Sinceramente, las espectativas que yo tenía sobre esta Sierra no me han sorprendido en absoluto;

siempre he pensado que es una zona muy árida y sin ningún atractivo especial... y así ha sido.

Es un auténtico secarral, lleno de cuestas bastante 'japutas', enclave idóneo para cualquier bicho

desagradable (lagartijas, escorpiones, culebras, víboras, etc...). Y eso que hemos hecho el camino

desde el pueblo de Tibi, que es uno de los accesos más verdes... si lo llegamos a hacer desde

Jijona, ni te cuento.

Desde la Peñeta del Águila hemos subido por pedregosas cuestas hasta el Puntal de Arnachal,

pasando por La Parra. En esta altura era destacable el compacto mar de nubes que cubría la

Foia de Castalla, dejando El Maigmó, El Despeñador, la Serra de Castalla y la de La Argüeña sobre

ellas, como si de hermosas islas se tratara.

En el Puntal de Arnachal se encuentra el cruce de senderos que baja a Jijona o sube hasta la

Penya Migjorn. Tomamos la segunda opción, hasta la Penya.

Si por el camino, hasta entonces, nos podíamos encontrar algún que otro pino, ahora ya es muy

difícil tropezarse con alguno. Menos mal que estábamos haciendo el recorrido en pleno mes de

febrero, de haberlo hecho en verano habríamos muerto de un golpe de calor; seguro.