Habana
Dejé aquello que me rodeaba,
llené mis velas con viento
de aventura y esperanza.
Buscando conocimiento
navegué en mares de plata.
Confieso que tuve miedo,
al no encontrar lo que ansiaba.
He visitado mil puertos
y he caminado en mil playas.
Llegó, por fin, el momento
que a la tuya yo arribara.
Fue un día dando un paseo
por las calles de La Habana.
Casi quedé sin aliento
cuando vi que tu mirada
me regaló el firmamento.