En este caluroso lunes de marzo, podría ser mayo perfectamente, la ruta elegida se desarrolla a las afueras de la población de Pinoso, concretamente al norte del municipio, tomando la carretera CV-836 y, después, el desvío a la derecha que se dirige a la pedanía de Lel.
A unos 600 metros de esta pista asfaltada, en un claro, a la izquierda, dejo aparcado el auto y da comienzo esta caminata, que me llevará a recorrer muchos de los puntos interesantes de la zona.
Justo enfrente del vehículo, al otro lado del asfalto, se encuentra la primera construcción, el primer cuco, de los muchos que me esperan en mi andadura.
En Pinoso se conoce con el nombre de cuco a un refugio eventual de pastores trashumantes, ideado para resguardarse de eventuales tormentas en pleno campo, o a los realizados por los propios lugareños, con el mismo fin, para sus labores agrícolas. Estas construcciones rústicas, realizadas con la técnica de “piedra en seco”, se encuentran especialmente en la zona lindante de la Vereda Real de Serranos, aunque también las hay en otros entornos del término municipal. Su cronología puede datarse entre el siglo XVIII y principios del siglo XX.
Sigo por la carretera, en dirección noreste, y, a unos 300 metros, giro a la derecha, por el camino que va a la Casa de Rua, después continúo por la llamada ‘La Volta Rodada’ para seguir por el ‘Camí Fondo’.
En todo este recorrido no hay ningún cuco o refugio pero, en cambio, sí numerosas muestras de ribazos o muros de contención.
El arte de construir muros en piedra seca, tradicional en la Comunitat Valenciana, y del que existen numerosas muestras en el término municipal de Pinoso, como los cucos y los ribazos de contención, forma parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Una declaración que otorga la Organización de las Naciones Unidas y que engloba zonas rurales de Croacia, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia, Suiza y España.
En el caso de nuestro país se incluye a nueve comunidades autónomas y, concretamente, en la provincia de Alicante destacan los municipios de Callosa d’en Sarrià, Novelda, Crevillent o Pinoso, con numerosos ejemplos de ribazos, refugios agrícolas o refugios de cantero construidos con esta técnica.
En un punto determinado del ‘Camí Fondo’ tomo una senda, a mano izquierda, que me dirige, hacia el norte, hasta los pies de la Sierra de las Centeneras.
Éste es un cerro calizo de poca altura que se levanta en los llanos comprendidos entre la Sierra de Salinas y la Sierra del Reclot.
La sierra está coronada por un vértice geodésico, Centeneras (686 msnm), y en sus alrededores se encuentran unos interesantes petroglifos que, según los expertos, podrían datar de la Edad de Bronce.
También, en sus laderas, se encuentran los restos de una calzada romana y un cuco (por el norte), y una antigua cantera y dos cucos (en su cara sur).
Todo un conjunto de elementos, en un monte tan pequeño, que son la muestra de la gran importancia que, en un pasado, tuvo la zona.
Ahora sigo, por pista, hacia el noroeste, hasta llegar al cruce con el camino asfaltado que comunica la pedanía de Lel con la población de Pinoso.
Pinoso (El Pinós, en valenciano) es un municipio de la Comunidad Valenciana, situado al oeste de la provincia de Alicante, en la comarca del Medio Vinalopó, lindando con la Región de Murcia.
Comienza ahora el regreso al coche. Camino sobre el asfalto en dirección al pueblo. Antes, y en distintas ubicaciones, a los lados del camino, encontraré algunos de los cucos que todavía me quedan por visitar.
Algunas de estas construcciones son de fácil acceso, otras, en cambio, quedan dentro de propiedades privadas y sólo se pueden observar desde la distancia.
También las hay de aquellas que están diseminadas por los alrededores y resulta bastante difícil localizarlas.
En total he podido observar nueve cucos (no está nada mal, creo) y llego al coche bastante satisfecho con mi caminata.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Alguien podría ponerlo en duda? Totalmente recomendable. Han sido cerca de 12 kilómetros, con un desnivel próximo a los 115 metros, un recorrido lleno de elementos interesantes (los cucos, los ribazos, la calzada romana, el vértice geodésico, los petroglifos, la cantera, etc…) y todo ello en un día tremendamente caluroso y estupendo.