Hoy no he querido calentarme demasiado la cabeza y he decidido efectuar una caminata que ya he realizado en muchas ocasiones, un recorrido por las pistas, caminos y sendas de Catí, dentro del Paisaje Protegido de las Sierras del Maigmó y del Cid.
He dejado el coche en un claro de la carretera CV837, la que va de Petrer a Castalla, a la altura del Pantanet y de la Rambla de Badallet.
Comienzo la caminata, unos metros por asfalto, paso por la Casa del Pantanet, sigo por senda hasta la Casa de Catxuli, en el barranco homónimo, con sus campos de cultivo, su gran alberca y su abrevadero.
La senda me lleva hasta la vía pecuaria, hacia el este, para, en suave ascenso, llegar al Collado de Amorós.
Desde el collado, donde confluyen diversos caminos, múltiples posibilidades para efectuar caminatas, opto por seguir la pista (PR-CV30) que, después de un desvío, a mano izquierda, me conduce hasta la Casa del Calafate (en ruinas).
Desde esta posición también se puede observar la mole de piedra del Cantal del Moro.
Llego hasta el Racó de la Servera y, en este punto, en lugar de continuar por la pista, tomo el sendero que me acercará, por entre una hermosa arboleda de pinos, a las inmediaciones de las peñas de la Foradada.
Una breve parada a la sombra de un algarrobo para refrescarme y comer alguna fruta.
Desde esta zona la vista de los montes de los alrededores es francamente soberbia.
Continúo mi camino, llegando a los alrededores de la Sierra Foradada.
Rodeo esta majestuosa agrupación de rocas, regalo para escaladores, y sigo por la pista, marcada en mi gps (esta vez no me lo he traído, confío en mi memoria).
Estoy ahora en un cruce de caminos, en la Ferrería, donde se puede optar por diversas sendas, al hotel de Catí, a la Casa de la Administración (totalmente eliminada) y su pozo de nieve, a la subida al Alt de Guisop por la Chimeneas y a la Ermita de la Purísima, entre otras alternativas.
Claramente elijo esta última.
Una vez paso por la puerta de la ermita, sigo por la pista que me acerca a la torre de vigilancia y continúo mi camino.
Ya quedan sólo los dos últimos kilómetros de esta andadura. Recorro el sendero que, desde lo alto de la Sierra de Catí, y teniendo a un lado el Barranco de Badallet y al otro el Barranco de Catchuli, me acerca hasta la Casa del Pantanet y al auto.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Por supuesto que sí. Han sido 11 kilómetros, con un desnivel de 352 metros, en una mañana fabulosa y todo ello hecho en un tiempo mucho más que aceptable.