2022-11-23 MÉRIDA-TRAMO VÍA DE LA PLATA-EMBALSE DE PROSERPINA

Mérida-Tramo Vía de la Plata-Embalse de Proserpina, en Wikiloc.

Miércoles, 23 de noviembre

La noche pasada ha sido muy lluviosa y ha amanecido con el cielo totalmente cubierto y amenazante. Eso me ha preocupado bastante.

He salido del hotel muy temprano para desayunar y, hasta en esos mismos momentos, no he estado seguro de qué iba a hacer en esta jornada.

Vuelvo a mi habitación y, finalmente, me decido; voy a salir a caminar, voy ir a Proserpina.

Salgo bien abrigado.

El recorrido será el mismo de ida que de vuelta. Me dirijo por la calle Marquesa de Pinares hasta el Acueducto de los Milagros y el Puente Romano de la Puerta.

Después de un par de rotondas, me encamino por la avenida del Lago.

Aquí ya comienza el trazado de la Vía de la Plata, también corresponde a la GR30 y al Camino Mozárabe a Santiago.

El recorrido es muy sencillo, se anda en paralelo a la carretera, en un suave ascenso y en un carril muy bien señalizado.

Durante el trayecto hay un par de zonas de descanso, con una pequeña zona verde y bancos, así como algunas ventas, supongo que abiertas en época veraniega, ahora cerradas.


Embalse de Proserpina

De origen romano, se comenzó a construir en el siglo I a.C. y recoge las aguas tanto de las lluvias como las de los arroyos Las Adelfas y Las Pardillas.

El buen estado de conservación actual del embalse se debe a que, tras la caída del Imperio romano, además de su función de abastecimiento de Augusta Emerita a través del Acueducto de los Milagros, el lago artificial ha sido siempre una popular zona de baño y recreo, por lo que se continuó cuidando y modificando.

Durante siglos, el embalse era conocido como «Charca de la Albuera» o «Albuhera de Carija», (del árabe Albufera, laguna) , debido a su cercanía a la montaña de Carija. En el siglo XVIII fue descubierta una lápida en la que se invocaba a la diosa Ataecina-Proserpina, recibiendo desde entonces la actual nomenclatura.

Forma parte de la denominación Conjunto arqueológico de Mérida, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 por la Unesco.


Tengo que decir que a lo largo del recorrido, el cielo se ha mantenido respetuoso y no ha soltado ni una gota.

Al llegar al embalse hago un recorrido por entre los muros de origen romano que componen la presa y son interesantes las explicaciones de los paneles informativos.

El dique, que mide unos 428 m de longitud y 21 m de altura máxima, tiene forma de talud escalonado aguas arriba formado por sillares regulares de granito. En esta zona se adosan nueve contrafuertes de configuración escalonada. En la parte opuesta, el dique se refuerza con una gran espaldón de tierra.​ Durante unas obras de limpieza que empezaron en 1991 y para las cuales se desecó el embalse, se descubrió la base del dique y se comprobó que los contrafuertes tienen forma curva en su parte inferior. Se ha interpretado que puede tratarse de una primera presa de seis metros de altura, construida durante la fundación de la ciudad a finales del siglo I a. C. y que fue ampliada tiempo después, en el siglo II d. C. En la cara del dique que da aguas abajo existen dos torres de captación para regular las salidas de agua hacia la ciudad. El acueducto de los Milagros llevaba el líquido elemento hasta Augusta Emérita.

Al otro lado de las aguas se puede contemplar la hermosa urbanización que se ha desarrollado alrededor del embalse.

Comienzo ahora el regreso a Mérida. Como ya he comentado es por el mismo camino que en la ida.

Han sido en total cerca de 14 kilómetros de caminata y, finalmente, en una mañana espectacular.

A mi llegada a la ciudad, hago una parada para tomarme una cerveza con su tapa correspondiente, marcho al hotel para ducharme, cambiarme de ropa y salir a un restaurante cercano para darme un buen homenaje.

Regreso después al alojamiento para tumbarme la siesta.

Por la tarde, ahora sí llueve, salgo a dar una vuelta por Mérida, pasear por entre las tiendas y curiosear.

Ya por la noche, vuelvo a hotel a descansar hasta la próxima jornada.