Para despedir el mes de abril, Jesús, Reme, Óscar, y yo, hemos comenzado la caminata del día en el Coll del Raconet (también conocido como Collado del Tío Pellofa), en la carretera CV-705, la que conecta las poblaciones de Beniarrés (Alicante) con la de Salem (Valencia).
En este espacio, frontera entre las dos provincias, hemos dejado el auto y hemos comenzado una ruta que nos llevará por diversos puntos de interés en estos montes, a las faldas de la Sierra del Benicadell.
Frente al claro donde hemos aparcado, al otro lado del asfalto, tenemos una senda, en dirección noreste, que nos acerca de forma ascendente hasta la Cova de l’Or.
Después de estar un buen rato curioseando por la entrada de la cueva y disfrutando de las hermosas panorámicas que ofrecen los alrededores (la visita al interior se debe hacer con permiso y acompañados por un guía, en grupos de 15 personas), seguimos con nuestro camino.
Continuamos la senda, hacia el noreste, ahora en un ascenso algo más exigente, para llegar hasta la Nevera del Paller; pozo de nieve situado muy cerca del Alt de la Sima y el Alt de la Creu que recibe este nombre por un pajar que había en las proximidades y que servía tanto como alimento para las caballerías como para el embalaje y la conservación de las piezas de hielo.
Dejamos atrás las ruinas de esta construcción, seguimos hacia el noreste, ahora ya por pista, teniendo las bellas vistas, desde la vertiente alicantina, del embalse de Beniarrés y en el lado valenciano el magnífico Valle de Albaida y su embalse de Bellús.
Enlazamos con la pista principal, el Camino del Corral de Poldo, y, siguiendo en la misma dirección, rodeamos el cerro en el que está ubicados los restos del Castellet de la Barcella (de complicado acceso, de origen andalusí, siglos XII y XIII, y del que se conservan apenas partes de algunos muros). Dejamos la pista y, a mano derecha, tomamos una corta senda que nos lleva hasta la Nevera que lleva el mismo nombre.
La Nevera de la Barcella se encuentra a 700 metros de altitud, entre la loma de Ullastre y la muela del Castellet, justo en la línea divisoria entre los términos de Salem (Valencia) y L’Orxa (Alicante).
No hay mucha noticia documental sobre este pozo de nieve pero a finales del siglo XVIII y principios del XIX se sabe que era explotado por los mismos propietarios que la Nevera del Paller.
La última cosecha de hielo que se recuerda en la zona fue la que se efectuó a raíz de la ‘gran nevada’ del año 1926 y a partir de entonces las neveras pasarían a ser objeto exclusivo de interés arqueológico.
Deshacemos nuestros pasos, volvemos a la pista y nos incorporamos de nuevo al Camino del Corral de Poldo, dirigiéndonos ahora hacia el suroeste, teniendo como imagen, a nuestro frente, la imponente mole de roca del Benicadell.
Esta pista es ya, sin ninguna complicación, salvo unas gotas de lluvia en el último momento, nuestro camino de regreso.
Llegamos, después de unos 3’8 kilómetros, a la carretera CV-705 y, pocos metros más tarde, al vehículo.
Regresamos a Alicante.
Valoración: 3***
Recomendable: Claro, por supuesto. Han sido unos 10 kilómetros aproximadamente, con un desnivel de unos 250 metros (+/-), en un día bastante agradable, aunque al final se ha nublado, y una compañía estupenda.