Esta vez hemos elegido dos vías, una de nivel

cuatro y otra de quinto grado.

Tampoco queremos complicarnos la vida,

estamos aquí para pasar una buena tarde y

divertirnos, aprovechando que en esa zona

está dando la sombra y la temperatura es

muy agradable.

Pastor nos confiesa que está bastante oxidado

en la materia pero con lo 'araña' que es...

las paredes no se le resisten.

Pablo y yo en nuestra línea, subiendo y bajando

bastante más resueltos que en épocas anteriores.

Están dando sus frutos los días invernales de

boulder y, sobre todo, el curso de escalada

básica que dimos hace unos meses.

Como ya he dicho muchas veces, tres es un

número ideal de componentes. Uno sube, otro

asegura y el tercero descansa y toma fotos.