Al final de esta pista encontramos un grandísimo

cortafuegos que se cruza.

Tomando éste, a mano izquierda, subimos en un

ascenso más brutal que nos lleva hasta las Peñas

del Quijal.

Poco antes de llegar, hacemos un descanso en las

paredes de roca y curioseamos en un par de

cavidades. Aquí se refrescan también los animales

y aprovechamos la sombra para hacer un poco

el pavo y echar unos cigarritos.

Hay que pensar que una vez lleguemos a lo más

alto nos espera una 'torraera' de tres pares de

narices.

Unos minutos después, seguimos la subida y

llegamos hasta la pista forestal que, a la derecha,

nos lleva a las Peñas del Quijal y, a la izquierda, a

la cumbre de la sierra.

Tomamos la derecha y caminamos un rato

por pista. Después, un enorme hito lo indica,

seguimos por sendero hasta encontrarnos

con el vértice geodésico, La Replana.

Otra parada, esta vez más corta, para

hacernos las fotos de rigor, algún cigarro y

refrescar de nuevo a los animales, que es

altamente necesario por el calor que está

haciendo.

Ahora ya lo que queda es todo descenso.

Comenzamos el regreso.

Primero por senda hasta llegar a la pista

que habíamos abandonado en el ascenso.

Llegamos al Pinar del Fraile y, al poco, al

Collado de las Hermosas.

Aquí, por El Cantal del Llam, hacemos una breve

parada para curiosear en otras dos cuevas.

Seguimos la pista y llegamos hasta la Font de la

Carrasca. Algo de refresco, cambio de ropas y,

a unos cientos de metros, el coche.

Vuelta a Alicante.

Valoración: 2**

Recomendable: Sí, claro. Ha sido una ruta corta,

apenas 7 kilómetros. Con estos calores no se

puede pretender más y han sido tres horas, con

paradas incluídas, que la han hecho fácil y

agradable