Realmente, para este lunes, no tenía pensada una caminata hasta el último momento.
Al final me he decidido por un recorrido por la Sierra de Onil, una suma de fragmentos de rutas realizadas en otras ocasiones, tal vez nada destacable pero sí recomendable para estar en contacto con la naturaleza, respirar aire puro y recargar las pilas.
Comienzo dejando el auto, en el km 4’9, en un claro de la carretera CV-803, la que conecta Onil con Banyeres.
Sigo, en dirección este primero, sureste después, una pequeña senda que me lleva al Alt de Teulada (1019 msnm) y continuar, ahora en importante descenso, paralelo al Barranc de la Sabatera, hasta el cruce de caminos en el Barranco de l’Arcada.
Por este punto pasa la ya súper conocida y omnipresente GR7.
Me incorporo a ella en dirección norte durante 1100 metros y, después, la GR continúa por una senda, a mano derecha, y yo sigo caminando por esta pista ascendente, siguiendo el Barranco de Taguenga, hasta llegar al Collado del Chocolater.
A la altura del collado, la pista da un giro a la izquierda, hacia el oeste, para llegar a las proximidades del Mas del Puig y sus campos de cultivo.
Aquí, junto a una masía en ruinas, un cruce de sendas, nuevamente un giro hacia el sur, por una vereda que me conduce a la Loma Chover.
Al llegar a esta colina me encuentro con una bifurcación de sendas (bastante difíciles de distinguir), las dos me conducirían a la carretera CV-803, al punto inicial de mi caminata y al auto.
El sendero de la izquierda me dirigiría por el Barranco del Canalic y la senda ascendente de la derecha me llevaría por la cresta del Pinar de la Umbría.
Opto por el ramal de la derecha, el que me hace llegar a la carretera cresteando.
En este punto todo es sencillo, salvo los últimos 500 metros hasta la carretera que son un descenso bastante importante, accedo al asfalto, al claro y al coche.
Regreso a Alicante.
Valoración: 2**
Recomendable: Siempre, aunque no haya sido gran cosa. Un total de casi 9 kilómetros, con un desnivel de unos 275 metros, en un día luminoso y con la grata compañía de… uno mismo, que no es poco.