Esta mañana no he querido estrujarme demasiado los sesos y he optado por una caminata en una zona cercana y cómoda, la Sierra de Santa Pola.
Hasta los alrededores de esta población costera alicantina me he dirigido, concretamente a pocos metros de las ‘Casetes de Meleja’, donde he dejado el auto junto al depósito de aguas y he iniciado, como en tantas ocasiones, un recorrido por esta sierra.
Comienzo mi andadura por el ‘Camí del Far’ (PR-CV61), en dirección noreste, durante unos 300 metros. En este punto tomo el desvío, a mano izquierda y por el mismo sentido (NE), llamado ‘Camí de la Casa de la Pinada’ (PR-CV61).
Aproximadamente 1’5 kilómetros después llego hasta las ruinas de la Casa de la Pinada, una de las tantas que habían en esta sierra, dedicada a la explotación agrícola y ganadera. Hasta la mitad de siglo XX se utilizó como refugio de ovejas en los meses de invierno, luego el desuso y el abandono la relegó a ser un triste recuerdo de lo que fue.
Camino ahora por senda paralela a la carretera del faro durante unos 400 metros para pasar al otro lado del asfalto y entrar en una de las pistas que, durante 700 metros y en dirección norte, me lleva a enlazar nuevamente con otro tramo de la PR-CV61.
Ésta, en esta ocasión en dirección este, me conduce directamente hasta el faro.
Aquí comienza un camino perfectamente preparado con tablas de madera (lo que lo convierte en una senda adaptada) que lleva al borde del cabo y a sus pasarelas y miradores.
Todo ello para poder disfrutar de las vistas del Mediterráneo y la isla de Tabarca.
Dejo estas magníficas instalaciones y me encamino, por senda, hacia el interior para encontrarme con los asentamientos de baterías antiaéreas de la Guerra Civil y con el búnker/vértice geodésico.
Algunas fotos, ya clásicas, en el vértice y… prosigo el itinerario previsto.
Me incorporo de nuevo a la PR-CV61, en dirección oeste, y a unos 300 metros, en un cruce, tomo una nueva pista, por la izquierda y llamada ‘Camino de la Torre’, que me llevará, en dirección sur, a la Torre de Escaletes.
La torre de Escaletes es una de las muchas torres de vigilancia que se levantan en la costa alicantina con el fin de prevenir en su época los ataques de piratas berberiscos . Está situada en la sierra de Santa Pola y su construcción data del siglo XVI, concretamente en 1552, si bien parece ser que fue levantada sobre otra torre de origen andalusí. Erigida con muros de mampostería, su altura es de ocho metros y cuenta con ménsulas de piedra en su parte superior. Ha sido declarada Bien de Interés Cultural por el Consell de la Generalitat Valenciana.
Un buen rato para la contemplación de esta edificación, el mar y el paisaje, momentos para beber y comer alguna fruta y… reanudo mi camino.
Vuelvo sobre mis pasos, tomo la pista ‘Camino de la Torre’ y a unos 400 metros giro a la derecha y tomo el camino que me lleva al Pla de Sant Pere y a la ‘Senda de Roberto’.
Esta vereda, en dirección norte, me acerca al monolito en memoria de Roberto Castro, realizado por su hermano.
Al término de esta senda me incorporo, nuevamente, a la pista ‘Camino de la Torre’ y pocos metros después, a mano izquierda, tomo la vereda que me acerca al paraje de la ‘Foia Roja’.
Este rincón de la sierra rodeado de abundantes eucaliptos debe su nombre a la coloración roja de sus tierras.
Ahora ya, y siguiendo la senda, me incorporo de nuevo a la pista ‘Camino del Faro’ (PR-CV61 y, en dirección oeste, llego al lugar donde se encuentra aparcado mi coche.
Regreso a casa.
Valoración: 2**
Distancia: Cerca de 12 kilómetros.
Desnivel: 125 metros.
Dificultad: Fácil
Recomendable: Por supuesto, siempre recomendable. Esta sierra tiene un montón de sendas, caminos y pistas, todas ellas (salvo alguna excepción) muy fáciles y perfectas para pasar una jornada sin ninguna dificultad.