, me dirijo por pista (ahora es una parte de la PR-CV 55, a la Font del Xorro.
Aquí, en la fuente, hago una breve parada para beber y comer una fruta.
Sigo la subida por pista hasta llegar al cruce de caminos. Tomo la senda que me lleva al Mas de la Fondoma.
Poco después dejo la pista y entro en estrecha senda que me hace comenzar a rodear la sierra, por la zona llamada ‘El Somo’.
A lo lejos ya se puede ver la Foia de Castalla.
Un par de pasos estrechos y unas cuantas pedreras para llegar a las cercanías del pueblo, salpicado por algunas casas de campo y de recreo.
Llego a la entrada de la población por un macizo rocoso en el que se encuentra una gran cruz, una antena (supongo que de telefonía) y unos depósitos de agua.
En este acceso se encuentra el Pou de Neu de Onil.
Atravieso medio pueblo y, sin más dificultad, llego hasta el coche. Antes de regresar a casa hago una parada en uno de los bares cercanos para comer. Después… vuelvo a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Claro que sí. Han sido cerca de 10 kilómetros, con un desnivel de unos 440 metros y hecho todo en un tiempo más que aceptable. Algo curioso, esta ruta fue la última que realicé, junto a otros compañeros, el día que entró en vigor el gran confinamiento de la pandemia, allá por marzo del 2020.