Para este último jueves de mayo, entre unos días muy inestables, con avisos de lluvias torrenciales, de alertas amarillas, etc… Jesús, Raúl, Reme, Pedro y yo, hemos aprovechado la tregua que nos brindaba esta mañana el aguacero para realizar una ruta urbana, visitando una población de interés histórico y cultural. Ella no es otra que Cocentaina.
Antes, y de camino, hemos hecho un pequeño desvío en la ciudad de Alcoy para dar un breve paseo por el paraje de la Font del Quinzet, pensando que las últimas precipitaciones habrían incrementado el cauce de los ríos Barxell y Polop; no ha sido para tanto.
Dejamos la zona de la fuente y volvemos al auto para dirigirnos a Cocentaina.
Cocentaina
Se encuentra al norte de la provincia de Alicante y es la capital de la comarca que lleva su nombre El Condado de Cocentaina (El Comtat). A su municipio pertenecen las pedanías de Alcúdia, Algars, Alqueríes de Benifloret, Estació Nord, Gormaig, Penella y Poble Nou de Sant Rafel.
Su historia:
Ya en el paleolítico, neolítico y época prerromana fue una ubicación muy importante y estratégica. En Cocentaina hay tres abrigos con pinturas rupestres, el de Alberri, el de la Paella y el de la Penya Banyá. Declarados Patrimonio de la Humanidad en 1998. También están ubicados algunos yacimientos ibéricos de máxima importancia como…
Entramos en la localidad y aparcamos el vehículo en la plaza El Teular.
Aquí da comienzo nuestra pequeña ruta. Comenzamos, pasando por la Cruz de Piedra del Teular, ascendiendo por la pista cementada, llamada el Carrer del Teular de Borruix, hasta llegar a la Ermita de Santa Bárbara.
Ermita de Santa Bárbara
De los edificios religiosos que se conocen de época medieval en la villa de Cocentaina, destaca la ermita de Santa Bárbara. Situada en el paraje que recibe el mismo nombre, se trata de un edificio religioso de conquista, que data del siglo XIII y de la primera mitad del XIV, el cual presenta una planta de una sola nave de cuatro crujías, separadas por arcos de diafragma que generan contrafuertes en el exterior que se cierran con una cubierta de madera a dos aguas y una única entrada mediante un arco de medio punto.
Desde el punto de vista arquitectónico se ha clasificado esta ermita de como una iglesia de conquista por coincidir con el momento de pleno asentamiento y dominio de los cristianos.
Actualmente, la ermita es de propiedad municipal y no está destinada al culto desde la jubilación de la última ermitaña, la cual se ocupó del cuidado del templo hasta la década de los años setenta del siglo pasado. En la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, se celebra la Corriola, fiesta popular en la cual es tradicional comer una rosca de pan y embutido, el volteo de la campana, el paseo por los parajes y beber en la fuente.
Dejamos este sencillo templo, rodeado de una hermosa zona recreativa y abundante arboleda, para volver a la urbe, ahora por el llamado Carrer de subida a la Ermita.
Entramos en Cocentaina por el casco antiguo de la localidad, calles estrechas llenas de historia, pasamos por las plazas de San Pablo, San Pedro y San Miguel, hasta llegar a la Iglesia del Salvador.
Iglesia del Salvador
La Iglesia del Salvador de Cocentaina fue construida sobre la antigua mezquita en la segunda mitad del siglo XVI. Se trata de un templo renacentista con una gran unidad espacial, «a lo romano», como se establecía en las capitulaciones para su construcción.
Se compone de una sola nave con cuatro tramos y capillas entre contrafuertes, en la que destacan los arcos fajones apoyados sobre ménsulas, los arcos de embocadura de las capillas y otros detalles renacentistas sobre los que se superponen figuras y dorados barrocos.
La capilla de la Comunión fue construida en el siglo XVIII. En el interior hay azulejos también del siglo XVIII y pinturas del siglo XVII de N. Borrás y de F. Ribalta. El campanario, situado en la parte posterior, es de poca altura y de planta cuadrada, construido de sillería, sin ornamento alguno excepto en el cuerpo de campanas que tiene pilastras ligeramente resaltadas.
Ahora por el Carrer del Forn y el de Los Santos Médicos llegamos a la Plaza de Vener Escuder y a la Plaza del Pla, donde se encuentran El Palacio de los Condes de Cocentaina y el Monasterio de la Mare de Déu del Miracle.
Hoy, jueves, en toda esta zona está instalado un gran mercadillo.
Palacio de los Condes de Cocentaina
Construido sobre un antiguo edificio musulmán del siglo XII. El primer edificio gótico fue construido en la segunda mitad del siglo XIII por el gran Almirante de la Corona de Aragón, Roger de Lauria, primer señor feudal de la Villa de Cocentaina. En la segunda mitad del siglo XV, cuando Cocentaina pasa a ser Condado y propiedad de la familia Corella, se realizan grandes obras de reforma y ampliación dándole el aspecto que vemos hoy en día.
En el Patio existe en su lado sur la única parte que se construyó del claustro que debería recorrerlo todo, consta de cinco vanos arquivoltados en semi columnas de fuste liso sobre pedestal. Esta obra clasicista data de finales del siglo XVI o principios del siglo XVII.
De este Palacio tenemos que destacar por su importancia artística y arquitectónica la Capilla de San Antonio Abad. Contiene un retablo de principios del siglo XVII obra del pintor contestano Nicolás Borrás; existen referencias documentales de esta capilla a partir del siglo XIV.
La Sala Dorada, situada en el piso principal de la torre del Homenaje.
Los llamados Salones de Embajadores pueden servir como ejemplo de decoración renacentista. Precisamente en el ángulo de uno de estos salones se abre una pequeña puerta que conduce a una escalera de caracol; al bajarla encontramos otra puerta, que da acceso a la Tribuna de los Condes. Es una pequeña habitación con una gran abertura a modo de ventana desde la cual se domina la Capilla de San Antonio Abad.
Monasterio de la Madre de Dios del Milagro
El Monasterio de la Virgen del Milagro ocupa parte del Palacio de los Condes, siendo, desde el punto de vista artístico, el Monasterio la parte más interesante. Se inició su construcción el 20 de septiembre de 1656 y el 20 de enero de 1670 era trasladada la Virgen del Milagro a su nuevo templo, por lo que se deduce que deberían estar terminadas las obras. La fachada se caracteriza por la total ausencia de decoración; una enorme portalada de medio punto da acceso al Monasterio.
En su interior existen varias obras de arte; de ellas merece especial mención el retablo gótico del S. XV de Santa Ana con María y el Niño. Un icono bizantino del S. XVI de la Virgen Hodigitria, así como el reclinatorio del Conde. Hay que destacar la colección de cuadros del pintor napolitano Paolo de Mattei donados por el Conde de Cocentaina D. Francisco de Benavides en 1697. Otro artista italiano, Antonio Aliprandi, es el autor de la decoración de la Capilla Mayor, obra escenográfica de estilo barroco decorativo que llevó a cabo entre 1704 y 1705. También cabe señalar el zócalo de azulejos del S. XVII, el púlpito, la puerta de la sacristía, dos cuadros del camarín y una lápida de mármoles con inscripción de bronce al pie del altar, así como un escudo de los Condes de Cocentaina de estuco policromado ubicado sobre el arco del presbiterio; acompañan al escudo dos figuras alegóricas y querubines, pintados en el mismo arco.
Dejamos estas dos importantes construcciones y el bullicio de sus alrededores y, por el Carrer de la Mare de Déu, la Plaza dels Apóstols, Carrer Pedro Cetina y el de Sant Hipólit, llegamos a la Iglesia de Santa María de Cocentaina.
Iglesia de Santa María
Se fundó en el siglo XIII, fue reconstruida en el XVI y reedificada en 1666 en estilo barroco, contando con obras de reformas y ampliaciones entre los siglos XVIII y XIX.
Se trata de una iglesia de una sola nave con cinco tramos y cubierta con bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos. Dispone a sus lados de capillas laterales entre contrafuertes cubiertas con bóvedas vaídas. La cúpula del crucero, sobre pechinas, es chata desde el interior y cuenta, al modo barroco, con un corredor perimetral que se repite en la nave y el crucero.
El exterior dispone de dos portadas: una, clásica y otra barroca, ambas de piedra.
La torre campanario (actualmente se encuentra en estado de restauración) es de cinco cuerpos rematada mediante adornos con pináculos, pilastras estriadas y hojas de acanto.
Desde la puerta de la iglesia, en la Plaza del Cardenal Ferris, tomamos el Carrer Pintor J. Espinosa para acceder a la Plaza de la Fuente.
Plaza de la Fuente
En medio del entramado de calles que ofrece el casco histórico de Cocentaina se encuentra esta plaza. Rodeada de edificios antiguos no muy altos, con su fuente de varios caños en la parte baja y encarada a un lavadero municipal bien grande, que denota la gran importancia y el mucho uso que tuvo hace muchas décadas. Hoy día el ruido de sus aguas ameniza a los paseantes.
En este punto intentamos regresar al coche, por entre callejuelas en la que se aprecian los restos de la antigua muralla de la localidad.
Llama la atención una de las torres defensivas.
La muralla de Cocentaina
La muralla medieval de Cocentaina fué levantada en época musulmana y reforzada tras la conquista cristiana, una vez desplazada la población morisca al arrabal extramuros, en la ladera de la montaña, temerosos los cristianos de sus conatos de rebelión. Aunque ha desaparecido en su totalidad, quedan restos esparcidos alrededor del palacio condal, donde están los lienzos mejor conservados.
El antiguo recinto estaba protegido por torres de defensa de planta cuadrada, cuyos vestigios, integrados en edificaciones modernas, se pueden apreciar en la plaza del Alcalde Reig y en las calles Cura Montagud, Dolores, Cetina y Don Jaime. De los cuatro portales primitivos de acceso destacan, por su estado de conservación, el de San Jaime y el de San Francisco o de Alcoi.
Estamos muy próximos al final de nuestro itinerario pero, antes, hacemos una parada para comer.
Lo hacemos en el restaurante ‘Arrossería El Socarrat’, ricas verduras, buenas carnes y fabuloso arroz al forn, todo ello acompañado de abundante cerveza.
Aunque, mientras comíamos ha caído la de Dios, al acabar y volver al parking el cielo nos ha respetado y hemos llegado al coche sin problema.
Regreso a Alicante.
Valoración: 3***
Distancia: Unos sencillos 5’5 kilómetros
Desnivel: Algo más de 100 metros
Dificultad: Fácil
Recomendable: Está claro que sí. Cocentaina es una localidad con cientos de rincones llenos de historia que merecen absolutamente la pena. Si además la experiencia la compartes con gente que aprecias, todo es mucho mejor.