Para este sábado he sorprendido a mis acompañantes con una ruta que podría haber servido como escenario en cualquier film norteamericano del Far West; un ‘peazo’ de secarral que me río yo del desierto de Almería.
Pablo, José, Brutus, Yuma y yo nos hemos acercado hasta la cuna del turrón, Xixona.
Aquí, en el desvío a la derecha que pasa por el polígono industrial l’Espartal, hemos llegado hasta las cercanías de la Casa del Salt, donde da comienzo esta desértica ruta.
Nuestro primer destino es llegar hasta un nuevo vértice geodésico, para nosotros, con el nombre de Almaens (696 m.s.n.m.) igual que la sierra.
Comenzamos pasando por la Casa del Salt y ascendiendo por la zona sur de esta sierra, con las vistas desoladoras de una tierra yerma, blanca y sin apenas vegetación.
Jijona y la también despoblada Sierra Migjorn sirven de fondo para este escenario en el que se me ocurren algunos títulos de míticas películas… ‘Por un puñado de almendras’, ‘Tres senderistas y un destino’. ‘El almendro del ahorcado’, ‘El turrón tenía un precio’, etc…
Llegamos hasta el vértice.
Cómo no, las clásicas fotos… Dándolo todo, claro!!!
Comenzamos el descenso. Ahora, por pista forestal caminando hacia el norte. Aquí hay algún pino que otro, cargadito de procesionaria. También nos encontramos una culebra aplastada… Vamos, lo típico en cualquier peli de vaqueros, jajajaja
Acaba la pista y lo que resta de descenso lo hacemos campo a través.
Toda la vegetación del monte bajo, con todos sus pinchos y su mala leche, nos deja las piernas hechas un cuadro.
Llegamos hasta el lecho del Río de la Torre, seguimos su seco cauce y el calor, entre sus paredes, se multiplica y se hace insoportable.
Por fin, y entre despistes y trompicones, llegamos a la zona de aparcamiento, después de haber pasado por zonas de cultivo, campo a través, puentes, sendas casi ocultas, trepadas, presas y la madre que lo parió!!!
Ahora sólo nos faltaba comprobar qué porras era eso que llaman ‘El Salt’.
Evidentemente estábamos convencidos que se referían a un salto de agua con su lógica poza, claro… pero no nos imaginábamos que sería de tal magnitud.
Ha sido una agradable sorpresa que ha aliviado, y mucho, este recorrido por estos secarrales.
Un buen rato al borde del agua, unos baños y… a por el coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2** (pero por el baño, que si no… ni una)
Recomendable: Toda experiencia, aunque sea menos positiva, es recomendable. También de lo malo se aprende, jejeje
Que chulo, vaya lugares por descubrir en Alacant