Els Pontets-Pouet de Mel-Herna, yacimiento de la Penya Negra, en Wikiloc.
Para este jueves de diciembre, Pedro, Reme, Jesús y yo, hemos realizado una caminata por una zona totalmente desconocida para nosotros.
Nos hemos dirigido al norte de la población de Crevillente y, por la carretera que pasa por El Forat de l’Estret, a la altura de Els Pontets hemos dejado el coche y hemos comenzado nuestra caminata.
Caminamos por esta pista, en paralelo a la Rambla del Castelar, y a unos 500 metros tomamos una pequeña vereda, a mano izquierda, que nos lleva, en ascenso, a la zona de La Calera.
Esta senda nos acerca, en un primer tramo, hasta un terreno con una casa (semi cueva) decorada de manera bastante curiosa (yo me atrevería a decir que naif)
Continuamos por esa vereda hasta llegar a un pequeño desvío, a la izquierda, una zona en la que podemos, aparte de contemplar las hermosas vistas, encontrar unas cuantas chozas con la técnica de la piedra seca.
La primera, de la que sólo podemos observar su redondo hueco de entrada, está cubierta por las ramas y raíces de un gran algarrobo, la siguiente, mucho más grande, visible y despejada, da paso a una zona de bajos muros, junto a una gran pared en la montaña, a modo de corrales para la guarda del ganado.
Sobre esta choza, en una vereda que continúa hacia el oeste, se encuentran otras dos chozas, una pegada a la otra.
Después de visitar estas construcciones, volvemos sobre nuestros pasos y nos incorporamos a la primera senda, ahora ascendiendo en dirección norte.
Al llegar a lo alto, aún tenemos los restos de otra choza, a ésta le falta la parte superior, el techo.
El camino nos conduce, ahora de bajada, a una pista que discurre en paralelo al Barranco de la Cata.
En un punto del recorrido seguimos las señales y bajamos hasta el mismo barranco.
En esta depresión podemos admirar las fantásticas formaciones que se reflejan en las rocas.
Caminamos por entre el cauce del barranco y la senda paralela, hasta llegar, con alguna pequeña trepada que otra, hasta el Pouet de la Mel.
Nos encontramos con este pequeño pozo de agua, de unos cuatros metros de profundidad, en el que aflora el líquido elemento que fluye por el subsuelo del barranco.
Dejamos esta rambla para, en ascenso, llegar a la pista (PR-CV 108) que nos conducirá al cruce, el que nos condujo al barranco y al Pouet.
Ahora, por la izquierda, accedemos a nuevas pistas, distintas PR’S, que nos llevan hasta el Yacimiento de la Penya Negra.
Dejamos otra choza, a mano derecha, y nos encontramos ahora con la pista de la Rambla del Castelar.
Nos adentramos por la cantera, donde los minerales tienen unas hermosas y curiosas formaciones.
Dejamos esta cantera, que ya se encuentra dentro del llamado ‘Yacimiento de la Penya Negra’ y seguimos por pista hasta llegar a las primeras muestras de las construcciones de la ciudad protohistórica de Herna.
Entre las moles de El Castelar y la Penya Negra se sitúa la ciudad fenicia de Herna, ocupada durante la protohistoria desde un momento avanzado del Bronce Final, entre los siglos IX y VIII a.C., hasta la Primera Edad del Hierro, o período orientalizante, situándose su momento final hacia mediados o el tercer cuarto del siglo VI a.C.
De la época íbera también se han encontrado muestras de su ocupación y posteriormente de la época romana.
Junto a La Fonteta y el Cabezo pequeño del Estaño, en Guardamar, y Los Saladares de Orihuela, Herna es la siguiente ciudad de la Ruta de los Fenicios de la provincia de Alicante.
Después de visitar todos estos restos y reconstrucciones de la ciudad, de la que habría mucho que hablar y estudiar sobre ella, volvemos a la pista que nos ha llevado hasta allí para regresar al coche.
Yo sigo el camino del inicio, y Pedro, Reme y Jesús toman un desvío, que les lleva también al auto pero por una senda distinta.
Al final nos encontramos en Els Pontets, junto al vehículo.
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Vamos, por supuesto!!! Ha sido una caminata que, según la ruta en Wikiloc, ha tenido casi 9 kilómetros (a nosotros nos han parecido más de 10) y con un desnivel que no ha pasado de 400 (también aquí nos hace dudar). Lo que sí que hay que reconocer es que ha sido una ruta muy entretenida, muy curiosa, muy bonita y con el regalo del descubrimiento de la ciudad Herna. la guinda del pastel.