Según cuentan, el frío en condiciones vendrá a partir de la próxima semana. Esperemos que así sea, ya que si tarda mucho más (o no llega) los almendros ya están a punto de florecer. Así que, para este jueves de invierno primaveral, Reme, Jesús y yo, nos hemos dirigido por la carretera CV-800 a la sierra de la Carrasqueta para efectuar la caminata de este día.
Hemos comenzado aparcando el auto en un claro del km 29’5, cerca del Mas de Sant Ignasi y la carretera.
Siguiendo una vereda en dirección norte, paralela a la pista asfaltada, llegamos hasta el km 30’200, cruzamos la calzada, en dirección oeste, y encontramos en nuestro camino un gran aljibe que, desde luego, llama poderosamente nuestra atención.
Seguidamente, tomamos una de las pistas que asciende a la sierra y, a muy pocos metros del depósito, escondidos entre la vegetación, tenemos los restos de un horno de cal y otro de los pozos de nieve de la zona (ambos en ruinas), el llamado Pozo de Nieve del Mas de la Castellana.
Continuamos la pista hacia arriba, ahora recibe el nombre de Camino Real de Alcoy.
Al final del mismo, en un cruce, tomamos la senda de la izquierda para llegar, a unos 100 metros, a un gran y elaborado hito (mojón) que sirve como señal de la confluencia de los municipios de Alcoy, Ibi y Jijona.
Unas cuantas ‘foticos’ con este pedazo de mojón y… seguimos nuestro itinerario.
El camino, en dirección suroeste, nos lleva hasta el vértice de esta sierra.
Aquí, en el punto geodésico de la serranía, Carrasqueta (1203 msnm) hacemos una pausa algo más larga para beber, tomar fruta y sacar las ya clásicas fotos en lo alto.
Las panorámicas, en este lugar, son realmente espectaculares.
Continúa nuestra caminata, ahora en suave descenso, hasta llegar al Refugio dels Esbarzerets (en valenciano, zarzas)
Seguimos, primero por pista, después por senda, para dejar atrás la sierra de la Carrasqueta y comenzar nuestro camino por la umbría de la sierra del Cuartel.
2 kilómetros después, con un par de descensos algo brutales, pasamos, por una estrecha vereda, a la cara sur de este macizo, a la altura de la Peña Pina.
Una vez en la pista, llamada ‘camino de Vivens’, comienza realmente el regreso al coche; aunque aún nos quedan algo menos de seis kilómetros para ello.
Esta gran pista, entre suaves ascensos y descensos, nos lleva, por hermosas arboledas de pinos, donde florecen los brezos (Erica multiflora), el romero (Salvia rosmarinus) y el tomillo (Thymus vulgaris), entre otras plantas, nos lleva hasta el barranco del Trisinal desde donde podemos contemplar la sierra de la Librería y el Alto de la Martina.
Llegamos, en primer lugar, al Mas de Don Francisco y su pozo; una construcción, de momento paralizada, de corte moderno aprovechando los muros de la antigua casa.
Seguimos en la pista y, antes de llegar a la segunda de las masías de la zona, nos desviamos a mano izquierda, en ascenso algo ‘tocahuevos’, hasta llegar a otra de las cavas de la sierra, el Pou de Neu del Carrascó.
Una construcción, de acceso complicado, que todavía conserva gran parte de los muros que rodean su foso.
Dejamos este pozo, descendemos de manera algo complicada y llegamos hasta la Casa de Miralles, otra de las masías de esta pista, algo destartalada.
A nuestro paso, el cruce con la senda que sube directamente al refugio de Esbarzerets, el Mas de Brossa (próximo a la pista) y el Mas de Sant Ignasi.
Esta última casona tuvo que tener una gran importancia en el pasado, la edificación es muy grande y sólida, además tiene un pozo, un aljibe, la casa del ‘nevater’ y otra de las cavas de la zona, el Pou de Neu del Carrascó de d’Alt.
Después de este último encuentro, dentro de los puntos de interés en nuestro itinerario, nos dirigimos hasta el auto, que queda a escasos metros, y regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Totalmente, por supuesto. Han sido algo más de 12 kilómetros, con un desnivel de unos 350 metros, un montón de puntos de interés, una jornada muy agradable y una compañía espectacular.