Hoy, después de casi 36 horas de malestar y fiebre, he despertado bastante despejado, he hecho algo de compra en el supermercado y me he animado a realizar una caminata, nada complicada y muy cercana, por algunos de los caminos de la Sierra de Santa Pola.
He aparcado el coche, como tantas y tantas veces, cerca del depósito de agua, próximo a Les Casetes de Meleja, y, desde este punto, he iniciado mi ruta.
Por el Camí del Far, hacia el este y durante unos cientos de metros, he tomado el desvío, a mano izquierda (PR-CV61), que me conduce a la Casa de la Pinada (ruinas).
Llego hasta la carretera del Faro, paso al otro lado y continúo, hacia el norte, por pista que me conecta con la PR-CV61 y con la Senda del Salt, ahora en dirección oeste.
Sigo en esta senda durante un kilómetro y medio, haciendo después un desvío a mano derecha y otro hacia la izquierda para conectar nuevamente con la carretera del Faro.
Vuelvo a cruzar al otro lado del asfalto y, doscientos metros después, enlazar, a mano izquierda y en sentido este, con la senda/trocha llamada del Conejo; interesante recorrido que me lleva, nuevamente, hasta la Casa de la Pinada.
Ahora camino en paralelo al asfalto hasta llegar a una pista, a mano derecha y en dirección sur, que me acerca hasta el Aljub del Tío Manyo.
Este espacio se presta para hacer un descanso y beber y comer alguna fruta.
Dejo atrás el aljibe, sigo hacia el sur, conecto con el Camí del Far y con una pista, en dirección sur/suroeste, que me da acceso a la Foia Roja; una pequeña y curiosa llanura de tierra colorada donde abundan los eucaliptos.
Ahora ya sólo resta salir de la Foia Roja, acceder al Camí del Far y, en dirección oeste durante un kilómetro, aproximadamente, llegar hasta el depósito de agua y al vehículo.
Regreso a casa.
Valoración: 2**
Recomendable: Por supuesto, aunque sea una caminata poco reseñable. Han sido cerca de 11 kilómetros, con un desnivel casi ridículo (86m), hechos en un tiempo más que correcto y en una mañana estupenda y luminosa.